El debate (tuitero) del debate (televisivo)

2016-09-13_173431

Los vascos seguimos siendo diferentes. Tanto que, desde que vivimos con analistas de lo que se dice en Twitter (¡presente!), el del martes en ETB1 tal vez fuese el primer debate electoral en el que se cruzaron más conversaciones en la tele que en Twitter. Celebrémoslo.

Vaya por delante un evidencia sociológica evidente: los partidarios de PSE y PP no estaban ni en Twitter ni delante de la televisión. Ni les importaba. Pese a ello, acertó sin duda Idoia Mendia, que solo con su presencia ya lograba el objetivo: el votante socialista, aunque no hiciera caso a lo que se decía ni cómo se decía, ya se sentía reconfortado porque su candidata estaba allí, batiéndose el cobre en euskera.

Aquí podríamos abrir un paréntesis sobre la campaña del PSE en contra de este idioma para pelear por los mismos votos con el PP, absolutamente equivocada tal y como está Podemos de débil. Pero hoy paso.

Tanto Mendia como Laura Garrido, por cierto, merecen toda mi admiración: es muy difícil salir a un debate electoral, es más difícil hacerlo en un idioma que has tenido que aprender y no dominas, y todo se complica aún más cuando sabes que habrá muchos que irán de sobrados en Twitter y te criticarán porque no te manejas bien. Lo que hicieron Garrido y Mendia, como lo que hacen miles de vascos que se empeñan en aprender euskera merece un aplauso. Y quienes silban son los que dan sentido, precisamente, a la campaña del PSE. Otro debate (sobre el debate) es el de por qué en 2016 no hay candidatos bilingües en PSE y PP vasco, pero no era el del martes.

Sobre lo difícil que es ponerse en ese atril puede hablar mucho, seguro, Pili Zabala, que hoy tiene que volver a hacerlo. Sus dudas (no voy a hacer sangre, no creo que haya que hacerla) tienen que servir de recordatorio de lo difícil que es ser Garrido, Mendia o Urkullu: no solo se trata de hacerlo bien o mal. Pase lo que pase te van a atizar. Maddalen Iriarte era la otra política debutante, y fue la única que se atrevió a pisar la sombra de Urkullu. No dijo nada nuevo pero lo dijo todo muy bien. Y aunque tenga oficio, Iriarte también tiene mérito.

Al final, un 5,6% de cuota de audiencia. La más alta en los últimos 15 años. Otro motivo para alegrarnos en esta campaña vasca. Y van unos cuantos, ojo. Y ojo también al dato, como dicen los horteras: ese 5,6% lo ha conseguido la audiencia abertzale (de esto sí voy a hacer sangre porque creo que hay que hacerla). Los del derecho a decidir mientras lo digan las encuestas no vieron el debate. ¡Ni siquiera lo tuitearon en la cuenta oficial! Definitivamente, Podemos Euskadi, como en el modo en el que se pliega a la dirección de Madrid, copia lo peor de los partidos tradicionales españoles. Y solo han empezado a “poder”.