Oñati, el Santuario de Arantzazu y las campas de Urbia (Gipuzkoa)

Nuestro destino de hoy es el municipio más extenso de Gipuzkoa (107,31 km²), situado en la comarca del Alto Deba o Debagoiena. Se trata de Oñati, que cuenta con una población de 11.380 habitantes. Fue una villa señorial poderosa que pasó a ser condado y no se integró en la provincia de Gipuzkoa hasta 1845. Cuenta con unos de los cascos antiguos más hermosos de la provincia, que se articula en torno a la Foruen Enparantza (Plaza de los Fueros), que data de finales del siglo XIX y está porticada en tres de sus lados. En ella destaca la Casa Consistorial, edificio barroco construido por Martín Carrera en 1778. Recorriendo las calles Barria y Atzeko empezamos a descubrir notables edificios, como las Casas-Torre de Zumeltzegi y Lazarraga, las Casas Hernani y Otaudi-Jausoro, el Palacio Pedruena y la Torre de Urain o Zubiaur. En la salida hacia Arantzazu encontramos el Monumento al Pastor Vasco, de Nestor Basterretxea.

He querido resaltar los dos edificios más notables de Oñati, destacando sobre todos la Universidad Sancti Spiritus, edificio renacentista del siglo XVI, fundada en 1540 por el obispo Rodrigo Mercado de Zuazola. Destacan en su interior el claustro, la capilla y el artesonado mudéjar. Tiene el honor de ser la primera universidad que hubo en Euskal Herria. El otro edificio más importante es la iglesia parroquial de San Miguel Arcángel, templo gótico del siglo XV que cuenta con un curioso claustro de estilo gótico flamígero.

Casi 10 km nos separan de nuestro siguiente destino, en los que tendremos que salvar 500 metros de desnivel para llegar a los 731 metros de altitud a los que se encuentra el original Santuario de Arantzazu (Arantzazuko Santutegia). Destaca en él su impresionante fachada, con sus tres torres, la Piedad y los 14 apóstoles. Estas dos últimas, obras de Jorge Oteiza. Tras cruzar las puertas de hierro, obra de Eduardo Chillida, descubrimos un imponente retablo mayor de 600 m², concebido en madera policromada por Lucio Muñoz. Las vidrieras fueron realizadas por Xabier Álvarez de Eulate. Finalmente descendemos a la cripta, adornada con las pinturas de Néstor Basterretxea.

Nuestro siguiente destino son las campas de Urbia pero en el punto en el que comienza la ruta nos detenemos, accediendo a la terraza del Hotel Sindika, desde donde contemplamos la parte trasera del Santuario de Arantzazu, cuyas obras comenzaron en 1950 y estuvieron dirigidas por los arquitectos Sáenz de Olza y Laorga. Desde este punto la vista resulta grandiosa.

La subida a Urbia es sencilla. Comienza en el aparcamiento del Santuario desde donde caminamos por la carretera que bordea la Basílica hasta el hotel Sindika. Aquí vemos los paneles informativos que indican el comienzo de la ruta que sigue el GR-283. Tendremos que salvar más de 400 metros de desnivel en 4,3 km de recorrido. Indica que se emplea 1 h 20 min. El camino no tiene pérdida, pues es una ancha pista. Luego nos internamos en el hayedo y llegamos a la Fuente de Erroiti.

Vamos ganando altura y la pista se ha convertido en un cómodo sendero, a veces con bastante pendiente, desde el que divisamos las crestas del Duranguesado, de las que sobresale el Anboto. Hacia el otro lado tenemos al fondo el Aldamin y el Gorbeia. Salimos del bosque de hayas y casi sin enterarnos llegamos al punto más alto de la ruta, el collado de Elorrola (1160 m). Entramos entonces en una senda bordeada por una hilera de fresnos plantados para guiar a caminantes entre la niebla, que va descendiendo primero hacia la ermita y luego a las campas de Urbia.

Seguimos caminando por el sendero bordeado de fresnos que pasa junto a la ermita de Andra Mari, edificada en 1925 a petición de los pastores, para oír la misa los domingos sin tener que bajar hasta Arantzazu. Nuestro descenso continúa hasta la Fonda de Urbia, que estaba cerrada cuando llegamos el 21 de octubre de 2016. ¿Sabéis que tenía teléfono antes de que Telefónica llegara a Gipuzkoa? En el collado de Elorrola hemos visto muchas ovejas, que ahora son las únicas ocupantes de las campas de Urbia.

Nos queda por delante más de 4,5 km de desandar el camino y volver al coche, que hemos dejado aparcado junto al Santuario, pero ahora nos quedamos a disfrutar en soledad de una de las mejores vistas de Euskal Herria, mientras damos cuenta del bocadillo que hemos traído para comer. Ante nosotros tenemos las campas de Urbia y, sobre ellas la sierra de Aizkorri, en la que dos montes, el Aitxuri y el Aketegi (1551 m), compiten por ser el más alto de Gipuzkoa y de la Comunidad Autónoma de Euskadi. Qué mejor final para esta escapada.

En Oñati se encuentran también las cuevas de Arrikrutz, a las que  tengo ganas de ir, pero el día no da para más. Además, siempre hay que dejar algo para poder volver.

ÚLTIMA HORA: De acuerdo con el decreto del Gobierno Vasco, en este momento sólo pueden disfrutar de estos lugares los residentes en Oñati.

Viaje por Turquía (1): Capadocia

Había estado con anterioridad en Estambul durante una Semana Santa, pero tenía pendiente un lugar que me atraía mucho, Capadocia, para lo que tuve que esperar hasta octubre de 2011. Han pasado nueve años, pero los lugares a visitar no han cambiado. Eso si, no había vuelo directo de Bilbao a Estambul, como lo ha habido durante mucho tiempo hasta el confinamiento, así que el 7 de octubre tuvimos que volar primero a Madrid, donde cogimos el avión a Estambul (4 horas de vuelo). Allí comenzó un pequeño calvario, al no llegar mi equipaje y el desastre de la gestión de Iberia, pese a que conocía que estaba localizado e iba en el siguiente vuelo. Dos horas de escala y tomamos el avión a Kayseri (casi hora y media de vuelo), desde cuyo aeropuerto tenemos una hora de viaje hasta el Yiltok Hotel, en Avanos, donde pasaremos las tres próximas noches. Hemos contratado la primera parte del viaje, a medida para las dos parejas, con la agencia Vertierra, que nos resultó fenomenal. Al final nos hemos pasado más de 12 horas de aviones y aeropuertos, pues salimos de Bilbao a las 08:35 y llegamos a Kayseri a las 19:50 h. Estamos en Capadocia, en el centro de Turquía.

8 de octubre. Con ropa prestada por mi amigo comenzamos el ansiado recorrido por Capadocia, deteniéndonos en un lugar que nos encantó y que resume bastante bien la idea que tenemos de Capadocia. Se trata del valle de Devrent, conocido como el valle de la Imaginación, pues muchas rocas tienen formas de animales. Según la imaginación de cada uno: camellos, focas: caracoles… Es también conocido como el valle de las “chimeneas de hadas”, donde la piedra erosionada por el viento y la acción del agua sobre el terreno volcánico, ha dado lugar a un paisaje espectacular de picos, conos y obeliscos.

Satisfechos con la primera experiencia, cambiamos de valle y nos dirigimos al de Pasabag, para seguir contemplando las «chimeneas de las hadas», formaciones de origen volcánico muy abundantes en Capadocia. El valle de Pasabag contiene algunas de las chimeneas de hadas más llamativas de Capadocia, con tapas de piedra doble e incluso triple, lo que las hace únicas al tener forma de hongo. Al concluir la visita nos encontramos con una improvisada fiesta de jóvenes turcos y vemos la forma tradicional de elaborar el pan, una especie de talo.

Después de comer nos acercamos al lugar más importante de Capadocia, Göreme, conocido como un museo al aire libre, ya que conserva un impresionante conjunto de iglesias, capillas y monasterios excavados en la roca con frescos del siglo XI, que fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Los asentamientos en el área comenzaron en los siglos III y IV, cuando los cristianos del período romano fundaron varios monasterios. Estas construcciones eran realmente cuevas artificiales.

Hacemos un alto en el camino para tomar un café en la ciudad en la que nos alojamos, Avanos, situada a 920 m de altitud. Está ubicada a orillas del río más largo de Turquía, el Kızılırmak, que divide a Avanos en dos partes. La arcilla recogida del río, mezclada con arena, se utiliza para fabricar cerámica, así que la alfarería tiene una gran importancia en esta población, por lo que nos acercamos a uno de sus talleres. Cuenta también con dos notables mezquitas de la época otomana y selyúcida respectivamente.

A 4 km de Göreme tenemos la última visita de la jornada, en un sitio realmente espectacular conocido como el Castillo de Uchisar. Se trata de una extraña formación geológica con multitud de viviendas y otras dependencias situadas en el interior. Su pintoresca forma le ha dado el sobrenombre de castillo. El lugar más llamativo, conocido como El Kale, consiste en una estructura inmensa cuya cresta está formada dos picos triangulares y otros dos más pequeños que asemejan torreones. Creo que con lo que hemos visto hoy se justificaría el viaje a Capadocia. Además el tiempo ha acompañado.

9 de octubre. Iniciamos una nueva jornada que nuestras mujeres empiezan muy temprano, todavía de noche, pues para el amanecer tienen contratado un paseo en globo, probablemente el negocio más lucrativo de Capadocia, pues en cada barquilla van 24 personas más el piloto. Por poco más de una hora el precio es de 150 por persona, que incluye el traslado y una copa de cava a la llegada. Aunque el día amaneció nublado y amenazando lluvia, llegaron encantadas de las vistas de las que disfrutaron y del emocionante aterrizaje. A continuación os dejo unas fotos de la experiencia.

Tras juntarnos con ellas en el desayuno, comenzamos el recorrido deteniéndonos en primer lugar en Zielve, otro museo al aire libre pero de inferior categoría al de Göreme. En esta ocasión ocupa tres valles donde se han excavado cientos de viviendas trogloditas, iglesias y túneles. Las rocas son más rojizas que en el resto de Capadocia y estuvo habitado hasta mediados del siglo XX, cuando la población fue desalojada por el gobierno, debido al peligro de derrumbes por la erosión natural de la zona.

La siguiente cita la tenemos en otro curioso lugar, el Valle de Cavusin, en el que las casas excavadas en la falda de una colina, tienen sus fachadas decoradas. Primero subimos a lo alto de la montaña, desde donde se tiene una magnífica vista de conjunto del pueblo, por cuyo abandonado casco antiguo caminamos luego, descubriendo pintorescos rincones.

Tras el almuerzo visitamos la original ciudad Subterránea de Kaymakli, edificada por las comunidades cristianas para protegerse de los ataques árabes. Se cree que fue construida entre los siglos V y X. Concluimos la jornada en el pequeño pero hermoso pueblo de Mustafapasa, cuyo principal atractivo son las casas griegas levantadas entre finales del siglo XIX y principios del XX, que cuentan con relieves y frescos decorando sus fachadas. También podemos tomar imágenes de la tradicional vida local. Lo que vimos ayer fue mucho más interesante, aunque lo de hoy no ha estado nada mal.

Nuestra estancia en Capadocia ha concluido pero el viaje por Turquía continúa. Mañana saldremos para Kenya, pero mi equipaje siguen sin entregármelo, pese a que el contestador de Iberia continúa diciendo lo mismo que ayer: “Su equipaje ha sido localizado y en breve procederemos a su entrega”.

Municipios de Bizkaia (3)

Continúo el recorrido por otros diez municipios de Bizkaia, los siguientes en orden alfabético a los publicados el pasado 14 de julio. En total son 112 y los recorrí entre los años 2012 y 2016. De esta forma pausada os iré mostrando lo que en mi opinión es más interesante en cada uno de ellos.

BARRIKA: Este pequeño municipio es ante todo conocido por sus tres playas abiertas bajo los acantilados, Barrika, Meñakoz y Muriola, también llamada playa de la Cantera, en la que se rodó alguna escena de Juego de Tronos. De su centro urbano me quedo con tres edificios, el Ayuntamiento, la iglesia parroquial de Andra Mari y la Residencia Elorduy.

BASAURI: Municipio densamente poblado, más de 40.000 habitantes, no es conocido por sus atractivos turísticos. Entre sus edificios quiero resaltar cuatro, la iglesia de San Miguel Arcángel (siglos XVI-XVIII), la Casa Torre de Ariz, construida en 1706, la ermita de San Fausto y el Social Antzokia, frente al que se encuentra el monumento a la Escarabillera. Otras esculturas que me gustaron son la dedicada al Paseante Begiluze, «Madre e Hijo», «Arizgoiti» y especialmente «Bidebieta», que representa la silueta de una diligencia tirada por mulos. También coincidí con la exposición sobre el Baskonia MT, uno de los clubes de montaña más conocido de Bizkaia.

BEDIA: Este municipio cuenta con poco más de 1.000 habitantes que en su mayoría viven en Elexalde, donde se encuentra el Ayuntamiento y la iglesia parroquial de San Juan Bautista, que se construyó en 1745. Sin embargo buena parte de su territorio es eminentemente rural, así que pasé una agradable mañana recorriendo los barrios de Eroso Ugarte, Utxarain y Ereño, disfrutando al contemplar antiguos caseríos y cómo posaban unos burritos.

BERANGO: Municipio de poco más de 7.000 habitantes situado entre Getxo y Sopela cuenta con interesantes edificios muy próximos unos a otros, como la Casa Consistorial y las Escuelas, de finales del siglo XIX, la iglesia de Santo Domingo de Guzmán (siglo XVIII), que cuenta con una elegante torre, el monumento de Otxandategi, obra de Basterra (1911) y la Kultur Etxea, que alberga el Museo Memorial del Cinturón de Hierro. Más alejados se encuentran el Palacio Icaza y la enorme escultura de José Luis Pequeño.

BERMEO: Es probablemente el pueblo de Bizkaia que más me gusta, así que me ha costado mucho hacer una selección de fotos, comenzando por el puerto de Sollube, con el recuerdo al ciclista Jesús Loroño, para seguir por su fachada marítima, desde el puerto hasta el islote Akatz y ese increíble lugar que es San Juan de Gaztelugatx, para luego centrarme en su monumental casco antiguo, que cuenta con edificios tan interesantes como las iglesias de Santa Eufemia y de Santa María, el convento de San Francisco, la Torre Ercilla, el Casino, Kikunbera o el Portal de San Juan, vestigio de las murallas. Cuenta también con cantidad de esculturas urbanas, como “La lechera” (Enrike Zubia), “Itzulera” (Castor Solan), “Taraska” (Antonio Ibarrarán), “Homenaje a Benito Barrueta” (Nestor Basterretxea), “Vendedoras de pescado” (Enrike Zubia), “Badatoz!” (Enrike Zubia), “Azken olatua, azken arnasa”. (Enrike Zubia), Olatua (Nestor Basterretxea) y “Euskal kosmogonia”, conjunto de 18 esculturas, obra del  bermeano Nestor Basterretxea.

BERRIATUA: Municipio de la comarca de Lea Artibai, enclavado entre Markina y Ondarroa, cuenta con un pequeño núcleo urbano ubicado en la ribera del Artibai, con interesantes edificios entre los que destacan la iglesia de San Pedro y la Casa Pintada o Etxe Pintxu; palacio del siglo XVIII que tiene la fachada decorada con pinturas al fresco. En Madalena auzoa tenemos casa torre de Aranzibia y la ermita de la que toma el nombre el barrio. En Asterrika auzoa nos detenemos ante la ermita de San Lorentzo (siglo XV), concluyendo nuestro recorrido en Mereludi auzoa, para contemplar el caserío Lekoia Bekoa, magnífico ejemplar de la arquitectura rural de Bizkaia, del siglo XVI, que cuenta con un gran escudo de armas.

BERRIZ: Este municipio constituye un magnífico mirador de las Crestas del Duranguesado, desde Anboto hasta Untzillatx. Cuenta con un interesante patrimonio, parte de él situado en el centro de la población, caso de la iglesia de de San Juan Evangelista y del Palacio de Berriz, actual Ayuntamiento, situado en un hermoso parque. Del patrimonio religioso destaca también la iglesia de Andra Mari de Andikona, barrio que cuenta con hermosos caseríos y, en menor medida, la ermita de San Pedro Txiki, situada antes de llegar al casco urbano. Del patrimonio civil son dignos de mención las casas torre de Lariz y Arria, además de los antiguos caseríos Isuntza Bekoa e Isuntza Goikoa.

BILBAO: Dedicaba una jornada matutina a recorrer cada municipio, así que cuando le llegó el turno a la capital, me centré tan solo en el Casco Viejo, que cuenta con muchísimos lugares de interés. De la arquitectura religiosa tenemos la Catedral y las iglesias de San Antón, Santos Juanes y San Nicolás. De la arquitectura civil, el Teatro Arriaga, la Plaza Nueva, el mercado de la Ribera y la antigua sede del BBVA. Callejeando por el Casco Viejo iremos descubriendo hermosos edificios y rincones, como el Arenal, el edificio de la Bolsa y la Fuente del Perro entre otros muchos. También hay interesantes museos, destacando el Euskal Museoa. Como comentaba, mucho tema para una mañana.

BUSTURIA: Municipio enclavado en la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, cuenta con varios barrios y diferentes edificios de interés, como la iglesia de Andra Mari de Axpe y el palacio de Txirapozu. Cuenta también con un lugar que merece mucho la pena visitar, especialmente si se va con niños. Se trata del Ekoetxea Urdaibai, Centro de la Biodiversidad de Euskadi, que ocupa un interesante edificio singular, la Torre Madariaga, del siglo XV, y la anexa Torre del Reloj, construida en el año 1851.

DERIO: Este municipio no destaca por sus atractivos turísticos pero, como todos, merece también una visita, centrándonos en dos iglesias, la de San Cristóbal, reedificada y ampliada en el año 1745, y la más moderna pero coqueta de San Isidro, construida en 1958. También son dignos de reseñar el edificio del Ayuntamiento, obra de principios de siglo XX de estilo neovasco y el antiguo Seminario. Algo que llamó especialmente mi atención es la gran escultura colorista “Agurra” (saludo), obra de Eneritz Amondarain e Idoia Zuluaga, que da la bienvenida a cuantos se acercan a este municipio, con el que concluyo esta tercera serie.

Las fotos fueron tomadas entre el 14 de febrero y el 4 de junio de 2013.

Senderismo en Pedraza y Riaza (Segovia)

Creía que la de la Val d’Aran iba a ser la última escapada de la temporada con la “nueva normalidad”, palabra que no me gusta nada, pero todavía faltaba la “espuela”, así que del 30 de septiembre al 2 de octubre nos desplazamos a Segovia, Hemos seguido con el mismo criterio que utilizamos desde que empezamos a salir en junio, evitar ciudades, lugares concurridos y estar el mayor tiempo posible en espacios naturales. Para el miércoles elegimos el entorno de Pedraza, para el jueves el de Riaza y para el viernes la “senda de los pescadores”, en Cuéllar, que finalmente nos la frustró la fuerte lluvia y el intenso viento. Otra vez será.

30 de septiembre. A las 13 h quedamos con los amigos de Rivas Vaciamadrid, a los que hacía casi un año que no veíamos, en una población que me encanta, Pedraza, distante 331 km de Leioa y en la que nos detenemos siempre que vamos a Segovia. La cita es en el castillo, una fortaleza construida en el siglo XIII que se reedificó en el siglo XV por García Herrera. A principios del siglo XVI los Duques de Frías reformaron el castillo de nuevo, que cuenta con una imponente torre del homenaje. En 1926, el pintor Ignacio Zuloaga lo adquirió y restauró, instalando allí un taller.

Del castillo, junto al que luego comeremos el bocadillo, iniciamos el recorrido por Pedraza, declarada Conjunto Histórico, pasando junto a lo que queda de la iglesia de Santa María, para dirigirnos a tomar un vino en una terraza de la Plaza Mayor, una de las plazas castellanas que más me gustan. Frente a nosotros tenemos la iglesia de San Juan Bautista y, a un lado, el Ayuntamiento. Da gusto poder caminar sin gente en la calle hasta la Cárcel y la Puerta de la Villa, único acceso a la población, a la que luego volveremos a tomar el café.

Tras comer el bocadillo nos dirigimos a la parte baja de la población, a la Casa del Águila Imperial, centro de interpretación que ocupa la antigua iglesia de San Miguel. Hasta el 2 de noviembre está abierto de viernes a domingo. De aquí parte la Senda del Mirador de la Velilla, recorrido de 5,6 km (ida y vuelta), pero no encontramos ningún cartel que lo indique. Consultado el mapa, empezamos a caminar por la pista que pasa bajo un puente, para luego subir la cuesta de Valdepinto. En el alto vemos el primer cartel que nos conduce a otra pista y más adelante otro nos introduce a un sendero, que lleva no a donde indica (Mirador de la Velilla) sino al Mirador de las Tongueras, de lo que nos alegramos pues, aunque el recorrido es más corto (unos 5 km), tenemos una impresionante vista del acantilado sobre el que se asienta Pedraza, del que sobresalen las dos torres de las iglesias y el castillo. Regresamos a Pedraza apara coger el coche y completar los 37 km que nos quedan para llegar a Segovia.

De nuevo hemos elegido un Parador para pasar las dos noches de esta escapada, en este caso el de Segovia, aprovechando que tenía puntos para una noche gratis en alojamiento y desayuno y la otra a precio de oferta. También hay descuentos en el restaurante, donde os recomiendo probar las croquetas, los calamares y los espárragos. Hemos optado por este Parador porque todas las habitaciones tienen terraza con vistas a la catedral y el acueducto. En ella tomamos el vino de antes de bajar a cenar, así que solo pisamos el local para la cena y el desayuno. La puesta de sol resultó espectacular.

1 de octubre. Se nos baja la moral cuando amanece lloviendo, pero seguimos con el plan previsto que tiene como punto de partida la localidad de Riaza, distante 77 km. Cuando llegamos la niebla cubre los montes y chispea ligeramente, así que optamos por dejar un coche en Riofrío de Riaza, a donde subiremos caminando por el Camino de Riofrío (circuito 3), que parte del Polideportivo de Riaza. Es un agradable sendero que pasa por un robledal, cruza un par de arroyos por sendos puentes y solo tiene un tramo de ligera subida casi al final. La iglesia de San Miguel nos da la bienvenida a Riofrío. El coche lo tenemos aparcado frente al Ayuntamiento, que luce una pancarta reivindicativa contra los recortes sanitarios de la Junta de CYL. Ya no hay niebla y descubrimos que hemos dejado el portón trasero del coche abierto, con vario objetos en el maletero que nadie ha tocado. Riofrío es un pueblo de confianza.

Tas el recorrido matinal nos acercamos a Riaza, población situada a los pies de la sierra de Ayllón, en la que destaca su porticada Plaza Mayor, presidida por el Ayuntamiento y próxima a la iglesia de Ntra Sra del Manto, del siglo XV. Aprovechamos para tomar un vino antes de ir a comer el bocadillo a un área recreativa que se encuentra en un amplio y coqueto parque, ubicado a orillas de la carretera de acceso a la villa, la avenida de Madrid. Luego nos entretenemos dando el pan que nos sobra a un enorme caballo y unos simpáticos perros.

El día ha levantado, así que nos animamos a hacer otra ruta. Tomamos la carretera SG-112 en dirección a Majaelrayo y dejamos aparcado un coche junto al embalse de Riofrío, situado a unos 1300 metros de altitud, continuando con el otro hasta puerto de la Quesera (1757 m), situado a 12,6 km de Riaza en la muga con Guadalajara. Siguiendo el estrecho sendero del camino viejo de Peñalba de la Sierra emprendemos un empinado descenso hacia el embalse, pasando por unos parajes llenos de encanto, primero por un bosque de robles y luego el Hayedo de La Pedrosa, que forma parte del Parque Natural de la Sierra Norte de Guadarrama. El sendero a veces resulta incómodo pero hemos disfrutado con lo que hemos visto y, como en los dos anteriores, no nos hemos encontrado a nadie en la ruta. Una gozada. Hemos tardado hora y media en cubrir los 4,5 km y unos 450 metros de desnivel, eso sí, con paradas para tomar fotos. Si vais con un solo coche, en el recorrido de ida y vuelta hay que calcular más de 3 horas, pudiendo dejarlo aparcado nada más pasar el km 7, donde empieza la ruta junto a la valla del embalse. Por delante tenemos 90 km para regresar a Segovia, coincidiendo con el atardecer. Ha sido una jornada completa.

2 de octubre. Se nos frustró el plan para hoy. En Segovia no hay olas porque no tienen mar, pero llueve con intensidad y hace muchísimo viento. Me río yo de la ciclogénesis que hemos pasado aquí el fin de semana, así que optamos por regresar a casa dando algo más de vuelta, realizando todo el viaje por  autovía, saliendo por A-601, hasta Valladolid. Son 402 km hasta Leioa.