ESTAMBUL (y 3): Üsküdar y Taksim

Concluyo el relato de nuestra estancia en Estambul del 15 al 20 de octubre de 2011, que dejaba hace dos semanas tras visitar las antiguas iglesias de Santa Sofía y San Salvador el 18 de octubre. La siguiente cita la tuvimos en un lugar que todo el mundo visita en Estambul y que a mi no me dice mucho, el Gran Bazar (Kapalıçarşı en turco) pues, como os comenté, me gusta más el Bazar de las Especias. Es como unos grandes almacenes, aunque ese día había poca gente y estaba lleno de banderas turcas, según nos comentaron, porque ha había habido un atentado kurdo en otra zona de Turquía. Cuenta con una superficie 45.000 m², con más de 58 calles, 4.000 tiendas y más de 200.000 visitantes diarios. Data del año 1464, aunque en su mayor parte fue reconstruido en 1864. Se encuentra entre Nuruosmaniye, Mercan y Beyazit (Tranvía: Beyazit, línea T1). y abre de lunes a sábado de 08:30 a 19:30 horas. Hay que tener en cuenta que no existe el precio fijo, así que hay que regatear. Aquí concluyó esta jornada.

El día 19 de octubre comenzamos la jornada cogiendo la línea T1, del tranvía, la habitual, hasta la parada de Kabataş, situada a orillas del Bósforo y muy cerca de la mezquita de Dolmabahçe y del palacio del mismo nombre, residencia de los sultanes desde 1856 hasta 1924, año en que se abolió el califato. Es el edificio más grande del país, contando con una descomunal fachada de 600 metros. Aunque no entramos, abre de martes a domingo: de 9:00 a 17:30 horas, costando la entrada 1.050 TL (unos 29 €). Casi al lado cogimos el barco que cruza a la parte asiática, contemplando desde él el puente del Bósforo, que tiene una longitud total de 1.560 metros. Desde 1973 conecta dos continentes.

Un breve recorrido en barco nos sitúa en la parte asiática de Estambul y más en concreto en Üsküdar, zona un tanto alejada del turismo. Nada más bajar del barco vimos un curioso reloj, un puesto de venta de flores y, a unos 200 metros de la orilla, la Torre de Leandro (Kiz Kulezi) que desde siglo XII se levanta sobre un minúsculo islote rocoso. Me agradó la zona de mercado, con varios puestos de fruta y pescado. Eso sí, no conseguimos tomar ni un vino ni una cerveza. Un residente en Estambul me dijo recientemente que está prohibida la venta de alcohol a menos de 150 metros de una mezquita y aquí hay varias.

Tomamos el barco de regreso a Europa y casi enfrente cogimos el moderno funicular Kabataş-Taksim, que nos sitúa en la gran plaza Taksim, presidida por el monumento a la Independencia, un grupo escultórico que representa al líder Atatürk junto a otras figuras del nacionalismo turco. En su entorno hay varios lugares en los que poder comer, así que aprovechamos para hacerlo. Caminamos después por la animada Istiklal Caddesi, calle peatonal que sólo recorre un antiguo tranvía que casi ha quedado con fines turísticos y la policía, que vemos en numerosos lugares. A esta calle se asoman el Liceo Galatasaray y la iglesia de San Antonio de Padua, la joya católica de Estambul.

Seguimos caminando cuesta abajo hasta llegar a la Torre Gálata (Galata Kulesi), una de las más antiguas del mundo, de 61 metros de altura y una anchura de muro de 3,7 metros en su base. La primera torre fue construida en madera en el año 528 para servir como faro. En 1348 fue reconstruida por los genoveses con el nombre de Torre de Cristo. En seguida llegamos a orillas del Bósforo, a la zona de Karakoy, convertida en un mercado de pescado y una buena opción para comer con vistas al puente de Gálata. Me sorprende ver un puesto de venta de nueces. Estamos a unos pasos de la parada del tranvía, la forma más rápida de llegar a Sultanahmet (8 minutos), aunque también se puede llegar caminando (2 km).

750 metros nos separaban el Hotel Avicenna de la parada del tranvía de Sultanahmet, que recorríamos todas las noches, pasando entre la Mezquita Azul y Santa Sofía, que he dejaros para mostraros, en su visión nocturna, para la que fue nuestra última noche en Estambul. También solíamos pasar por el antiguo Hipódromo romano y la Fuente alemana. Aunque nosotros nos dirigíamos a cenar en una zona llena de pequeños hoteles, todavía había comercios abiertos.

Como nuestro vuelo no salía hasta la tarde, aprovechamos la mañana del 20 de octubre para recorrer algunos lugares como la Tumba del Sultán Ahmet IV y de sus familiares, que se encuentra a unos pasos de la Mezquita Azul. El tranvía nos traslado luego hasta Aksaray, donde se encuentra la Mezquita Laleli o de los Tulipanes, inaugurada en 1783 y considerada como uno de los más bellos ejemplos del barroco turco. Caminamos luego 700 metros hasta el parque Sarachane, presidido por el monumento que muestra a Mehmet el Conquistador en su caballo. Casi al lado se encuentra el Acueducto de Valente, finalizado en el año 368 para suministrar agua a Constantinopla, manteniéndose activo hasta principios del siglo XX.

Iniciamos el regreso al hotel pasando junto a la mezquita de Pertevniyal Valide Sultan para luego coger el tranvía hasta la mezquita Gaazi Atik Ali Pasha, de finales del siglo XV y un único minarete. La última visita fue al Mausoleo Mahmut II, desde donde regresamos al Hotel Avicenna, para recoger el equipaje y contemplar por última vez Santa Sofía y la llegada de un crucero por el Bósforo, antes de partir hacia el aeropuerto.

De esta forma concluyó la estancia de 5 días en la monumental y preciosa Estambul, que forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en el año 1985 y cuya visita merece realmente la pena. Eso sí, llevar buena cartera pues las entradas a los lugares de interés se han puesto muy caras. También conviene ir abrigados, pues durante nuestra visita en octubre hizo bastante frío.

ESTAMBUL (2): Santa Sofía y San Salvador

Continúo el relato que dejaba el pasado 30 de diciembre sobre nuestra estancia en Estambul del 15 al 20 de octubre de 2011. El día 17, tras visitar Topkapi y un par de mezquitas nos dirigimos caminando a otra de ellas, la de Solimán el Magnífico (Süleymaniye Camii en turco), construida entre los años 1520 y 1566 por orden de Solimán I, uno de los sultanes otomanos más ricos y poderosos de la historia. La mezquita es sencilla pero espectacular, contando con cuatro minaretes. Abre de lunes a domingo de 9:30 a 16:30 horas  y se encuentra en Sami Onar Caddesi.

Seguimos caminando ahora cuesta abajo, pasando junto a un puesto de doner kebab y varios lugares de venta de fruta, algo que abunda en Estambul. Vemos granadas, melones, manzanas, uvas… Nuestro destino es el Cuerno de Oro, junto al puente de Gálata. A nuestras espaldas, en lo alto tenemos la mezquita de Solimán el Magnífico y frente a nosotros numerosos barcos y ferrys, que llevan a los pasajeros a otros lugares del Bósforo, al que nos asomamos por primera vez.

En el puente de Gálata nos fotografiamos con la mezquita de Solimán el Magnífico al fondo y observamos los puestos de comida en los que venden castañas, mazorcas de maíz y el bagel tradicional turco simit, anillos de pan de sésamo. Hemos llegado a otra hermosa mezquita, la Nueva, (Yeni Camii). Es importante conocer el nombre en turco, pues es como figura en todos los lugares. Su construcción comenzó en 1597, pero no se inauguró hasta 1665. Empachados de tanta mezquita, no accedemos a su interior. Su dirección es: Rüstem Paşa Mh., Eminönü Meydanı, muy cerca del Bazar de las Especias.

Concluimos la jornada visitando uno de mis lugares favoritos de Estambul, el Bazar de las Especias, también llamado Bazar Egipcio (Misir Carsisi), ya que muchos de los productos y especias fueron importados de Egipto en su momento. Inicialmente formaba para de la Mezquita Nueva. Es el segundo bazar cubierto más grande tras el Gran Bazar y en mi opinión mucho más bonito. Inaugurado en 1664 tiene forma de L y cuenta con unas 88 tiendas, en las que dominan las especias, por lo que tiene mucho colorido.

El Bazar de las Especias está abierto de lunes a viernes de 8:00 a 19:00, los sábados de 8:00 a 19:30 y los domingos de 9:30 a 19:00 h. Su exterior es un complejo de tiendas que parece una prolongación del interior, pues seguimos viendo varios puestos de especias, pero también encontramos alguna frutería, cerámica, telas e infinidad de objetos, además de varias pescaderías. Si tienes apetito, también puedes degustar un doner kebab en uno de los puestos.

Nos despedimos de la zona del Cuerno de Oro, contemplando de nuevo el Bósforo con la Torre de Gálata como telón de fondo. En el bar en el que tomamos el café vemos que el día 20, por la noche, se odía ver en televisión el partido Athletic-Salzburgo de la Copa de la UEFA. Aunque tenemos la parada del tranvía al lado, decidimos regresar caminando al hotel bordeando las antiguas murallas de Constantinopla, observando a varios ciudadanos sacando dinero de los cajeros. La jornada ha concluido.

Pasábamos todos los días frente a Santa Sofía (Ayasofya en turco), una de las joyas de la ciudad, pero dejamos para el día 18 acceder a su interior. Es una antigua basílica cristiana, posteriormente convertida en iglesia ortodoxa, más tarde en mezquita, luego en museo y, desde el 1 de agosto de 2020, nuevamente en una mezquita. Fue construida durante el mandato de Justiniano entre los años 532 y 537 y es una de las obras maestras del arte bizantino. Cuenta con cuatro minaretes y una cúpula de 30 metros de diámetro. Parece ser que ahora no se puede visitar la parte baja, teniendo que acceder los no musulmanes al piso superior, ocultándose con unas cortinas los hermosos mosaicos bizantinos durante las horas de culto. Está abierta de 9 a 19 horas. Así es como la vimos nosotros.

La siguiente cita la tuvimos en otro lugar que me encantó y que no conocía, la iglesia de San Salvador en Chora (Kariye Camii), que es uno de los mejores exponentes del arte bizantino que pueden encontrarse en el mundo. En su interior contemplamos imágenes de Jesucristo y de la Virgen María, representados en impresionantes mosaicos y frescos. Fue construida en el año 413 por orden de Justiniano y renovada a finales del siglo XI. Cuando la visité era un museo pero, al igual que Santa Sofía, en 2020 fue convertida en mezquita, así que no sé si se podrán seguir contemplando las imágenes o serán tapadas con alfombras durante los rezos islámicos.

Todavía nos quedan interesantes lugares por visitar en la monumental ciudad de Estambul, pero de ello espero hablar dentro de dos semanas.