¿Qué es «barbarie»?

Con el pacto exprés entre Sánchez e Iglesias, las reacciones de los partidos, y los cortes de carreteras en Catalunya, esta noticia de La Vanguardia casi ha pasado desapercibida: “Los CDR amenazan con seguir llevando el caos a Catalunya si no se cumplen una serie de exigencias que anoche hicieron públicas a través de Twitter. Mientras haya ‘rehenes, no haya libertad de reunión y de expresión y no podamos ejercer el derecho a la autodeterminación, habrá caos’. ‘Independencia o barbarie’, apuntan”. ¿A qué se refieren con “barbarie”? Porque en Euskadi ya conocemos a los de “piensa como yo o te mato” y no se lo recomendamos.

Iglesias ya va avisando…

Es evidente que Pablo Iglesias ha ganado la primera mano después del 10-N, pero está por ver si ganará la partida. Antes de que se concrete nada ya va avisando a los suyos de que se lo van a poner difícil. Se está vendando de arriba a abajo sin que nadie le haya hecho el primer rasguño porque sabe que vendrán las laceraciones y hasta quien hurgue en las heridas. Gobernar es muy difícil y generar insatisfacción y frustración, muy fácil, sobre todo si has anunciado el asalto a los cielos y, de momento, vas de sillón en sillón. Como dice un buen amigo: “Cuántos lloros de las plegarias atendidas”.

El equipo económico de Vox

Ahora que ya casi todos llaman ultraderecha a la ultraderecha (algunos de los que han llamado “centro” siempre a Ciudadanos se resisten, como quienes les han aupado en sus programas de televisión), lo mejor que podemos hacer para frenar a Vox es dar a conocer sus medidas, especialmente las económicas. Y parece que nos lo van a poner fácil porque ya han anunciado un equipo económico con cinco expertos que espero que hablen alto y claro de sus ideas ultra, en este caso, ultraliberales como el fin del sistema público de pensiones, el de Sanidad o el fin también de la declaración de la renta.

No, desquiciado por Twitter

Si finalmente José Manuel Soto ha votado a un partido facha, después de hacer campaña por los valores que representa ese partido desde Twitter, no me da ninguna pena que ahora lo linchen metafóricamente en la red social. Pero independientemente de lo que haya hecho, me sirve como ejemplo de lo que es ese ecosistema en miniatura: el cantante empezó a hacer comentarios políticos y hoy es víctima de su propia incontinencia, de la interacción (aunque sea negativa), de cómo cualquiera acaba deseando seguir opinando aunque le zurren porque tiene opiniones de mierda (por retrógradas), como en su caso.

Mejor si lo cambiamos

Para evitar que nos enganchemos a las redes sociales de la peor manera Instagram está probando qué pasa si dejamos de ver los “likes” en una foto. Es decir: podemos dar al “me gusta” pero no podemos ver cuántos corazoncitos tiene esa foto. Así eliminan el componente competitivo y, seguramente, la ansiedad entre los usuarios más vulnerables como los y las adolescentes. Claro que también modifican el modelo de negocio de las y los influencers y esto es importante como apuntan en Trecebits: las empresas tendrían que consultar a Instagram por los datos y eso ubica a la red social en el centro del business.

Lo que diga Vallín

Igual que soy un columnista peor de lo que me gustaría estoy seguro de que sería un cronista peor de lo que imagino, pero incluso con esa certeza sigo sintiéndome un cronista frustrado. Tal vez por eso disfruto tanto con las crónicas deportivas y políticas. Entre las segundas brillan las de Pedro Vallín en La Vanguardia por lo bien que conoce la corte, por eso era de los pocos que se acordaban de esto: “Una aclaración: es falso que este acuerdo no llega seis meses tarde, sino cuatro años. Era el pacto obvio en diciembre de 2015, cuando juntos, PSOE, Podemos e IU sumaban casi 12 millones de votos”.

No lo entiendo

Otra periodista, Rebeca Carranco, ha ido relatando en Twitter los piquetes de la carretera a la frontera entre Catalunya y Francia. Ha sido muy interesante seguirla porque ha ido detallando las numerosas acciones encaminadas a detener el tráfico y, como consecuencia, el país. Yo, por mucho que me esfuerce e intente informarme (también sigo el canal de Telegram de Tsunami Democràtic), sigo sin entender cómo se gana la razón y cómo se construye un país paralizándolo, destrozando sus infraestructuras, provocando a su policía y emitiendo al exterior una imagen de desgobierno y descontrol.

Hasta los hue…

Al próximo que me diga que Ciudadanos es un partido de centro le voy a soltar: “Y tú eres gilipollas”. Tengo tanto sueño acumulado por culpa de una campaña innecesaria y tanta mala leche por todo lo que ha permitido el periodismo a esa gentuza de la extrema derecha que le voy a declarar la guerra al eufemismo y a los claims de campaña. Y ya de paso, le voy a declarar la guerra a los que pagan a 90 días, a los que solo ponen tapa a los del pueblo y a los que no usan los intermitentes. Pero a los primeros, a esos que también denuncia Rafa Cabaleira: “‘El voto de centro se ha ido a VOX’, dice uno en el 24h… Y así todo”.

Cada uno elige su manera de hacer el ridículo

Están los que trabajan en política y llaman “centro” a Ciudadanos y está Jeanine Áñez portando una biblia de medio metro de lado como si fueran las tablas de los diez mandamientos de Moisés rodeada por simpatizantes que parecen reírse de ella. Cada uno elige su manera de hacer el ridículo. Pero lo de la boliviana autoproclamada presidenta casi por la gracia de Dios es de las mejores maneras de hacer el tonto ante el Mundo que yo haya visto. Y no creo que represente tampoco a ningún católico con su desprecio a la cultura indígena… Y a los propios indígenas en algunos tuits pasados, por lo que hemos visto.

Se va un grande

David Villa anunció ayer que lo deja. Con esta retirada el fútbol mundial pierde a uno de sus mejores delanteros que en su último año en Japón también ha marcado más de diez goles. Villa nunca fue el más mediático, pero sí uno de los nueves de la liga española con más recursos (y con un hat-trick en San Mamés que mi memoria había querido olvidar), y por eso quiero traerle a esta columna, porque todavía existen esos futbolistas que no son ciudadanos sobre el césped, sino futbolistas de verdad que, por otro lado, pasan del foco, las declaraciones para forzar renovaciones y la ostentación, y se dedican, simplemente, al fútbol.

Sánchez, culpable

Estas elecciones son una faena que me roba horas de sueño y de estar con mis hijos. Estamos aquí, hablando de ellas solo porque a Pedro Sánchez le dio la gana convocarlas. Un presidente en funciones que ayer sumaba 100.000 parados más y que en el debate restó más que otra cosa. Solo le honra decir que se opondrá a la ilegalización del PNV que propone Vox. El resto de su tiempo fue un desperdicio porque no aclaró nada, salvo que para Catalunya planea más mano dura. En Twitter, resumieron su intervención: “A Pedro Sánchez le das a elegir entre graparse los huevos y pactar con Podemos y te pregunta a qué pierna”.

Casado, verde

Pablo Casado mejora pero sigue sin llegar: nadie se lo cree como presidente del Gobierno. Lo cierto es que nadie se lo cree, en general. ¿Qué Pablo Casado es el de verdad, este, más moderado, o el que se destapó como un rival de Abascal por el espacio que queda entre la derecha y la pared? Debatiendo no estuvo mal pero como está verde cayó en el error de hablar de corrupción, que siempre le perjudicará porque preside el partido más corrupto, y se equivocó también hablando de meter dinero en un sobre para hablar de la deuda pública. Eso, sí, supo arrinconar al PSOE, pero dejó claro que su futuro es con Vox.

Rivera, hundido

Juan Soto Ivars resumió mucho mejor de lo que yo podré hacerlo la intervención de Rivera en el debate: “Le han puesto un alzador a Rivera para que pareciera más alto. Fernando de Páramo le lleva una maleta llena de objetos para que saque. A última hora, como había cachondeo con el alzador, lo han quitado. La historia del partido, entera, está contada en estas tres frases”. Rivera está en las últimas: el próximo lunes, a más tardar, tendrá que dimitir. Y Fernando de Páramo, irse con él. ¿A dónde? Siempre le he ubicado en Vox pero él sabrá. Yo solo sé que me alegro de que desaparezcan.

Iglesias, fuera de sitio

Más que fuera de sitio, Pablo Iglesias está fuera de tiempo con su discurso maniqueo, pretendidamente social y ampliamente incoherente con sus actos (¿de qué cuna vienen? ¿A qué chalés van cuando termina todo? ¿Cómo vamos a creernos que pretenden preocuparse de lo de todos si empiezan ocupándose siempre cada uno de los suyo dentro de su partido, su familia política y sus propias obsesiones?). Está tan fuera de foco que dejó unos segundos que en Twitter cazaron al vuelo para hacer un GIF: mira a un lado, al otro, alza una mano y arquea las cejas. Nunca entendieron nada y siguen sin hacerlo.

Abascal, facha

Lo grave no es que la noche del lunes Abascal mintiese mirando a cámara e hiciese un discurso xenófobo cuando lograba no trastabillarse consigo mismo. Lo grave es que Abascal estaba allí, que nadie puso un cordón sanitario a la extrema derecha. Lo grave es que Espinosa de los Monteros, Ortega Smith y Abascal han podido decir lo que les ha dado la gana, amenazar y soltar datos falsos a porrillo en la tele sin que ningún periodista y moderador de esos debates le pare los pies, sin que ningún político salvo Aitor Esteban les haga frente y les diga que mienten y merecen nuestro desprecio.

No te flipes, Jack

El fundador de Twitter, Jack Dorsey, hizo ayer un anuncio que algunos les impactó mucho: a partir de finales de noviembre (es decir, para esta campaña que empieza hoy no es aplicable), Twitter no permitirá promocionar tuits con contenido político. ¿Y qué? Su red social es la menos efectiva para la movilización por el tipo de público (convencido ya) que la frecuenta, y por eso es en la que menos invierten los partidos con diferencia. Lo verdaderamente revolucionario hubiera sido que Dorsey anunciase el fin de los contenidos maliciosos o falsos, y no prohibir a los partidos que promocionen sus spots.

España elige. Nosotros, también

Brian Cutts, un inglés afincado en Catalunya, ironizaba sobre la muy limitada oferta política española: cinco hombres de 40 años son los candidatos (a los que se sumaría un permanente “wannabe”: Errejón, que siempre quiere ser algo más). Y estos hombres tan similares entre ellos, pese a coletas y barbas, hacen ofertas también muy parecidas: el PSOE juega a ser Podemos y PP, Ciudadanos va de Podemos hasta Vox; el PP, de Vox al PSOE; en Podemos juegan a ser patriotas y en Vox, a cuidar de los españoles siendo ultraliberales. Por suerte para Cutts y para nosotros, en Catalunya y Euskadi tenemos otras opciones.

Errejón también elige

Como les decía, Íñigo Errejón siempre quiere ser algo más: algo más atractivo para ser elegido, algo más líder que lo que le dejaban en Podemos, algo más mayor… O algo más joven, por ejemplo, respondiendo a Rosalía en Twitter. La cantante preguntaba: “Q hacéis?” (sic). Y el político respondió: “Desbloquear el país”, junto a un par de emoticonos. ¿Mola, eh? O igual no, igual en vez de “molar” resulta un poco ridículo, un poco “campañero”, un poco fuera de lugar, un poco cogido por los pelos… Pero así completa Errejón la oferta política a los españoles, desde la ligereza en las formas… Y en el fondo.

Ciudadanos ha elegido al bebé de Arrimadas

Siempre pensé que no fue casual que se hiciera público poco antes de la campaña de abril que Albert Rivera y la cantante Malú salían juntos: el de Ciudadanos entraba así en otros espacios informativos, los del corazón, y su presencia aumentaba. Ahora, esta relación ya no es noticia, pero en Ciudadanos han vuelto a apostar por el comentario familiar para colarse en conversaciones televisivas o de cafetería: Inés Arrimadas está embarazada, no ha querido darle importancia… Pero en la sede del partido han puesto una lona de tres pisos con este mensaje: “Felicidades, Inés”, y otras vez un par de emoticonos.

¡Qué casualidad!

Cuando Pedro Sánchez decidió repetir las elecciones sabía que la precampaña coincidiría con la sentencia del Procés, la exhumación de Franco y la sentencia del juicio por los ERE en Andalucía que puede implicar a antiguos altos cargos socialistas en la Junta. Las dos primeras las ha gestionado mal: en Catalunya ha querido ser el PP y en el Valle de los Caídos le colaron un “¡Viva Franco!” indignante. Más suerte ha tenido, qué casualidad, con la prórroga que ha pedido el magistrado Juan Antonio Calle para redactar la sentencia que podría implicar a Chaves y Griñán, que conoceremos, ya, después del 10-N.

Venga, Pedro, sal a bailar…

Pedro Sánchez va a tener que ponerse a bailar en un mitin, a contar chistes en uno de esos canales de comedia, a encajar los puyazos de Buenafuente y Wyoming en directo mientras suelta una carcajada y a dar un beso a cada niño de España si quiere que su plan no se le vaya por el desagüe. De momento, la semana empieza mal: los sondeos le dan un peor resultado que en abril, el PP se le acerca y Más País no llega a ser el nuevo Podemos. Sánchez, además, está enfadando a nacionalistas vascos y catalanes en una estrategia que ya nadie entiende. Más le vale que su cuerpo se mueva como una palmera.

Catalunya no es ETA, es peor que ETA

No lo digo yo, lo ha dicho el ministro español de Justicia en La Razón: según él, las fuerzas de seguridad del Estado no se habían enfrentado nunca a una violencia como la que hemos visto en Catalunya desde la sentencia a los presos políticos por el Procés. La reacción, desde Junqueras a Rosa Lluch, la hija de Ernest Lluch, ha sido la lógica: recordar a Fernando Grande-Marlaska las consecuencias de la violencia de ETA, también en Catalunya. Evidentemente, La Razón ha dado un meneo al PSOE por medio de uno de sus ministros más reconocibles, pero este empellón no hubiera sido posible sin el exceso de Marlaska.

A Ciudadanos también se le está haciendo largo

Si al PSOE esta breve campaña se le está haciendo larga, a Ciudadanos, todavía más. Después de ver el vídeo de Rivera en primera persona con las imágenes de la violencia en Catalunya de fondo, el líder de los naranjas nos ha sorprendido con unas camisetas de “liberales ibéricos” rodeado de cuatro chicas con la prenda apretada. ¿Por qué? Porque han querido mostrar reflejos y robar a Sánchez esa descripción. Pero todo lo que hacen queda ridículo. Rivera es ese amigo que sale de un divorcio que no quería, se empeña en rehacer su vida sentimental rápidamente pero parece gafado con las mujeres: todo le sale mal.

Estos sí que están crecidos

El error monumental de cálculo del PSOE no solo pone en riesgo su liderazgo porque el PP le está ya pisando los talones, también ha dado una segunda oportunidad a la extrema derecha que está fagocitando a Ciudadanos y que se muestra crecida no solo en Madrid o Barcelona: en Alicante, simpatizantes de Vox se han colado en el salón del cómic con gritos de “¡viva España!” y “¡maricones!”, según leemos en Contrainformación, entre otro digitales. Es el mismo cuento de siempre, el de los ultras que no comprenden la cultura contemporánea y a quien la disfruta e imponen su país vandalizando.

La “mentira” mil veces contada

Vi el mundial de fútbol femenino e intento ver todos los fines de semana un partido televisado, y sigo notando la misma diferencia entre el fútbol de ellas y el de ellos: la espectacularización del deporte con más cámaras, mejores equipos técnicos y realizadores de primera que sepan seleccionar detalles de un regate y ponérnoslo en cámara superlenta. Porque esos regates están (o faltan si es un plomo) en los partidos de ellas y en los de ellos de igual manera. Así que “la mentira” del fútbol femenino que pregona José María García es solo una cuestión de medios. Y si él no lo sabe es porque no quiere.