Mil personas muertas o heridas

La “supervivencia política” (EPE) de Benjamín Netanyahu cuesta mil personas asesinadas o mutiladas. Así está la cosa: el primer ministro israelí tenía minoría parlamentaria desde que el partido más ultra de Israel abandonó el gobierno. Con esta minoría no podía aprobar los presupuestos, y sin presupuestos ni estabilidad, se veía obligado a convocar elecciones anticipadas y resignado a perder la inmunidad, que necesita para no afrontar los juicios que tiene pendientes. Matando a casi 500 personas ha logrado recuperar el apoyo del Otsmá Yehudit (que tiene 6 escaños), y sobrevivir política y judicialmente.

Que no nos tomen por tontos

La manera en la que el PP está utilizando políticamente el reparto de personas migrantes que se hacinan en Canarias es una puta vergüenza. Por supuesto que las comunidades del PP tienen que acoger a más seres humanos, porque hasta ahora no lo han hecho, porque han sido mucho más irresponsables que Euskadi o Catalunya, que han respondido en todo momento a la crisis migratoria y las necesidades de personas. Si el PP está en manos de Vox y de sus políticas racistas, y esto le genera un problema, que se apañe, pero ni estos seres humanos ni las comunidades que sí les han acogido tienen la culpa. Y allá quien le haga el juego.

Menudo discurso de mierda, compañeros

Empiezo este párrafo como he terminado el anterior: allá quien le haga el juego al PP, a Vox, a sus trampas en las explicaciones y a sus pactos xenófobos. Pero no vamos a dejarlos pasar: “Los alcaldes del PSOE recelan del pacto con Junts: temen que las regiones del PP les manden todos los menas”. Este titular en Vozpópuli está mal de principio a fin: son personas, no menas. Y los alcaldes del PSOE que temen que en las comunidades del PP concentren a las y los migrantes en sus municipios no recelan de Junts, sino del PP y de Vox que, una vez más, utilizan a las personas para su política repugnante.

La aristocracia, impune

No es delito ganar dinero en España. Vale. Pero sí debería de serlo aprovecharse de situaciones de miedo, excepcionales, para llevarse seis de los once millones que pagó la comunidad de Madrid por material sanitario como mascarillas durante la pandemia. También debería de ser delito ser unos horteras gastándose la pasta, que es lo que fueron Luis Medina y a Alberto Luceño. Al final, solo ha pringado el segundo: tres años de cárcel y 4,8 millones entre multa e indemnización, pero por falsedad documental. El aristócrata, oh, sorpresa, ha sido absuelto de todo. Si con esto Ska-p no actualiza su famosa canción “Ñapa es”, yo ya no sé…

“Nunca estuvieron atrapados ni varados”

Sé que solo han pasado unos días desde que traje a esta columna el post en Microsiervos sobre que solo era propaganda trumpista que los astronautas Butch Wilmore y Sunita Williams estuvieran atrapados o varados en la Estación Espacial Internacional. En el blog tecnológico vuelven a la carga y yo, también: primero la Calypso y, después, la Endeavour, estaban a su disposición para el regreso en caso de emergencia. Y hoy mismo, que la Freedom les ha traído a la Tierra con retraso, eso es innegable, hay tripulantes en la EEI, ¿atrapados? ¿Varados? Si caemos con tanta facilidad en la propaganda trumpista estaremos perdidos.

¡Qué escándalo!

¡Cómo de importante es el tema que ha conseguido ocupar la portada de Marca incluso por encima de las quejas del Real Madrid por el poco descanso de sus jugadores! Pero así son las cosas: la oficialidad de la selección vasca de pelota “desata un escándalo sin precedentes”. El país que inventó el deporte, puede jugar por primera vez la liga de naciones… dejando a España fuera, según el histórico diario deportivo. El logro del PNV (Ortuzar y los responsables de la federación vasca posando con la Ikurrina ocupan la tercera foto en Instagram) ha provocado un malestar mayúsculo, por lo visto. El portadón de Marca es solo un estornudo.

Otra de Mazón

“Carlos Mazón borra un tuit en el que celebraba que las Fallas ‘inundan’ Valencia”. El titular en El Confidencial Digital es suficientemente concreto, sucinto y descriptivo. No puedo añadir nada más salvo mi sorpresa ante la torpeza monumental del equipo de Carlos Mazón. Tiene que haber una cadena de responsabilidad para validar ese texto (posteriormente volvió a publicarlo con la expresión “llenan cada rincón”) antes de publicarlo. Una cadena que falló, que está nerviosa, que es inoperante hasta en lo menos importante. Con esos mimbres no se pueden hacer cestos, la resistencia levantina del PP tiene menos sentido cada día.

Y otra del PP

Mazón no ha alcanzado un acuerdo con Vox para aprobar los presupuestos de Valencia por accidente, ni por necesidad, ni es un hecho aislado: “PP y Vox se alían en Cantabria para aprobar la Ley de Simplificación” (El Plural). PCR y PSOE sostienen que se trata “de desregulación, no de simplificación”, y que la norma “abre la puerta a la especulación urbanística”. Más allá del debate político en Cantabria, es evidente que Núñez Feijóo no se ruboriza cuando acuerda con el representante español del trumpismo. Él está legitimando a los de Abascal y a sus aliados. Y eso no puede salir bien.

Otra masacre

“404 muertos y más de y más de 560 heridos”. No son números, son personas. Son los seres humanos que han sido atacados por el ejército de Israel “después de que Netanyahu haya ordenado ‘actuar con contundencia’ contra Hamás por rechazar ‘todas las ofertas’ de los mediadores en el marco de las negociaciones para un acuerdo de paz” (Huffington Post). La maldad del primer ministro parece infinita, tan infinita como es nuestra indignación, nuestra rabia y la puta inacción de la comunidad internacional. Si esto pasa es porque hemos permitido todo lo anterior. Nuestra civilización está el borde del colapso, a veces deseo que llegue ya.

Sopas y sorber

Me siento inhumano saltando a algo tan banal después de hablar de casi 1.000 personas muertas o heridas en Gaza, pero la actualidad en Internet es justo así: vas de un tema a otro sin conexión ni contexto, y de una hostia en toda la cara a la gilipollez más supina: el Real Madrid quiere 72 horas entre partido y partido… pero también quiere muchos millones para pagar su carísima plantilla y estos solo se generan jugando y ganando. Vamos, que Florentino Pérez (el mismo que quiere jugar una Superliga, y la liga y copa españolas, al mismo tiempo) y toda su cohorte quieren sopas (los millones) y sorber (no atragantarse con tanto meneo).

Canadá

Trump nos va a dejar una Europa autosuficiente y con conciencia propia. Bienvenida sea. No solo eso: también vamos a redescubrir a antiguos aliados del viejo continente: Canadá siempre estuvo allí, ajena a la locura estadounidense, pero ahora la vemos: “No hay ningún argumento, no hay conversación al respecto, no hay necesidad de hablar de ello. Estás aquí, nos respetas, respetas nuestra soberanía, estás en nuestro país, respetas a nuestra gente. Punto final” (RCI). La cita es de Mélanie Joly, ministra de Relaciones Exteriores de Canadá, y ese que debe guardar respeto es Marco Rubio, su homólogo trumpista. Así.

Marruecos

No tengo ninguna duda de que Europa va a encontrarse, en el momento menos pensado, con un nuevo frente al Sur: Donald Trump planea “reconocer la soberanía marroquí sobre” Ceuta y Melilla, según El Independiente. Ojo, porque a principios de año, Mohamed VI ya se aproximó a Putin, con lo que tiene el apoyo asegurado de los dos imperialistas que pretenden repartirse el mundo y apretar a Europa por el Este (Ucrania), Oeste (Groenlandia) y el Sur (Marruecos). En El Independiente señalan a Abascal, que va a tener que hacer un equilibrio cada vez más complejo para justificar sus alianzas y, a la vez, sus posiciones.

Valencia

Sigo pensando que al que hay que insistir es a Alberto Núñez Feijóo. ¿Por qué permite esto que leemos en EPE? “Mazón asume el discurso de Vox para aprobar los presupuestos de la Comunidad Valenciana”. Si tan claro tienen en el PP que con Trump, no, tendrán que romper con Vox. Porque son Feijóo, Mazón y todos los representantes del PP que cuentan con los votos de Vox los que están engordando al monstruo trumpista que habla española. Y esto solo acaba de empezar: la pinza Trump-Putin cada vez va a apretar más, y Núñez Feijóo va a comprobar de la peor manera lo que dolerá quedarse atrapado por ella.

Catalunya

Seguimos nuestro periplo: llegamos a Catalunya. Bueno, si llegamos, porque si vamos en tren nos la jugamos. Entre las huelgas y los problemas técnicos (por supuesto, puedo pensar que una cosa puede estar vinculada a la otra), las y los usuarios están sufriendo un conflicto más político que laboral. Un conflicto que, sorprendentemente, va a resolverse a favor de España: la transferencia va a quedarse a medias por la presión de las y los trabajadores de RENFE, que exigen no dejar de serlo. “Una huelga, un chantaje y un traspaso lleno de parches”. Así lo resume José Antich en el editorial de El Nacional.

La Estación Espacial Internacional

Como ya soy viejo hablo con la tele. Y me he pasado el fin de semana corrigiendo a todos los informativos: Wilmore y Williams no estaban varados en la Estación Espacial Internacional y lo que ha sucedido el fin de semana no es ningún rescate. En Microsiervos, como siempre, lo explican muy bien: “La campaña de desinformación que han montado Elon Musk y Donald Trump sobre el asunto, básicamente para criticar a la administración Biden, ha dado sus frutos”. “En todo caso” el regreso “se ha retrasado por culpa de la empresa de Musk porque SpaceX no ha podido tener lista a tiempo la cápsula”.

Lo que diga Elon

“Musk da por amortizada su injerencia en Alemania y mira a España: ‘Le interesa que Abascal gobierne’”, leemos en Público. Parece que a la AfD no le ha ido tan bien como esperaban (pero no le ha ido mal, no lo olvidemos) por lo que su interés ahora por España puede ser hasta bien recibido por los rivales de Vox. Aunque los resultados de Alice Weidel han sido buenos, insisto, la injerencia de Musk activó el voto que ha permitido una opción de gobierno que deja al margen a los ultras. Por desgracia, aquí Núñez Feijóo lo tiene mucho más claro y sumará sus escaños a los que consiga Abascal sin dudarlo para llegar a Moncloa.

El personaje

Esta columna va sobre Elon Musk porque el personaje lo merece. No para bien, pero lo merece. La mano derecha de Donald Trump, el encargado de laminar la estructura funcionarial en EE.UU., “hizo su imperio con la ayuda del gobierno de EEUU: 38.000 millones de dólares para levantar Tesla y SpaceX” (Xataka). Pero no es solo una cosa del pasado, de cuando arrancó: Hoy, “a pesar de su discurso libertario, Musk sigue beneficiándose de contratos gubernamentales multimillonarios y de acceso preferencial a programas” públicos. Hablamos de “al menos 38.000 millones de dólares en contratos” para las empresas de Musk.

La persona

No es una contradicción que quien se ha hecho y se hace cada vez más rico con el dinero público vaya a recortar servicios a la ciudadanía: es hipocresía. Da la medida del personaje, insisto. La persona parece aún peor: “Elon Musk llama retrasado a un astronauta de la Agencia Espacial Europea y luego pide el fin de la Estación Espacial Internacional en dos años” (Microsiervos). La discusión subió de tono cuando el danés Andreas Mogensen negó que los astronautas que va a rescatar Musk con sus naves (otra misión pagada con dinero público) estuvieran abandonados. Entonces el millonario le llamó “completamente retrasado”.

Lo más ultraliberal

A menudo oímos hablar, desde posiciones que se tienen a sí mismas como progresistas, de que las y los políticos no deberían cobrar. Eso es justo lo que hace Musk, y Trump lo dice siempre que puede. Pero el responsable de DOGE (que corresponde al acrónimo en inglés del Departamento de Eficiencia Gubernamental) quiere que su ejemplo cunda: según El Debate, “Elon Musk propone que los trabajadores con un coeficiente intelectual muy alto no cobren por su trabajo” para el Estado en el citado departamento. Esto es ultraliberal, esto supone que solo los ricos podrán dedicarse a gobernar, y ya vemos qué decisiones toman.

“Róbame el Tesla”

La semana pasada vimos a Donald Trump vendiendo coches Tesla en la Casa Blanca (otra vez, recursos públicos en beneficio de Elon Musk) después de que las acciones de la compañía se desplomasen: nadie quiere un Tesla y quien ya lo tiene, al parecer, intenta deshacerse de él. Pero la marca se ha devaluado tanto que hasta resulta cómica la idea de vender uno de segunda mano, por imposible. Así que la marca de ropa Van Highs ha creado la web (disfrutémosla mientras sea visible): stealmytesla.com. Es decir: “Róbame el Tesla”, en la que puedes contratar que ese vehículo del que tanto te avergüenzas, simplemente, desaparezca.

La guerra de los vídeos

Los vídeos que ha sacado el PP hechos con inteligencia artificial no me gustan por chuscos, por horteras, por feos. Además del conflicto diplomático con República Dominicana, han provocado ya una respuesta (era de esperar), la del periodista Alán Barroso que ha hecho uno equivalente señalando al PP. Pero otros partidos también usarán estos métodos y, gracias a la iniciativa del PP (arrebatada a la izquierda), siempre irán detrás de los de Núñez Feijóo, que han golpeado primero y han generado una reacción tan exagerada como hipócrita: no dudo de que en Podemos, Sumar o el PSOE estaban valorando lanzar vídeos similares.

Y la de las redes

La columna de hoy va de “lo mío”, aviso. Esto es, de comunicación política. Ya hemos hablado de los vídeos del PP. También debemos hablar de la batalla que se está librando en las redes sociales digitales: “El PSOE intensifica el uso de redes alternativas a X para dar la batalla digital a la ultraderecha” (Público) porque “X es un territorio perdido” y, ahora, Instagram o Tik Tok “son los nuevos campos de batalla digitales”. Pero mantener una actividad permanente en esas plataformas más allá de la campaña es muy difícil (de hecho, lo fácil es hacerlo en X), y en el PSOE lo intentan hasta con directos con los ministros en una “Zona Roja”.

¿Por qué?

Lo que hacen Vito Quiles y Bertrand Ndongo en el Congreso no es periodismo, no es información. Aquel no es su sitio, por mucho que exista una página web con apariencia de medio on-line que les sirva para pedir su acreditación. Sacarles de ese espacio no atenta contra la libertad de información ni el derecho a estar informados. Debemos ser honestos. Entonces, ¿por qué “el PP se opondrá a la expulsión de Vito Quiles y Ndongo del Congreso” (El Confidencial Digital)? Pues porque no son pocos los representantes de este partido que se apoyan en noticias de estos falsos medios para tuitear.

A peor

Titulan en Vozpópuli: “De la televisión al móvil y de periodistas a ‘influencers’: así ha cambiado nuestra forma de informarnos”, y yo colijo: a peor. No podemos desvincular el momento en el que los falsos medios (como los de Quílez o Ndongo) y los influencers empezaron a ganar la partida a las y los periodistas, del momento en el que empezó a resurgir la extrema derecha. “Más del 60% de los usuarios en España consume noticias a través de redes sociales, superando a la televisión y la prensa escrita” y “el 55% reconoce haber encontrado información engañosa en redes sociales al menos una vez a la semana”.

La tendencia se confirma

En Espacio Dircom nos hemos encontrado datos de consumo de información, o algo parecido, entre la juventud: “El 49 % de los jóvenes de españoles utilizan las redes sociales para informarse, lo que supone un 7 % por encima de la media de los jóvenes de la Unión Europea”. Sus fuentes son: “Instagram (51 %), TikTok (43 %), X (36 %), YouTube (32 %) y Facebook (11 %)”. En este contexto, “sobre la exposición a la desinformación”, “el 51 % de los jóvenes españoles afirma haberla sufrido a menudo o muy a menudo”. Los datos se repiten, por lo que las percepciones se asientan. Ese es el terreno de juego, ahora, juguemos.