Primera reflexión: lo importante

La campaña ha hecho que tuits importantes, como este de Iñaki García Arrizabalaga, hayan tenido que esperar. Pero lo cierto es que su respuesta más que la movilización llama a la reflexión, precisamente: víctima de ETA como es, ha tenido que aguantar mensajes como este de aplaudidores de ayusadas: “¿No te das asco? Que esa gentuza que está en el poder ayudó a matar a tu padre, quiérete un poquito, yo, sin ir más lejos (y eso que no me mataron a nadie por suerte) celebro cuando un etarra deja de existir”. Su respuesta, cristalina: “Lo que siento es pena y tristeza por opiniones y actitudes totalitarias como la tuya”.

Segunda reflexión: sobre la desafección

La movilización permanente y electoralista en las calles, abanderada en Euskadi, literalmente, por ELA, y dinamizada queriendo o sin querer por algunos medios desde ideologías diferentes (¿o complementarias?) ha buscado generar desafección en la política. Un demócrata intenta hacer justo lo contrario. Sin esa erosión serían imposibles algunos blanqueamientos, claro, pero también lo sería la compra de sufragios o titulares como este en EPE: «La venta de votos por Wallapop y Milanuncios: ‘Pido 9.000 euros, los primeros ladrones son los políticos'». Algunos son responsables directos de esto y, lo peor, están satisfechos.

Tercera reflexión: Twitter importa

Esta campaña Twitter ha sido importante. Ha sido importante si entendemos bien qué es Twitter. Y desde luego ha dado señales de que va a seguir siéndolo, no solo en Euskadi o en España: en EE.UU. va a ser la red social de la próxima campaña, el sitio en el que los candidatos van a lanzar sus mensajes para la prensa y las y los usuarios más intensivos (con el voto ya decidido). Unos y otros harán de caja de resonancia. La llegada de Ron DeSantis, desastrosa, fue significativa no solo por el valor que dio a la herramienta, sino por cómo rivales republicanos y demócratas estaban al acecho y aprovecharon los errores para poner sus tuits.

Cuarta reflexión: ¿y las webs?

Sigo reflexionando: igual que tengo claro que Twitter va a ser la referencia en las próximas campañas no tengo tan claro el futuro de las páginas web. Siguen pareciéndome imprescindibles y modelos descentralizados como Canal Red, el último experimento mediático de Pablo Iglesias, demuestran que sin una URL de referencia estás perdido, pero, ¿qué tráfico han recibido las webs de las y los candidatos? ¿Cuántas y cuántos usuarios las han usado para comparar programas, eso de lo que tanto se habla pero tan poco se hace? ¿O nos limitamos a los vídeos que aparecen en nuestras redes? ¿Es eso suficiente?

Quinta reflexión: lo indiscutible

El tema ha entrado en campaña, no podía ser de otra manera, aunque Isabel Díaz Ayuso lo haya usado para recoger nueces vascas en Madrid: los ataques racistas a Vinicius en Valencia son asquerosos y condenables. En todo punto. Sin duda. Sin “peros”. No podemos permitirlos. Con eso claro, podemos empezar a hablar de si el jugador es de una manera o de otra. Pero ese será otro debate y, en cualquier caso, será un debate menor. Y las excusas que hemos escuchado son intolerables. Lo mejor de ellas es que han llevado a Miguel Gutiérrez a escribir en Jot Down: “La culpa de los ataques racistas la tiene el negro”.

«Los proyectos personalistas»

El ridículo que está haciendo la dirección de Podemos, atrincherada, es preocupante. Muestra una incapacidad para la autocrítica difícilmente tolerable y una capacidad para la soberbia poco agradable: “Los proyectos personalistas no responden luego bien, ya se vio con Carmena”, ha dicho Ione Belarra y ha recogido el Huffington Post. Lo que hay que leer. Es evidente que Belarra no se ha atrevido que decir “Iglesias” donde dijo Carmena. Y también lo es que Podemos apoyó el personalismo de Carmena hasta que la alcaldesa intentó hacer lo mismo que Yolanda Díaz pero en Madrid. Efectivamente, no responden bien.

La crítica es pertinente, la argucia, lo dudo

Está siendo muy interesante ver cómo informan medios como Público o Ctxt sobre Sumar y la posición de la dirección de Podemos. Cómo informan y cómo opinan. El texto de Irene Zugasti sobre “la chuchepolítica” es interesante, pero es imposible no leerlo sin pensar en que va dirigido a Yolanda Díaz, como todos los que aparecen en esas webs sobre la precampaña: “¿Por qué suavizan la voz, infantilizan sus actitudes, dulcifican sus gestos? ¿Por qué sacuden los hombros y hablan despacito, con una espontaneidad fingida? ¿Por qué algunas se empeñan en contarle al mundo que son gente normal, que hace cosas normales?”.

Todo es posible

Cuando empecé a tener conciencia política y a buscar información (y no había Internet), di con la frase: “Piove, porco governo”. Hoy es más actual que nunca: esta sociedad infantilizada por algunos partidos y las redes sociales no duda en echar la culpa de todo a cualquier gobierno. Pero casi nadie monta un partido (solo los fundadores de Podemos) y casi nadie se suma a las formaciones que ya están (y ese es un problema enorme). Pero todo es posible en democracia y no me parece en absoluto criticable que “Ismael Beiro aspira a ser el nuevo Kichi como alcalde de Cádiz dos décadas después de ganar ‘Gran Hermano 1’” (El Plural). Al contrario.

Por desgracia

Todo es posible en democracia, por suerte, pero también por desgracia en algunas ocasiones: “DeSantis, el gobernador de Florida que muy probablemente sea candidato a presidente de EE.UU., acaba de aprobar una ley que permite portar armas ocultas en público sin necesidad de ningún permiso para ello. EE.UU. lleva 139 ‘tiroteos masivos’ en los 95 días que van de 2023”, tuitea Citador. Este es el mundo que creamos nosotras y nosotros, día a día. No vale mirar para otro lado, no vale solo señalar al gobierno y no a la ciudadanía que lo elige, no vale llorar mientras soportamos a partidos que copian el modelo republicano estadounidense.

La economía de hoy

Pocas noticias como la de Magnet sobre los miles en McDonald’s ilustran mejor la economía de hoy: los beneficios son millonarios pese a haber descendido “un 18%: de 7.545 millones de dólares en 2021 a 6.1774 millones de dólares en 2022”. Para mejorarlos, la empresa reducirá costes, es decir, la plantilla en todo el mundo. Lo que supone colocar en el centro de la actividad económica a accionistas e inversores, y no a las y los trabajadores. La involución en el sector privado, a nivel global, es extraordinaria y preocupante. A nivel local, los sindicatos solo se preocupan del funcionariado y de las elecciones.

«Felipe Juan Froilán de Todos los Antros»

Normal que el sucinto tuit de Carles Sànchez se haya hecho viral: rebautizar al nieto de Juan Carlos I como Felipe Juan Froilán de Todos los Antros, después de que le hayan pillado en una fiesta de lo más mórbida (un after ilegal, menores, cocaína rosa), es brillante. Como lo es el carrerón festivo del sobrino de Felipe VI, que no desperdicia ni un fin de semana. Porque puedes tener mala suerte, salir una vez, liarte (o que te líen) y que te pillen. Pero si son ya unas cuantas en las que policía y medios te cazan es que llevas en la mochila muchas más. Y si las llevas es porque crees que no va a pasarte nada. Y tiene razón: a él nunca le pasa nada.

Los otros Tamames

El acto político de Ramón Tamames no va producir nada salvo un poco de ridículo. Lo relevante es lo que piensan Tamames y otros como él: “El grito de guerra de Tamames, Fernando Savater, Juan Luis Cebrián, Andrés Trapiello o Félix de Azúa es ‘Pedro Sánchez, deja de poner su sucias manos sobre España’” (El Plural). Personas que, en su día, fueron referentes de la izquierda española y que han ido desplazándose a la derecha. ¿Por qué? Porque España es así. Cuántas veces me acuerdo del alcalde socialista de Getafe, Pedro Castro, que fue el que clamó: “¿Por qué hay tanto tonto de los cojones que todavía vota a la derecha?”.

El padre político de Abascal

España es un estado fallido en el que sus motores económicos y sociales se quieren independizar, en el que el partido que tradicionalmente es de izquierdas mantiene a personajes que creen que es progresista abrir un macrocentro de refugiados donde hay políticas de asilo individualizado que funcionan, y en el que el que fue un referente del partido más conservador lo es, a la vez, en la extrema derecha: “El PP quiere a Aznar como antídoto a Vox: ‘Es el padre político de Abascal’”, leemos en El Independiente antes de recordar cómo aquel PP alimentó y sobreprotegió al que ahora es líder de los ultras.

Cualquiera es mejor

Doy por hecho que Ron DeSantis es ultraconservador en lo económico, lo social y lo moral, y que sus propuestas nos parecerán cavernícolas en Europa. Pero solo espero que gane a Donald Trump, cuyas relaciones con Putin no están claras pero sí lo están las que mantuvo con la extrema derecha estadounidense. Cualquier opción es mejor que la del ex presidente. Cualquiera. Y quien opine lo contrario, quien dude de que entre DeSantis y Trump no habrá tanta diferencia, que revise su percepción de lo que es un fascista, como aquellos que nos dijeron que Trump y Hillary Clinton en realidad eran muy parecidos.

Esto quiero verlo

Suelo perder todas mis apuestas, pero estoy bastante seguro de que al Manchester City van a castigarle con lo que menos importa a los jeques: dinero. Puede que les resten algún punto, pero tampoco será gran cosa. Lo que no me creo, y estoy dispuesto a apostar, es que haya una mínima posibilidad de un descenso por incumplimiento del “fair-play” financiero. En Inglaterra los jeques y los ultrarricos compran los clubes porque es muy laxa la regulación que permite transferir patrimonio a los equipos. Ese es su modelo de negocio, contrarrestado con el arraigo de los supporters que cada temporada que pasa contienen los excesos con más dificultad.

El problema no es solo Sánchez

“Pedro Sánchez moviliza un Airbus y el Falcon para asistir a la Cumbre del Clima en Egipto”, titulan en Vozpópuli, señalando la contradicción del presidente español (desde hace un tiempo el digital va escorado por estribor). Pero realmente el problema no es Sánchez, o no es solo Sánchez. Más allá de que Coca-Cola patrociné el evento y genere los residuos que tiene que generar la compañía con la bebida más vendida del mundo, yo lo de que sea presencial y vayan séquitos es lo que menos entiendo después de que hasta en la oficina más humilde hayamos usado Zoom para hacer videorreuniones y hayamos sacado proyectos.

Lo que sea, menos facha

Entre un facha y un neoliberal, un neoliberal. Entre un facha y un tonto, un tonto. Lo que sea, menos un facha. Así que a Ron DeSantis lo único que le pido es que no sea facha (los lazos de Trump con la extrema derecha estadounidense están documentados, aunque intentara alejarse del supremacismo después de algunos asesinatos). Veremos qué perfil tiene el designado como alternativa “roja” al expresidente, pero en un partido republicano echado al monte no espero menos que un ultraconservador católico en lo moral, y un neoliberal extremo en lo económico. Y aún con eso sería preferible a quien ha arropado a Abascal.

Ay, las encuestas

Análisis y encuestas daban como claro vencedor al partido republicano en las “Midterm Elections”. Tanto hincharon el globo que, ahora, su victoria no lo parece. Allá ellos. En España, las encuestas y los análisis también animan a la derecha y la extrema derecha, incluso aunque pierdan fuelle: “El descenso del Partido Popular no impide que Feijóo siga al frente de las encuestas”, aseguran en The Objective. En El Nacional, donde andan un poco mejor de decencia, recuerdan que los de la gaviota por sí mismos no llegan muy lejos: “El PP ganaría las elecciones, pero ni con Vox llegaría a la mayoría absoluta”.

Ahora, las propiedades

Yo lo intento, lo juro, pero no consigo dejar de hablar de fascistas de diferente gradación. Supongo que lo que pasa es que hay muchos. Demasiados, en cualquier caso. Otra vez esta semana toca hablar de Gonzalo Queipo de Llano: después de haber sacado su cuerpo de un lugar de privilegio en una basílica de Sevilla, el siguiente paso lógico sería que sus herederos devuelvan lo robado: “Asociaciones memorísticas plantean dudas sobre la legitimidad de las propiedades de la familia del genocida; tanto de su cortijo, como del marquesado que ostenta uno de sus nietos y de la fundación que lleva su nombre”, leemos en Informalia.

El arte no tiene la culpa

Ya sé que suena hueco, innecesario, evidente, de Perogrullo, pero aún así las y los activistas contra el cambio climático siguen atacando obras de arte para llamar la atención sobre un problema en el que en cada periódico hay noticias a diario. Obras de arte que no contaminan porque no se mueven y que no llaman (salvo en algunos casos) a los turistas a visitarlas por sí solas (con la consiguiente contaminación). ¿Por qué no atacan elementos que sí contaminan, directa o indirectamente? Si esa es la pregunta que nos hacemos todos, en vez de cómo hemos llegado a este desastre climático, evidentemente, la campaña está mal planteada.