Como si la negociación entre partidos para plantear escenarios y pactos postelectorales fuera algo pecaminoso (o peor: de la “casta”), Oskar Matute habría sido la bisagra para que, por un lado, Pablo Iglesias e Iñigo Errejón y, por otro, Rufi Etxeberria y Hasier Arraiz, se hubieran reunido en Francia para negociar a escondidas. Finalmente, la reunión no ha tenido lugar, siempre según ‘La Voz Libre’ por miedo a que el encuentro se filtrara a los medios. Descrita la situación, lo que yo no sé es si algunos tenían ganas de protagonizar un encuentro ETA-Gobierno español.
El marido de Susana Díaz, bajo el foco
Lo que he leído en ‘Vozpópuli’ me ha dejado pasmado: “José María Moriche, marido de Susana Díaz, desde 2003 hasta 2012 trabajó para el Instituto de Formación y Estudios Sociales de UGT. Su nómina se financió, al menos en 2010, con cargo a la aportación de 8 millones que hizo la Consejería de Empleo de la Junta a UGT para cursos de formación. La Junta lleva dilatando desde hace tres años la devolución por UGT Andalucía del dinero injustificadamente gastado, al que se cargó su sueldo. En concreto se reclaman 204.000 euros por ‘importes no justificados’. Díaz convocó elecciones sin que conste que haya iniciado o logrado la recuperación de tal dinero, a pesar de que se lo exigió hace un año la Cámara de Cuentas y que desde hace tres años la Junta sabe tal irregularidad. Tal fondo, precisamente, nutrió la nómina de su marido en el IFES”.
Homenaje a Barrionuevo y Corcuera
Pasan los años, la nebulosa de los GAL no se disipa, y quienes estuvieron enredados en la guerra sucia contra ETA no ya con normalidad, sino con homenajes. No solo eso: la última comida a la que han sido invitados se ha celebrado en el cuartel de la Guardia Civil desde el que salió Tejero el 23-F para tomar el Congreso de los diputados. Anécdotas aparte, en la pieza en ‘Estrella Digital’ denuncian varios encuentros gastronómicos de aquella vieja cúpula, Pascual Sala, hombre clave de Interior en los gobiernos de González, incluido.
El tonto del pueblo
Esta semana, un preso de “Resitencia Galega” ha reivindicado, por medio de una carta, 50 actos violentos con la parafernalia que suponen: “Lucha independentista”, “colectivo de presos independentistas gallegos”, “combatiente”, “acoso criminal de la democracia española” a quien comete actos violentos, a los que llaman “acciones ejecutadas”, y dice que actúan “devolviendo la dignidad a nuestro pueblo”. Eso sí, el valiente no firma la carta de reivindicación (‘El Confidencial Autonómico’).
Redefiniendo la tontería
Tengo un iPhone y un iPad, y soy plenamente consciente de que tengo dos buenos dispositivos… sobrevalorados (ambas percepciones son compatibles gracias a Apple). Soy consciente, también, de que la primera generación de este teléfono esta tableta es sustancialmente diferente a las actuales, por eso creo que el reloj de Apple presentado esta semana es solo el rudimento de lo que será el mismo dispositivo en un lustro. Dicho esto, me parece una soberana tontería un reloj que no funciona sin el teléfono, cuya batería dura 18 horas (‘Androidpit’), y que costará más de 400 €.