SILIÓ (Cantabria): La Vijanera, el primer carnaval del año

Como cada primer domingo del año, la localidad cántabra de Silió celebra el 5 de enero el primer carnaval de 2020. Con el nombre de La Vijanera, es una fiesta declarada de interés turístico nacional. Este pueblo que ronda los 500 habitantes, se encuentra a 265 metros de altitud y a una distancia de 3 km de Molledo, municipio al que pertenece. De su patrimonio destaca la iglesia románica de San Facundo y San Primitivo y algunas casas de los siglos XVII y XVIII. Llama también la atención el monumento a La Vijanera. Viendo el cartel de este año, nos podemos hacer idea de lo que nos espera. Silió se encuentra a 143 km de Leioa, que podemos recorrer en hora y media, pues casi todo el viaje se realiza por autovía, primero por la A-8 hasta, cerca de Torrelavega, y luego por la A-67, dirección Palencia, hasta la salida 157.

Dado que el día de la fiesta cierran el acceso por carretera a Silió, nosotros fuimos de víspera y nos alojamos en La Posada de los Duendes, en Helguera, pues así el domingo subimos caminando en poco más de media hora. En este barrio está la iglesia de Santa Leocadia. Luego nos desplazamos a Santa Cruz de Iguña, donde se encuentra la casa del inventor Leonardo Torres Quevedo, concluyendo la tarde del sábado en Molledo, acercándonos al Santuario de la Virgen del Camino, que data del siglo XVIII.

De esta forma pudimos conocer mejor el valle de Iguña, por el que discurre el río Besaya en su paso entre la meseta y el mar Cantábrico. Visitando los pueblos anteriormente citados y, sobre todo, en nuestro recorrido a pie entre Helguera y Silió, contemplamos la variedad de ganado que pasta en los verdes pastos del valle.

Aunque la fiesta de La Vijanera comienza al alba del domingo, de cara a los visitantes todo empieza sobre las 11 de la mañana en el centro del pueblo. Para mostraros las mejores imágenes me infiltro entre los participantes, unos 160, todos ellos varones, desde que comienzan el recorrido en la parte alta del pueblo. Empezamos a ver a los vecinos ataviados con máscaras, pieles y coloridas indumentarias.

Los verdaderos protagonistas de la fiesta son los zarramacos, que se cubren con pieles de oveja y sombreros picudos con cascabeles, llevando la cara pintada de negro. Lo normal es que lleven 8 campanos, cuatro delante y otros tantos detrás. Son el grupo más numeroso de La Vijanera. La siguiente cita, de 11:30 a 12:00, es en la plaza de la iglesia, donde se procede a la captura del oso.

Los personajes que más llamaron mi atención fueron los trapajones, nombre con el que denominan a los que llevan los trajes confeccionados con elementos naturales, como musgo, hiedra, paja, helechos, berezo, maíz, alubias, hojas y cortezas de distintos árboles… Curiosos son también los trapajeros, así llamados por estar confeccionada su indumentaria con tiras de trapos. Además llevan máscara. La siguiente cita es a las 12:30 en el límite del pueblo, lugar conocido como la raya, donde realizan un frenético baile.

Seguimos disfrutando de los variados trajes de La Vijanera, como los danzarines, negros y blancos, la madama, el mancebo, el marquesito, el pasiego y la pasiega, el caballero, la Pepa, los viejos, el afilador, la pitonisa, la bruja y un largo etcétera. La siguiente cita la tenemos a las 13 horas en la campa existente junto a las escuelas, donde se recitan las coplas satíricas. Yo sigo acompañando a los participantes.

La Viajenara concluye sobre las 14 horas junto a la iglesia, con la aparición del oso acompañado por el húngaro y los zamarracos. El oso es rodeado y apaleado hasta que cae muerto, simbolizando la victoria sobre el mal. He disfrutado en esta fiesta y sacado muchísimas fotos. Creo que merece la pena. Además hemos tenido suerte para conseguir sitio en un bar en el que comer un bocadillo.

Como se encuentra a tan solo 4 km del hotel, decidimos pasar la tarde en Bárcena de Pie de Concha, pueblo por el que pasa el río Besaya, que cuenta con varias casas con hermosos miradores. Nos acercamos también a la iglesia parroquial de Santa María de Roimbre, edificio muy reformado que data de principios del siglo XVI.

Cuando estamos junto a la iglesia de Santa María de Roimbre nos encontramos con algo con lo que no contábamos, la tradicional cabalgata de Reyes que se celebra cada 5 de enero. Este año comenzará a las 16:30 horas en Bárcena de Pie de Concha y recorrerá Pujayo, Pie de Concha, Bárcena, Cobejo y Santa Olalla, con una representación final en la plaza de Bárcena, chocolatada incluida, a las 21:00 horas. Resulta curioso ver que las pequeñas carrozas van tiradas por tractores. Es un buen final a esta escapada.

Una tarde en Brisbane (Australia)

Esta ciudad no entraba en nuestro plan de viaje de 32 días por Australia y Nueva Zelanda, realizado en otoño del pasado año. Sucedió que tras mirar por Internet precios y rutas en varias compañías aéreas, la opción más rápida, económica y que mejor se acomodaba a nuestras necesidades, la encontramos en la compañía australiana Quantas incluyendo en el mismo billete los vuelos Madrid-Dubai-Adelaide, con Emirates, Brisbane-Auckland y, para el regreso, Queenstown-Sydney  y Sydney-London Heathrow-Madrid. En la oficina de Qantas en Madrid no se creían que hubiera conseguido un precio tan bueno en su web. De esta forma, aunque en versión abreviada, pudimos conocer Brisbane, la capital del estado de Queensland. Tras dos horas de vuelo desde Cairns, a las 12:45 h el Boeing 737-800 de Qantas tomaba tierra en el aeropuerto de Brisbane. Tuvimos que movernos con rapidez. Taxi al Comfort Inn & Suites Northgate Airport Motel, situado cerca del aeropuerto, pues al día siguiente tocaba madrugón, y un tren para desplazarnos al centro.

Estamos en la tercera ciudad más poblada de Australia. El tren nos dejó en la Central Station, situada a un paso de la Queen street, la calle central y más comercial de la ciudad, en la que comimos una hamburguesa para no perder tiempo. Esta calle peatonal es conocida como Queen Street Mall, pues es un centro comercial que se extiende unos 500 metros desde George street hasta Edward street, en el que hay más de 700 comercios. Llama nuestra atención la originalidad de sus fachadas y los rascacielos que observamos por las calles laterales.

Al final la Queen Street se ensancha, dando lugar a la Reddacliff place, a la que se asoma el monumental edificio Former Treasury Building, Hotel y Casino. Es un lugar muy concurrido y animado, sede de improvisados mercadillos comunitarios. También se encuentra en este lugar uno de los puntos de alquiler de bicicletas y dos vistosos grupos escultóricos, de nombre Sphere y Ball sculpture.

De la Reddacliff place accedemos al Victoria bridge, que cruza el río Brisbane del que la ciudad toma su nombre. La capital del estado de Queensland es atravesada por este río navegable, que la divide dándole forma de una enorme “S”. Hacia el este queda el mar y hacia el oeste el monte Cootha. Al otro lado del río vemos la noria y a nuestra izquierda el skyline de la ciudad.

Nada más cruzar el puente sobre el río Brisbane accedemos a una antigua zona industrial, que fue totalmente renovada para la Expo de 1988. Lo primero que encontramos es una amplia zona cultural, sede del Concert Hall y del Queensland Perfoming Arts Centre, frente al que tenemos el Brisbane Sign, siempre concurrido de gente que acude a sacarse la foto ante el nombre de la ciudad, formado por coloristas letras, con el skyline de fondo. Hay también varios bares y restaurantes.

Estamos en el llamado South Bank, zona muy tranquila por la que dimos un agradable paseo, disfrutando de sus parques, plantas y flores, de los artistas callejeros y de varias esculturas urbanas. También vimos los primeros ibis, que en esta ciudad son como las palomas, pues están en todas partes en busca de desperdicios. La gente acude a pasar la tarde sentados en la hierba a orillas del río.

Caminando por el paseo que recorre la orilla del río Brisbane quise sacar una foto del skyline de la ciudad pero, a pesar del gran angular de la cámara, resultaba imposible fotografiarlo al completo, así que recurrí al modo panorámico del móvil. Al ver la foto, me sorprendió que había cinco parejas que vestían igual. Al verla en el ordenador pude comprobar que era la misma en cinco momentos diferentes. Desde luego no era mi intención obtener esta instantánea, así que fue una casualidad.

Continuamos el paseo ribereño hasta llegar al Goodwill Bridge, pasarela peatonal construida en el año 2001 que, con sus casi 500 metros de longitud, conecta la zona en la que se encuentra el Museo Marítimo de Queensland, en South Bank, con el distrito de negocios a la altura del la Universidad de Tecnología de Queensland. Cruzando este puente iniciamos el regreso al punto de partida.

Nuestro apresurado recorrido por Brisbane concluye en el Jardín Botánico (Brisbane City Botanic Gardens), de 20 hectáreas de extensión, que cuenta con plantas exóticas de todo el mundo. Tras dar un agradable paseo por él, coincidiendo con el anochecer nos dirigimos a la Central Station, para desplazarnos en tren hasta el hotel cercano al aeropuerto, en el que cenamos.

Al día siguiente tocó madrugón, pues nuestro vuelo para Auckland salía a las 07:45 h. El viaje continúa por Nueva Zelanda.

Escapada burgalesa

Salvo que sea a latitudes más cálidas, no acostumbro a realizar escapadas de varios días a partir del último domingo de octubre, cuando cambian la hora, pues nos roban las tardes al ser los días muy cortos. Además es mucho más fácil que llueva y haga frío. Sin embargo, mis amigos de Rivas Vaciamadrid tenían ganas de conocer las lagunas de Neila, en las que he estado en varias ocasiones, así que allí nos fuimos. Fue el pasado año, del 17 al 19 de noviembre. Las previsiones de tiempo no eran nada halagüeñas, pero bueno…

Como habíamos quedado a comer en Neila y el sábado salió un día espectacular, optamos por realizar el viaje por La Rioja, para así poder disfrutar de los colores del otoño en los viñedos, de las peñas que rodean el río Najerilla a su paso por Anguiano, del embalse de Mansilla y del cañón que forma el río Najerilla, en esta zona llamado Neila, camino de la localidad del mismo nombre. El día estuvo radiante.

Había estado en varias ocasiones en Neila, pero nunca había pernoctado en esta localidad burgalesa de tan solo 158 habitantes empadronados aunque, según nos comentaron, en invierno solo viven la mitad. Pasamos las dos noches en el sencillo pero acogedor Hotel Villaneila, en el que nos sentimos como en casa y cenamos muy a gusto. Menos mal que había otro bar abierto, pues en cuanto anochecía hacía un frío que pelaba, ya que estamos a 1163 metros de altitud. De esta forma pudimos ver el nacimiento del río Neila o Najerilla, la iglesia de San Miguel, de estilo románico serrano, las casas blasonadas y la plaza del Ayuntamiento.

El día sigue espectacular, así que decidimos aprovechar la tarde para recorrer en coche otros 21 km. Como el objetivo de esta escapada era disfrutar de la naturaleza, tan generosa en esta tierra de pinares, nos desplazamos en primer lugar hasta Fuente Sanza, lugar situado en la carretera que va a Quintanar de la Sierra, a 6,7 km de Neila, un hermoso paraje en el que nace el río Arlanza.

Como para el día siguiente dan lluvia, aprovechamos lo que queda de tarde para subir hasta las lagunas de Neila (8 km desde Fuente Sanza). Se trata de un lugar lleno de encanto consistente en un conjunto de lagos formados en circos glaciares, rodeados de montañas que alcanzan su punto culminante en el Campiña (2049 metros). Solo nos da tiempo para llegar a la laguna Larga, que contemplamos con los últimos rayos de sol (parte superior). Al día siguiente, lo primero que hicimos fue volver a esta laguna y continuar caminando hasta la laguna Negra, pero la niebla se había adueñado del lugar.

Para el domingo tenemos previstos 50 km de recorrido en coche. Tras abandonar las lagunas nos dirigimos al Comunero de Revenga, lugar compartido por los municipios de Canicosa de la Sierra, Quintanar de la Sierra y Regumiel de la Sierra. Se trata de un paraje rodeado de pinares, en cuyas praderas existe una ermita (Ntra Sra de Revenga) y una casona comunal del siglo XVIII. A escasos metros se encuentra una necrópolis medieval de tumbas excavadas en la roca. Sin embargo, lo que más llama la atención es la llamada Casa de la Madera, cuya visita merece realmente la pena, ya que es muy didáctica. Resulta obligado subir en el ascensor acristalado, pues desde la pasarela situada a 21 metros de altura se tiene una vista excepcional de la zona. La lluvia nos hace regresar a Quintanar de la Sierra, donde aprovechamos para comer mientras cae el chaparrón.

La lluvia nos da tregua, así que decidimos ir a un cercano lugar que me gusta mucho, la necrópolis de Cuyacabras, uno de los testimonios más ilustrativos de la arqueología medieval española. Data de los siglos IX al XIII y cuenta con 166 tumbas y 16 nichos. Además podemos disfrutar de los colores de otoño que proporciona el bosque de robles.

Tercer día de esta escapada. Abandonamos Neila pero mis amigos madrileños insisten en probar suerte de nuevo, por tercera vez, con las lagunas de Neila. Como nos pillan de paso, nos dirigimos a la que está situada en un nivel más bajo, la laguna de la Cascada, así llamada por la cascada que la alimenta procedente de lo alto del circo, donde estuvimos el primer día. Ha habido suerte, pues por un momento ha salido el sol y obtenemos imágenes con buenos reflejos.

De nuevo nos dirigimos a la parte superior de las cascadas, a la zona en la que hemos estado los días precedentes. El cielo se ha cubierto pero no llueve, así que podemos acercarnos a las lagunas de los Patos y Brava. Estamos en el límite de donde llega la nieve. Aunque sin sol, también logramos ver unos reflejos más que decentes.

Iniciamos el regreso a casa. Pasamos de largo Covarrubias y nos dirigimos a un pequeño pero coqueto enclave natural que quiero que conozcan mis amigos, el desfiladero de La Yecla. Es un recorrido muy breve pero atractivo, por una pasarela por el fondo del barranco. Luego tendremos que regresar al punto de partida por la carretera, atravesando los 250 metros de dos túneles con acera. En los peñascos que rodean la garganta hay gran cantidad de buitres.

La escapada ha tocado a su final, aunque volveré a escribir de esta zona con imágenes de buen tiempo. Comemos en Santo Domingo de Silos y cada uno para su casa. Estamos en un punto casi equidistante, pues tenemos por delante 223 km hasta Leioa y 234 km a Rivas Vaciamadrid.

LEIOA: Palacio Artaza y Feria Agrícola y Ganadera

No siempre vamos a estar de viaje. Alguna vez hay que quedarse en casa y hacer honor al nombre que lleva este blog. En estas fechas tenemos dos cosas de máximo interés en Leioa, las visitas teatralizadas al Palacio Artaza y, el domingo, la Feria Agrícola y Ganadera. Durante todos los fines de semana desde el 16 de noviembre hasta el 5 de enero, se vienen realizando en Artatza Jauregia (Palacio Artaza) visitas teatralizadas, para las que hay que inscribirse de forma gratuita en Kultur Leioa o en el teléfono 946072578. De esta forma podemos visitar el interior del palacio, aunque cualquier época es buena para pasear por el parque o contemplar la fachada del edificio, que comenzó a construirse en 1914 según el proyecto del arquitecto Manuel María de Smith Ybarra.

En esta visita retrocedemos a la década de 1920, cuando el palacio era habitado por la familia Chávarri, a la que ahora podemos ver, de forma recreada, en las diferentes estancias del palacio. El mayordomo y una doncella nos reciben y nos invitan a visitar el interior del palacio, en el que permaneceremos 45 minutos. Pasamos por unos salones, contemplamos al señor leyendo en un sofá y nos dirigimos a la capilla, donde contemplamos a los propietarios orando en su palco privado. Nos dirigimos entonces al hall principal, que cuenta con una galería superior y un precioso artesonado de madera en el techo. Toca ahora subir las escaleras, pasando junto a la elegante vidriera.

Estamos en la planta principal, donde vamos descubriendo los dormitorios, baños (hay una docena), despachos y la habitación acondicionada para que jueguen los niños, todo ello ambientado con personajes de los años veinte del siglo pasado, que actúan en directo para los visitantes, como la doncella que ordena el cuarto de los niños o la madre acicalándose en una estancia privada.

En otras estancias observamos a una pareja de empleados doblando una sábana o mantel, mientras toman medidas para confeccionar un traje al hijo del dueño, bajo la atenta mirada de su hermana. Llegamos luego al salón principal, en el que se reúne toda la familia. Los hombres conversan en un sofá y las mujeres toman café en otro.

Antes de salir al exterior para visitar el jardín, nos detenemos en la cocina, que cuenta con fogones de hierro fundido, toda una novedad en esa época. Durante la visita, está llena de actividad, pudiendo también ver las instrucciones del día, escritas a mano, para los cocineros, doncellas y chóferes. Concluye así nuestro recorrido de 45 minutos, didáctico y entretenido por Artatza Jauregia, el inmueble más visitado durante las jornadas Open House, celebradas a finales de septiembre, de los 81 participantes a nivel de Bizkaia, pues acudieron 3.500 personas. La visita de hoy ha merecido la pena.

La otra cita importante tendrá lugar el domingo, día 15, de 10 a 15 h, en el centro de Leioa. Se trata de la XXXII. Nekazaritza eta Abeltzaintza Azoka (XXXII Feria Agrícola y Ganadera). Las fotos que he subido, lógicamente corresponden a ediciones anteriores. Es como un Santo Tomás txiki, pero con la presencia de animales y muchísimo menos público.

La parte más colorista corresponde a la exposición y venta de productos agrícolas, frutas verduras y hortalizas, que podremos ver en el Boulevard y las plazas José Ramón Aketxe y Errekalde.

En la Feria habrá exposición y venta de productos artesanales, patés, botes de bonito, txakoli y un largo etcétera. También se celebrará el concurso de queso denominación de origen Idiazabal para productores vizcaínos, que este año alcanza la el XIX edición.

Una zona siempre muy concurrida es el Boulevard, donde se exponen las vacas y bueyes, que a las 13 h serán sometidas al pesaje. ¿Susperarán los 1.000 kg de peso? Este año también se podrá participar en los concursos a “La vaca más bonita” y “La vaca que más pesa”, optando a un premio consistente en dos cestas con productos.

En la plaza Errekalde podremos contemplar durante toda la jornada otros tipos de animales, como caballos, cabras y ovejas. Haciendo las delicias de los más pequeños. Por su parte, la plaza José Ramón Aketxe será escenario de una exposición de cetrería a cargo de Cetreros del Nervión.

En la plaza José Ramón Aketxe habrá talleres infantiles, degustación de setas y hongos de temporada y sidra Eusko Label, con la colaboración de la Asociación Micológica Zazpi. En la plaza Errekalde, a las 11 h tendremos deporte rural: aizkolaris, levantadores de piedra, tronzalaris, levantamiento de yunque, mazorcas, txingas, carrera de saco y lanzamiento de fardo. A las 12 h habrá paseos en pony por el Boulevard. Por supuesto, en la Feria podremos degustar el talo con chorizo, regado por un buen txakoli.

La animación en el recinto festivo correrá a cargo de los txistularis de Leioako Txistu Doinuak, Udondoko Txikiteroak, Trikitilaris y gigantes de Lamiako Maskarada. A las 11 tendremos Euskal dantzak en el Boulevard, con Gure Ohiturak Dantza Taldea. A partir de las 11:30 podremos ver Azoka bertso jira con Miren Amuriza, Andoni Egaña e Inazio Vidal. ¡Te esperamos en Leioa!

CAIRNS (Australia): Mar y montaña, Patrimonio de la Humanidad.

Continúo el relato del viaje realizado por Australia y Nueva Zelanda del 23 de septiembre al 24 de octubre del pasado año. Lo dejé el 18º día de viaje en Ayers Rock, desde donde, por la tarde, volamos a Cairns. Son dos horas y media de vuelo hasta el norte del país, a bordo de un Boeing 717 de QuantasLink. Por fin tenemos un poco de tregua, pues en esta ciudad de casi 125.000 habitantes pasaremos las tres próximas noches. Además podemos estar en manga corta, pues hemos dejado atrás el frío pasado en el sur. En palabras de un británico residente aquí, esto es como la Canarias de Australia. El Cairns Plaza Hotel está muy bien situado, en The Esplanade, el paseo marítimo de la ciudad, pudiendo caminar a orillas de la playa hasta el lago artificial de agua salada, que han construido para evitar los ataques de los cocodrilos marinos. Vemos también un grupo de pelícanos y el parque, que cuenta con mesas de picnic y barbacoas eléctricas, muy utilizadas por la población local.

Lo de tregua es relativo, ya que al día siguiente nos pasan a recoger a las 07:30 de la mañana, pues hemos contratado una variada excursión llamada Kuranda y Rainforestation, en la que por suerte nos hizo un día espléndido, disfrutando del bosque que forma parte del Patrimonio de la Humanidad. Nos trasladan a una antigua estación de tren, punto de partida del primer trayecto. El histórico ferrocarril panorámico de Kuranda nos trasladó al pueblo de mismo nombre, situado a 328 metros de altitud. Antes de llegar nos detenemos para contemplar las cascadas Barron Falls, ubicadas en un hermoso paraje.

Una vez en Kuranda, lo primero que hicimos fue visitar el Australian Butterfly Sanctuary, el mayor mariposario de Australia, en el que disfrutamos del colorido de las más de 1.500 mariposas que revolotean a nuestro alrededor. Un interesante y curioso lugar.

A continuación tenemos la visita al Rainforestation Nature Park, por donde nos desplazamos en un vehículo anfibio de la II Guerra Mundial por tierra y agua. Aunque el sistema resulta un poco agresivo, podemos contemplar una de las selvas tropicales más antiguas del mundo. Ha llegado la hora de la comida, incluida en la excursión, consistente en un bufé de barbacoa australiana con vistas al lago. No me gustan las excursiones en grupo, pero todo está saliendo muy bien, pues tenemos plena libertad de movimientos y dispones de tiempo suficiente para realizar las cosas a tu aire.

Al lado mismo del restaurante, junto al lago Barramundi tenemos el Koala and Wildlife Park, donde pudimos ver koalas, cocodrilos, serpientes, dingos, un casuario y demonios de Tasmania. También se puede dar de comer con la mano a canguros y ualabíes y abrazar a un koala. Salvo los dingos y demonios de Tasmania, el resto de fauna ya la habíamos visto en un centro de Kangaroo island. Koalas, emúes y canguros vimos unos cuantos en libertad yendo de Adelaida a Melbourne, así que este parque nos ha parecido un poco «de juguete».

Todavía no ha concluido la estancia en Kuranda, pues nos falta la experiencia aborigen Pamagirri, donde te enseñan a lanzar un tradicional bumerán y puedes presenciar el lanzamiento de lanzas, concluyendo con un espectáculo de danza tradicional aborigen en el Rainforest Amphitheatre, que describe los aspectos de la cultura indígena, incluidos los animales, la recolección de comida y la caza. La selva tropical sirve como paredes del teatro.

Concluyó la jornada de forma espectacular, con el regreso a Cairns en el panorámico teleférico Skyrail, viajando en telecabinas a pocos metros por encima de la bóveda de la selva tropical. El teleférico se extiende 7,5 km sobre el bosque y el río Barron. El viaje se realiza en tres tramos, por lo que pudimos bajar dos veces para realizar cortos paseos, primero en la estación Barron Falls, para poder ver los 260 metros de caída de las cascadas y luego en la de Red Peak, para caminar por la selva sobre una pasarela de madera de 175 metros de longitud. Ha resultado un día intenso y espectacular, que nos ha costado 161 € por persona. En Australia todo es muy caro, pero ha merecido la pena.

El vigésimo día de viaje fue mucho más tranquilo. Sin necesidad de madrugar caminamos poco más de 1 km hasta la Reef Fleet Terminal, donde embarcamos en un moderno catamarán para cubrir los 45 minutos que nos separan de Green Island, el punto más cercano de la Gran Barrera de Coral (Great Barrier Reef), el mayor arrecife de coral del mundo, que se extiende a lo largo de unos 2.600 km. Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, resulta de visita obligada.

Green Island es un hermoso cayo de coral de 6000 años de antigüedad, ubicado dentro del Parque Marino de la Gran Barrera de Coral. Es el único cayo de coral en la Gran Barrera con una selva tropical creciendo en él. En esta coqueta isla permanecimos un par de horas, en las que tuvimos opción de elegir entre un recorrido en barco con fondo de cristal o el uso de equipo de snorkel. Optamos por la primera. Parece que navegábamos por el interior de una pecera. El agua es tan limpia, que varias de las fotos las obtuve desde el propio embarcadero. Nos da mucha pena abandonar Cairns, pero el viaje continúa.