También es una estafa

No estoy de acuerdo con esas consignas que se lanzaron en algunas manifestaciones de que la que estamos terminando de pasar “no es una crisis, es una estafa”. Por supuesto que es una crisis… Pero también está resultando una estafa, por lo menos, en lo que toca al sistema bancario: salvo Bankia, ningún banco español ha dejado de ganar dinero estos diez últimos años. Además, se han reforzado con la adquisición de cajas de ahorro a precio de saldo cuando no han recibido inyecciones de miles de millones.

Ojo al dato

Lo recordaba el viernes pasado José Antonio Suso en Radio Vitoria y EAJ-PNV lo llevaba también a su cuenta en Twitter: “En las últimas elecciones municipales y forales, Ciudadanos obtuvo en Araba un juntero y un concejal, hoy ninguno de los dos sigue en esa formación política”. Esa es la realidad vasca del partido de moda en Madrid, precisamente, por las bravuconadas contra los derechos económicos de los vascos y su posición de bastión en Catalunya.

¡Ay, las redes!

Cuando en 2009, Iñigo Camino me propuso escribir esta columna por primera vez no pensé que, casi diez años después, seguiría con ella y descartando tantos temas cada día. Pensé que a todos nos entraría la cordura: a los políticos y sus asesores que habían perdido la cabeza con las redes sociales, y al director del periódico que me explicaría que la gente está cansada de mis parrafitos. Pero yo sigo como en 2009 y los políticos y asesores, aún más desatados: PP y Ciudadanos han escenificado el fin de su pacto… ¡en Twitter!

Podemos ya sabe cómo ganar

En Podemos han dado por fin con la clave para ganar las elecciones: si no son capaces de crecer en intención de voto… Cambian las normas para que los resultados les favorezcan más. Primero, proponen modificar el sistema electoral, ¡de la mano de Ciudadanos! Y ahora que en España se pueda votar desde los dieciséis años. Ya lo decía Bescansa: si eliminasen a todos los p… viejos del censo arrasarían. Y en eso están, en desequilibrar todas las balanzas para que la suma les sea favorable.

¿Ponemos las barbas a remojar?

El conocidísimo “mall” estadounidense, símbolo de un tipo de ocio joven, está a punto de desaparecer: las nuevas generaciones no quieren trasladarse a un centro comercial de las afueras a gastarse la paga semanal en compras superfluas y máquinas recreativas mientras intentan ligar por primera vez. Ahora la chavalada compra por Internet, juega en línea y no parece tan interesada en el sexo. Así que los grandes almacenes estadounidenses, literalmente, se caen.