El mal pie inicial de Susana Díaz

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Susana Díaz hizo un superacto inicial: se rodeó de las viejas glorias, se dejó apadrinar por Eduardo Madina y fue teloneada por jóvenes esperanzas socialistas de toda España como Estela Goikoetxea. Curiosamente, que sea la continuadora del felipismo, Zapatero o Rubalcaba ha tenido menos relevancia que la dimisión de Goikoetxea, hasta ahora Directora del Observatorio de la Salud Pública de Cantabria, por falsear su currículum, en el que figuraba como licenciada en Biotecnología sin serlo.

La Igualdad al estilo de Carmena

No es la primera vez que lo escribo: me sorprende enormemente cómo trata Manuela Carmena el área de Igualdad de su propio ayuntamiento. Primero, la convierte en el rincón en el que aparcar a Celia Mayer, incómoda en Cultura. Y ahora, reduce la inversión precisamente para correr menos riesgos con esta concejala, según El Confidencial Digital. ¿Es la Igualdad un área que merezca este tipo de trato? ¿Están las instituciones municipales para juegos de poder?

Requiebros y derrapes

No sé qué parte de la historia me parece un derrape mayor: la de Gorka Maneiro fundando una plataforma-partido de centro izquierda (antinacionalista, eso que quede claro), la de Carolina Punset sumándose a esta nueva iniciativa después de pasar por UPyD y Ciudadanos, la de ambos partidos enfadados con Maneiro y Punset, o la de Maneiro negando que sea un partido y Punset respondiendo a sus propios compañeros, en plan borde, que sigue en Ciudadanos.

Una buena causa

No me parece en ningún punto criticable que Amancio Otega vaya a donar 320 millones de euros a la Sanidad pública española. No soy de esos que creen que alguien con más dinero que uno (que son muchos) es, por definición, un mal tipo. Pero no es menos cierto que las condiciones de los trabajadores de Inditex son mejorables (no hablemos de los que están más lejos) y que su estrategia inmobiliaria afecta al dibujo de las ciudades. Remediarlo también es una buena causa.

Internet se liberaliza (más)

Sigo defendiendo que es necesario un control sobre Internet. Por la cantidad de información peligrosa accesible, por lo fácil que es acosar a otras personas en sus redes sociales, y porque los modelos de negocio pasan en muchos casos por abusar de los usuarios. Y en vez de regularlo: liberalización. Es lo que ha pasado en EE.UU., donde solo falta un paso para permitir a las empresas de los navegadores vender a terceros información sobre nuestra actividad en Internet sin consentimiento.