El icono del momento

La foto de la influencer Fitness Mama (más de 700.000 seguidores en Instagram) en Barcelona, posando delante de una barricada incendiada, es para mí la imagen de la sociopolítica actual: postureo en un contexto de violencia al que todos miran (cada uno para su propio interés) después de una condena (esto es lo único real y lo más injusto de todo) por un delito que no se cometió, que se simuló, que fue para la galería, como la foto de la influencer. Y todo esto en un momento preelectoral que el máximo responsable de las elecciones convocó sabiendo que coincidiría con la sentencia. ¡Qué harto estoy de este tiempo!

Rivera, si no eres parte de la solución…

Como estoy harto de la “liquidez” de la política y de la sociedad de la imagen actual, harto hasta de ese eufemismo de “liquidez” que solo tapa la incapacidad y la búsqueda de la foto, y harto de la política española y de la catalana que no nos llevan a ninguna parte, he estado a punto de titular este párrafo: “Vete a la mierda, Albert”. Pero seré políticamente correcto: al líder de Ciudadanos no le toca tuitear el vídeo del padre con un bebé que se ha visto obligado a salir de su casa por una barricada en llamas, le toca ser parte de la solución. Si decide no serlo, está claro, es parte del problema y como tal le votarán.

Gana el PP

Las tendencias de los sondeos señalan a Ciudadanos como el partido que más cae, y nadie quiere votar a una opción que se desintegra, así que esa tendencia seguro que se confirma la noche del 10-N. Por eso Rivera va cargado de ponzoña a la campaña, porque ya lo está perdiendo todo. Otra tendencia que refuerza cada nuevo sondeo es que el PP se rearma, y lo que está sucediendo en Catalunya le da alas en España. Más: que el PSOE se desinfla (¿cómo no?), que Abascal resiste (¿cómo?) y que Errejón irrumpió y se estancó. El panorama político español es horroroso. ¿A quién van a votar?

¡Vaya “periodismo”!

El PP sube y Vox resiste gracias a la maquinaria de propaganda de la que forma parte OK Diario. También es verdad que de la misma maquinaria vive Ciudadanos y le va fatal: le ha tocado ser el vaso comunicante perdedor del sistema trifachito. Pero ahí están las webs que dicen que hacen periodismo pero solo emiten información manipulada, como Libertad Digital, Mediterráneo Digital, El Español o el propio OK Diario, que ha denunciado que Marlaska salió a cenar en Madrid durante los disturbios en Barcelona. El actual gobierno del PSOE es indefendible, pero el periodismo de Inda o Pedro J. Ramírez es aún peor.

Yo, con Galder Reguera

En esta tormenta (a saber cuándo se activa y a quién se lleva por delante el “tsunami democrático” catalán), en la que todo el mundo intenta salvar lo suyo y hundir lo del resto, como luces entre las olas salen algunas reflexiones en forma de tuit como el de Galder Reguera: “Hay fundamentalmente dos tipos de personas. A los que les preocupa todo esto y los que lo celebran (quizá no en público, estos últimos, pero lo celebran). Los míos son los primeros”. Los míos, también. Y añado que quienes lo celebran, de un bando o de otro, de aquí o de allí, merecen todo mi desprecio y que tomemos nota.

Un poquito hartos

Cuando vi la noticia de que el año empezaba bien para los autónomos con cambios en la desgravación y la ampliación a dos años de la tarifa plana para los nuevos trabajadores por cuenta propia, me eché a temblar: si todos los medios compraban la música del gobierno español es porque la letra iba a ser terrible. Y en Público leo que, efectivamente, lo es: las modificaciones en la desgravación son recortes y la cuota para la mayoría subirá otra vez como ya hizo en 2017.

Sigue la estafa

El precio de la luz en España en 2017 ha sido el más caro desde el máximo de 2008: hemos pagado más de un 30% más que en 2016 hasta llegar a los 52,2 euros por megavatio/hora. Comparemos con países del entorno: en Alemania pagan 32,4 euros, y en Francia, 44,9. Pero solo hablamos del 35% de la factura. El 25% corresponde a IVA e impuestos, y el 40%, a los peajes: esas compensaciones que estamos abonando al sector por lo que este deja o puede dejar de ingresar.

Intención de voto en la capital de Tabarnia

Tabarnia está resultando un detector de tontos muy útil: los españoles que se han inventado esta región en la que ganó Ciudadanos en las Autonómicas se golpearán contra la realidad, y los independentistas que les entran al trapo, directamente, nunca han sido los más listos de su clase. Por suerte, vienen las municipales y Tabarnia se esfumará: la intención de voto de en Barcelona sitúa a ERC como primera fuerza casi empatada con Podemos, y Ciudadanos como cuarta opción.

No son buenos compañeros de viaje

Un nacionalista catalán como Pep Guardiola está dando una lección al mundo del fútbol y al mundo, en general: el “cómo” sigue siendo importante. También vale para la política: el “cómo” importa. Y mucho. Más todavía a la hora de construir una nación: no vale hacerlo de cualquier manera ni con cualquier compañero de viaje, porque algunos te salen rana, como Oriol Ciurana, un semihéroe por enfrentarse a la justicia española que después ha dado positivo en un control antidroga de la DGT.

Tampoco será para tanto…

Puedes ser posible que en Londres haya restaurantes que estén trabajando para que sus platos sean especialmente bonitos tras comprobar que Instagram puede llevarles clientes. Pero de ahí a afirmar que esta red social está cambiando la forma en la que comemos va un gran trecho. En la restauración la presentación siempre ha sido importante, pero el cambio (necesario) de los últimos años para tener en cuenta la experiencia del cliente es lo que ha llevado Instagram a la mesa, no al revés.

Bien por Ada Colau

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Ya tengo una de las satisfacciones de Nochebuena: el ayuntamiento de Barcelona ha puesto 60.000 euros de multa a Airbnb y Homeaway, que son empresas que, apoyadas en una base tecnológica, gestiona capciosamente alquileres de apartamentos por días pasándose por el arco del triunfo el sector inmobiliario y, lo que es más importante, los impuestos que todos tenemos que pagar. Ada Colau, en mi opinión, acierta. Porque en nombre de Internet algunos están abusando.

El partido menos votado es alavés

El partido menos votado en las elecciones del domingo pasado fue uno alavés que se presentaba solo en este territorio. La agrupación se llama Ongi Etorri, parte de SOS Racismo (que por otro lado tiene una sospechosa experiencia en participar en campañas electorales defendiendo intereses de parte), y ha obtenido únicamente 110 votos. Su programa, básicamente, busca concienciar sobre el fenómeno de la inmigración y restar estigmas.

El control de las expectativas

Es un asunto básico en política: las expectativas demasiado altas pueden convertirse en un lastre. Le pasó en la noche electoral a Ciudadanos, que ha obtenido un gran resultado (entrar en el Congreso con 40 escaños) pero la sensación que le queda es la de derrota. Le ha pasado a Bildu, que se veía (y le veíamos) fuerte. Y puede pasarle a Podemos, que sigue yendo a tomar el cielo por asalto, sin bajar al nivel suelo, y que puede generar frustración a sus hoy ilusionados votantes.

¿Para qué sirve Twitter?

Pepo Jiménez describe estupendamente en ‘Vozpópuli’ lo que hacemos cada día los que hemos encontrado una oportunidad peinando Twitter (entre otros espacios) para separar grano de paja o, lo que es lo mismo, las historias de los comentarios superfluos. Además, Jiménez ha sabido seleccionar magistralmente algunas de estas grandes historias, algunas tan breves como un solo tuit o dos imágenes contrapuestas. Todo ese talento, por suerte, también está en esta red social.

Dropbox monta una cafetería con una Estrella Michelín

La cafetería de Dropbox, en la que los trabajadores de esta empresa comen gratis cada día, acaba de ganar una estrella Michelín. Las empresas tecnológicas como Dropbox o Twitter están acostumbradas a disparar con pólvora del rey, es decir, de los inversores, mientras buscan un modelo de negocio rentable, al mismo tiempo que cometen excentricidades como poner en marcha restaurantes de alto nivel. No sabemos si Dropbox será rentable, pero sí que en su cafetería comen muy bien.