Escapada a Castellón (y 2)

Concluyo el relato de la escapada realizada por la provincia de Castellón del 24 al 28 de abril pasado. El 26 de marzo decidimos dedicar la mañana a caminar un par de horas por el Parc Natural Desert de les Palmes, situado cerca de Benicassim, optando por la ruta 5, que parte del Centro de Interpretación de la Bartola y se realiza en dos partes diferenciadas, teniendo la primera como objetivo principal las murallas de la Portería Alta, un hermoso lugar situado en el punto más alto, al que se llega por un agradable sendero desde el que se tienen magníficas vistas. Luego hay que descender hasta la carretera CV-147, pasando por un centro de oración de las Carmelitas.

En la segunda parte hay que caminar durante un pequeño tramo por la carretera CV-147, pasando junto a la entrada al monasterio nuevo de las Carmelitas, del siglo XVIII. Es una ruta acondicionada para ciclistas que alcanza los 459 metros de altitud, en pleno antiguo yermo carmelitano. Enseguida, a mano izquierda sale un sendero que nos conduce al segundo objetivo, el castillo de Montornés, una fortaleza de origen árabe del siglo X, construida sobre una escarpada cima que domina una amplia zona. El castillo se encuentra en estado ruinoso. Tenemos que regresar luego a la carretera y continuar unos metros por la ella hasta el punto en el que dejamos el coche, bajo el Centro de Interpretación de la Bartola.

Comemos de bocadillo en un área de pícnic y tenemos luego tenemos casi 70 km de viaje hasta nuestro siguiente destino, Villahermosa del Río, el pueblo que mas nos ha gustado hasta ahora. Se encuentra en una zona de montaña, a 755 metros de altitud, con vistas a la cumbre más alta de Castellón, el Penyagolosa. Además de por su emplazamiento, su principal interés se encuentra en torno a la plaza de la Iglesia, a la que se asoman el castillo y la iglesia de la Natividad, en la que destacan los retablos de los siglos XIV y XV, que pudimos ver gracias a la amabilidad de Rosa Mari, propietaria de la Tienda Casa Provincias, que nos abrió del templo antes de la hora de apertura de su comercio.

El 27 de marzo optamos por quedarnos cerca del Parador de Benicarló, pasando la mañana en la vecina localidad de Peñíscola. Dejamos el coche en un aparcamiento subterráneo, desde donde nos dirigimos al castillo del Papa Luna, cuya estatua pudimos ver junto a la entrada. Lo mejor del castillo es su emplazamiento sobre una península rocosa. En esta época abre de 09:30 h a 21:30 h, costando la entrada 5 € (3,50 € los mayores de 60 años), incluyendo el acceso al parque de Artillería, que rodea la fortaleza por su parte marítima. A mitad de camino se encuentra la iglesia Ermitana.

Para la tarde dejamos un importante yacimiento arqueológico, el Poblat iberic Puig de la Nau, que se encuentra a unos 10 km del Parador. Construido entre los siglos VII al IV aC se encuentra en excelente estado de conservación, ofreciendo una magnífica visión de cómo era la estructura urbana de un poblado íbero fortificado. Las dos fotos inferiores están sacadas de Internet pues, para nuestra frustración, se encontraba cerrado. Al llegar vimos que había que concertar la visita en el teléfono 964 460 448 y eso hicimos, pero nos dijeron que sólo era posible los sábados. Nuestro enfado fue mayúsculo, pues podíamos haber ido al día siguiente. Da la impresión de que sólo interesa el turismo de playa.

Mosqueados regresamos al Parador para dejar el coche y caminar un poco por el pequeño pero coqueto Paseo Marítimo, desplazándonos hasta el puerto pesquero, donde vimos zarpar a dos embarcaciones. He comentado en otras ocasiones que siempre que podemos visitamos los mercados y los puertos pesqueros, pues creo que es donde mejor se conservan las tradiciones, pero en este puerto por poco nos quedamos encerrados. Caminando por la avinguda del Marqués de Benicarló, contemplamos un hermoso mural en la fachada de una casa y una estatua de un pescador.

Dejamos para el día de vuelta, el 28 de marzo, los dos pueblos en mi opinión más interesantes, en los que ya estuvimos en el año 2011. El primero de ellos, Ares del Maestrat, se asienta sobre una espectacular mole rocosa, a 1194 metros de altitud, que conserva restos de su castillo. Dejamos el coche en la Plaza Mayor y entramos en la oficina de turismo, donde nos entregaron un mapa y nos indicaronn los tres anillos que tenemos que recorrer, siendo el último en la parte superior, a los pies del castillo. En la plaza de la Iglesia tenemos la estatura del rey Jaime, I, la antigua Lonja, que conserva los sus arcos góticos-mudéjares del siglo XIV, y la iglesia parroquial de la Asunción, con su fachada barroca del siglo XVIII.

Concluimos las visitas de esta escapada en el pueblo más hermoso de todos, que forma parte de los “pueblos más bonitos de España”. Se trata de Morella, declarado Conjunto Histórico-Artístico, del que os hablaré con más amplitud en una próxima entrega, pues considero que merece realmente la pena, por su castillo, su calle porticada, la muralla y puertas de acceso y, especialmente, por la Basílica de Santa María la Mayor, joya del gótico religioso, que fue construida entre los siglos XIII y XIV. Destaca por sus puertas exteriores, el monumental órgano y la espectacular escalera del coro, con la talla de madera policromada con la escena del Juicio Final. La entrada cuesta 3,50 €. Os recomiendo dejar el coche en el amplio aparcamiento situado en la parte alta de la población, en la calle Hospital, muy cerca del acceso al recinto amurallado por el portal y torres de Sant Miquel. Nada más entrar tenemos la Oficina de Turismo.

La casualidad hizo que comiéramos en la terraza de unos de los pórticos de Carrer d’En Blasco d’Alagó, 22, en Casa Pere. Digo esto porque al ir al baño encontramos un cuadro de la Peña del Athletic Club, cosa nos hizo mucha ilusión. Aquí nos despedimos de los amigos madrileños. Por delante teníamos 485 km para regresar a Leioa.

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