Un paseo monumental por Toledo

Me encanta Toledo. Creo que es una de las ciudades más interesantes del Estado, así que, aunque han pasado catorce años desde mi último viaje, he querido traerla a este espacio, para recomendar su visita. Además, la ciudad histórica de Toledo forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde el año 1986, porque sus monumentos son obras maestras de distintas civilizaciones, con presencia de tres grandes religiones, cristianismo, islamismo y judaísmo. Un buen lugar para disfrutar de una excepcional vista panorámica de la ciudad es la terraza del Parador de Turismo. También puede hacerse desde la Ronda de Toledo, la carretera TO-3100. De izquierda a derecha podemos contemplar el puente medieval de San Martín sobre el río Tajo, construido inicialmente en el siglo XIII, la Catedral y el Alcázar de Toledo, restaurado bajo el reinado de Carlos I y su hijo Felipe II en la década de 1540.

Encaminamos nuestros pasos hacia el principal monumento de la ciudad, la Catedral de Santa María, considerada por algunos como la obra maestra del arte gótico en España. Su construcción comenzó en 1226 bajo el reinado de Fernando III el Santo, aunque se alargó hasta finales del siglo XV. Mide 120 metros de largo por 59 de ancho y cuenta con interesantes portadas, tres de ellas situadas en la fachada principal, destacando la puerta del Perdón, del siglo XV. De interés son también la del Reloj, del siglo XIV y la de los Leones, de los siglos XV y XVI. La torre, del siglo XV, es gótica con influencia mudéjar.

Accedemos a su interior, donde estaca la capilla mayor debido a que guarda una gran riqueza de obras de arte. Destaca su retablo, de estilo gótico florido, encargado por el Cardenal Cisneros, cuya construcción se realizó entre los años 1497 y 1504. También nos detenemos ante el monumental fresco dedicado a San Cristóbal, obra de Gabriel de Ruedas (siglo XVII), el sepulcro del Cardenal Mendoza, de estilo renacentista, la capilla de los Reyes Nuevos, que cuenta con numerosos sepulcros, la capilla de Santiago, también llamada de Álvaro de Luna, por albergar su sepulcro y el transparente de la Catedral.

A continuación nos dirigimos al centro neurálgico de la ciudad, la plaza del Zocodóver, en parte diseñada por Juan de Herrera durante el reinado de Felipe II. Regresamos a la Catedral y tomamos la calle Arco de Palacio, que nos conduce a la plaza del Ayuntamiento, a la que se asoman el edificio de la que toma su nombre, cuya construcción se alargó durante un siglo, no concluyéndose hasta 1703, y el enorme Palacio Arzobispal, cuya construcción se inició en el año 1543.

Ya hemos visto la presencia de la cultura cristiana, así que pasamos a la islámica, ya que ese es el origen de las murallas de Toledo. Nos detenemos en primer lugar ante dos de sus puertas, comenzando ante la más antigua, la Puerta de Alfonso VI, cuya construcción data del siglo X, aunque con modificaciones de estilo mudéjar posteriores al siglo XIII. Espectacular resulta también la Puerta de Bisagra, reconstruida a mediados del siglo XVI, con dos fachadas muy diferenciadas, la interior y la exterior, a cual más hermosa.

A un paso de la hermosa fachada interior de la Puerta de Bisagra tenemos la iglesia de Santiago el Mayor, también conocida como Santiago del Arrabal. Construida en la segunda mitad del siglo XIII, está considerada como una de las mejores muestras del mudéjar toledano. Contemplamos en lo alto el edificio de la Diputación de Toledo y por la calle Real del Arrabal nos dirigimos a la Puerta del Sol, de estilo mudéjar e influencia nazarí, construida en el último cuarto del siglo XIV.

Caminamos 550 metros por la calle Alfonso XII y nos detenemos ante la hermosa portada mudéjar, del siglo XIV, del antiguo convento Madre de Dios, actual Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Castilla-La Mancha. Nos separan 400 metros de nuestra siguiente cita, a la que llegamos caminando por las calles Alfonso XII, Rojas y Taller del Moro. Se trata de la iglesia de Santo Tomé, construida sobre una mezquita a principios del siglo XIV. Destaca sobre todo su campanario mudéjar y por albergar la obra de El Greco, “El entierro del Señor de Orgaz”, de obligada visita en Toledo. Abre de 10:00 18:45 h y la entrada cuesta 4 €. A unos pasos se encuentra el Museo del Greco (3 €), siendo la entrada gratis los sábados por la tarde y los domingos.

Tras la comida continuamos con las visitas. La calle San Juan de Dios nos lleva a la de Reyes Católicos, donde se encuentra la Sinagoga del Tránsito, representante de la tercera cultura que nos faltaba, la judía. Conocida también como Sinagoga de Samuel ha-Leví, se trata de un hermoso edificio mudéjar construido entre los años 1355 y 1357, pese a la prohibición de erigir sinagogas. Alberga el Museo Sefardí y abre de martes a sábado de 9:30 a 19:30 horas y los domingos y festivos de 10:00 a 15:00 horas. La entrada cuesta 3 €, siendo gratis para los mayores de 65 años y los sábados por la tarde y los domingos.

Tenemos que caminar otros 350 metros por la misma calle de Reyes Católicos, para realizar la última visita. El lugar elegido fue el Monasterio de San Juan de los Reyes, mandado construir por los Reyes Católicos y considerado como el edificio más representativo del gótico toledano y una joya del gótico isabelino. Data de finales del siglo XV y se puede visitar todos los días de 10:00 a 18:45 h, siendo el precio de la entrada de 4 €.

Toledo tiene otras muchas cosas que ver, pero un día no da para más y nuestro “campamento base” para esta escapada se encontraba en Alcalá de Henares. Además terminamos agotados por el intenso calor que padecimos pese a ser un 2 de mayo

Ascensión al Mendibil desde La Arboleda (Bizkaia)

Abro un paréntesis en los relatos viajeros para estirar un poco las piernas cerca de casa, aunque al otro lado de la ría, en el municipio de Valle de Trapaga-Trapagaran y, más en concreto, en uno de sus barrios altos, La Arboleda, conocido como Zugaztieta en euskera. Esta zona de esparcimiento es fácilmente accesible mediante el Funicular de Larreineta, inaugurado el 25 de septiembre de 1926 y gestionado por Euskotren, que accede a este barrio desde La Escontrilla, en la parte baja del municipio. A La Arboleda se puede llegar también desde Santurtzi en el autobús A3333, línea operada por Bizkaibus.

El principal objetivo de esta salida fue subir al monte Mendibil, cuyo pirulí cimero es visible desde Leioa, pues tenía ganas de ver mi pueblo desde él. Como Larreineta se encuentra a 395 metros de altitud, tan sólo hay poco más de 150 metros de desnivel para llegar a su cima, caminando durante buena parte del recorrido por la estrecha carretera de acceso al barrio rural de Barrio Nuevo, otro antiguo barrio minero, en el que vemos vacas y gallinas. Durante la subida disfrutamos de magníficas vistas de Sestao, Portugalete y, al otro lado de la ría, la margen derecha, con Leioa y Getxo en primer plano.

Atravesamos Barrio Nuevo y continuamos subiendo con suave pendiente hacia la loma del Bitarratxu, que bordeamos abandonando por un momento la carretera para pasar por un pequeño pinar, aunque la mayor parte del paisaje está dominado por las praderas que nos permiten ver al fondo nuestro objetivo, el pirulí de Mendibil. En esta zona alta todavía vemos cómo trabajan en un caserío, observando a varios ciclistas que suben por la carretera.

Son 3,7 km de suave subida desde La Arboleda y uno menos desde Larreineta, lo que tenemos hasta la cumbre del monte Mendibil situado a 549 metros sobre el nivel del mar. Esta cima está dominada por la imponente torre de telecomunicaciones, conocida popularmente como el pirulí. Desde la cima se tiene una impresionante y hermosa vista casi aérea de La Arboleda, con las antiguas minas, hoy convertidas en embalses artificiales, a nuestros pies. Los caballos pastan cerca de la cumbre.

De la misma cumbre parte una pista que nos condujo de regreso a La Arboleda, mientras disfrutamos de unas espectaculares vistas panorámicas. Caminamos entre amplias praderas, pudiendo contemplar diferentes grupos de vacas y caballos, alguno con su cría, que hacen que nuestro descenso resulte muy agradable. Como a la subida, la pendiente es escasa.

Nuestro descenso hacia La Arbolada continúa mientras contemplamos los montes de Triano y, en el fondo del valle, el pequeño embalse Loiolako. Pronto volvemos al asfalto, junto al que pasta un pequeño grupo de vacas. Nos dirigimos ahora hacia La Ronda auzoa pero, antes de llegar al cementerio, nos desviamos a la derecha para coger la carretera por la que regresamos directamente a La Arboleda. Antes de llegar me detengo a fotografiar sendos grupos de asnos, emús y ocas, una fauna de lo más variada.

El descenso concluye en La Arboleda, barrio al que accedemos pasando por una antigua casa minera. Su casco histórico fue declarado Conjunto Monumental en el año 2003, debido a ser uno de los pocos pueblos mineros que se conservan en Euskal Herria. La Arboleda fue fundado en 1877 para acoger a las personas que trabajaban en las minas. En 1888 se abrió aquí la primera Casa del Pueblo del PSOE y del sindicato UGT. Hoy cuenta con 532 habitantes, siendo el edificio más notable la iglesia de Santa María Magdalena. Cuenta también con varios bares y restaurantes, siendo conocidas las alubiadas que aquí preparan.

No podemos abandonar La Arboleda sin recorrer Meatzalde Goikoa Parkea. Las antiguas minas que se explotaban desde la época romana, se llenaron de agua dando lugar a un paraje de impresionante belleza, en el que se ha ubicado el parque de esculturas del citado nombre, que cuenta con obras de artistas de la talla de Nestor Basterretxea, Iñigo Arregi, Guillermo Olmo, Karmelo Gañan, José Antonio Legorburu, Mariemi Otaola, Victor Arrizabalaga o Alex Morlotez. Más información en https://meatzaldegoikoa.blogspot.com/

Un kilómetro separa La Arboleda de Larreineta que se realiza en un agradable paseo bordeando los embalses artificiales que cubrieron de agua las antiguas explotaciones mineras. Estamos en un precioso entorno natural desde el que podemos ver grupos de caballos, el parque de esculturas y, en lo alto, el pirulí de Mendíbil. También vemos un par de vagonetas utilizadas en las antiguas minas y, a mitad de camino, un enorme aparcamiento, prueba de la cantidad de gente que se acerca a La Arboleda.

Ya que estamos aquí, recomiendo el desplazamiento de tan sólo 3 km hasta el vecino municipio de Ortuella, donde se encuentra Ekoetxea Meatzaldea, el Centro de Interpretación de Peñas Negras, en el que podemos contemplar varias fotografías que nos muestran el antes y el después del efecto minero que sufrió La Arboleda, así como la historia del funicular y, en el exterior, unas vagonetas y una torreta de un “teleférico” de las antiguas explotaciones mineras. De aquí parten varias rutas por los montes de Triano.

Las fotos que ilustran este reportaje ha sido tomadas en tres salidas diferentes.

Escapada a Castellón (y 2)

Concluyo el relato de la escapada realizada por la provincia de Castellón del 24 al 28 de abril pasado. El 26 de marzo decidimos dedicar la mañana a caminar un par de horas por el Parc Natural Desert de les Palmes, situado cerca de Benicassim, optando por la ruta 5, que parte del Centro de Interpretación de la Bartola y se realiza en dos partes diferenciadas, teniendo la primera como objetivo principal las murallas de la Portería Alta, un hermoso lugar situado en el punto más alto, al que se llega por un agradable sendero desde el que se tienen magníficas vistas. Luego hay que descender hasta la carretera CV-147, pasando por un centro de oración de las Carmelitas.

En la segunda parte hay que caminar durante un pequeño tramo por la carretera CV-147, pasando junto a la entrada al monasterio nuevo de las Carmelitas, del siglo XVIII. Es una ruta acondicionada para ciclistas que alcanza los 459 metros de altitud, en pleno antiguo yermo carmelitano. Enseguida, a mano izquierda sale un sendero que nos conduce al segundo objetivo, el castillo de Montornés, una fortaleza de origen árabe del siglo X, construida sobre una escarpada cima que domina una amplia zona. El castillo se encuentra en estado ruinoso. Tenemos que regresar luego a la carretera y continuar unos metros por la ella hasta el punto en el que dejamos el coche, bajo el Centro de Interpretación de la Bartola.

Comemos de bocadillo en un área de pícnic y tenemos luego tenemos casi 70 km de viaje hasta nuestro siguiente destino, Villahermosa del Río, el pueblo que mas nos ha gustado hasta ahora. Se encuentra en una zona de montaña, a 755 metros de altitud, con vistas a la cumbre más alta de Castellón, el Penyagolosa. Además de por su emplazamiento, su principal interés se encuentra en torno a la plaza de la Iglesia, a la que se asoman el castillo y la iglesia de la Natividad, en la que destacan los retablos de los siglos XIV y XV, que pudimos ver gracias a la amabilidad de Rosa Mari, propietaria de la Tienda Casa Provincias, que nos abrió del templo antes de la hora de apertura de su comercio.

El 27 de marzo optamos por quedarnos cerca del Parador de Benicarló, pasando la mañana en la vecina localidad de Peñíscola. Dejamos el coche en un aparcamiento subterráneo, desde donde nos dirigimos al castillo del Papa Luna, cuya estatua pudimos ver junto a la entrada. Lo mejor del castillo es su emplazamiento sobre una península rocosa. En esta época abre de 09:30 h a 21:30 h, costando la entrada 5 € (3,50 € los mayores de 60 años), incluyendo el acceso al parque de Artillería, que rodea la fortaleza por su parte marítima. A mitad de camino se encuentra la iglesia Ermitana.

Para la tarde dejamos un importante yacimiento arqueológico, el Poblat iberic Puig de la Nau, que se encuentra a unos 10 km del Parador. Construido entre los siglos VII al IV aC se encuentra en excelente estado de conservación, ofreciendo una magnífica visión de cómo era la estructura urbana de un poblado íbero fortificado. Las dos fotos inferiores están sacadas de Internet pues, para nuestra frustración, se encontraba cerrado. Al llegar vimos que había que concertar la visita en el teléfono 964 460 448 y eso hicimos, pero nos dijeron que sólo era posible los sábados. Nuestro enfado fue mayúsculo, pues podíamos haber ido al día siguiente. Da la impresión de que sólo interesa el turismo de playa.

Mosqueados regresamos al Parador para dejar el coche y caminar un poco por el pequeño pero coqueto Paseo Marítimo, desplazándonos hasta el puerto pesquero, donde vimos zarpar a dos embarcaciones. He comentado en otras ocasiones que siempre que podemos visitamos los mercados y los puertos pesqueros, pues creo que es donde mejor se conservan las tradiciones, pero en este puerto por poco nos quedamos encerrados. Caminando por la avinguda del Marqués de Benicarló, contemplamos un hermoso mural en la fachada de una casa y una estatua de un pescador.

Dejamos para el día de vuelta, el 28 de marzo, los dos pueblos en mi opinión más interesantes, en los que ya estuvimos en el año 2011. El primero de ellos, Ares del Maestrat, se asienta sobre una espectacular mole rocosa, a 1194 metros de altitud, que conserva restos de su castillo. Dejamos el coche en la Plaza Mayor y entramos en la oficina de turismo, donde nos entregaron un mapa y nos indicaronn los tres anillos que tenemos que recorrer, siendo el último en la parte superior, a los pies del castillo. En la plaza de la Iglesia tenemos la estatura del rey Jaime, I, la antigua Lonja, que conserva los sus arcos góticos-mudéjares del siglo XIV, y la iglesia parroquial de la Asunción, con su fachada barroca del siglo XVIII.

Concluimos las visitas de esta escapada en el pueblo más hermoso de todos, que forma parte de los “pueblos más bonitos de España”. Se trata de Morella, declarado Conjunto Histórico-Artístico, del que os hablaré con más amplitud en una próxima entrega, pues considero que merece realmente la pena, por su castillo, su calle porticada, la muralla y puertas de acceso y, especialmente, por la Basílica de Santa María la Mayor, joya del gótico religioso, que fue construida entre los siglos XIII y XIV. Destaca por sus puertas exteriores, el monumental órgano y la espectacular escalera del coro, con la talla de madera policromada con la escena del Juicio Final. La entrada cuesta 3,50 €. Os recomiendo dejar el coche en el amplio aparcamiento situado en la parte alta de la población, en la calle Hospital, muy cerca del acceso al recinto amurallado por el portal y torres de Sant Miquel. Nada más entrar tenemos la Oficina de Turismo.

La casualidad hizo que comiéramos en la terraza de unos de los pórticos de Carrer d’En Blasco d’Alagó, 22, en Casa Pere. Digo esto porque al ir al baño encontramos un cuadro de la Peña del Athletic Club, cosa nos hizo mucha ilusión. Aquí nos despedimos de los amigos madrileños. Por delante teníamos 485 km para regresar a Leioa.

Escapada a Castellón (1)

Del 24 al 28 de abril hemos estado recorriendo parte de la provincia de Castellón, pues cinco días no dan para conocerla al completo. Ha sido la tercera escapada que realizamos este año, teniendo como campamento base la localidad de Benicarló, distante 549 km de Leioa, que se realizan en algo menos de seis horas viajando por autopista hasta Zaragoza, para luego continuar buena parte del recorrido por la N-232, una excelente carretera que pasa por Alcañiz y Morella, puerta de entrada a la provincia de Castellón.

El Parador de Benicarló **** fue el lugar que elegimos para pasar las cuatro noches de esta escapada, que realizamos con la pareja de amigos de Rivas Vaciamadrid. El Parador está muy bien situado, en la avenida Papa Luna, 5, teniendo acceso también al Paseo Marítimo. Cuenta con piscina, extensos jardines y una amplia terraza en la habitación. La relación calidad precio es excelente, pues pagamos unos 94 euros por noche, en alojamiento y desayuno. En la carta del restaurante destaca la amplia oferta de fideuá y arroces.

El Parador se encuentra a unos 7 km de Peñíscola, así que el 24 de abril, tras instalarnos en la habitación y descansar un poco del largo viaje, decidimos estirar las piernas un poco y caminar durante unos 5 km por la zona en la que la avenida del Papa Luna se convierte en paseo marítimo, fotografiándome al llegar en el cartel de Peñíscola, para luego tomar sendas instantáneas de las fuentes Marítima y del Dragón. Tomamos luego un vino rosado valenciano en una terraza, regresando en taxi al punto de partida.

La mañana del 25 de abril la dedicamos a caminar por el Parc Natural de la Sierra d’Irta, una de las últimas sierras vírgenes del litoral valenciano. Elegimos una ruta costera de unos 9 km de ida y vuelta, que empieza en Cala Blanca, cerca de Alcossebre, en forma de paseo hasta el faro de Irta, para continuar por un sendero que pasa sucesivamente por la cala Mundana y la playa del Serradal. Los apartamentos Prestige, situados sobre el acantilado, marcan la imagen de las construcciones del pasado. Aquí comienza la parte más hermosa de la ruta roja que concluye en Cala Cubanita, de donde regresamos al punto de partida por la misma ruta.

Comemos de bocadillo en la zona de pícnic de Cala Blanca y nos dirigimos a nuestra siguiente cita, Alcalà de Xivert, pueblo situado en la comarca de Baix Maestrat, en el que destaca la iglesia de San Juan Bautista, de estilo barroco valenciano, construida a mediados del siglo XVIII. En la parte derecha de su monumental fachada se alza majestuosa la torre-campanario, que se terminó el 14 de junio de 1803. En la plaza vemos un viejo olivo y, en la carretera que se dirige al castillo, la barroca ermita del Calvario.

A unos 6 km de Alcalà de Xivert se encuentra una construcción islámica que data de los siglos X y XI, aunque durante el siglo XIII la reformaron los templarios. Se trata del castillo de Xivert, al que se puede subir caminado durante hora y media, teniendo que salvar un desnivel de unos 200 metros, para llegar a los 358 metros de altitud a los que se encuentra. La visita merece realmente la pena, pues el ruinoso castillo está bastante restaurado, siendo la visita libre, con numerosos paneles con explicaciones. Lo que no es tan bueno es el acceso en coche, pues la carretera se estrecha y se convierte en una pista por la que hay que circular con cuidado. En algunos puntos está asfaltada, pero sin posibilidad de cruzarse con otro vehículo, así que estáis avisados. No entiendo cómo tienen una zona tan bien acondicionada con un acceso tan malo.

Muy cerca tenemos el pequeño pueblo de Santa Magdalena de Polpis, en el que su principal edificio es la iglesia parroquial, de estilo neoclásico, situada frente al Ayuntamiento. La verdad es que este pueblo no nos dijo nada, siendo el mejor recuerdo los nidos de golondrinas que vimos y la Radler que nos tomamos. Cuenta también con un castillo situado a 4 km y 431 m de altitud. Se trata de una antigua alcazaba árabe, de los siglos X y XI, que en el siglo XIII reformaron los templarios. Aquí no llegamos a subir, pues no me atreví a hacerlo por la pista de acceso, lo cual fue un acierto, pues nos dijeron que se encontraba en muy mal estado. Tomé una foto de la carretera, siendo las otras dos imágenes de Internet.

Me ha sorprendido gratamente lo montañosa que es la provincia de Castellón o al menos los lugares que hemos visitado. También lo verde que se encontraba el paisaje debido a los numerosos cultivos existentes, pese a que todos los ríos que vimos estaban secos. Sólo en el Baix Maestrat dicen que hay 448 hectáreas de olivos y 356 de frutos secos. Hemos visto numerosos campos de almendros y, en la zona de regadío, cantidad de naranjos. También he fotografiado las alcachofas de Benicarló, que cuentan con denominación de origen, algo que ignoraba, pues sólo había oído hablar de las de Tudela.

Esta entrega sólo ha sido el aperitivo del viaje, pues falta lo más importante, lo que realizamos en los tres días siguientes, pero de ello espero hablar la próxima semana. La escapada continúa.

Parque Natural Collados del Asón (Cantabria)

Hace ya unos años que evito viajar en Semana Santa, puentes y cualquier temporada alta, para evitar los atascos en las carreteras y los precios desorbitados en los alojamientos. Es por ello que esperé al 11 de abril, día siguiente al Lunes de Pascua, para realizar esta escapada de unos 200 km de ida y vuelta desde Leioa, con el objetivo de acercarme al Parque Natural Collados del Asón, en Cantabria, para contemplar el nacimiento de los ríos Gándara y Asón. También tuve ocasión de percibir los efectos de la sequía que padecemos, pues la cascada del Asón tenía muy poca agua y la del Gándara nada. Buscando en mis archivos pude ver que esta misma excursión la efectué el 20 de abril de 2018, con un resultado completamente diferente, como a continuación os muestro.

Los tres lugares visitados se encuentran en el Parque Natural Collados del Asón y, más en concreto, en el municipio de Soba, acercándonos en primer lugar al nacimiento del río Gándara, cuyo entorno lo están acondicionando. Este río nace en una surgencia bajo la peña caliza del Becerral, en La Gándara. El agua empieza enseguida a discurrir con fuerza en un lugar de gran belleza, en el que existe un molino, mesas para pícnic y praderas en las que pastan vacas y caballos.

Las imágenes anteriores las tomé el pasado 11 de abril, cuando el nacimiento del río Gándara tenía bastante agua, aunque no tanta como las que muestro a continuación, sacadas el 20 de abril de 2018.

Limítrofe con Bizkaia y Burgos, el municipio de Soba está formado por 27 núcleos de población, siendo en el de La Gándara donde se encuentra el principal centro de actividad, a excepción del Ayuntamiento que está en Veguilla. Rodeado de un hermoso parque con mesas para pícnic, en La Gándara se encuentra el Centro de Interpretación del Parque Natural Collados del Asón. Frente al bar-restaurante nos llamó la atención un cartel de venta de productos “Km 0”,

Dejamos aparcado el coche frente al citado centro de interpretación, realizando un breve recorrido hasta el final del parque que lo rodea, donde se encuentra un vistoso y aéreo mirador. Desde él contemplamos una magnífica panorámica del Parque Natural Collados del Asón, teniendo bajo nosotros la cascada que se desliza por la pared rocosa, o eso creíamos, pues cuando estuvimos el pasado el pasado 11 de abril, no tenía ni gota de agua.

El 20 de abril de 2018 tuvimos mucha más suerte, pues disfrutamos de un magnífico espectáculo de agua desde el mirador, algo que, por lo visto, sólo es visible en épocas de abundantes lluvias o tras el deshielo posterior al invierno, así que, con la sequía de este año, el agua brillaba por su ausencia. Hasta el Mirador del Gándara se puede llegar también caminando desde el nacimiento del río, por una ruta circular de 4,5 km que enlaza ambos lugares.

5,4 km separan tan sólo el Mirador del Gándara del Mirador del nacimiento del río Asón, teniendo que pasar un puerto, el Collado del Asón, junto al que se ha acondicionado un amplio aparcamiento del que parten rutas de senderismo. Es el gran cambio que hemos notado en los cinco años que han separado nuestras dos escapadas a la zona, prueba de que la naturaleza está de moda. Justo donde comienza el descenso, me entretuve un rato fotografiando a un grupo de vacas con sus crías, alguna recién nacida.

Cuando el pasado 11 de abril nos acercábamos a la cascada del nacimiento del río Asón, no nos podíamos creer lo que veíamos, pues tenía poquísima agua. Las aguas subterráneas que discurren por las zonas más altas del Parque Natural Collados del Asón, salen a la superficie y se precipitan sobre el valle de Asón, dando lugar a la cascada Cailagua, un imponente salto de agua de más de 70 metros de altura que, en el mes de abril, por el deshielo, solía tener mucha más agua que la que pudimos ver desde el mirador.

Qué diferencia con el espectáculo del que disfrutamos casi cinco años antes, el 20 de abril de 2018, cuando contemplamos la cascada Cailagua desde el Mirador del nacimiento del río Asón. Un sendero acerca a la base de la cascada partiendo desde la aldea de Asón. Nosotros hicimos un recorrido mucho más breve, partiendo unos 300 metros, carretera abajo, del mirador. Un pequeño tramo de pista y un corto sendero nos permitió acercarnos a la base de la cascada, para sentir cómo el agua nos salpicaba en la cara.

Visto lo visto, habrá que informarse antes de ir sobre si las cascadas tienen agua, aunque acercarse al Parque Natural Collados del Asón siempre merece la pena.