Mónica, entzun: Euskadi, euskaldun

Atribuyen al escritor catalán Josep Pla la famosa cita: “Nada se parece más a un español de derechas que un español de izquierdas”. No sé si la dijo o no, pero sí sé que las diferencias entre Mónica García e Isabel Díaz Ayuso, al respecto del euskera, son mínimas: “Choque entre Sanidad y el País Vasco: ‘Contar el euskera como mérito en el MIR rompe la equidad’”. Este es el titular en La Razón. Estamos asistiendo a la normalización de los ataques al euskera con un gobierno de izquierdas y molón en España, apoyado acríticamente por Bildu, y comprobando que la izquierda a la izquierda del PSOE es peligrosamente jacobina y recentralizadora.

Obvio y predecible

Dicen que da igual lo que pase que siempre hay uno que decía que lo veía venir, pues ese “uno” esta vez soy yo: veía venir que Eneko Andueza iba a apelar a su buena relación con Ortuzar para justificar la batería de ataques contra el PNV de Aitor Esteban. Andueza se está convirtiendo en obvio y predecible. Así que podemos pensar en que si todo apunta a que Andueza está preparando su salida de los gobiernos vascos para abrazar a Bildu, estará pensando en ello. Porque la polvareda que Andueza está levantando por su voluntad y saltándose las normas básicas de la convivencia solo alegra a Otegi y Otxandiano.

El pimpampún

El PNV de Aitor Esteban, como el de Andoni Ortuzar, es el pimpampún de todos los partidos: desde el PSE hasta Podemos, pasando por Bildu, Sumar, PP y Vox: “El PNV es de lo más falso que te puedas encontrar en política, pero que dejen caer a Sánchez es complicado”, asegura en El Debate la portavoz de los de Abascal en el Parlamento Vasco, Amaia Martínez. Según la última encuesta (el Focus de EITB), Bildu, PNV y Vox son los únicos partidos que suben, así que algunos tendrían que revisar sus estrategias porque zurrar al PNV, vistos los datos, solo rentaría electoralmente a los populismos de base fascista.

Mejor un mal plan

Escribo estas líneas esperando a que Hamás salga a confirmar que, como cualquiera que tenga un mínimo de humanidad, es mejor un mal plan que logre parar el aplastamiento de Israel sobre la población de Gaza, que esperar a una situación ideal. Sin bombas ni balas pensaremos en el papel de unos y otros y, sobre todo, en la reconstrucción de las viviendas y las existencias (lo que quede, porque hay más de 65.000 personas muertas) de las y los gazatíes. Y por supuesto, la voluntad de las personas que vivían y tendrán que volver a vivir allí, tendrá que ser escuchada y puesta en valor. Pero ahora mismo lo urgente es la paz.

Me parece bien

Con los años me he dado cuenta de que si algo está sobrevalorado es viajar. Y hacerlo por turismo, más. Por lo menos, viajar como lo hacemos ahora, a destinos homogenizados y masificados. Seguramente, en otra época, en la que viajaban pocos porque era caro y difícil, sin reseñas en Google ni recomendaciones en Instagran, viajar sería fascinante, pero hoy no lo es, digámonos la verdad. Por eso esta maniobra retorcida de de Michael O’Leary me parece una buena noticia: “Ryanair recorta 1,2 millones de plazas en España para el verano de 2026 y eleva a tres millones el total de asientos eliminados” (Demócrata).

Dos noticias juntas

No discuto la subida del SMI, que solo puede ser positiva. Pero sí me gustaría recordar que no solo van a pagarlo los dueños de Iberdrola, BBVA o Petronor: las y los autónomos con pequeños negocios, esas y esos a los que podemos poner cara, también lo abonarán. Y ojo, porque esta subida en España, además, conlleva la novedad de la tributación, por lo que al que meten otro impuesto es al de siempre. Lo venían avisando en Pymes y Autónomos, donde también podemos leer esta noticia que apunta al mismo target: “Adiós a la promesa que nos vendieron de no declarar el IVA si no facturas 85.000 euros”. Una más.

¡Sorpresa!

El gobierno de España está vendiendo muchos triunfos… Que pagan otros, y con su correspondiente tributación. Insisto: no discuto esa tributación ni lo positivo que resulta la subida del SMI. Pero creo que el relato de que pague el gran empresario es más fácil de vender que el de que lo haga la pequeña autónoma, por eso nadie se acuerda de la segunda. Pero España, pese a los grandes anuncios, continúa con sus problemas estructurales sin resolver: “La factura de la luz ha subido bastante. Y no va a bajar en el corto plazo” (El Blog Salmón). Ha subido (y no va a bajar) también porque el Gobierno ha eliminado “la fiscalidad reducida”.

No me parece lo peor

Estas son las cartas: la fiesta la pagan las y los autónomos (lo de siempre) y el gobierno sigue con sus anuncios mientras los problemas se enquistan, desde la vivienda (con esa ley aprobada solo para una campaña electoral) a la factura de la luz. ¿Qué hace el PSOE para mejorar sus opciones en la partida? Esto: “El jefe de gabinete de Pedro Sánchez ficha al agitador Idafe Martín como asesor en Moncloa” (The Objective). Cualquiera que haya seguido temas políticos en Twitter y X le conoce: es un agitador, sí, pero nada tiene que ver con Alvise Pérez. No me parece lo peor. Es más: la apuesta me parece interesantísima e intentaré seguirla de cerca.

Correcto

No me gustan los ministros de Sumar (mi mala opinión sobre Urtasun ha quedado reflejada en esta columna varias veces), pero el enfrentamiento de Pablo Bustinduy a Michael O’Leary, el jefazo de Ryanair, solo habla bien del ex de Podemos. Por supuesto, este enfrentamiento está sirviéndole para subir: “Dispara su presencia en medios”, “700 menciones en una semana” (El Confidencial Digital). Pero también sirve para que recordemos la mierda de sistema que hemos montado: buscando un beneficio propio (vuelos baratos) hemos hecho muy ricos a personajes de mierda que abusan de las personas. Bustinduy lo ha hecho bien.

La alternativa

Recapitulo otra vez: el gobierno español no resuelve los problemas, propone medidas que pagan otros y tira de populismo sin rubor. Pero no es menos cierto que la alternativa es peor: “Abascal exige a los presidentes del PP ‘un gesto expreso’ contra la inmigración y las políticas verdes” (EPE). Es decir: la extrema derecha hace lo único que sabe, que es romper consensos y proponer soluciones ligeras a cuestiones muy complejas. La responsabilidad, que nadie lo dude, es del PP, que tiene que decidir si cede o mantiene mínimamente el nivel de la democracia española respetando acuerdos y dando relevancia a lo que importa de verdad.