2021, el año de la recuperación… ¿completa?

Hay mucho que recuperar en 2021, y no solo la libertad de movimientos o la capacidad de respirar sin mascarilla: es necesario recuperarnos emocionalmente después de estar en semiaislamiento durante meses, es necesario recuperar la economía para pagar la enorme factura del coronavirus, y es necesario recuperarnos como individuos: aitas, amas, hijas, hijos y personas trabajadoras. Como todo ello hemos sufrido unos niveles de estrés enormes y sostenidos en el tiempo, y desconocemos las consecuencias psíquicas de esa fricción que entre todos tenemos que reconducir y, sobre todo, aliviar.

La economía importa

Hoy vemos el futuro con más esperanza que en los últimos meses gracias a la vacuna, un hito científico fruto de la colaboración público-privada. Hoy sabemos también que no parar la economía fue una decisión acertada: solo las bajas de los contagiados han costado mil millones de euros a la Seguridad Social. A esa cantidad habrá que sumar el resto de gastos sanitarios y los de incentivo de la economía. Una factura altísima que pagaremos durante décadas y que podría ser más preocupante si el parón hubiese sido completo como pedían los populistas y, por qué no decirlo, los carroñeros disfrazados de bienintencionados.

La gestión, también

Durante 2020 he mantenido mi apoyo a los gobiernos que demostraban actuar con responsabilidad durante la pandemia. A cualquier gobierno. Pero la dificultad de la gestión de una circunstancia sobrevenida inesperada y salvajemente no puede servir de patente de corso: algunas decisiones han sido desacertadas y algunas ejecuciones, desastrosas. La compra centralizada de material sanitario que ha querido hacer el gobierno de España podía tener buenas intenciones y hasta razones, pero ha terminado de la peor manera: “Las CCAA huyen de Sanidad y salen al mercado” (Vozpópuli).

Los Franco

Hace solo unos días vi un documental sobre los “gilipollas” en el que los definían como esas personas que se creen con más derechos que el resto de la ciudadanía y por eso actúan con soberbia. Van desde los que aceleran hasta que llegan a un radar que saben que está ahí hasta, por ejemplo, los que demuestran actitudes como la familia Franco: “Los Franco piden una indemnización por los bienes del Pazo de Meirás”. Hay que tener morro. Como si toda su fortuna no partiese de un golpe de Estado, como si en sus propiedades no hubiese elementos robados, como si todos menos el Rey tuviéramos que seguir a su servicio.

Un mercado… Sin burbuja

La pandemia ha servido para pinchar ciertas burbujas como las del coaching, la del teletrabajo como modo de alargar el fin de semana, la de la oposición política responsable… Y la del fútbol. Y esta crisis tiene pinta de tardar en recuperarse: hemos pasado de la superinflación a los precios de saldo para que los jugadores puedan moverse, rebajas de sueldos, incluidas. Lo podremos ver en este mercado de invierno, en el que los clubes solo por ahorrarse contratos que sus responsables han firmado soltarán las joyas de la corona como si fueran a empeñarlas y la mayoría de futbolistas se contentarán con seguir donde están.

El gobierno de «la gente»

“España será el único país de Europa que subirá impuestos y cotizaciones a autónomos en 2021”. Este es el titular de Pymes y Autónomos que debería de retumbar en Moncloa y en el edificio donde tenga su despacho el vicepresidente Iglesias. Y llueve sobre mojado, porque en octubre, cuando la crisis económica derivada de la sanitaria ya era una realidad, nadie se preocupó de paralizar la subida planificada y con carácter retroactivo para todo 2020. Porque las subidas al funcionariado y al gobierno español no se van a pagan solas. Para eso y para señalarnos estamos las y los autónomos.

Que los detengan

Después de ver lo que intentaron sacar del Pazo de Meirás, todos podemos suponer qué hay en la furgoneta que salió de la Casa Cornide después de que la familia Franco supiera que el ayuntamiento de A Coruña pensaba pleitear para recuperar el palacio de su Ciudad Vieja. Y lo mismo sucederá con todas las propiedades inmobiliarias de los herederos del dictador, que se han convertido, por lo que estamos viendo, en almacenes de lo expoliado. ¿No pueden detenerlos antes de que ese patrimonio acabe en cualquier otro país? ¿No puede hacerse un inventario de algo que está robado a todos?

Que no les voten

Las fechas navideñas han venido muy bien para que el portavoz del PP, José Luis Martínez Almeida, pacte “con Vox los presupuestos para 2021 en el Ayuntamiento de Madrid”. “Almeida recortará las partidas destinadas a asociaciones vecinales, feministas, ecologistas y de memoria histórica a la vez que se incrementan las ayudas a asociaciones antiabortistas integristas y a la propia Iglesia Católica”, porque el apoyo de Vox no es gratis, es rancio, que no es lo mismo. En concreto, 250.000 van para una fundación con la que colabora Rocío Monasterio, y asociaciones LGTB se quedarán sin subvenciones.

El modelo a no seguir

Ser adulto en 2020 está siendo muy duro: conciliar se ha convertido en un deporte de riesgo, el trabajo es inestable y los confinamientos han llevado a unas dinámicas familiares que han generado mucha fricción. Pero ser joven ha tenido que ser un auténtico rollo. Con todo, ni el cansancio de unos o el aburrimiento de otros puede justificar algunas actitudes, como la de Zayra Gutiérrez. La hija del futbolista conocido como Guti y la presentadora Arantxa de Benito, que es una celebrity en Instagram y decidió celebrar su 20 cumpleaños con un fiestón en el que “no ha cumplido con ninguna medida sanitaria” (Vozpópuli).

¿Por qué hay negacionistas?

La respuesta es muy sencilla pero no es fácil de demostrar: el negacionismo es rentable para unos pocos que son muy hábiles en atraer la atención de muchos. En El Confidencial han puesto números a uno de estos casos: José Antonio Campoy es el director de Discovery DSalud, una revista que “ha negado la existencia del virus del sida o del ébola y ha asegurado que la quimioterapia no cura el cáncer” y cuya empresa editora facturó en 2019 casi medio millón de euros con unas pérdidas de 77.000. El patrimonio del negocio asciende a 1,2 millones. Por eso hay negacionistas. Así de simple.

La peor ciega

La ceguera de Margarita Robles y otros miembros del gobierno más progresista de la historia forma parte ya del caradurismo español. La encendida defensa de la ministra del área puede explicarse como un ejercicio de corporativismo pero es incomprensible: los hechos demuestran cada vez que les ponemos el foco que el franquismo sigue activo en el ejército español. No está en la reserva, precisamente. Y apelar a los posibles prejuicios de un nacionalista como Joseba Agirretxea es ponerse la venda en los ojos haciendo bueno aquello de que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Y no quieren.

Los hechos

Los hechos son los que son: los del gobierno español (parte que parte la pana de progre que es, incluida), que niegan la evidencia, como todos los presidentes, vicepresidentes y ministros que les han precedido. Los del ejército, que en cuanto les enfocamos les vemos chateando sobre fusilamientos a quien no piensa como un franquista, cantando canciones de la División Azul o levantando el brazo a la manera nazi. El vídeo de La Marea con lo recién citado grabado “el 8 de diciembre de 2019 en Paracuellos del Jarama” y “en instalaciones militares” corría por Internet mientras hablaba Robles.

Y su jefe, en Abu Dabi

No todo es culpa de los sucesivos ministros de Defensa o presidentes del gobierno en España: la jefatura de Estado y de todos los ejércitos algo tendría que decir de que sean tan fachas aquellos que dependen de ella, ¿no? Pero, claro, ¿qué podemos pedir a quien fue designado por el mismísimo Franco como su sucesor? Así es España, y no de otra manera. Para rematar la situación, Juan Carlos I informa de que pasará la Navidad en Abu Dabi, donde reside desde agosto (y desde la investigación de sus cuentas), porque la tranquilidad de allí no va a disfrutarla aquí, que podemos infectarle entre todos de coronavirus.

Iglesias tiene que ser muy cabezón

Dadas las circunstancias reales, no las que se han inventado y nos han vendido de una España democrática y constitucional, Pablo Iglesias va a tener que ser muy cabezón para doblegar al gobierno español del que, por cierto, forma parte. No se trata ya de subir el SMI o de garantizar sobre el papel un ingreso mínimo (que no ha llegado a las cuentas corrientes de los que lo necesitan), se trata de implosionar una España que huele a naftalina y a cerrado como siempre: cada día, más. Así que, por mucho que pose y por mucho que evidencie las discusiones, o ataca la base, o será cabezón para el tuit y la foto.

Hay esperanza

Dadas las circunstancias que nos rodean (y eso que en la columna no hemos hablado de coronavirus), me abrazo y me aferro a este tuit de Javi Vizcaíno: “Un chaval de 12 años ha escrito a DEIA para dar su punto de vista sobre una columna mía. No os podéis imaginar el alegrón que me ha entrado. Y qué bien escribe y argumenta el amigo…”. Hay esperanza en la chavalada, sí. No todos son irresponsables con pandemia o sin ella. No todos pasan de leer el periódico. No todos tienen como modelos a influencers que alardean de españolismo. No todos son como somos sus mayores, en definitiva.

En mi equipo

Margaret Keenan tiene 90 años y más sentido común que mucha gente más joven que ella: a su edad se ha convertido en la primera mujer vacunada contra el coronavirus después de que se validara la comercialización del medicamento. Su imagen y su decisión debe servir a quienes dudan para acabar con sus supersticiones. Las vacunas son seguras, si no, no se habrían distribuido. Posiblemente, las que vengan serán más efectivas, pero la que se ha puesto Keenan es completamente segura. Y los antivacunas o los que esparcen bulos son unos seres despreciables. No tengo más que añadir.

Pese a todo

Me refugio de los cenizos y los malintencionados en este tuit de Pedro Torrijos: “Que hayamos desarrollado una vacuna en menos de un año y, aún más, que estemos vacunando a personas de más de 90 años me parece un absoluto triunfo de la Humanidad”. Una Humanidad que tiene que lidiar no solo con los ignorantes y los del cuanto peor, mejor, ahora también lo tiene que hacer con sus altavoces y portavoces. El mismo grado de desarrollo que va a acabar con una pandemia en menos de un año es el mismo que ha servido para meternos miedo e ideas equivocadas, y para llenarnos de pesimismo.

El VISAbuelo

El chiste no es mío, sino de un célebre tuitero conocido como Bob Estropajo. Pero que un buen tuit no nos distraiga: el uso de tarjetas de crédito que iban contra cuentas corrientes llenas de dinero de origen desconocido era algo habitual en la casa real española. Así lo explican en El Plural: “Tanto Elena como Cristina y varios de sus nietos utilizaron dichos fondos durante tres ejercicios fiscales para pagar viajes en Uber, hacer compras en El Corte Inglés o pagar clases de piano. (…) Los que más han gastado han sido Froilán y Victoria Federica”, que habrían llegado a hacerse tarjetas del centro comercial con ese número de cuenta.

Más fraude

El titular de Público, basado en una noticia de El Confidencial, es de los que te dejan con cara de pasmo: “El marido de la jefa de la oficina Antifraude con Rajoy, cabecilla de una trama de evasores para 500 fortunas”. Pero España, ¿qué es? La familia real gastando con alegría de una cuenta de origen desconocido montada por Juan Carlos I y el gobierno español a la espera de que lo que debería de ser un escándalo mayúsculo pase desapercibido entre tanto mangoneo. Es duro escribirlo pero a algunos la vacuna les ha venido bien… Para desviar la atención. Lo malo es que esos “algunos” deberían de ser los ejemplares.

No podían faltar los Franco

Y en esta orgía en la que, supuestamente, jefatura de Estado y allegados a miembros del Gobierno se lo habrían estado llevando crudo, se suman, cómo no, los Franco: el inventario realizado en el Pazo de Mierás para evitar que los herederos del dictador lo vaciasen ha resultado ser un catálogo del expolio. “Hasta los muebles están tapizados ‘con tejidos históricos’, destacan los técnicos enviados por el Juzgado número uno de A Coruña”, leemos en Elidario.es, donde enumeran parte de lo encontrado, que debe ser analizado. Pero ya adelantan que hay elementos “catalogados como bienes públicos”.

¿Qué es lo que queremos?

El hilo en Twitter de Nyscalo (desconozco su identidad), un usuario que vive en Shanghái y que ha relatado el estricto protocolo que ha tenido que cumplir para regresar a su ciudad desde España, ha tenido miles de reacciones en Twitter. La mayoría, de alabanza a las autoridades chinas que manejan con una disciplina férrea el control del virus. Me parece bien, pero, ¿esto es lo que queremos: un control dictatorial durante la pandemia? Porque su metodología choca de frente contra el “a mí que no me confinen”, el “a mí que no me cierren el bar” y hasta con el “a mí que no me metan en un ERTE”.

Pero, ¿cuánto dinero tiene? ¿Y por qué?

Los 100 millones que un jeque le regaló a cambio de nada, según quieren hacernos creer, los casi 10 que tiene en el paraíso fiscal de Jersey y, ahora, los 8 que tenía en Suiza. Hablamos de millones, no de miles ni de centenas de miles de euros. Millones. ¿Cómo los ha ganado Juan Carlos I? ¿Por qué no los ha declarado? ¿Quién lo sabía y lo permitió? ¿Por qué demonios las autoridades españolas no lo trincan y lo investigan hasta que aflore cada euro con su correspondiente origen? Hasta que esto no suceda España no será mayor de edad política y democráticamente. Lo pongo en castizo: al toro, por los cuernos.

El expolio que nunca cesó

Incluso aunque Juan Carlos I sea investigado con rigurosidad, cueste lo que le cueste a Felipe VI, España seguirá sin hacerse mayor de edad en lo democrático hasta que no paralice, de una vez, el expolio que siguen cometiendo los del antiguo régimen: la familia Franco pretende vaciar el Pazo de Meirás después de que la justicia obligue a entregarlo a la ciudadanía. Quieren que nos quedemos con el continente pero ellos retendrán el contenido a menos que las autoridades se lo impidan. Una vez hecho esto, volvemos al principio: investigar el origen de las piezas y el dinero, y retirarlo si es necesario. No cabe ya otra cosa.

Así se corta un tema

Hasta que España no se tome en serio a sí misma, y eso pasa por revertir lo que se ha permitido a los monárquicos y a los franquistas, porque solo lo son si chupan del respetivo bote, nadie más podrá tomarla en serio. Es así de sencillo. En EE.UU. también lo han aprendido: la Fox ha cortado el discurso de la portavoz del todavía presidente cuando Neil Cavuto empezaba a hablar de fraude electoral. Es decir: la principal cadena trumpista no va a permitir que nadie ponga en duda el sistema de democracia estadounidense. Ni siquiera Trump. Así, la Fox se suma los medios que quieren un papel relevante.

Y así se desenfoca otro

Estoy bastante seguro también de que los medios tienen que empezar a tomarse en serio a sí mismos y reclamar un papel más relevante, dar un paso al frente, coger el balón para lanzar el penalti jodido. Lo pueden llamar como sea pero, sí, quiero ese rol. Y personalmente no me importa mojarme: me parece bien que el gobierno español intervenga para frenar contenidos falsos que se difunden, sobre todo, en Internet. Según La Vanguardia, ya cuenta con el plácet europeo. Pero me sigue preocupando que ese control quede, según la ley, definido con vaguedades como si los de ahora fueran a gobernar siempre.