Sentimiento Athletic a flor de piel

Ha pasado ya un mes desde que el Athletic volvió a ser Campeón de Copa tras 40 largos años.

Imagen Athletic Club

Podría decir que a partir de ese momento he tenido el sentimiento Athletic a flor de piel, pero no sería sincera, ya que desde bastante antes estaba ahí, y no solo en mi caso, sino imagino en el caso de todos los Athleticzales. Os voy a poner un ejemplo que me parece ilustrativo. El día antes de vacaciones de Semana Santa, les pedí a mis alumnos que si querían podían participar en una actividad promovida por el Club: hacer un dibujo que se entregaría a los jugadores tras la final en la Cartuja, y que yo me encargaría de llevarlo al lugar indicado. Al llegar a casa y ver los dibujos que habían hecho no pude evitar emocionarme. E imagino que ellos al hacerlos les pasaría lo mismo, si no, no me parece posible hacer los dibujos que hicieron. De verdad, todos una maravilla. De hecho, fui incapaz de entregarlos sin más en el Club, e hice fotocopias en color, para tras la final darle a cada uno el suyo, por si lo querían guardar, e incluso para quedarme yo con copias. Ejemplos: en uno, le decían a Iñaki que era su ídolo, en otro, en relieve con plastilina, aparecía una garra de león y encima ponía que había que aplastar, antes del partido, para tener buena suerte. En otro, una cara de león con sombras rojas, blancas, que… madre mía, ¡qué maravilla! Varios con el escudo, con todo lujo de detalles. Los nombres de los jugadores al lado cada uno de un corazón. Otro dos, totalmente premonitorios, uno que decía: «Bilbotik Mundu osora, lehenengo geltokia, Sevilla» (De Bilbao al mundo, primera parada, Sevilla),… y otro recogiendo la Copa de Campeones. ¡Y tanto que premonitorios! Vamos… que empecé la Semana Santa, pensando que ¡qué maravilla sería para todos estos alumnos que el Athletic fuese campeón!

Todo lo vivido posteriormente ha sido una acumulación de sensaciones, sufrimientos, confraternización, alegrías, lloros, abrazos, sentimientos de todo tipo, muchos de ellos indescriptibles, que cada aficionado seguro los habrá pasado en distintos lugares geográficos. En mi caso, como ya os dije, en Sevilla. Un fin de semana, extraordinario en familia, que terminó de la mejor manera posible, siendo campeones.

A base de multitud de vídeos, hemos visto cómo se ha celebrado en un montón de lugares del mundo: Santiago de Chile, New York, California, México, Venezuela, Londres,…. por supuesto, Bilbao, multitud de municipios de Bizkaia, y un montón de provincias españolas. Un sentimiento compartido, que ha hecho que me emocione cada vez que veo algo relacionado con el tema. Sentimiento que empieza viendo a los jugadores en La Cartuja: a Simón dándole consejos a Julen y cómo vivió la tanda de penaltis; a Iñaki, separado de todos, sin casi poder mirar; a Yuri con la toalla tapándose la cabeza; cada vez que veo a Álex metiendo el penalti definitivo, de nuevo; Álex, tras marcarlo corrió los 50 metros que le separaban de la grada de animación batiendo records de velocidad; a Muniain tirándose a llorar en el suelo; a Óscar tirándose encima de Iker; a Valverde agarrándose la cabeza tras abrazar al Vasco Aguirre; a Unai Gómez llorando encima de los espectadores de la grada, encima de los cuales saltó; a Adu, llorando solo y después abrazado a compañeros; a los Williams llorando juntos; a Guruzeta, agarrándole la cabeza a Julen que estaba roto; a Lekue, inconsolable, seguramente acordándose de su aita, arrodillado, medio echado sobre el suelo; a Raúl y a Vivían, saltando como locos; a Dani llevando a hombros a Iker con la Copa; a Villalibre llorando con Dani, con Julen; a Vesga con los puños al viento; a Oihan gritando: «Vamos, carajo»; a Imanol abrazado a Jauregizar y a Egiluz; a Prados, y a Yeray, en un corro enorme abrazados saltando; Raúl abrazando De Marcos; la sonrisa de satisfacción plena de Paredes; y la de Íñigo Ruiz de Galarreta que no le cabía en la cara; a Yuri llorando y agitando el puño en alto,… ; incluso Gorka Iraizoz abrazándose con Ander Herrera (la Copa también es suya); un Iribar entre lágrimas abrazando al capitán tras recibir la Copa; todos, jugadores, cuerpo técnico, etc… todos en torno a la trompeta de Villalibre…. La Cartuja entera cantando al unísono el «txoriak txori», con un enorme nudo en la garganta y una alegría inmensa en el corazón. Cada uno a su modo, todos sintiendo ese sentimiento y, ahora, hoy, un mes después, haciéndome llorar cada vez que lo vuelvo a ver. Como lloro cuando veo las celebraciones del público en la Cartuja, en la Athletic hiria, en San Mamés, el la Plaza Nueva,…

A partir de ahí, la semana posterior con la Gabarra de protagonista principal, fue de nota. Alguno comentaba que era imposible que estuviesen viendo el paso de los campeones por la ría más de un millón de personas, que casi no hay esos habitantes aquí. Ya… , pero es que no estábamos solo los de aquí… Que me diga alguien, que no conoce a alguna persona de fuera, que vino el jueves a ver la Gabarra. En mi caso puedo decir, más de un nombre, Janire, mi sobri, de Madrid, para verlo con sus hermanas y sus sobris, Gorka, un amigo de Madrid, que llegó con la lengua fuera después de trabajar, otra amiga, Miren, que vino,… desde DUBAI,… y todo ese montón de personas que han salido en otro buen montón de vídeos, de Cáceres, de Badajoz, de Segovia, de Tenerife, de Cantabria, Asturias, Barcelona, Venezuela… Los márgenes de la ría eran una locura de felicidad. O como dijo al día siguiente Angels Barceló, «Había tanta felicidad por metro cuadrado que los que lo contemplábamos a través del televisor solo podíamos sentir envidia». ¡Qué bonito todo su comentario! Os lo pongo aquí por si lo queréis escuchar entero. Pero dejadme que os diga otra frase suya preciosa: «¿Por qué la vida no es más veces así? Buscar, acompañados de otros, lo que nos hace felices y esto también lo puede hacer el fútbol, con una filosofía como la del Athletic.» Eso es, todos juntos, todos también distintos, todos diferentes, pero todos de la mano de algo tan comercial como el fútbol actual, pero que al aferrarnos a esa filosofía que nos hace distintos, le da un toque de locura, utopía, que cuando te lleva a una alegría, esa alegría se multiplica, por todo lo que queráis. Angels acaba con una frase de Eduardo Madina, que también suscribo: «Con los abuelos en la memoria, agarremos a nuestros hijos de la mano, en dirección a la ría de Bilbao». (Aquí yo añado a los padres y a cantidad de amigos que ya no están entre nosotros, aunque sí sigue en nuestros corazones). Y termina con un… «En esa ría de Bilbao estábamos todos.» Igual todos no, pero seguramente todos los románticos sí. Cualquiera de las fotos que se han hecho de esa subida de la ría en Gabarra, cualquiera, refleja lo que estoy comentando, mucho mejor que mis palabras. Me viene a la cabeza la del edificio en el que está la palabra Soñar, pero cualquier otra es válida.

Foto: David Herranz @DDherranzfoto

Pero también lo evocan otras situaciones que se han dado ese día, como por ejemplo, los campeones anteriores, los de 1984, que ya tienen relevo, acompañando en otro barco , los Clemente, Salinas, Urquiaga, Dani, Zubi, Urtubi, De Andrés, Goiko, Liceranzu, Gallego, Noriega, Endika, Sola, Núñez, Argote, etc… : Jon Aspiazu, segundo de Valverde, llevando puesta la camisa que llevó hace 40 años en la otra Gabarra, como integrante del Bilbao Athletic; o Mikel González, Director Deportivo, con una camiseta de Gorka Garai, del Sestao River, acordándose de todos los clubes convenidos del Athletic, de los jugadores/as que pasaron por Lezama y no llegaron al Primer Equipo, de los trabajadores del club y de sus compañeros de Dirección Deportiva. Gorka Garai representaba los 4 puntos. Y por su Aita y su Sestao; o Mikel Jauregizar con la camiseta de Hugo Rincón. Y sobre todo, la Gabarra detenida debajo de La Catedral, y los en ella subidos, jugadores, cuerpo técnico,el presidente, Jon Uriarte, directivos,… tirando a la ría pétalos de rosas, rojas y blancas, y flores, en recuerdo de todos los que no están. Detalles todos, que demuestran que esto es más que fútbol.

Todos aplaudiendo una idea. Todos unidos junto al equipo de nuestro corazón, un grupo distinto, y comprobando que con la filosofía actual es posible tocar el cielo con los nuestros, como lo hemos hecho, de modo que todos los niños, todos los alumnos puedan abrazar esta misma idea, que nos ha llevado a un triunfo tan deseado, como importante para todos, pero sobre todo para los más jóvenes, que todavía no lo habían vivido, y para nuestros mayores, que pensaban que igual no lo volvían a vivir. Ahí lo tenemos. Disfrutémoslo, todo lo que podamos y, ahora, a seguir soñando con más.

¡Aúpa Athletic!