Enésima caza de brujas

20140430_ampliacion

Hemos esperado a que bajara un poco la marea de las detenciones por enaltecimiento del terrorismo en Twitter para poder pensar, sobre todo, en las reacciones que ha suscitado esta operación de la Guardia Civil. De saque, sorprende la cantidad de “progres” que por fin se han dado cuenta de que todo no es ETA. También el modo en el que la izquierda abertzale se ha incorporado, también, a la defensa de la libertad de expresión. Pero lo que menos sorprende es cómo actúa este gobierno del PP, intentando colocarnos titulares con las palabras “terrorismo” y “detenciones” con cualquier excusa. Literalmente.

La infanta sí utiliza las embajadas españolas

Se ve que, cansada de que vascos, catalanes e incluso andaluces, pasemos de las embajadas españolas para gestionar nuestra presencia y la de nuestras empresas en el mundo, la Casa Real ha decidido dar una oportunidad a las delegaciones españolas en el exterior: “La infanta Cristina de Borbón y su marido, Iñaki Urdangarin, recurrieron a la red diplomática del Ministerio de Asuntos Exteriores para hacer negocios privados en Brasil”. Pero se equivocó en un elemento: que las usó para fines particulares con objeto de enriquecerse, según ‘El Confidencial’. O lo que es lo mismo: esta casa real se piensa que España es suya y hace con ella lo que quiere.

PP y PSOE comparten programa

Ya lo hicieron en Euskadi en nombre de España, y ahora quieren hacerlo en Europa en nombre del… ¿bipartidismo? Porque España, como el territorio en el que vive la sociedad española que les deposita su confianza les importa más bien poco a PSOE y PP. Pablo Sebastián desgrana e incluso justifica en ‘República.com’ esta oda a los intereses comunes de ambos partidos, para evitar que otras opciones más arriesgadas, con otras ideas y con modelos diferentes, puedan ocupar su suculento espacio.

La televisión “no” mafiosa

Si nadie lo remedia, van a cerrar una serie de canales de televisión que nos freían a reposiciones y enlatados baratos estadounidenses. Canales que pertenecían a los grandes (‘Telecinco’, ‘Antena 3’ y ‘La Sexta’) y que solo servían para subir un poco más las tarifas publicitarias con el corte en bloque que partía las series sin cuidado. Canales que se abrieron sin concurso, como mandaba la ley. Y canales por los que sus propietarios pelean incluso con prácticas mafiosas, como desvelan en ‘El Confidencial Digital’: “Están dispuestos a llegar hasta el final. Incluso, hasta tratar de acabar con la carrera política de José Manuel Soria: ‘Si queremos cargarnos al ministro, nos dura una semana’.

Agur, Google+

Es técnicamente mejor, es más bonito y tiene más posibilidades de integración gracias al universo que ha creado, pieza a pieza, Google, pero le falta lo más importante: los usuarios. Así que Google+, salvo milagro, se ve abocado al cierre. El máximo responsable de su desarrollo, Vic Gundotra, ha sido cesado, y sus trabajadores están siendo recolocados, según ‘Omicrono’: “Cada vez que Google+ se metía de manera forzosa en un servicio, Gundotra lo veía como un éxito y contaba cada usuario conseguido como ‘nuevo’, hasta que el mismísimo Larry Page tuvo que llamarle la atención”. Muchos no le echarán de menos.

 

Un mundo para los ricos

20140413_ricos

A veces parece que, aunque habitemos el mismo planeta, vivimos en mundos diferentes. Mundos alejados por miles de kilómetros, en los que podemos encontrar vida inteligente, o simplemente vida, y con grandes diferencias: en algunos las condiciones de vida son mejores, y en otros son realmente complicadas. Para empezar, está el mundo de Luis Bárcenas y su mujer, que acude al juzgado a llorar porque con los 300 € que le ha asignado el juez no llega al fin de mes… pero lo hace en coche con cristales tintados y chófer, como acertadamente señalan en ‘Vozpópuli’.

Un mundo para los reyes

Sin duda, el mundo en el que mejor se vive es en el de los reyes, la nobleza y los cortesanos. Las condiciones de vida son las más deseables: dinero, ocio y buenas relaciones personales que nos permitan lograr más dinero y más ocio. Una habitante tipo de este mundo es Iñaki Urdangarín, por ejemplo, que como describen en ‘El Confidencial’, en pleno auge de su fundación, habría disfrutado de cacerías de lujo organizadas por Corina, la amiga del Rey de España, para entablar buenas relaciones profesionales. Y donde pone profesionales pueden poner lo que piensan y describen en el medio: “el yerno del Rey quería una remuneración mucho más alta de la que le ofrecían”.

Un mundo para pobres

Nos vamos acercando al mundo que habitamos la mayoría, y lo hacemos de la peor manera posible: “Concisos pero detallados textos con encabezamientos que aluden directamente a la principal transacción –sexo a cambio de una habitación, generalmente con los gastos ya incluidos− pueblan las webs de anuncios por palabras más visitadas de España, y cualquiera puede encontrarlos fácilmente sin más que un par de pulsaciones sobre el ratón” (‘Vice.com’). Un sitio en el que vivir a cambio de relaciones sexuales. Ese es el intercambio que, de un tiempo a esta parte, se está poniendo de moda, y que Internet facilita.

Un mundo para idiotas

En ‘Hoja de Router’ han enfocado la noticia acertadamente, a mi juicio: ¿de qué sirve leer más rápido si no te enteras de nada? ¿Dónde quedó el disfrute de la lectura? ¿Para qué te sirve leerte novelas de muchas páginas en un tiempo récord si, al final, es como si no lo hubieras hecho? ¿Por qué se han dedicado recursos a esa aplicación de “speed reading” que no aporta nada? Pero existe y es real: una app que pasa las letras rápidamente para que puedas leerlas. Sin embargo, el recuerdo que queda de la historia es nulo. Esto es tecnología al servicio de la idiotez, tecnología inútil, tecnología para quienes endiosan la tecnología.

Un mundo para adolescentes

Este es el más natural de todos los mundos de los que hemos hablado hoy: el de los adolescentes que se preocupan de lo liviano mientras exploran el mundo real y se acercan a la vida adulta. Y en este cambio de paso, también descubren Internet, los smartphones, y las redes sociales. El resultado, no obstante, nos ha sorprendido: la red social preferida es Instagram. Tuenti quedó muy lejos, Twitter pierde terreno y Facebook sigue siendo la de “los viejos”. Así que Instagram se corona como reina, según leemos en ‘Puro Marketing’.