La tragedia vendrá en junio

En el PP están viviendo un drama: fueron los únicos que no vieron la que se les venía encima. No es menos cierto que casi nadie acertó (o se atrevió) a vaticinar un desastre de semejantes proporciones. Pero si el problema hoy para Pablo Casado es terrible, con una pérdida de diputados y senadores histórica, pero también de asistentes, y el pesimismo se ha instalado en Génova 13, la tragedia todavía está por venir: el último domingo de mayo hay elecciones municipales, autonómicas y europeas, y las previsiones son terroríficas. Entonces, sí, a partir de junio la descomposición del PP será imparable, gracias a Pablo Casado.

FAES ya ha hablado

La culpa de lo que sucede y va a suceder en el PP la tiene José María Aznar, que ha manejado a Pablo Casado como un títere sin poner la cara para que se la partan. De hecho, este PP era más aznarista que el del propio Aznar, y por eso la ciudadanía le ha dado la espalda de un modo tan claro. En otro episodio de osadía y caradurismo ilustrado, FAES ayer lanzó su propia lectura de los resultados electorales, echando la culpa a la “canibalización” de PP, Ciudadanos y Vox, y a la ignorancia de los votantes de derechas que han hecho lo que ellos han querido y no lo que quería José María Aznar, está claro.

Lo que diga Ciudadanos no le importa a nadie

La idea me la trasladó una compañera ayer por la mañana: nadie toma en serio lo que diga Ciudadanos, tanto es así que, después de que Albert Rivera negara y hasta despreciara un pacto con el PSOE, ahora todos suman sus escaños y hablan de gobernabilidad porque, realmente, nadie se cree las palabras del líder naranja nunca. Esta realidad, que podría parecer negativa, también tiene algo de positivo: Rivera nunca se ata las manos con lo que dice porque todos damos por hecho que se desdirá si es necesario con el mismo aplomo. Pero a la larga, un político que solo actúa en función de sus necesidades no es de fiar.

Comenzad

Durante la jornada electoral, Vox lanzó un tuit con este mensaje: “¡Qué comience la batalla!” (falta de ortografía incluida, sí), junto a los iconos de la bandera de España y unas espadas, y la imagen de algo parecido a un guerrero medieval que se enfrentaba a fuerzas de izquierda, independentistas y algunos medios de comunicación. Pues bien, la batalla ya puede comenzar: los 24 diputados de Vox nos demostrarán ahora de qué son capaces con una aritmética parlamentaria que juega en su contra, ya que sus diputados no suman a ningún bloque y sus propuestas pueden quedarse solo en ocurrencias de arrojados.

Las elecciones en las que arrasó el PNV

¿Quién ha dicho esto: “Si el PSOE no obedece a aquellos militantes que ayer le decían: ‘Con Rivera, no’, nos tendrá enfrente. Si habla de plurinacionalidad, de acabar con los recortes sociales y de respetar la agenda vasca, podremos dialogar, negociar y acordar”? Ha sido Jon Inarritu y lo han tuiteado en la cuenta de Bildu, pero si me dicen que son declaraciones de Ortuzar que están así en su Facebook, me encaja incluso mejor. La victoria del PNV ha sido tan definitiva en Euskadi que su discurso, copiado sin pudor (ni ideas) por Bildu le ha servido para duplicar electos. Pero yo tendría mucho cuidado de no infantilizar a la ciudadanía.

La política va de esto

Durante el debate del martes, el definitivamente vergonzoso, Albert Rivera fue apelado directamente en este tuit: “Sr. Rivera: soy el hijo de Maribel Tellaetxe, mujer que sufrió sin descanso las 19 semanas que usted bloqueó la ley de la eutanasia. Qué poca vergüenza para mentir sin pestañear. Le falta empatía, honestidad y humanidad para representar a un solo ciudadano”. La política va de esto, de resolver problemas, problemas de verdad, y no de hacer demagogia ni congelar una legislación porque tu partido no tiene una opinión clara. Rivera nos pidió escuchar el silencio. Como político, simplemente, él debería escuchar.

Pesado, no, insoportable

No me gusta traer a la columna la opinión de “tuitstars” porque, por lo general, solo quieren sumar diciendo lo que es popular, pero me tengo que rendir a lo que escribió Pablo MM después del debate: “Madre mía; Albert Rivera es insoportable. Qué tipo más pesado. Y los catalanes llevan 10 años extra aguantándole. Mis condolencias”. Yo creo que Albert Rivera ha pasado la franja de pesado para entrar de lleno en el terreno de lo insoportable: la manera que tiene de interrumpir no solo en los debates, también en el Congreso, y de provocar, como un macarra (sí, esa es la palabra) embutido en un traje, le delatan.

En el ranking de tonterías

Si el debate de La1 no fue bueno, el de Atresmedia rozó la telebasura. Peor moderado y peor realizado que el primero, los políticos fueron más al cuerpo a cuerpo (salvo Iglesias, que jugó a ser un chico con jersey pese a tener un chalet con piscina) y todo se resintió. Para mí, uno de los momentos que mejor ejemplifican cómo fue todo es ese en el que Vicente Vallés dijo: “En esta cadena ya saben que somos muy de libros”, y los candidatos no supieron salir del jardín cultural (con Rivera, estelar, asegurando que la cultura española es la que se hace en español). El autorretrato de la política y de Atresmedia fue para colgarlo (en la pared, claro).

Cazadores de mentiras

En esta columna suelo hablar de Maldito Bulo, la web que se dedica a verificar rumores. Lo hacen muy bien y por eso volveré a hablarles de ellos, pero creo que asociarse con un medio privado (en este caso es Eldiario.es, pero eso es lo de menos) para los debates, ha sido un error. También lo ha sido la colección de imitadores que otros medios han puesto en marcha, evidenciando que la verificación tiene sesgo (algunas explicaciones de parte han sido clamorosas) y que el periodismo es un oficio experto en tirarse piedras. Hoy lo más fácil es preguntarse: ¿por qué no lo han hecho hasta ahora?

El que no estaba

Ante este panorama, no son pocos los que aseguran que han ganado el debate los de fuera. Por lo menos, no lo han perdido, ya que no ha destacado ni Sánchez, ni Casado, ni Rivera, ni Iglesias, y eso deja espacio a quienes lo han visto desde fuera. Más allá de lo incómodo que resulta ver a Otegi haciéndose el cachondo, en España muchos señalan a Abascal como el beneficiado de dos shows prescindibles. Un Abascal al que, vaya, le ha salido otro extremista de derechas en el partido. “Qué mala suerte”, ironizan en Twitter ante la noticia de que el candidato a alcalde por Vox en Badajoz ya se presentó con un partido “neonazi”.

Las derechas no suman

Afrontamos lo días decisivos de la campaña sin caballo ganador en Euskadi pero con una cuadriga de tres caballos claramente perdedora en España: las tres derechas, consumidas por su propia lucha intestina, no suma. Eso deja el gobierno de España en manos del PSOE y otros partidos: solo con Ciudadanos si los números dan a Sánchez y Rivera, o con Podemos y otros si no les da a quienes ya firmaron un acuerdo de gobierno hace tres años. Ha llegado la hora de la verdad para los partidos: estos son los días clave para que la ciudadanía decida su voto, según los sociólogos, y la capacidad de influencia, más que nunca, tiene valor.

Iglesias, sin ola

Han sido muy intensos, pero solo han pasado cinco años desde que Pablo Iglesias fuera elegido eurodiputado en la cresta de la ola. Desde entonces, Podemos ha sabido surfear (obligación política que han cumplido con solvencia), ha implosionado y explotado para sorpresa de todos, y Pablo Iglesias ha tenido dos novias, gemelos y un tercer hijo en camino. Ahora Pablo Iglesias se enfrenta a la enésima novedad: hacer política sin olas. Ahí es donde se demuestra de qué madera están hechos los candidatos, sus equipos y los partidos: en El Independiente ya anuncian “movimientos en Podemos para derrocar a Iglesias” de cara a Vistalegre 3.

Vox vuelve a la caverna

Salvo sorpresa, la diestra vencedora de la pugna por arrinconarse que están librando PP, Ciudadanos y Vox, va a ser la de Santiago Abascal. Hasta 30 diputados podría colocar la extrema derecha en el Congreso. Y aunque únicamente sean quince, solo la formación de ese grupo, que sus votos puedan ser decisivos (y van a serlo en la legislatura) y su voz vaya a ser oída, es ya un éxito. Tienen el trabajo hecho y en la semana clave no van a cometer el error que convierta la victoria en empate en el minuto 89. Por eso, como leemos en Vozpópuli, Vox se repliega y vuelve a Intereconomía, de donde nunca debió haber salido.

Casado se lo inventa todo

Es lo que parece y el hilo de Daniel Fuentes solo viene a confirmarlo: Pablo Casado lleva meses inventándose datos, leyes, sentencias, votaciones, indultos… Todo le da igual. Su estrategia pasa por tener un mensaje cada día (claramente visible en sus redes sociales), y le da igual si es verdad, mentira o las dos cosas (se lo cojo prestado al magnífico Kirmen Uribe y espero que no le importe). Pero vuelvo al hilo en Twitter de Fuentes, asesor de Sánchez, donde contradice con datos oficiales afirmaciones escandalosas de un Casado que nunca cita de dónde saca esos números que siempre le dan la razón. Espero que los votos se la quiten.

Usa tu voto

Serán muy pocos, pero ayudarán a Vox a conseguir sus resultados, más que al PNV, Bildu, Podemos, PSOE e incluso el PP: esos que romperán el sobre frente a la urna para protestar y lograr, según ellos, deslegitimar el sistema democrático actual son los que necesita la extrema derecha para entrar en el Congreso, igual que a todos los que se queden en casa o voten nulo haciéndose los graciosos, como si se tratase de elegir al delegado de la clase. Ya no queda nada para que termine esta campaña en la que, se lo aseguro, muchos profesionales se han desfondado y han sacrificado su vida familiar. Voten lo que quieran pero voten.

Rivera, presidente

Paso por alto el hecho cierto de que en Ciudadanos no sepan colocar las comas y me centro en el spot en el que demuestra lo poquísimo que les importamos los vascos: ridiculizan la opción política principal de la ciudadanía, ridiculizan nuestra forma de hablar y ridiculizan lo que hemos logrado peleando por lo que es nuestro. Porque a nadie se le tiene que olvidar que lo que reclamamos es lo que nos corresponde. Ni más ni menos. Hace bien Aitor Esteban en coger el guante en su blog como principal aludido porque Pedro Sánchez ya ha empezado a hacer sus sumas con esos Ciudadanos. Así nos quieren, y así tendrán que ser correspondidos.

Patxi López, el inmortal

Ya estaba allí, en el Congreso, mucho antes de ser lehendakari. Después, en el Parlamento, cuando PSOE y PP intentaron por primera vez desplazar a Ibarretxe. Ahora, continúa. Incluso después de ser el presidente del Congreso más breve y de ser el submarino del sanchismo (aunque con su conocida habilidad estratégica acabó siéndolo del susanismo), Patxi López sigue ahí: en las listas al Congreso y, la próxima legislatura, en la cámara baja. Porque puede pasar lo que sea en el PSOE moderno, que López se mantendrá a flote. Suerte o instinto de supervivencia, no hay PSOE sin López… Ni lo que representa.

El PP tampoco cambia

En Euskadi, Patxi López simboliza el pacto con el diablo después de haberlo negado, y el desastre de aquella legislatura que, a los resultados posteriores de los partidos que pactaron me remito, nadie quiere repetir. Más allá del marketing y las necesidades políticas, la verdad es que poco han cambiado PSE y PP, con Mendia y Alonso al frente. Sobre el partido de Casado, Antonio Cartier lanzaba un certero dardo en Twitter: “Estamos descubriendo que el PP es machista, usa a las víctimas de ETA en campaña electoral y que se aferra a la bandera como excusa de todo. Podría ser 1996 pero no, amigos, es 2019”.

Vox es violencia

Varios de sus miembros han sido condenados por palizas cuando eran neonazis declarados, Ortega Smith ha apelado varias veces a su condición de Boina Verde y experto en artes marciales, Santiago Abascal va armado por la calle sin motivo que justifique la renovación de su licencia de armas, y allá donde va Vox deja un reguero de enfrentamientos. Ya no solo en Euskadi (aunque los medios españoles se lo compraron sin mirar ni la etiqueta), también en Oviedo la semana pasada y, como recoge Miguel Ángel Garrosa en Twitter, en Tenerife, donde la Policía parece que sigue sacando la porra por el armado y el militar.

Por eso somos del Athletic

Esta semana los medios que quieren demostrar quién manda en Bizkaia ya han desplegado su último movimiento para traer a Llorente al Athletic. ¡Qué verano nos espera si Elizegi no detiene rápidamente esta invasión a su propia capacidad de decisión (que al final, es de lo que va esta campaña a favor del riojano, no de fútbol)! Pero no, no solo importan los goles: el Athletic está construido sobre valores. Tenemos que recordárnoslo cada día con tuits como el de la Adurizpedia: “El Athletic lleva 2.523 partidos consecutivos jugando con al menos un canterano, todos los disputados en los últimos 55 años”. Más de 30 años más que el Ajax.

No se puede hacer peor

Pedro Sánchez y su equipo puede que estén batiendo un récord ahora mismo: el de gestionar de la peor manera posible un debate electoral cuando tus oponentes no parecen gran cosa. Con Iglesias sin crédito, Rivera centrifugado en su propia espiral y Casado haciendo de Aznar, Sánchez lo tenía todo de cara, pero primero rechazando el de Atremedia y después aceptando el de La1 en la misma fecha (recurso a la Junta Electoral mediante) solo ha conseguido cabrear a todos sus oponentes (que bien no iban a recibirle) y a dos grupos mediáticos. Es lo que pasa cuando tienes más en cuenta a las encuestas que a la ciudadanía.

El blanqueo imposible

Cayetana Álvarez de Toledo es la cara del PP más repelente: la de la pijo soberbio que mira por encima del hombro, la de quien desprecia al que no piensa igual, la de quien tiene pinta de tratar como a pobres a todos menos a los miembros de su mismo club. El lío que armó en el debate electoral de La1 contra el derecho a la libertad sexual de las mujeres y el modo en el que intentó arreglarlo, con una amenaza de querella, solo vino a confirmar el personaje. Pero ahí está el periodismo que nos iba a rescatar, el de Pedro J. Ramírez, para plantarnos una oda a la licenciada por Oxford, como si no hubiera idiotas con títulos o al frente de periódicos.

Todo a Rivera y Arrimadas

En este escenario tan chungo (no se me ocurre palabra más suave para definirlo) de la política española hay dos actores que no renuncian a ninguna escena: Albert Rivera e Inés Arrimadas. Ciudadanos se ha reducido a estos dos representantes y, como señalan en La Información, han escondido hasta a sus gurús económicos. Tal vez alguna encuesta les ha ratificado lo que dice el sentido común: que el liberalismo que impulsan da más miedo que certezas. Solo quedan Felisuco y Toni Cantó tuiteando sandez tras sandez y siendo más divertidos que cuando contaban chistes por la tele. Con esas naranjas poco zumo se hace.

Bienvenidos a Euskadi

José Antich se queja con razón de que, si prospera el debate a cuatro sin que la Junta Electoral obligue a contemplar también a representantes de los grupos vasco y el de Esquerra, la representación de la España política no estará completa. La derivada natural, como el director de El Nacional concluye, es que acabarán hablando de Catalunya (alguien lo duda) sin nadie que represente el sentir mayoritario de los catalanes. Lo que le pasa a Antich lleva pasándonos a los vascos desde que los medios descubrieron la espectacularización de las campañas: los políticos españoles arreglaban Euskadi sin hablar con un solo vasco.

Mónica está harta, y yo, también

Si Mónica López ha decidido borrar el tuit con la carta que recibió y provocó su hartazgo, me limitaré a señalar aquel en el que lo explica sin mostrar el documento (que reproducen muchos digitales), y por supuesto a darle la razón: nadie puede sentirse libre para decir lo que quiera a esta presentadora del tiempo solo porque sale cada día en la tele. López denunciaba que una mujer le acusaba de tener muslos anchos y usar muletillas, y que este solo era otro exceso de los muchos que tenía que aguantar. El hartazgo de esta presentadora está justificado: la sociedad se está tuiterizando en el peor sentido imaginable.