Ongi etorriak

Estoy encantado con la idea de que partidos que siempre han estado al margen o que juegan con los límites del fuera de juego en beneficio propio (y no colectivo) hayan dado un paso adelante y, en el caso de la gobernabilidad de España, hayan decidido participar. Ahora solo espero, porque la ilusión es algo que no pueden quitarnos, que nos expliquen, en el caso de Bildu, porque ha tardado cuarenta años en hacerlo, y en el de los partidos catalanes (de esos que siempre tenemos algo que aprender, según algunos), por qué condiciona tanto su apoyo en Madrid que ostenten o no la presidencia de la Generalitat.

¿Son peores las y los jueces catalanes?

Entre las muchas tonterías que leemos en Twitter estos días me hace especial gracia la de que no podemos criticar la decisión del TSJPV de no permitir el pasaporte COVID porque no sabemos más de justicia que las y los propios jueces. Evidentemente, no lo sabemos, pero, ¿qué saben los jueces vascos que prohíben lo que está en vigor en otras partes de Europa, sin ir más lejos, en Catalunya? ¿Qué tipo de juristas tenemos en nuestra más alta instancia vasca de decisiones que no coincide con la mayoría ni con su entorno? ¿Es el verdadero hecho diferencial vasco nuestro TSJPV?

Lo listos que parecen… pero no lo son

En esta ola de tonterías, que no es la sexta porque parece que vivimos en una marejada entre idiotas, tampoco pueden faltar los que van siempre de listos, esos que hablan desde un puesto de científico o médico, y que solo sirven para que recordemos que hay mentecatos en todas las profesiones. Van de listos, insisto, pero no se enteran de lo más básico: el pasaporte COVID, igual que el uso de la mascarilla en todo momento, sirve, sobre todo, para que recordemos que estamos en pandemia y que la situación es crítica. Ni es tan difícil de entender ni es tan difícil de suponer. Es una cuestión de voluntad: de voluntad de salir en la tele.

La política ilógica

Si queremos aislar a los populismos y a la fascistada necesitamos que quien no quiera ser atrapado en estas tipologías se empeñe en hacer una política lógica. Y lo siento, pero esta vez tampoco parece lógico que una vicepresidenta del gobierno anuncie que pedirá explicaciones a su presidente y a un ministro, con los que se sienta en el Consejo cada semana. Lo de Díaz contra Sánchez y Grande Marlaska por la tanqueta de la policía que apareció en las protestas de Cádiz parece parte de una campaña electoral y no de una acción de gobierno que otros partidos, ahora mismo, están accediendo a sostener.

Pues anda que este…

Si uno quiere pensar mal puede pensar que en el PP contaban con que la asistencia de Pablo Casado a una misa en recuerdo de Francisco Franco trascendiese, y que su presencia no restase votos en el centro pero que sí lo hiciera entre la derecha y la pared porque España, cada día está más claro, sigue siendo un territorio facha. Con lo que igual no contaban en el PP es que la asistencia de la familia Casado al completo a esa “celebración” traspasara fronteras: Reuters informa de ello y de la reacción de otros partidos a semejante falta de vergüenza, decoro, altura política y sentido de la democracia.

«A lo loco»

José Antonio González Sáez e Irene Rodríguez del Nozal son el juez y la jueza del TSJPV que han decidido que en Euskadi, a diferencia del resto del mundo, el conocido como pasaporte COVID vulnera ciertas garantías. Las de unos pocos, porque la limitación de movimientos solo es aplicable a un porcentaje minoritario de la sociedad al que, sí, hay que presionar. El derecho a la salud de la mayoría, por lo que parece, es secundario. Lo principal, sin embargo, es el refuerzo que han sentido los antivacunas y los que se pasan todas las recomendaciones por el forro. “A lo loco”, tuiteaba con retranca y acierto Begoña Beristain.

Para falta de justificación, la suya

González Sáez y Rodríguez del Nozal, igual que el ya conocidísimo juez Garrido, han vuelto a tirar de la supuesta falta de argumentación del Gobierno Vasco para justificar sus decisiones arbitrarias. Pero leyendo el texto, los que tienen evidentes problemas para justificar sus despropósitos son la y el magistrado: apelar al derecho de creación artística para justificar, según el ejemplo que ponen, que no se puede limitar el acceso a un no vacunado a un karaoke, sería de chiste si no fuera una cuestión de salud pública en plena pandemia mundial. Ojalá no perdamos nunca nuestra capacidad de asombrarnos ante estas chorradas.

¡Qué injusticia!

Doy por hecho que, si una persona no vacunada tiene que poder compartir su arte en un karaoke con absoluta libertad, para el TSJPV es una injusticia, por ejemplo, que el Bayern de Munich vaya a acogerse a la norma alemana que le permitirá reducir el sueldo de sus jugadores no vacunados por los perjuicios económicos que su insolidaria decisión genera. Y no importa en el club bávaro ni en ningún sitio que se trate de jugadores importantes: un hotel les negó la entrada por su condición de no vacunados y el equipo ejecutará su derecho a reclamarles compensaciones por los perjuicios.

Que no decaiga

La presencia del líder de la oposición en una misa en la que se recordaba a Francisco Franco en el aniversario de su deceso, con evidente iconografía favorable al régimen, como hemos visto en el Diario.es, es un escándalo en sí mismo. Y que no lo sea solo puede explicarse con que España sigue siendo un país franquista. Franquista y con recochineo: “La Fundación Francisco Franco agradece a Casado su asistencia a la misa ‘por el alma de un cristiano ejemplar como Francisco Franco Bahamonde’”, leemos en Europa Press. Esto es un insulto con todas las letras a quienes sabemos distinguir una dictadura de una mandarina.

Casado se ha hecho un infanta Cristina

Alejandro Izaguirre resume en un breve tuit la estrategia del PP para mitigar la presencia de su presidente en una de las diez misas franquistas que se celebraron en toda España el 20-N: “Negar que el jefe de la oposición sea fascista afirmando que solo es idiota”. O lo que es lo mismo: Pablo Casado ha abrazado la estrategia de la infanta Cristina de Borbón, que prefirió reconocer que ella firmaba sin leer lo que le entregaba Iñaki Urdangarin. La hija y hermana de reyes fue creída por la justicia española, que la exoneró. Ahora es la sociedad la que juzga si Pablo Casado no se entera o es un facha de aguilucho, yugo y flechas.

Todo atado y bien atado

Me encantan estos tuits que describen lo que pienso mejor de lo que yo podría hacerlo: “Lo de España con el franquismo es luz de gas a gran escala. Te dicen que tienes una obsesión irracional con Franco porque es un tema superadísimo mientras el líder de la oposición va a una misa en la que se reza en su nombre sabiendo que no va a hacerle daño políticamente”. Para alguien que no cree en las casualidades en política la presencia de Pablo Casado en una misa franquista no supone una desfachatez, sino todo lo contrario: con la fascistada, hasta a comulgar, y sabiendo que el hecho de que trascienda no le restara votos.

Sí lo es

El sábado por la noche Pablo Casado acertó con una de las misas en recuerdo del dictador, pero por la mañana no lo hizo con su discurso: “Esto no es un ‘talent show’ de megalomanías” (República.com) dijo en clara referencia a Isabel Díaz Ayuso. Pero sí lo es: precisamente quienes ejercen la política como Pablo Casado, que eligió a la propia Ayuso, a Álvarez de Toledo, a García Egea o a Carlos Iturgaiz, como representantes de su partido, son quienes han convertido la política en una especie de concurso de simpatía y arrojo ante los micrófonos o con los tuits. Y ahora que no le conviene descubre que no tiene tiempo para rectificar.

Como a tontos

Pablo Iglesias no me gustaba como contertulio, como eurodiputado y diputado no me generaba confianza, como candidato permanente me parecía el niño en el bautizo, y como vicepresidente fue, claramente, un fiasco. Ahora, como exvicepresidente, salvo algún destello, me parece que nos toma por tontos, directamente: sus opiniones en medios de comunicación o sus intervenciones desde los atriles siempre parten del mismo punto de vista mágico, como si él nunca hubiera tenido responsabilidades en un gobierno, no se hubiera sentado en un consejo de ministros o no hubiera tenido un despacho de vicepresidente.

Hay que reírse más fuerte

Tenemos que reírnos más fuerte, con más escándalo, para que se entere todo el mundo de que lo estamos haciendo, de todas esas y todos esos que llevan meses machacándonos con que las medidas anticovid después de la vacunación son todas un exceso, y que tenemos que mirar más y mejor a otros países como Dinamarca, Reino Unido, Francia, Alemania o Portugal, donde la gente vive (o vivía) mucho más tranquila que en Euskadi. Claro que sí, guapis. Pues ahí tenemos a las y los líderes de todos esos países, y a sus responsables de Sanidad, agarrándose a donde pueden porque la ola viene de frente y es de las altas.

Ni medio paso atrás

Estos también parecen tontos y dignos de nuestras carcajadas, pero son peligrosos. Me refiero a quienes encajan en el patrón que Miguel Diéguez ha descrito muy bien en Twitter: “No sé, igual peco de suspicaz, pero a los que defienden a un salvaje que coge un arma, cruza dos estados, se viste de soldadito para jugar a la guerra, mata a dos personas y le absuelven, les noto un patrón de conducta e ideológico… Serán cosas mías”. El fascismo es indefendible, en EE.UU. y en Euskadi, en la España de las misas al “generalísimo” y en las calles en las que siguen apareciendo carteles que legitiman la lucha armada.

Apaga la luz. Y el móvil

“El precio de la luz no da tregua y vuelve a subir este lunes hasta los 225,36 euros/MWh”, titulaban en InfoLibre entre otros medios (cada vez, menos, porque la noticia que sucede a diario deja de ser noticia), y yo vuelvo a preguntarme: ¿qué podemos hacer? Reducir nuestro consumo, está claro. Y sobre todo, dejar de engañarnos con que un mayor gasto energético mejora nuestra calidad de vida. Sin renunciar a ningún imprescindible o básico, sí podemos abandonar lo accesorio y dejar de consumir electricidad viendo chorradas en el móvil u ocupando varias habitaciones a la vez.

No lo entiendo

Entiendo perfectamente que Alberto Rodríguez mantenga su inocencia y, por ello, se vea absolutamente agraviado por la pérdida de su escaño en el Congreso después de la sentencia del Supremo que ratificó que había agredido a un policía durante una manifestación. Y entiendo perfectamente que busque fórmulas para que quede clara esa inocencia. Pero ni en su caso ni en ningún otro entiendo que una o un representante abandone la política e incluso la militancia cuando le toca entregar un acta. Hay mucha política más allá del cargo. Muchísima. Y quien solo ve el asiento también deja ver mucho.

¿Cuántas partes tiene el gobierno español?

Sigo pensando que en Podemos y Yolanda Díaz, la nueva estrella del rock en la izquierda, se equivocan cuando intentan trasladar a la sociedad que el gobierno español está partido para dejar claras sus posiciones. No es bueno este “sálvese quien pueda” o “a mí que no me miren”, no es bueno que exista esa división, menos lo es que la denuncie una parte del propio gobierno, no es bueno que la ciudadanía perciba que la coalición no funciona, ni lo es que ese mensaje se traslade también a los grupos que tienen que sumar sus votos porque a los de los partidos del gobierno (partido) no son suficientes.

Juan Carlos I podría volver a Estoril

“La Casa Real, el Gobierno y el Emérito consideran que la localidad portuguesa puede ser una solución ‘a corto plazo’ para la marcha del exmonarca de Abu Dabi”, leo con sorpresa en Vozpópuli. Sorpresa, primero, porque la localidad rememora el destierro que la familia real española vivió con Franco, y segundo, porque no sé qué pinta el exjefe de Estado opinando junto a la Casa Real y el gobierno español sobre su acercamiento a España. ¿Cuál es el rol de Juan Carlos I hoy? ¿Para qué más se le tiene en cuenta? ¿La implicación de la Casa Real parte de Felipe VI? ¿Quién sigue pagando esta larga fiesta?

Dos años de aquel “viva Franco”

Dos años después de que el gobierno español más progresista de la historia, según quienes lo integran, posibilitasen que la televisión pública emitiera en directo un “viva Franco” durante el traslado con no pocos honores (helicóptero del ejército, incluido) del dictador, Francisco Franco descansa en paz. Según El Plural, demasiado en paz: “Ni romerías de ultras, ni flores, ni simbología franquista”, leemos, pero en la pieza que ilustra la noticia sí se ve a “un franquista durante el homenaje a Franco en Mingorrubio el 20-N” y la entrada al mausoleo llena de banderas no solo de España. Y así nos intentan colar otra campañita.

Lo diremos siempre que sea necesario

Es retorcido pero es real: repetir constantemente que batimos el récord pagando la luz más cara de la historia acaba por generar un efecto aturdidor que hace que dejemos de darnos cuenta del atraco y beneficia a las empresas que nos apuntan con la pistola mientras nos piden la cartera. Y aunque conozco el riesgo me resisto a pasar la oportunidad de recordarnos que nos están sangrando con el precio de la luz, que quienes se dicen ecologistas nos impiden explorar otras vías de abastecimiento más próximas y que las eléctricas ganan en bolsa, en lo que facturan y en chulería, cada día, un poco más.

Un escandalazo. Otro más

Tampoco puedo permitir que pase desapercibido el escandalazo monumental que ha originado “la magistrada María Cristina Díaz, ex alto cargo del PP”, que “exige que elDiario.es facilite a los Franco el nombre de la fuente que filtró la lista de tesoros de Meirás”. La gravedad de los hechos no puede ser mayor: la jueza quiere que el digital facilite la fuente de una información después de que los herederos de la fortuna del dictador se querellase contra la funcionaria a la que acusan de filtrar el listado de bienes. Para terminar, resulta llamativo que “la Fiscalía ha pedido el archivo de la causa pero la magistrada quiere seguir adelante”.

En efecto, no es gratis

Antonio Cartier da en el centro de la diana cuando recuerda en Twitter que Isabel Díaz Ayuso, además de pronunciar una aberración clasista, ha mentido: la educación no es gratis, la pagamos entre todas y todos los que estamos al día de nuestros impuestos. Y para que más niñas y niños puedan acceder a ella es necesario que se recaude más, por lo que bajar tasas si algo genera es pobreza colectiva, más allá del anuncio afortunado en campaña. Así, la presidenta de la Comunidad de Madrid se cubrió de lo que no es gloria con su intervención ante la Asamblea, en la que, una vez más, defendió a los de su clase.

Qué circo

La política es apasionante y muchas de las personas que se dedican a ella son realmente interesantes: mentes brillantes, hábiles, con reflejos, ideas y pensamiento lateral. Y luego está, por lo que parece, Iván Redondo, que no deja de mostrar que como consultor ha estado sobrevalorado. Si fuera uno de los buenos hoy no estaría exhibiéndose sin ruborizarse, dudando de la valía de su mejor cliente mientras asegura serle leal, y comprometiendo a miembros del gobierno para el que trabajó. Ante esto, Sánchez, en su entrevista a LaSexta, ha decidido negar una relación actual con quien presumía de ser su asesor de cabecera.

¿Demasiado deseada?

Yolanda Díaz sabe que es la política de moda en la izquierda española, a la que todo el mundo mira para liderar una alternativa más progresista que la del PSOE: las y los suyos y quienes harán campañas contra ella. En Podemos ya han anunciado que están dispuestos a reducir su marca para agrandar la figura de la vicepresidenta, e incluso las y los de Más País podrían reencontrarse con sus excompañeras y excompañeros. Ahora, el gran riesgo para Díaz es el de pasarse de frenada, el de emborracharse de deseo y poder, el de ser una elegida tan perfecta que incluso genere rechazo. Feliz problema, por otra parte.