De nuevo en Galicia: De la Costa da Morte a las Rías Baixas

En una reciente entrada comenté que iba a volver a Galicia y lo he hecho del 15 al 23 de julio. Ante todo he pensado en la seguridad, así que el objetivo escogido fue debido a la baja tasa de contagios, el buen clima y la excelente gastronomía. Eso sí, excluí la primera etapa en Viveiro debido a la situación en A Mariña. Como este año casi seguro que no viajaré en avión (por cierto todavía Lufthansa no me ha devuelto el importe del vuelo a Atenas en marzo), decidí alojarme en Paradores, cosa que hacía tiempo que no utilizaba. Debido a su alta ocupación y a la temporada altísima en Galicia, los precios han sido desorbitados, pero que se le va a hacer, Me parecía el lugar más seguro para alojarnos, además de darnos un capricho. Las medidas de seguridad han sido increíbles: desinfección constante, mucha amplitud y turnos para desayunos y cenas. La segunda medida ha sido evitar los habituales lugares en los que se concentra la gente. En resumen, hemos pasado dos noches en el Parador de Muxía, cuatro en el de Cambados y dos en el de Baiona. Un acierto.

630 km separan Leioa del Parador Costa da Morte, emplazado junto a la bella praia de Lourido, cerca de Muxia. Es un edificio de nueva planta y arquitectura contemporánea, que se desarrolla en varios niveles adaptados a la topografía de la ladera natural, con espectaculares vistas al mar. El más moderno de los Paradores, inaugurado el 25 de junio, está construido en terrazas con varias cubiertas vegetales. Diseñado por el arquitecto gallego Alfonso Penela, cuenta con una pequeña piscina, un excelente restaurante y dos ascensores inclinados que parecen sendos funiculares. Lástima de que aunque tuvimos unos días muy soleados, el fuerte viento hizo que no pudiéramos disfrutar ni de la terraza de la habitación, ni de la piscina.

16 de julio. Nos dirigimos al Cabo Vilán que, aunque lo vemos desde el Parador, dista 28 km ya que hay que bordear la ría do Porto. Sobre un promontorio de más de cien metros se alza un imponente faro, el primero electrificado de España (1896), cuya luz alcanza 96 km. El edificio anexo alberga salas de exposición y el Centro de Interpretación de los Naufragios de la Costa da Morte. Pensábamos caminar por la costa, pero el fuerte viento tiró a mi mujer, así que optamos por ir a tomar algo a Camariñas, donde nos sorprende que no se haya suspendido la procesión de la Virgen del Carmen. La verdad es que no hay aglomeraciones, así que saco unas fotos de los músicos y del barco que llevará a la Virgen, pero por si acaso no nos quedamos a la procesión y regresamos a Muxia.

Cuando terminamos de comer en Muxia, vemos que están saliendo del puerto los barcos de la procesión marítima de la Virgen del Carmen, que regresa a Camariñas. Tras tomar el café nos dirigimos a la Punta da Barca, un lugar lleno de encanto donde hay un pequeño faro y el santuario da Virxe da Barca. En la costa granítica hay dos emblemáticas rocas, la archifamosa Pedra de Abalar y la Pedra dos Cadrís. También subimos al mirador Jesús Quintanal, que cuenta con una curiosa escultura. Al día siguiente, antes de abandonar Muxia, nos desplazamos hasta el faro de Touriñán, distante tan solo 14 km del Parador, levantado en 1898 sobre los acantilados de Gaivoteira, en el punto más occidental de la España peninsular, más que Finisterre. Aquí si que podemos caminar un poco por las zonas no expuestas al viento.

17 de julio. 127 km separan el Parador Costa da Morte del de Cambados, en el que pasamos cuatro noches. En hora y media de viaje hemos pasado de los 21 grados de Muxia a los 37 que tenemos a nuestra llegada, así que optamos por pasar la tarde entre el aire acondicionado de la habitación, la sombra próxima a la piscina o el fresco patio interior. El Parador de Cambados ocupa el antiguo Pazo de Bazán, una elegante mansión solariega. Debido a la atención y simpatía del personal, nos hemos sentido como en casa, disfrutando de la gastronomía local y de unos buenos vinos Albariño y Ribera del Duero.

Capital del Albariño, Cambados es una preciosa y monumental población de la comarca de Salnés. Como tenemos cuatro días, la fuimos recorriendo a plazos, cuando el calor no apretaba. El lugar más emblemático es la plaza Fefiñáns, presidida por el pazo renacentista (siglo XVI), del mismo nombre. A ella también se asoma la iglesia de San Benito. Más tarde nos acercamos a la Casa Consistorial y recorremos los dos cascos antiguos, en los que aprovechamos para tomar algo o comer, mientras pasamos junto a elegantes pazos y numerosas esculturas urbanas. El último día, antes de marchar aprovechamos la fresca para caminar hasta las ruinas de la torre de San Sadirniño, deteniéndonos previamente en la zona de pescado del mercado, cuando todavía había poca gente.

18 de julio. No lo teníamos previsto, pero trasteando por Internet, mi mujer encontró una buena propuesta para realizar en un día caluroso. Se trata del PR-G 170 o Ruta da Pedra e da Auga (Ruta de la Piedra y del Agua), que parte de la cercana rotonda VG-4.2, en el concello de Ribadumia y concluye, tras 7 km de marcha, en el monasterio de Santa María da Armenteira. En un kiosko situado junto al aparcamiento de la salida, nos facilitaron un mapa con el itinerario, muy bien marcado, una antigua vereda que daba servicio a los molinos (muiños en galego), también utilizada por los romeros. La pista que luego se convierte en sendero, discurre paralela al río Armenteira, pasando por una treintena de molinos. En su primer tramo hay un área recreativa y la Aldea Labrega, que reproduce la vida cotidiana de un pueblo de la Galicia de principios del siglo XX. El camino resulta muy sombreado y en su tramo final, el de más pendiente, el río forma varios rápidos y pequeñas cascadas. Es la ruta utilizada habitualmente por Mariano Rajoy cuando pasa sus vacaciones en la zona. Y una cosa buena, al llegar, frente al monasterio, se encuentra el bar O Comercio, donde repusimos fuerzas. Para el regreso optamos por llamar a un taxi de Cambados. Por si os sirve os dejo el contacto: Santiago Pérez (tel 686 486 145). Fue muy legal y atento, además de proponernos una ruta para el día siguiente.

Domingo, 19 de julio, día caluroso y fecha en la que empieza a ser obligatorio el uso de mascarillas en la vía pública en Galicia. Siguiendo los consejos del amigo taxista nos desplazamos 23 km hasta el Parque Natural del río Barosa, accesible desde la N550 entre Pontevedra y Caldas de Rei. Aunque en los paneles proponen un itinerario circular subiendo por los molinos que hay junto a la cascada, esto no es posible, teniendo que realizar la primera parte de la ruta por el lado izquierdo, de ida y vuelta, entre los Muiños de Abaixo y el puente San Breixo, pasando junto a varios molinos. Aquí comienza el segundo tramo, este si circular, hasta el puente de Bua, bordeando el río, que proporciona hermosos reflejos. Al completar el círculo nos detenemos a tomar un Albariño en el Muiño de Valerio, que también da comidas. Al regresar al punto de partida paramos de nuevo en las cascadas (fervenzas de Barosa), de 30 metros de caída, muy concurridas como piscinas naturales por la gente que acude a pasar el domingo y realizar una comida campestre. Esta ruta es muy sencilla y sombreada. En primavera tiene que resultar espectacular contemplar las cascadas que ahora llevan poca agua.

20 de julio. Hace dos años recorrimos el sendero de Pedras Negras, en O Grove, regresando a esta península para conocer nuevos lugares, eligiendo primero el castro marítimo Adro Vello, distante 22 km de Cambados. De aquí parte la ruta de Adro Vello (PRG-115), un sendero circular de poco más de 3 km, fatalmente señalizado. Primero discurre bordeando las playas de Carrero y Area Grande, para luego pasar a una zona rural del interior, teniendo que caminar por carreteras y pistas poco transitadas para regresar al punto de partida. Nuestro siguiente destino está a tan solo 6 km. Se trata del miradoiro de Con da Hedra, al que accedemos por un cómodo camino para disfrutar de un entorno de hermosas rocas de granito. Cerca del aparcamiento hay una granja de vacas cachenas, que cuentan con enormes y puntiagudos cuernos. Concluimos los paseos a tan solo 2 km, en el miradoiro de A Siradella, para contemplar la famosa Pedra Cabaleira, enorme roca granítica, y una fantástica vista sobre A Lanzada. Para comer hemos elegido O Grove, población que parece desolada cuando en estas fechas suele estar abarrotada. Son los efectos del COVID.

21 de julio. Tenemos un corto viaje de tan solo 82 km para trasladarnos hasta el Parador de Baiona, en el que pasamos las dos últimas noches. Ocupa un edificio construido en el interior de la Fortaleza de Monterreal, con unas espectaculares vistas sobre las islas Cíes. Cuenta con piscina, cafetería y dos restaurantes, en los que disfrutamos de la excelente gastronomía gallega (el pulpo lo bordan). Se pueden realizar sendas rutas, de unos 3 km, recorriendo tanto el perímetro exterior de la fortaleza, como sobre la muralla que rodea el recinto interior del Parador, contemplando las torres, puertas, baterías, baluartes y restos de otras edificaciones. La construcción más destacada es la Puerta Real, del siglo XV. También son dignas de mención las torres del Reloj, del Príncipe y de la Tenaza.

22 de julio. En las cascadas de Barosa coincidimos con una persona de El Rosal que había ido allí a pasar el día, que nos recomendó ir a su municipio para realizar la Ruta dos Muiños do Folón e do Picón (PR-G 94), distante 32 km de Baiona. La ruta tiene 3,5 km recorrido por los molinos del Picón y del Folón, declarados Bienes de Interés Cultural. Os recomiendo iniciar la ruta desde el centro de información, que estaba cerrado, siguiendo el curso del río Folón hasta contemplar el primer grupo de 8 molinos superpuestos a los que hay que ir subiendo por unas losas en forma de escalera con mucha pendiente. Cuando crees que has terminado, aparece otro grupo de 14 molinos, así que hay que seguir subiendo. Realizamos una travesía en horizontal y descendemos más suavemente pasando por los 14 molinos de Picón, dispuestos en zig-zag. Hace mucho calor y no hay casi sombras, así que hemos sudado mucho en este lugar que me ha gustado mucho pues nunca había visto algo similar. Es mejor realizar esta ruta en primavera, pues los molinos están rodeados de pequeñas cascadas. Ya que estamos a poco más de 10 km, nos dirigimos al Castro de Santa Trega, situado sobre la población de A Guarda, un lugar que me encanta y que forma parte de los “10 lugares únicos de Galicia”. Llegó a acoger a 5.000 personas en el siglo I aC. Finalmente subimos a lo alto del monte Santa Trega, donde hay un par de bares y una ermita, además de poder disfrutar de una magnífica vista de la desembocadura del río Miño, fronterizo con Portugal.

Aprovechamos que estamos a poco más de 30 km para cruzar la frontera y dirigirnos a la vecina Fortaleza de Valença para hacer alguna compra. Qué tristeza da ver este lugar, siempre tan concurrido y ahora prácticamente vacío. Antes de llegar a Tui nos hemos detenido a comer el menú del día en un sitio digno de citar, el restaurante Novo Arroio, situado al borde la carretera, donde se come bien por 9 euros, así que está siempre a tope. A media tarde regresamos a Baiona. El 23 de julio tenemos 695 km por delante para regresar a Leioa.

PIRINEOS: La magia del agua

En la primera semana de julio de 2015, mi amiga Pepa publicó en Facebook unas fotos de las cascadas de Pont d’Espagne rebosantes de agua, por lo que decidimos desplazarnos hasta allí lo antes posible. Primero pasamos dos noches en Arbizu para ir al nacimiento del río Urederra y, a continuación, nos desplazamos hasta Lourdes para desde allí ir a fotografiar las cascadas que ahora os presento, además de acercarnos al Col du Tourmalet. El 17 de julio estábamos en Lourdes, población que dista 299 km de Leioa (unas 3 horas de viaje). Elegimos esta localidad para pasar dos noches, porque fue donde conseguimos hotel a un precio asequible en plena temporada alta francesa.

Pasamos las últimas horas de las dos tardes en Lourdes, población de Altos Pirineos situada a orillas del río Gave de Pau, a una altitud de 400 metros. Como todo el mundo conoce, Lourdes es un importante centro de peregrinación en el que destaca el Santuario, formado por varias iglesias, centros de peregrinos y otros edificios. A la hora en la que fuimos había muy poca gente, lo mismo que sucedió en la gruta de Massabielle, en la que tuvieron lugar las apariciones de la Virgen a Bernadette. Sobre la ciudad se alza el castillo del siglo XIV, reedificado en el XVI, que fue la residencia de los condes de Bigorre.

El 18 de julio fue muy intenso. Enfilamos hacia Pont d’Espagne, pasando por Cauterets, deteniéndonos enseguida, a los 32 km, en La Raillère, en un aparcamiento situado frente al restaurante l’Abri du Benques, muy cerca de la confluencia de los ríos Gave du Marcadau y Gave du Lutour, que bajan con mucha fuerza desde las cumbres pirenaicas. De este lugar parte un camino señalizado que enseguida nos acerca a la cascada de Lutour, que surge con fuerza en medio del bosque.

Continuamos por la sinuosa carretera que sube a Pont d’Espagne, bordeando el río Gave du Marcadau, que 2 km después se precipita bruscamente dando lugar a la imponente cascada de Cerisey, a la que es posible subir caminando desde el anterior, pero el día no acompaña. Nos detenemos bruscamente en una curva al ver el cartel indicador de la cascada y un minúsculo aparcamiento. Aquí nos limitamos a tomar las fotos desde el mirador.

3 km después llegamos al Parking de Puntas, máximo punto permitido para vehículos cuando te diriges a Pont d’Espagne. Aquí hay que coger una telecabina o caminar por la carretera poco más de 1 km, que es lo que hacemos tras esperar a que amaine la lluvia. Me resulta extraño ver este precioso lugar sin nieve, pues solíamos venir aquí a practicar el esquí de fondo. Pont d’Espagne es el punto de acceso a los espectaculares valles de Marcadau y Gaube. A este último pensábamos dirigirnos tomando el telesilla que acerca al Lac de Gaube, pero como el día sigue cerrado nos limitamos a caminar un poco más hasta el Chalet du Clot, para luego emprender el regreso. Al final solo hemos caminado unos 3 km

De regreso al Parking de Puntas nos detenemos en la Hotellerie du Pont d’Espagne, un buen lugar para hacer el hamaiketako. Estamos a 1500 metros de altitud en un lugar lleno de encanto, pues desde aquí contemplamos las más hermosas cascadas de la jornada. Además ha dejado de llover y podemos caminar un poco por los alrededores. Esta primavera ha debido nevar bastante en Pirineos, por lo que está habiendo mucho deshielo a mediados de julio.

Tras el fracaso matinal, como el día está levantando decidimos trasladarnos a Gavarnie, distante 50 km, coqueto pueblecito pirenaico situado a 1000 metros de altitud. Un cómodo paseo de una hora de duración, que también se puede hacer a caballo, nos permite llegar hasta la base del circo de Gavarnie, una imponente muralla de 1700 m de altura y 14 km de diámetro, que forma parte del macizo de Monte Perdido, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Sobre nuestras cabezas tenemos el pico Gran Astazu, el Marboré, y el Taillón, además de poder contemplar una de las más altas cascadas de Europa, con más de 400 metros de caída vertical.

Como ha quedado una tarde espectacular, nos desplazamos hasta un lugar emblemático, el Col du Tourmalet, puerto emblemático del Tour de France debido a sus 23 km de subida, situado a 2115 metros de altitud. Coincidimos en la subida con numerosos ciclistas aficionados que quieren realizar esta proeza, para luego contemplar unas excepcionales vistas de los Pirineos. Por delante tenemos tan solo 46 km para regresar al hotel en Lourdes. La escapada ha concluido.

En caso de hacer buen tiempo, sería conveniente dedicar un día más a esta escapada y alojarse en Cauterets. Así un día lo dedicaríamos a las cascadas y praderas de Pont d’Espagne y subir al lac de Gaube para contemplar el monte Vignemale. El día siguiente lo pasaríamos al completo en la zona de Gavarnie.

Municipios de Bizkaia (2)

Continúo el recorrido de otros diez municipios de Bizkaia, los siguientes en orden alfabético a los publicados el pasado 19 de mayo. En total son 112 y los recorrí entre los años 2012 y 2016. De cada municipio, incluiré los que en mi opinión son los sitios de mayor interés, la altitud a la que se encuentra el Ayuntamiento y el punto más elevado, por si os animáis a caminar. Esto último está sacado del libro “Los techos municipales de Bizkaia”, de Xavier Eguzkitxa “Kartajanari” en colaboración con Patxi Galé, editado por Pyrenaica, en cuya web tenéis el listado completo.

ARRATZU. Es un pequeño municipio que en 1993 recuperó su independencia al desanexionarse de Gernika-Lumo. Lugares de interés: Es una zona eminentemente rural, que cuenta con varios barrios entre los que destacan los de Loiola y Zabala-Belendiz. De sus edificios me quedo con el Ayuntamiento, la antigua escuela y la iglesia de Santo Tomás. Altitud: 40 m. Punto más elevado: Gaztañatxugana (507 m).

ARRIETA. Pequeño municipio ubicado en la ladera del monte Sollube. Lugares de interés: El rincón que más me gusta es la plaza del núcleo de mayor entidad, Libao, con un típico casco rural. Allí se encuentran el Ayuntamiento, la iglesia neoclásica de San Martín Obispo, el frontón y el pequeño humilladero del Santo Cristo. Muy cerca tenemos el modernista Uriena Txokoa. Merece la pena desplazarse el barrio de Jainko, para visitar la iglesia de Andra Mari. Altitud: 200 m. Punto más elevado: Sollube (686 m).

ARRIGORRIAGA. Lugares de interés: Cuenta con un notable centro urbano presidido por la parroquia de Santa María Magdalena. A la plaza también se asoman otros interesantes edificios como el Ayuntamiento, el restaurante Poli y el Batzoki. También merece mención la ermita de Santo Cristo de Landaederraga. Un buen lugar de esparcimiento es el el parque Mendikosolo, por el que podemos dar un agradable paseo bordeando el embalse de la Dinamita, formado por el Goikiri erreka, para desde allí subir a la ermita románica de San Pedro de Abrisketa. Altitud: 60 m. Punto más elevado: Lapurzulogana (677 m), cumbre secundaria situada 500 metros al oeste del Pagasarri (673 m). El municipio cuenta con dos cumbres principales: Malmasin (362 m) y Pastorekorta (596 m).

ARTEA. Lugares de interés: Pequeño y tranquilo municipio del valle de Arratia, que cuenta con notables caseríos y casas-torre, del que sobresale la parroquia de Santa María. Cuenta con el interesante Ecomuseo del caserío vasco y dos monolitos escultóricos, uno dedicado a la etxekoandre y otro a una pareja de vecinos trikitrilaris, la panderetera Maurizia y al albokari León. Merce la pena desplazarse al barrio de Elexabeitia, donde se encuentra la original iglesia de San Miguel. Altitud: 125 m. Punto más elevado: Goikogan (653 m). La única cumbre principal es el Murga (604 m).

ARTZENTALES. Lugares de interés: Extenso pero poco poblado municipio, cuenta con interesantes edificios y casas-torre, aunque me voy a detener en tres templos, situado cada uno en un barrio, la iglesia de Santa María en Traslaviña, la de San Miguel de Linares, donde también pudimos ver las tradicionales putxeras y, finalmente, la ermita de Santa Elena en el barrio de Santa Cruz. Altitud: 305 m. Punto más elevado: Cresta N. de Burgüeno (957 m). La cima más alta del municipio es Terreros (909 m), contando además con otras dos conocidas cumbres principales, Kolitza (879 m), y Alen (803 m).

ATXONDO. Lugares de interés: Fronterizo con Araba, es el municipio más accidentado de Bizkaia. Cuenta con elegantes caseríos y notables iglesias esparcidas por sus diferentes barrios. Es el caso de la de San Pedro en Apatamonasterio, San Miguel en Arrazola, San Juan Bautista en Axpe y San Martín en Marzana, junto a la que se ubica la Torre de los Marzana. En el barrio de Axpe se encuentra el Asador Etxebarri, el tercer mejor restaurante del mundo. Altitud: 170 m. Punto más elevado: Anboto (1331 m). Otra cumbre principal es el Memaia (679 m).

AULESTI. Lugares de interés: Pequeña población situada a orillas del río Lea, en la que me quedo con un rincón, la Donibane enparantza, presidida por la iglesia de San Juan Bautista, escoltada por el edificio del Ayuntamiento y el palacio Ibañez de Aldekoa. Muy cerca de allí encontramos un monumental grupo escultórico dedicado a la relación entre Catalunya y Euskal Herria. Altitud: 90 m. Punto más elevado: Urregarai (704 m), llamado incorrectamente Santa Eufemia, nombre de la ermita que allí se encuentra. Otra cumbre principal es el vecino Bedartzandi (699 m).

BAKIO. Lugares de interés: Tradicional municipio costero de veraneo, cuenta con elegantes palacios, pero destaca sobre todo por su excelente playa de 1 km de longitud, desde la que podemos contemplar San Juan de Gaztelugatx, ya en Bermeo. Podemos ver tres notables esculturas, “Belak”, de José Ramón Anda, la dedicada al txakoli, de Nestor Basterretxea y el Mirador de Askada, de Javier Bengoa. Sin embargo, la perla del municipio se encuentra fuera de su casco urbano. Se trata de la ermita de San Pelaio, joya del románico rural vasco. Altitud: 2 m. Punto más elevado: Jatatxikerra (Jatabe Iñardi, 558 m), cumbre secundaria del monte Jata (600 m).

BALMASEDA. Lugares de interés: Atravesada por el río Kadagua, es una población de Encartaciones limítrofe con la provincia de Burgos, que cuenta con importantes monumentos, entre los que destaca el emblemático Puente de la Muza o Puente Viejo, románico, del siglo XIII. También destacan el Ayuntamiento, edificio barroco del siglo XVIII y la parroquia de San Severino, templo gótico de los siglos XIV y XV. Dignos de mención son el Monasterio de Santa Clara, del siglo XVII, convertido en hotel y los palacios de Horcasitas y Urrutia (siglo XVII). Tres interesantes lugares para visitar son el Centro de Interpretación de la Pasión de Balmaseda, ubicado en la iglesia de Santa Clara, el Museo de Historia, que ocupa la iglesia de San Juan del Moral y, fuera del casco urbano, la Fabrica de Boinas La Encartada. Altitud: 160 m. Punto más elevado: el Kolitza (879 m). Otra cumbre principal es el Garbea (717 m).

BARAKALDO. Lugares de interés: Ubicado en la margen izquierda del Nervión, es el segundo municipio más poblado de Bizkaia. Hasta ir a recorrerlo, nunca le había prestado mucho interés, descubriendo interesantes edificios y esculturas, como el Coloso (monumento a la Industria), las Chimeneas, el parque de esculturas o las dedicadas a Clara Campoamor y Rosalía de Castro. Entre los edificios, los que se asoman a la Herriko Plaza, las Casas Blancas, el Palacio Larrea, la Fundación Antonio Miranda o el Mercado. También merecen mención el Ayuntamiento, el Juzgado, el Hospital de Cruces o el BEC. Altitud: 26 m. Punto más elevado: Ganeroitz (561 m), anteriormente llamado Apuko. Otras cumbres principales son el Arroletza (454 m) y el Argalario (521 m).

Vía Verde de Arrazola. Aprovechando la salida del confinamiento y el poder moverme por la provincia, dado que hoy hablaba sobre el municipio de Atxondo, el pasado mes de mayo volví a repetir un recorrido que siempre me ha gustado, sobre todo por las magníficas vistas que se tiene de la cresta Anboto-Alluitz. Se trata de la Vía Verde de Aráosla, que sigue el trazado el antiguo ferrocarril minero, desde el núcleo de Apatamonasterio hasta la antigua estación de Errotabarri-El Tope, cerca del núcleo de Arrazola. Son 5 km de suave recorrido y otros tantos de vuelta, con una pausa al concluir la ida en el Bar El Tope. Un itinerario que merece realmente la pena, como también el clarete navarro fresquito y el pintxo de chorizo cocido que allí tomé, en una terraza ubicada en un extraordinario medio natural.

Vía Verde Montes de Hierro. Aprovechando la visita al municipio de Artzentales, efectuamos un pequeño recorrido de poco más de 4 km por la Vía Verde Montes de Hierro, entre Traslaviña y la antigua estación de Las Barrietas (Olabarrieta), en el vecino municipio de Sopuerta. Otra interesante propuesta para caminar es el bidegorri que enlaza Zalla con Balmaseda (unos 6,5 km), a orillas del río Kadagua, pasando por el área recreativa de Bolumburu.

Las fotos que ilustran esta entrada están tomadas entre el 13-11-2012 y el 29-01-2013, salvo las de la Vía Verde de Atxondo que son del 19 de mayo de 2020.

A LANZADA: Escapada al sur de Galicia

Galicia me encanta, por sus gentes, sus paisajes, sus playas, su gastronomía y porque no suele hacer mucho calor. Creo que este año, al viajar menos gente al extranjero, va a ser un destino muy solicitado. La propuesta que aquí os traigo la realicé hace un par de años en estas mismas fechas y pienso repetir. Primero pasé unos días en Viveiro, de lo que os hablé en otra ocasión, para concluir la escapada pasando tres noches en A Lanzada (Sanxenxo), en el sencillo pero acogedor Hotel Delfin Azul **, ubicado a orillas del mar, en la confluencia de las playas de Lapa y Área Gorda. Todavía recuerdo el arroz con bogavante que cené uno de los días. Estamos a 655 km de Leioa.

No soy de playa, pero me encanta contemplar el mar y dar paseos costeros, pues mi campo de entrenamiento, hasta el comienzo de la pandemia, era el entorno de la playa de Ereaga. Por ello, tras instalarnos en el hotel, el 11 de julio nos dispusimos a caminar bordeando la playa de Lapa, primero y los 2,5 km de enorme playa de A Lanzada, perteneciente a los concellos de Sanxenxo y O Grove, hasta el Hotel Samar. En total, más de 4 km y otros tantos de vuelta, en parte sobre pasarelas de madera para proteger el complejo dunar e intermareal, un humedal con gran interés ornitológico.

Hemos pasado solo tres noches, pero han sido casi cuatro días muy intensos. El 12 de julio dedicamos la mañana a caminar por nuestro entorno, dirigiéndonos en primer lugar a un lugar lleno de encanto situado a un paso de nuestro hotel, presidido por la ermita de Nosa Sra de A Lanzada, templo de estilo románico de comienzos del siglo XIII, que celebra su festividad el último domingo de agosto. Casi al lado tenemos los restos del castro y necrópolis de A Lanzada.

Nuestro caminar continúa bordeando la coqueta playa de Foxos, de arena blanca y muy fina. Seguimos por la orilla de la carretera hasta tomar el desvío en dirección a Punta Faxilda, el punto más septentrional del concello de Sanxenxo, desde donde contemplamos el Parque Nacional das Illas Atlánticas, con las isla de Ons en primer plano, cosa que hacemos desde el banco panorámico de Noalla, que sigue la moda de los “bancos más bonitos del mundo”. Llevamos unos 3 km de marcha, cuando emprendemos el regreso al hotel, caminando por senderos, lo más pegados posible a la costa.

A media mañana cogemos el coche y decidimos ir a tomar un Alvariño a Combarro, parroquia del municipio de Poio que se asoma a la ría de Pontevedra y dista tan solo 20 km del hotel. 6 km antes nos detenemos en el mirador de A Granxa, desde donde contemplamos a lo lejos las bateas en las que se cultivan los mejillones. Combarro esta declarado Conjunto Histórico por ser uno de los mejores ejemplos de arquitectura rural en Galicia, destacando sobre todo por sus hórreos y cruceiros. Un lugar a recomendar.

Estamos a 8 km de Pontevedra, así que optamos por ir a comer a la capital provincial, ciudad de la que tengo un grato recuerdo de una visita anterior y que he visto cambiada a mejor, pues su casco antiguo es peatonal. Por ello, en esta ocasión nos limitamos a recorrer el entorno de la plaza San Xosé, donde se ubica el monumento a la Tertulia, obra del escultor César Lombera, que recuerda que Pontevedra fue la cuna de los intelectuales gallegos a principios del siglo XX. También nos acercamos a la iglesia de la Peregrina, patrona de la provincia y símbolo de la ciudad. Completamos el recorrido por la gran plaza que presiden el convento e iglesia de San Francisco, para comer junto a la Casa de las Caras.

Ya he comentado que han sido unos días muy intensos, así que regresamos al hotel (39 km), con tiempo para pasar buena parte de la tarde. Tomamos un café y mientras mi mujer toma un rato el sol en la playa de Areas Gordas, situada nada más cruzar la carretera, me dirijo al cercano promontorio que separa esta playa de la de la Lapa, donde hay otro banco de Noalla, desde el que se tiene una preciosa vista de la ermita de Nosa Sra de A Lanzada. Menos mal que me informaron de ello en el hotel, pues creía que solo había uno.

El 13 de julio iniciamos una nueva jornada como siempre, caminando unos 9 km (ida y vuelta) por una de las pasarelas más hermosas de Galicia, el paseo de madera de Pedras Negras, en la vecina población de O Grove, cerca del Náutico San Vicente. Tras 2,5 km de marcha, finaliza la pasarela y continuamos caminando bordeando un terreno militar, por la derecha y pequeñas calas, por la izquierda, hasta llegar a la playa Castañeira. Al inicio de la ruta hay una escultura de marineros faenando y varios bares y restaurantes.

Hoy hemos optado por comer en un pueblo del que también tengo grato recuerdo, Padrón, distante 63 km. Para ello abandonamos por un momento la provincia de Pontevedra y pasamos a la de A Coruña. Padrón está vinculado a importantes figuras de la literatura gallega, como Camilo José Cela o Rosalía de Castro, a las que tiene dedicados sendos monumentos. También lo está a la ruta jacobea, contando con la iglesia de Santiago. Otro edificio de interés es el convento del Carmen, situado al otro lado del río Sar. Compremos bacalao en el mercado y los afamados pimientos a una vendedora situada enfrente, igual que los que luego comeremos en un restaurante. Aquí el cambio no ha sido tan bueno, pues en el viaje anterior en un bar del Paseo do Espolón, al tomar un Alvariño nos pusieron de tapa un huevo frito con patatas y una ración de pimientos de Padrón para compartir, pero eso pasó a la historia.

La escapada está tocando a su fin, pero con un espectáculo de la naturaleza, la puesta de sol en un lugar lleno de encanto. Para la «última cena» hemos elegido el Chiringuito Pé Na Praia: churrasco y huevos con criollo. 14 de julio. Antes de marchar caminamos un poco por el entorno de las playas y echamos un ultimo vistazo al hermoso rincón sobre el que se alza la ermita de Nosa Sra de A Lanzada. Por delante tenemos 655 km para regresar a Leioa, que efectuaremos en unas 6 horas si la A8 no está cortada a la altura de Mondoñedo por la niebla.

La escapada ha concluido. Pronto espero volver a este lugar, pues me ha encantado. El Hotel Delfin Azul nos espera.