Solo era una niña

¡Uf, qué tema más delicado con tantos colectivos dispuestos a sentirse agraviados! Les cuento: durante el sorteo de la lotería de Navidad una niña de San Ildefonso apareció con el pelo corto, y eso y un lío (fácil de resolver) con los nombres de pila bastó para lanzar un bulo: no era una niña, ¡era un niño transexual! El rumor corrió por Twitter y Forocoches… Y hoy esa niña no quiere volver al colegio, según sus progenitores, por temor a ser acosada tras la riada de comentarios en Internet.

¿Y si hubiera sido un niño?

Realmente, la denuncia del aita y ama de esta niña ponen de manifiesto que la transexualidad, incluso cuando no es real, genera temor en los colegios porque lo hace en la sociedad. Y si este debate nos sirve por lo menos para señalar la ponzoña me veo obligado a señalarles una vez más Navarra.com, ese medio cavernícola absorbido por Pedro J. Ramírez en El Español, que ha colaborado en la extensión del bulo con un tono paternalista que echa para atrás y no corrige ni una línea.

Tabarnia, gilipollez máxima

Tabarnia no existirá, pero nos ha servido para descubrir idiotas. Se trata de una “broma” de los nacionalistas españoles: esta región costera, formada por Tarragona y Barcelona, querría independizarse de Catalunya para seguir siendo España porque ha ganado Ciudadanos en ese territorio. Lo peor es que algunos nacionalistas catalanes han picado usando los argumentos del unionismo para defender que Catalunya es una, ¿grande y libre? Mi conclusión: cuánto tonto hay en Twitter.

La España de Pinypon

Una chica dulce ha ganado las elecciones en Catalunya a dos tipos duros como Puigdemont y Junqueras, y España se ha convertido, de pronto, en un reino donde todas las regiones (menos la catalana y la vasca) son modelos de generosidad. Por ejemplo (agárrense), Madrid, que según unos cuantos tuiteros, nunca ha rechazado a nadie (no como en Catalunya, donde expulsan a quien no se emocione con la sardana). El procés ha abierto el cajón de las vendas para los ojos.

Si es satírico…

El tuit más retuiteado de la cuenta del Financial Times en 2017 es una columna satírica de Robert Shrimsley sobre la heroicidad de Carles Puigdemont. Todavía esta semana en la que el medio británico ha hecho pública la anécdota parece que son los defensores del president los que están dando tanto aire al tuit y, por extensión, la columna, insisto, de carácter satírico. Es decir: Shrimsley no loaba a Puigdemont cuando lo comparaba con Mandela, Gandhi o De Gaulle, precisamente.