El principio de la solución

El procés catalán ha sido muy doloroso para los políticos condenados por su ideología y para sus familias. Hoy sigue habiendo personas que, por cumplir sus programas después ser elegidas mayoritariamente para hacerlo, siguen lejos de sus casas amenazados con condenas si regresan. Y a todo esto hay que sumar la frustración de una parte muy importante de la sociedad. El procés se ha convertido en un laberinto y para salir de él en buenas condiciones va a ser muy importante seguir una hoja de ruta basada en la verdad con titulares como el que ha dado Jordi Sànchez: “¿Un segundo referéndum si no es pactado? ¿Para qué?” (El Nacional).

A ella tampoco le falta ego

Cuando vi la noticia pensé lo mismo que César Calderón: Yolanda Díaz no se va a ir del gobierno ni del entorno político que la rodea “ni con agua caliente” pese a estar “rodeada de egos”. La propia ministra tendrá el suyo bien lozano, y no le faltan razones: hace tiempo que no se ve una política en España con tanto tirón y tan honesta con sus propios principios que, por si fuera poco, conectan con una mayoría de trabajadores y no con las élites económicas, intelectuales o artísticas. Y precisamente por eso, porque sabe que su oportunidad consiste en seguir donde está, no va a abandonar. Tampoco quiere hacerlo.

¿Por qué, Pablo?

Esta misma semana comentábamos en la columna que la convención del PP obligaba a Casado a posicionarse entre alcanzar un gobierno contra la extrema derecha o articular una oposición de largo recorrido. En vez de resolver la duda ha llamado a políticos de derechas europeos con bastante cartel que, sin embargo, tampoco le han funcionado. Más bien, al contrario: “La convención del PP va fenomenal. Primero la lió Vidal Quadras disparando contra el Estado Autonómico, luego las quejas internas de machismo y ahora la condena por corrupción a Sarkozy, el invitado estrella. Pablo Casado, oro en timing”, tuiteaba Ícaro Moyano.

Y mientras tanto, esto

En lo único en que ha acertado Pablo Casado es en convocar esta convención cuando Isabel Díaz Ayuso está fuera de Madrid. Así se ha evitado, además de todos los bochornos, que la líder de facto del PP de Madrid le hiciera sombra. Pero precisamente en la capital española también se la han liado a Casado: su portavoz nacional, en su segundo trabajo, el de alcalde Madrid, se enfrentaba a los grupos de izquierda en el ayuntamiento y les acusaba de ser quienes sembraban odio y división. Lo hace Martínez-Almeida con su cara bien dura después de ver cómo en su ciudad, en Chueca, se manifestaban ultraderechistas homófobos.

Fallarás era de las que tenían para cubatas

Me hago viejo y me parece que la generación más joven que la mía es de cristal. Ya sé que no puede ser una coincidencia, pero también creo que aciertan tan poco como yo quienes soplan las mismas velas (o más) pero defienden a la chavalada con argumentos infantiles. Escribe Cristina Fallarás en Público que “la fiesta y el ocio nocturno son cosa de ricos” y apela a que ella, cuando era joven, podía tomarse unas copas o ir a una casa con unas cervezas. Fallarás, entonces, era de las que sí podían, porque a los demás nos daba para unas cañas y poco más. Y nadie ha necesitado nunca soplarse una botella de ginebra y tres redbulles para socializar.

Intoxicadores

Desde la humildad de esta columna y los foros en los que se me pida la opinión voy a poner todo de mi parte para que no nos den gato por liebre los que salían de caza con la pistola al cinto. Pero tampoco voy a tragar con el relato que quiere imponer (con toda su maquinaria mediática pero también editorial y de producción audiovisual) el nacionalismo español, ni siquiera el más soft. Y Así que, sí, los resúmenes tuiteros (y por definición, intoxicadores) de Gaizka Fernández, responsable del Archivo del Centro para la Memoria de las Víctimas del Terrorismo, tienen que ser escrutados y señalados.

Insuficientes

Los 15 euros al mes que va a subir el SMI, ¿para qué creen algunos que dan? En La Información han hecho un reportaje muy interesante en el que personas que cobran ese sueldo mínimo explican a qué dedicaran el aumento: a pagar el recibo de la luz, el transporte público, y los más optimistas intentarán darse un capricho en forma de helados para sus hijos o una cena en pareja humilde pero fuera de casa. Los más pesimistas simplemente no ven diferencia alguna en su salario. Esta es la puñetera realidad, que hay gente que necesita 15 euros extra al mes para disfrutar de la vida por un rato, que algunos creen que los trabajadores somos esclavos.

Implacable

La convención del PP está pasando bastante desapercibida incluso pese a la presencia de Mariano Rajoy porque Pablo Casado básicamente solo tiene una cuestión que dilucidar: ¿con Vox o sin Vox? Y mientras no diga que se aleja de Vox y que va a intentar tender puentes hacia otras opciones, no hay noticia. Y sin noticia no hay interés. Es cierto, como leemos en Nius, que algunos de los pesos pesados del PP (los que no necesitan a Vox para gobernar, claro) le piden “no caer en la trampa” de la extrema derecha, pero no es menos cierto que los actos delatan a Casado y su organización. Es con Vox y será contra todos los demás.

Impresionante

En el PP saben de sobra que se van a apoyar en la extrema derecha para gobernar y que el suyo va a ser un caso único en Europa. Saben lo que significa y no importa ni a Pablo Casado ni a su guardia de pretorianos ni patrocinadores. Saben que tienen y, si los votos les dan, van a tener más relación con quien justifica una serie de ataques y con quien cobija a antivacunas convencidos y hasta agresivos: Mauro Entrialgo recopila con deleite los ataques tuiteros a Jiménez Losantos, Luis del Pino y hasta un Girauta cada día más desnortado desde posiciones extremadas no solo en lo político, también en acientífico.

Importante

Por la acción de Ángela Merkel, apenas conocemos las tradiciones políticas de los partidos alemanes, poco sabemos del sistema electoral, y menos de las necesidades del país. Pero ahora todo ha cambiado, sentimos la incertidumbre del motor de Europa y estamos obligados, por lo tanto, a conocerles mejor en lo político. Al respecto, esto que explica César Calderón es importante: “Los alemanes tienen la extraña costumbre de poner por escrito y con un detalle insoportable sus acuerdos de gobierno en documentos que son verdaderas obras de orfebrería política y jurídica. Y además sorprendentemente los cumplen. Vamos, que va para largo”.

No es la fortuna, es la impunidad

La serie de noticias que ha arrancado Público sobre Juan Carlos I es fascinante. Cómo ha conseguido tanto dinero es importante, por supuesto, pero más elocuente resulta la impunidad de la que disfrutó desde el primer minuto el Jefe del Estado español designado por Franco y sostenido por una Constitución que solo buscaba contentar a los del régimen. Porque eso de que “el rey reina pero no gobierna” esconde que hay un cargo institucional que, ahora de Felipe VI y antes de Juan Carlos I, requiere cierta ejemplaridad. Y si no cumplen, porque ha habido un enriquecimiento descarado, no tiene sentido no abrir el debate.

¿Todo por su batalla?

César Calderón ha aportado un dato en su columna de Economía Digital muy interesante para comprender los cambios de Pedro Sánchez: “Sánchez de forma tan hábil como sibilina, ha introducido en su gobierno a tres políticas locales bien conocidas en sus territorios como son la portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Zaragoza, Pilar Alegría, y a las alcaldesas de Puertollano, Isabel Rodríguez y a la de Gandía, Diana Morant. (…) Todas ellas suponen una amenaza para los presidentes autonómicos de sus territorios: Javiar Lambán en Aragón, Emiliano García-Page en Castilla la Mancha y Ximo Puig en la Comunidad Valenciana”.

Sí, lo ha dicho

Ninguna impunidad es ni será nunca comparable en España a la que ha sentido Juan Carlos I, pero la de Pedro Sánchez tampoco es pequeña: está tan seguro de que la oposición de PP y Vox no va a alcanzar la mayoría absoluta y que él podrá contar con los votos suficientes, que puede dedicarse a sus batallas internas. Pero es que tiene razón: frente a Sánchez está un Casado capaz de decir que los nuevos ministros “han sido elegidos a dedo” (InfoLibre). “A dedo”. Que alguien diga al líder del PP que pare… O que alguien le explique la política más básica porque el hombre lleva años viviendo de algo que desconoce o que le da igual.

Todo pasado por le freidora

Otro que necesita que alguien le diga que pare es Juan Ignacio Zoido que, desatado por la oportunidad de atacar al ministro Garzón, tuiteó la foto de un escalope nada apetecible al grito de “yo como carne”. La foto y el aspecto del filete empanado eran tan preocupantes que tuvo muchas respuestas, la mayoría con gran sorna. Poco después, el eurodiputado tuiteaba la foto de una ensalada de tomate y unas puntillitas… Pasadas por la misma freidora que hace que todo tome un aspecto desazonador. No sé si Zoido necesita que alguien le haga unas vainas, que alguien le enseñe a sacar fotos o que alguien le quite Twitter.

Temas preocupantes de verdad

Ni la dieta de Zoido, ni la batalla artificial de la derecha contra el ministro español de Consumo, ni la poca altura política del líder de la oposición en el Congreso, ni la política cortesana del presidente del gobierno, ni siquiera cómo ha podido enriquecerse el Jefe de Estado en el ejercicio de su cargo: lo verdaderamente preocupante es la “segunda agresión homófoba en València en cinco días a una pareja que se besaba” (Levante). El repunte de la homofobia y la xenofobia, no solo en España (que Basauri está muy cerca) es lo que tiene que preocuparnos y ocuparnos, con prioridad máxima, y no una política española muy ramplona.

«La foto de Colón», como concepto

“La foto de Colón” ya no es una foto, es una imagen que se nos genera espontáneamente: políticos de derechas y ciudadanos perdidos en la democracia, ideas e ideologías que se transforman para ser insensibles ante la empatía o a la convivencia entre diferentes. Y en esa foto, en esa imagen, participan PP, Vox y lo que queda de Ciudadanos, que es bien poquito. Allá ellos con lo que han elegido, pero allá nosotros con lo que elegiremos a partir de ahora. Andoni Ortuzar lo dice muy claro: no hay alternativa al actual gobierno español. Porque si este cae lo que viene es la foto de Colón pero en movimiento.

Si saben cómo se pone, ¿para qué la invitan?

El PP buscaba un imposible en la swinger party de derechas en la que había aceptado participar: marcar distancia con quien se apretaba para rozar. Pero además lo buscó donde no iba a encontrarlo: en Isabel Díaz Ayuso, a la que no se le ocurrió otra cosa que pedir a Felipe VI acción y responsabilidad. ¡Qué locura! En El Plural resumen muy bien su intervención: “Ayuso desafía a Casado en directo y enfada a Génova por retar al Rey”. Una aparición fulgurante que alegró a las masas y a Abascal, y que mete al PP hasta el fondo en el atolladero en el que ya estaba atrapado. Ahora, a sacar las manazas.

¿Podemos es ahora Ione Belarra?

La sonrisa de Albert Rivera es el reflejo futuro de los partidos personalistas que tan de moda están en España desde hace unos años: los viejos se han dejado llevar por la tendencia pero los nuevos lo han sido siempre al 100%. A Arrimadas ya la hemos visto dando tumbos en la plaza de Colón, y ahora estaremos atentos a qué hace Ione Belarra, que hereda un partido organizado por su predecesor, el mismo que la designó. Belarra es una política pragmática, lo ha demostrado alcanzando el poder con los pulsos que le gustaban a Iglesias, y sabe que su futuro está ligado al de Yolanda Díaz, y no al de Irene Montero.

Sánchez es el PSOE

Con la previsible salida de Susana Díaz de la cúpula socialista andaluza, Pedro Sánchez ya no tiene a nadie que le lleve la contraria en su partido. No se le puede reprochar nada a quien fue cosido a puñaladas en su propia casa y aprovechó su resurgimiento para romper con el felipismo, el zapaterismo y, ahora, detonar cualquier istmo que le uniese al viejo aparato. Pero como buen socialista, Sánchez conoce y conserva las mecánicas de su partido. De cara al futuro, César Calderón muestra más dudas: “Cuando pierda las próximas elecciones, ya no habrá un solo líder socialista sin mochila capaz de salvarse de la quema” (Vozpópuli).

Pero no es un líder mundial

Antes del encuentro, Ángel Villarino explicaba en Twitter en qué consistiría: “Biden sacará unos minutos (menos de 5) para saludar a Sánchez. No es un encuentro bilateral, ni está en agenda, ni habrá tiempo para charlar sobre nada. Es un gesto que tiene su importancia, pero es solo un gesto. No le demos más vueltas”. La imagen del presidente español en la cumbre de la OTAN no es buena, ni fuera ni dentro: un líder que solo lo es en su partido, que no sabe dirigir un gobierno de coalición y que depende completamente de que los independentistas no decidan romper el muro de contención a la extrema derecha en el Congreso.

La estafa continua

La factura de la luz es, sin duda, la mayor estafa legalizada de la actualidad: los peajes, las tarifas, los sistemas de cálculo, los costes y las justificaciones hacen que nos resignemos con los consumos. Pero cada vez que hay novedades recordamos que el atraco es global, redondo, amplio, sin fisuras: más de diez millones de consumidores nos veremos afectados para mal por el nuevo sistema de cobro. ¿La solución? “Incentivar el ahorro a través de cambios en las pautas de consumo”, según Teresa Ribera (La Información). El gobierno más progresista de la historia de España prefiere eso a meter mano a las eléctricas.

Cuestión de sensibilidad

El encarcelamiento de los políticos catalanes y su persecución internacional por parte de la justicia y la política españolas muestra una clarísima falta de empatía. Seguro que las sentencias están justificas, pero no lo están en lo humano, lo lógico y lo democrático: representantes de la ciudadanía avanzaron en el camino en el que les pusieron sus votantes y están pagando un precio personal altísimo. Los indultos llegan tarde y mal, y contribuyen poco al alivio, pero lo hacen y eso es lo positivo. Entender todo esto, sentir que son políticos y no criminales, que son personas injustamente presas o huidas, es cuestión solo de sensibilidad.

Y de sociología de un país

En Euskadi no estamos en nuestro mejor momento políticamente: la oposición se ha vuelto populista y oportunista, y la violencia ha vuelto a ser directa y justificada por quienes nunca dejaron de hacerlo. Pero en España, sociológicamente, también están en un momento delicado: el texto de César Calderón en Vozpópuli sobre el cambio de ciclo político presenta una pérdida de confianza abrumadora de los españoles hacia el PSOE y el gobierno de coalición, y vaticina una remontada espectacular del PP sobre el propio PSOE y Ciudadanos… Pero con Vox como apoyo por su derecha para ascender al gobierno.

La transparencia real

Una vez más, la Casa Real española ha decidido hacer una comunicación de mierda: Felipe VI ha sido vacunado, pero no vamos a saber ni cómo ni por quién (no hay imágenes) ni con qué vacuna, que es lo más relevante. Ya sabemos que la opacidad es una de las tradiciones más arraigadas en todas las monarquías, pero especialmente lo es en la española, como la de las prebendas y los amigos que te dejan millones para que regularices tu situación con Hacienda. Bueno, que me lío, que en vez de dar ejemplo y proyectar esa imagen de falsa normalidad que pretenden, han optado por el oscurantismo. Allá ellos y sus movidas.

¡Qué liada!

Cuando Correos presentó su enrevesada campaña para promover supuestamente la igualdad, en la que los sellos tenían un valor en función de su color (piel más blanca o más oscura), ya se veía venir el golpe. Pero la dimensión internacional del mismo ha sido inesperada: The Washington Post explica cómo el servicio postal español ha atribuido un valor menor al sello con apariencia de piel negra, y un valor mayor al sello con apariencia de piel más blanca. Un lío de esos que hacen que te preguntes: ¿Nadie en la cadena de responsabilidad lo vio venir? ¿De verdad este disparate tuvo todas las luces verdes?