Rutas por los bosques de laurisilva de La Palma

Cambiamos de archipiélago y de isla. De Balares a Canarias y de Menorca a La Palma. En nuestro anterior viaje a esa isla la lluvia se adueñó del norte durante toda nuestra estancia, así que nos quedamos con ganas de recorrer los bosques de laurisilva, que se dan en regiones de clima templado húmedo y cálido, ocupando casi el 25% de la superficie de la isla de La Palma. En nuestro último viaje, el pasado mes de febrero, disfrutamos de una semana de buen tiempo, así que aprovechamos para visitar dos lugares. Eso si, había en ellos rutas cerradas pues la semana anterior había llovido mucho. Nuestra primera cita fue en el centro de interpretación de los Tilos o los Tiles, pues utilizan ambos nombres. Estamos en el municipio de San Andrés y Sauces.

El bosque de los Tiles se encuentra en el norte de la isla, formando parte del Parque Natural de Las Nieves y de la Reserva de la Biosfera de La Palma. Las rutas que llevan a la cascada y a los Nacientes de Marcos y Cordero se encontraban cerradas, así que no nos quedó otra alternativa que el sencillo pero interesante sendero autoguiado que lleva al Mirador del Espigón Atravesado, de 5 km de recorrido (ida y vuelta). Pronto pasamos un túnel que sirvió para la explotación forestal de la finca, hasta que fue comprada por el Estado. Enseguida vemos cómo el agua ha ido tallando el barranco.

Continua nuestro paseo por el bosque de laurisilva de los Tilos o los Tiles, como se tendría que llamar, pues lo más representativo de este lugar es el til (ocotea foetens), un árbol esbelto que puede alcanzar los 30 metros de altura. Estamos en uno de los bosques de laurisilva más importantes del archipiélago canario, del que ya disfrutamos en menor medida en la isla de La Gomera. En nuestro recorrido observamos una pequeña edificación, que guardaba el motor que daba servicio a la mina de agua anexa.

Nuestro recorrido está llegando a su final. Llegamos a una especie de collado en el que el camino continúa hacia los Nacientes de Marcos y Cordero pero que, por razones de seguridad, debido a las lluvias caídas, permanece cerrado. Nos queda la última subida hasta el Mirador del Espigón Atravesado, que se realiza por un estrecho sendero con varios tramos de escalones tallados en la roca. Un lugar precioso. El regreso hasta el centro de interpretación se realiza por la misma ruta de subida, aunque en el collado me entretengo fotografiando a un simpático pinzón que no se asusta. Me da que en este lugar la gente come el bocata y el ave se acerca en busca de comida.

9 km antes de llegar al centro de interpretación de los Tilos, al borde de la carretera LP-1 tenemos nuestra siguiente cita, el Cubo de la Galga, así llamado por encontrarse cerca de esta localidad perteneciente al municipio de Puntallana. Dejamos el coche en el aparcamiento situado junto al punto de información ambiental y nos disponemos a realizar la única ruta abierta tras las intensas lluvias, el sendero autoguiado “El esplendor de la laurisilva”, de tan sólo 4 km entre ida y vuelta y balizado con unos postes numerados, como sucediera en la ruta anterior. Al principio la ruta está asfaltada, pero pronto se convierte en una pista.

Seguimos en el Parque Natural de Las Nieves, que forma parte de la Reserva de la Biosfera de La Palma. Caminamos por uno de los más hermosos bosques de laurisilva, destacando en la vegetación el gigantesco árbol de nombre barbusano, que alcanza unos 25 metros de altura y es muy apreciado por su madera rojiza, por lo que antiguamente recibía el nombre popular de ébano de Canarias. Según avanzamos por el barranco, la humedad va en aumento, pasando bajo un canal de agua para regadío.

El Cubo de La Galga es una de las mejores muestras de la laurisilva de Canarias y uno de los bosques mejor conservados. En el interior del barranco se conserva una variada vegetación en forma helechos, fayas, viñátigos, laureles, acebitos, además del mejor grupo de tiles de La Palma. Como estamos en una isla joven, la erosión sigue modelando el paisaje, pudiendo contemplar al borde del camino una roca en precario equilibrio.

Continuamos la ruta disfrutando del esplendor de los tiles, con sus altos troncos característicos de los bosques de laurisilva. Estos árboles proporcionan una zona sombría que impiden la formación de arbustos bajo ellos, creciendo tan sólo helechos. Caminado por el fondo del barranco observamos la aparición de varias piedras, que forman un lecho rocoso fruto del arrastre de materiales por las torrenteras procedentes de las zonas altas.

La Palma cuenta con varios senderos autoguiados como los aquí descritos, pudiendo descargarlos en pdf en este enlace: https://www.senderosdelapalma.es/senderos/lista-de-senderos/senderos-autoguiados/

Un recorrido por la Menorca Talayótica

La isla de Menorca cuenta con muchos atractivos además de sus paradisíacas calas que se asoman a un mar Mediterráneo de agua color azul turquesa. El pasado mes de mayo tuve ocasión de conocer otro de sus atractivos, al que dedicamos una jornada y media. Se trata de los restos arqueológicos de las primeras comunidades que habitaron la isla, conocidos por el nombre de Menorca Talayótica, que aspira a formar parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Esta cultura se diferencia de otras contemporáneas del Mediterráneo occidental por la existencia de un elemento exclusivo de Menorca, la taula.

La primera cita la tuvimos en el monumento funerario más conocido de Menorca, que es del que más me acuerdo de la anterior visita a la isla hace veintiún años. Se trata de la Naveta des Tudons, una tumba construida con la llamada técnica ciclópea o, lo que es lo mismo, utilizando piedras de dimensiones medianas encajadas en seco. Su origen parece remontarse al siglo IX aC. Por motivos de seguridad, no se puede ni entrar ni subir a la naveta, así llamada por recordar a una nave invertida.

Nos desplazamos a continuación al poblado talayótico de Torre d’en Galmés, el más grande de Menorca, pues cuenta con una extensión de 66.240 m², remontándose su origen al periodo naviforme (1700-1400 aC). En lo alto de una colina descubrimos tres talayots, especie de torres de poca altura, y el recinto de la taula central, en la que se realizaban los rituales. En la vertiente sur de la colina se encuentran las primitivas casas, de forma circular. Antes de la visita accedimos al único centro de visitantes des estos poblados.

La siguiente visita la realizamos al poblado talayótico de Torralba d’en Salort, cuyo origen es de la misma época que el anterior. Destacan dos talayots, el recinto de la taula, una sala hipóstila, algunas cuevas y los restos de las viviendas. Destinado al culto y originario del siglo IV aC, la taula y su recinto forman uno de los ejemplares más bellos y monumentales de la isla. La T propiamente dicha de la taula está formada por dos grandes bloques de piedra, alcanzando una altura que ronda los cuatro metros. Todavía no lo he comentado, pero la lluvia nos estuvo acechando en las dos últimas visitas.

Después de una ligera comida en Es Casino de Sant Climent y tras visitar la preciosa población costera de Binibeca Vell, nos dirigimos al poblado talayótico de Talatí de Dalt, uno de los poblados prehistóricos más notables de la isla. Destaca por su curiosidad el recinto de la taula, ya que una columna y su capitel se apoyan sobre el lateral de la T central, probablemente porque cayeron de forma accidental. Destacan también el talayot de planta elíptica y el conjunto de casas del poblado. En las cuatro visitas tuvimos que pagar una entrada, lo que indica que son las más interesantes.

Nos gustó lo que vimos de la cultura talayótica, así que decidimos dedicar otra mañana a continuar con otras tres visitas, menos relevantes que las de la primera jornada, pero que también merecen la pena. La primera de ellas, la Necrópolis de Cala Morell, nos gustó mucho por su ubicación junto a la costa norte de Ciutadela y por su originalidad y belleza, tratándose de un conjunto de catorce cuevas excavadas en la roca, que forman uno de los mayores y más espectaculares cementerios prehistóricos de la isla.

La siguiente cita la tuvimos en Torretrencada, poblado talayótico de los años 1000 a 700 aC, aunque fue utilizado hasta la conquista romana. Cuenta con un talayot, varias cuevas funerarias abiertas en el subsuelo y sepulturas excavadas en la roca, estas últimas en la época alto-medieval. Por su originalidad destaca la taula, una de las más hermosas de la isla, que cuenta con una columna de refuerzo en la parte posterior. Destinada a la celebración de los rituales, data de la época post-talayótica (650-123 aC).

Concluimos nuestro “recorrido talayótico” en el poblado de Torrellafuda, ubicado en un hermoso emplazamiento. En la cota más alta de la colina se encuentra el talayot circular que preside el recinto que estuvo rodeado por una muralla. Estamos en la zona más antigua (1000-700 aC). De la época post-talayótica (650-123 aC) es el recinto de taula, que está cubierto por las encinas, entre las que se distribuyen diferentes restos arqueológicos.

Descansando a la sombra de las encinas, las vacas se han adueñado de este recinto arqueológico, en el que finalizamos nuestro recorrido.