Jueves Santo en Zamora

Aprovechando que estamos en puertas de la Semana Santa he recordado las horas del día de Jueves Santo que pasé en la ciudad de Zamora, que ronda los 60.000 habitantes y se encuentra a 388 km de Leioa, que se recorren en menos de 4 horas. Fue uno de esos lugares que visité “de paso”, pues no era nuestro destino, sino una escala para comer camino de los Arribes del Duero. Zamora merece realmente la pena, pues es la población con mayor número y calidad de templos románicos de Europa, así que aprovechamos para ver unos cuantos, ya que solo en su centro histórico hay 14. Dejamos para otra ocasión recorrer los interesantes edificios modernistas con que cuenta. Además, hay que hacer notar que entre sus festividades destaca la Semana Santa, declarada de Interés Turístico Internacional. Un buen lugar para dejar el coche es el Aparcamiento San Martín, ubicado en la calle San Martín, 1, a 450 m de la Catedral.

Nuestra primera visita fue al edificio más significativo de Zamora, la Catedral, románica del siglo XII. Dedicada al Salvador, tiene planta de cruz latina y una cabecera posterior, gótica del siglo XVI. Estamos ante la Catedral más pequeña y antigua de Castilla y León, destacando de su aspecto exterior la cúpula y la torre del Salvador, de 45 metros de altura. No pudimos visitar su interior, así que lo ilustro con tres imágenes obtenidas de la Wikipedia, el altar mayor, la capilla de San Ildefonso (siglo XVI) y la pintura mural de san Cristóbal, realizada por Blas de Oña en el siglo XVI.

Casi al lado de la Catedral se encuentra el castillo, de cimientos prerrománicos y estructura románica, de los siglos X al XVII, al igual que las murallas. Una de sus puertas más antiguas es la de Olivares, posteriormente llamada Puerta del Obispo, pues data del siglo X. Al otro lado tenemos el Palacio Episcopal, neoclásico del siglo XVIII y la Casa del Cid o de Olivares, que data de los siglos XI-XII. La visita a esta zona se completa con la iglesia de San Isidoro, del siglo XII, con la que iniciamos la ruta de los templos románicos.

La siguiente cita la tenemos en otras dos iglesias románicas, comenzando con la de San Pedro y San Ildefonso, que es el templo de mayor tamaño e importancia de la ciudad después de la Catedral. Declarada Monumento Nacional en 1974, cuenta con una interesante capilla mayor y una portada realizada por el arquitecto Joaquín Benito Churriguera. La siguiente iglesia románica que visitamos fue la de Santa María Magdalena. Monumento Nacional desde 1910, data de los siglos XII-XIII. Cuenta con una hermosa portada y, en su interior, un monumental sepulcro de finales del románico.

Nos asomamos al río Duero para contemplar el puente Nuevo o de Piedra, construido entre los siglos XII y XIII, aunque en su mayor parte reconstruido tras la riada de 1556. De allí nos desplazamos al Palacio del Cordón (siglo XVI), sede del Museo de Zamora, ubicado en la plaza de Santa Lucía, presidida por la coqueta iglesia románica de la que toma el nombre. Utilizada como anexo del citado museo, cuenta con un reloj de sol en su fachada. Casi al lado tenemos otra iglesia románica, la de San Cipriano (siglos XI-XII), que tampoco tiene culto, siendo utilizada como sala de conciertos.

Nuestra breve estancia en Zamora coincidió con una de las procesiones de Jueves Santo, en concreto la de la Cofradía de la Santa Vera Cruz, pudiendo ver varios pasos desde nuestra posición entre la iglesia de la Puerta Nueva y el Museo de la Semana Santa, que ahora se encuentra cerrado. Por si os interesa este es el programa de procesiones durante los días festivos de Semana Santa: Jueves Santo: Por la mañana la Cofradía Virgen de la Esperanza. Por la tarde, la Cofradía de la Santa Vera Cruz y por la noche, el paso de la Penitente Hermandad de Jesús Yacente. La madrugada del Viernes Santo, a las 5 de la mañana, sale la Cofradía de Jesús Nazareno. Por la tarde, la Real Cofradía del Santo Entierro, finalizando con el paso de la Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias. El Sábado Santo le toca a la Santísima Virgen de la Soledad. Finalmente, el Domingo de Resurrección, desfila la Cofradía de la Santísima Resurrección. El Encuentro de Jesús Resucitado y la Virgen en la Plaza Mayor ponen el punto final a la Semana Santa en Zamora.

Toca el turno ahora a dos obras escultóricas emblemáticas, comenzando por la estatua de Viriato, obra del zamorano Eduardo Barrón González. En su base puede leerse la leyenda “Terror romanorum”. Muy vinculada a la Semana Santa tenemos la escultura Barandales, obra de Ricardo Flecha. Se trata del campanillero que anunciaba la llegada de la procesión. Entre ambas, os muestro la imagen de la Sala de Exposiciones de la Encarnación y las de la iglesia románica de Santa María la Nueva, originaria de comienzos del siglo XII.

Nuestro paseo monumental continúa por la Casa-Palacio de los Condes de Alba de Liste, del siglo XV, actual Parador de Turismo y el antiguo Palacio Provincial, edificio de estilo neorrenacentista del siglo XIX. Contemplamos el monumento al Merlú, obra de Antonio Pedrero y llegamos a la Plaza Mayor,  en cuya esquina se encuentra la iglesia de San Juan Bautista, románica del siglo XII, más conocida como San Juan de Puerta Nueva. En la plaza se encuentran el Ayuntamiento Viejo, de finales del siglo XV, ahora sede de la Policía Municipal y el actual Ayuntamiento de Zamora, conocido como Casa de las Panaderas, construido a finales del siglo XIX con fachada de estilo neoclásico.

Nuestro paseo monumental está a punto de concluir, pero antes tenemos la iglesia de San Vicente Mártir, templo románico de finales del siglo XII, que cuenta con una airosa torre declarada Monumento Nacional. Pasamos ante el Teatro Principal y nos acercamos a otra iglesia románica, de la misma época que la anterior y también Monumento Nacional. Se trata del templo de Santiago del Burgo. Nuestro recorrido concluye en un rincón formado por la iglesia de San Andrés, de origen románico pero reedificada en el siglo XVI y el antiguo Seminario San Atilano.

Habrás podido comprobar que, en una breve estancia, se pueden ver interesantes lugares del centro histórico de Zamora. Sin embargo, nuestro destino se encontraba a 56 km, en la localidad portuguesa de Miranda do Douro. Como tienen una hora menos, cuando llegamos mi reloj marcaba 10 minutos menos que cuando abandonamos Zamora. Algo parecido nos sucedió hace años en un vuelo que salió de Bruselas a las 10:00 h y llegó a Anchorage (Alaska) a las 08:00 h.

Municipios de Bizkaia (11)

Continúo el recorrido por otros diez municipios de Bizkaia, los siguientes en orden alfabético a los publicados el pasado 30 de agosto. En total son 112 (no estaba Alonsotegi) y los recorrí entre los años 2012 y 2016. De esta forma pausada os iré mostrando lo que en mi opinión es lo más interesante en cada uno de ellos.

Comienzo esta entrega en el municipio de Sestao, situado en la margen izquierda del Gran Bilbao, muy densamente poblado, pues cuenta con una población de 27.342 habitantes en una extensión de tan sólo 3,50 km². Más conocido por su pasado industrial que por sus atractivos turísticos, cuenta con dos emblemáticas plazas, la del Kasko y la de San Pedro. Entres sus edificios llamaron mi atención el Ayuntamiento, la iglesia de Andra Mari, la Escuela de Música y el caserío El Charro. También dos grupos escultóricos, “Intelectual con niña y muñeco” de Castro Solano y “Homenaje a los trabajadores, de L Alcalde.

Sin salir del Gran Bilbao, la siguiente cita la tenemos en el municipio de Sondika, de 4.555 habitantes y una extensión de 6,30 km². Aquí se encontraba la antigua terminal del aeropuerto de Bilbao, conservando la antigua torre de control. Comenzamos nuestro recorrido en el barrio de Sangroniz, donde se encuentran el caserío Torretxu y la ermita de Santa Cruz. Basozabal cuenta con dos interesantes edificios, el Ayuntamiento y el Batzoki. En Izarza nos detenemos en al ermita de San Martín y en la antigua escuela de barriada. Concluimos el recorrido en el monte Artxanda, compartido con Bilbao, donde se encuentran la ermita de San Roke y un antiguo molino.

Nos desplazamos ahora a la comarca de Uribe, donde se encuentra Sopela, que cuenta con 14.276 habitantes y una extensión de 8,40 km². Este municipio es ante todo conocido por sus afamadas playas, como la Salvaje y la de Atxabiribil. Cuenta con numerosas esculturas urbanas, como las dedicadas al guitarrista, sufista, la patinadora y la ciclista, esta última en homenaje a Joane Somarriba. La plaza de San Pedro está presidida por la iglesia de la que toma su nombre. También nos acercamos a la ermita de San Andrés, ubicada en la carretera de Plentzia.

Cambiamos completamente de zona. Nos vamos ahora a la comarca de Enkarterri (Encartaciones), donde se encuentra el municipio más extenso de esta entrega (42,94 km²), Sopuerta, que cuenta con 2.638 habitantes. Comenzamos el recorrido en el barrio de La Baluga, donde se encuentra la iglesia de San Pedro. De allí vamos a Mercadillo, donde tenemos el Ayuntamiento y la iglesia de Santa María de la Asunción. Todavía nos queda otro interesante templo, el de San Martín Obispo, situado en San Martín del Carral. Concluimos la ruta visitando la ermita de San Cosme y San Damián y lo más interesante del municipio, la Casa de Juntas de Abellaneda-Museo de Encartaciones.

Nuevo cambio radical de zona y decorado. Pasamos del interior a la costa, a la comarca de Busturialdea, donde visitamos el municipio menos extenso de esta entrega (2,30 km²), Sukarrieta, poblado por tna sólo 347 habitantes. Situado a orillas de la ría de Mundaka, nos detenemos en la playa de San Antonio y visitamos la ermita dedicada a este santo. La iglesia de San Andrés  es el principal templo del municipio, que cuenta también con otro situado en Kanala, al otro lado de la ría, Ntra Sra de Legendika. Nos acercamos también a las colonias de la BBK y a la isla de Txatxarramendi.

Volvemos a Enkarterri (Encartaciones), para recorrer el municipio con menos densidad de población de esta entrega (16,13 hab/km²), pues en 31,12 km² viven tan sólo 502 personas. Se trata de Trucíos-Turtzioz que, pese a su tamaño, cuenta con un rico patrimonio monumental, principalmente en su núcleo principal, la Iglesia, donde tenemos la coqueta plaza de toros, la iglesia de San Pedro de Romaña, el Ayuntamiento y varios palacios, como los de La Puente, Llaguno y Tueros. Previamente nos acercamos al barrio de Cueto para ver el pozo, la ermita de la Caridad, la casa de Tueros y el palacio de Machín. Nuestro  recorrido concluyó ante la casa torre de Pando, en el barrio del mismo nombre.

La siguiente cita la tenemos en la comarca Arratia-Nervión, en la muga con Araba. Se trata del municipio con menor población de esta entrega (162 habitantes) y el segundo menos extenso (2,90 km²). Estamos a los pies de Gorbeia en Ubide, cuyo nombre significa algo así como “camino del agua”, por lo que contó con varias ferrerías. Hoy contemplamos la antigua calzada real e interesantes edificios como el frontón, el Ayuntamiento, la Casa de Aretxaga, la capilla de María Magdalena y la iglesia de San Juan Bautista.

Sin salir de la comarca Arratia-Nervión, descendemos a orillas del río Nervión al municipio de Ugao-Mirabelles, que cuenta con una extensión de 4,54 km², rodeada de montañas, y una población de 4.114 habitantes. Nos acercamos en primer lugar a Markio para visitar la ermita San Juan Bautista. En el centro de Ugao tenemos la fuente de los tres caños y la Herriaren plaza, a la que se asoman el Ayuntamiento, la iglesia de San Bartolomé y el palacio Jane. Concluimos la visita acercándonos al templo de Ntra Sra de Udiarraga, la Estación de RENFE y al estanco de Iñaki García Uribe, convertido en un pequeño museo montañero.

Regresamos a la comarca de Uribe para recorrer el municipio de Urduliz, de 7,51 km² de extensión y una población de 5.034 habitantes, situado a los pies de los riscos de Santa Marina, que cuenta con una ermita dedicada a esa santa. La construcción del nuevo Hospital ha revitalizado esta población. Cerca de él tenemos la iglesia de Andra Mari y, cerca del Metro, interesantes edificios como el Batzoki, el Centro de Salud, el moderno Ayuntamiento y la escultura Antsonekoa, el forzudo urduliztarra.

He dejado para el final de esta entrega uno de los municipios más monumentales del territorio histórico, Urduña-Orduña, enclave de Bizkaia limítrofe con Araba y Burgos. Ubicado en la comarca de Arratia-Nervión, es muy extenso (33,60 km²) y cuenta con una población de 4.199 habitantes. Partiendo de la Foru Plaza, sucesivamente encontramos el palacio Díaz Pimenta o Zaldibar, el Ayuntamiento, la iglesia de la Sagrada Familia, la Antigua Aduana, la Confitería Larrea, los soportales del palacio Mimenza, los palacios de Velasco y de Arbieto , la iglesia de Ntra Sra de la Asunción y el conjunto fortificado. En las afueras de la población tenemos el emblemático templo de Ntra Sra de la Antigua, situado a los pies del monte Txarlazo (933 m), sobre el que se alza la mole de la Virgen. Nuestro recorrido concluye en la aldea de Lendoño Goikoa, desde donde contemplamos el monte  Iturrigorri (1073 m).

Concluyo aquí esta nueva entrega de municipios de Bizkaia. Llevamos ya recorridos 103. A partir de ahora vuelvo a la publicación semanal, los martes.

Crucero por el Caribe

Han pasado siete años pero parece que fue ayer cuando estuvimos dos semanas por el Caribe, en concreto del 29 de enero al 15 de febrero de 2016, la primera de ellas en un crucero por diferentes islas y la segunda en la francesa isla de Guadalupe. Volamos a esta isla con Air France, teniendo que cambiar en París de aeropuerto, pues el vuelo de Bilbao llega al de Charles de Gaulle y el de Pointe-à-Pitre sale del de Orly, Salimos a las 07:25 de la mañana con bastante frío y aterrizamos en nuestro destino a las 18:40 h (3 horas menos que aquí), con un calor y una humedad terrible. Como no nos gusta arriesgar, llegamos un día antes de la salida del crucero, alojándonos en el sencillo Hotel Saint John Perse **, situado cerca de la terminal de cruceros.

El 30 de enero aprovechamos para tomar contacto con la ciudad más poblada de Guadalupe, Pointe-à-Pitre, que cuenta con el interesante Memorial ACTe, dedicado a la memoria de la esclavitud. Como lo teníamos al lado del hotel, por la mañana temprano nos acercamos al animado Marché de la Darse (cierra los domingos, cuando la ciudad se aletarga), contemplando también a los pescadores y a los pelícanos. Visitamos también Saint-Pierre et Saint-Paul, “la Catedral de hierro” y el colorista Mercado Central. También vimos a un grupo de Gwo-ka, tambor grande criollo, que desde 2014 forma parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO.

Aunque no zarpaba hasta la una de la madrugada, a media tarde embarcamos en el crucero Costa Favolosa, en el que pasamos siete noches. Antes estaba en contra de los cruceros, pero tras realizar uno por Emiratos y Omán, me animé a realizar éste. La verdad es que resulta muy cómodo estar siete noches en la misma habitación, viajar por la noche y cada día conocer un nuevo destino. Eso sí, nunca hemos utilizado ni la piscina ni el jacuzzi. Construido en 2011, nuestro barco tiene 290 metros de eslora, 35,5 de manga y 17 puentes, con capacidad para 3.800 pasajeros y 1.110 tripulantes.

Nuestro primer destino es Basseterre, capital de Saint Kitts and Nevis, el estado independiente más pequeño del continente americano, tanto en tamaño como en población. Sólo estuvimos desde las 12:00 hasta las 17:30 h del 31 de enero, así que nada más llegar contratamos los servicios de una furgoneta con conductor para desplazarnos los dos hasta Brimstone Hill Fortress, una de las fortalezas históricas mejor conservadas de América, que forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. A la entrada vimos un par de monos. De nuevo en Basseterre nos acercamos a The Circus y a Independance square, donde se encuentra la Catedral. Antes de embarcar contemplamos a un grupo del Carnaval y nos tomamos una piña colada en un chiringuito, al que volvimos dos años después.

El 1 de febrero tuvimos muchas horas de navegación. así que pasamos bastante tiempo en la cubierta del Costa Favolosa, contemplando a las diferentes aves que se acercaron al crucero. En torno a las 13:30 h atracamos en el puerto de La Romana, en la República Dominicana. Como esta ciudad no nos dice nada, optamos por quedarnos en el barco y bajar a media tarde a tomar algo en un chiringuito situado cerca de él. Esta noche no navegamos, pero al día siguiente tocaba madrugón.

El 2 de febrero tocó desayunar a las 6 de la mañana, ya que el barco zarpaba a las 7 y antes teníamos que salir de él, pues nos apuntamos a una excursión que nos llevó a Santo Domingo, la capital del país, cuya ciudad colonial forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. De esta ciudad ya escribí el 2 de febrero de 2021: https://blogs.deia.eus/de-leioa-al-mundo/2021/02/02/santo-domingo-republica-dominicana-patrimonio-de-la-humanidad/, pero os recuerdo que lo más destacado fue el Palacio Nacional, la Fortaleza Ozama, la Catedral y la Plaza de España, a la que se asoma el Alcázar de Colón. Tras una comida con folklore en el Restaurante Atarazana, tuvimos que salir a la carrera hacia Punta Romana (unas 2 horas de viaje), donde cogimos una embarcación que en media hora nos acercó a donde se encontraba nuestro crucero, cerca de la costa de la bucólica Isla Catalina. De allí zarpamos a las 5 de la tarde.

3 de febrero. Tanto correr en Santo Domingo y hoy tenemos 8 horas en la parte holandesa de la isla de San Martín, compartida con Francia, llamada oficialmente Land Sint Maarten, que goza de un status especial, no formando parte de la Unión Europea. Tampoco tienen como moneda el euro sino el Florín de las Antillas Neerlandesas. Llegamos a su capital Philipsburg, sobre las 13 h. Al salir del barco nos sorprendió una fuerte tormenta, que hizo que nos retrasásemos para buscar un taxi, que nos llevara al otro extremo de la isla, al Sunset Beach Bar, situado en Maho Beach, desde el que disfrutar del principal atractivo de la isla, presenciar la llegada del gigantesco Airbus A340 de Air France, que aterrizó pasando sobre nuestra cabeza sobre las 14:55 h. Un atasco hizo que llegáramos con cierta angustia, pues se tarda media hora en el taxi, que tuvimos que pagar en dólares USA.

4 de febrero. Cambiamos de país. Hoy toca Antigua and Barbuda, formado por un conglomerado de islas, dedicando la jornada a recorrer la de Antigua. A las 8 de la mañana el Costa Favolosa llegó a Saint John’s, en cuyo puerto permaneció hasta las 6 de la tarde. Nada más llegar contratamos un taxi para recorrer la isla, deteniéndonos sucesivamente en Liberta, el Centro de interpretación de Dow’s Hill, Dockyard Museum, Guard House y el mirador de Shirley Heights, desde el que se tiene la más hermosa vista de la isla. De vuelta a Saint John’s nos acercamos a la Catedral y a las restauradas casas coloniales, antes de ser despedidos, a pie del crucero, por personajes del Carnaval.

5 de febrero. La francesa isla de Martinica fue el siguiente destino del crucero. A las 9 de la mañana llegamos a su capital, Fort-de-France, contemplando desde el barco el Fuerte Saint-Louis. Una vez en tierra recorremos la ciudad, descubriendo monumentales edificios como la Biblioteca Schoelcher, el Espacio Cultural Camille Darsière, la Prefectura, el Pavillon Bougenot, el Ayuntamiento, la Catedral y el moderno Palacio de Justicia. Por supuesto no faltó la visita a los mercados cubierto, muy colorista, y del pescado. La ciudad nos recibió con ambiente carnavalero. Nos ha gustado, así que prometimos volver. De ello os hablé el 28 de enero de 2020: https://blogs.deia.eus/de-leioa-al-mundo/2020/01/28/de-crucero-por-el-caribe-y-2-grenada-st-kitts-nevis-y-martinica/. A las 21 h nuestro barco zarpó con rumbo a su destino final.

6 de febrero. A las 8 de la mañana el Costa Favolosa amarra en la ciudad de la que salió hace una semana, Pointe-à-Pitre, la más importante de la isla de Guadalupe. Allí cogimos un taxi que nos trasladó a Le Dossier, al Karibea Beach Resort Clipper ***, un hotel situado junto a una paradisíaca playa, en el que pasamos una semana, aprovechando para recorrer la isla y disfrutar del Carnaval, pero eso es otra historia de la que ya os hablé los días 15 y 22 de febrero del pasado año: https://blogs.deia.eus/de-leioa-al-mundo/2022/02/15/guadalupe-el-caribe-frances-1-pointe-a-pitre/ y https://blogs.deia.eus/de-leioa-al-mundo/2022/02/22/guadalupe-el-caribe-frances-2-rumbo-al-sur-de-grande-terre/.

Nos gustó tanto esta experiencia caribeña que la repetimos dos años después, del 26 de enero al 8 de febrero de 2018, cambiando de islas y de punto de partida y de estancia final, optando en esa ocasión por la isla de Martinica.