Seguidismo y «sortismo»

Me han sorprendido tres cosas del anuncio que hizo Bildu el domingo sobre la propuesta para su “mesa política”. La primera, el seguidismo: esperaron al anuncio de Andoni Ortuzar el sábado para confirmar que Arnaldo Otegi iba a seguir liderando el proyecto de Bildu. La segunda es que las diferencias entre Bildu y Sortu es ya solo la presencia de exjefes de ETA. La presencia de Eba Blanco y Oskar Matute es, literalmente, un pie de página. Su aportación, a todas luces, es legitimar a la izquierda abertzale más tradicional que les aplasta. Y la tercera, que son las y los mismos de siempre un poco más viejas y viejos, se pongan como se pongan.

Algo está cambiando

La respuesta del departamento vasco de Educación ante las huelgas en la enseñanza pública, y la del Athletic ante el chantaje de los que dicen que son la grada popular, tienen algo en común además de casi el mismo tiempo de emisión: sabemos por fin lo que tienen quienes reclaman más, y vemos a las instituciones ponerse de frente a los sindicatos o el grupo de presión de turno para explicar a la ciudadanía el esfuerzo que ya estamos haciendo las y los contribuyentes y las y los socios, en cada caso. Solo espero que esto empiece a normalizarse y que dejemos de atender las reclamaciones como si nadie hubiese actuado antes.

Si le viene bien a Trump…

Trump ha arrasado en las elecciones y el partido republicano ha ganado gracias a su tracción. Está en su mejor momento de popularidad. Es el señalado para acabar con el movimiento woke y lo políticamente correcto, y su política insolidaria es el modelo a seguir para los populistas del mundo. Pero nada de lo anterior tiene por qué ser positivo. Así que si el bitcoin se dispara gracias a él es porque las criptomonedas necesitan a irresponsables a los mandos. De la misma manera, TikTok vuelve a funcionar en EE.UU. porque a Trump le viene bien que exista. Y lo que le viene bien al político del color de los risketos es malo para las y los demás.

Nos devoramos

El mito romano de Saturno, que devoró a varios de a sus hijos para seguir reinando, se ha quedado viejo: ahora nos devoramos a nosotros mismos. Me refiero a las y los periodistas pero también a las y los lectores (o quienes oyen podcasts, me da igual). Voy a poner un ejemplo muy poco relevante pero muy significativo: hace solo unos días el Real Madrid era un equipo en crisis y, hace unas semanas, Mbappé, un jugador que no rendía: hoy hablamos del equipo líder de la liga y de su jugador más en forma. Y en política hacemos lo mismo: devoramos los temas y a los personajes, y los malos celebran que no tengamos memoria.

Solo es una campaña

Este Blue Monday ha pasado bastante desapercibido, por suerte. Seguramente, los rayos de sol que nos han bañado han ayudado a que hagamos menos caso a esta operación de marketing. Así lo definen en Microsiervos: “Una invención de Porter Novelli, la empresa de relaciones públicas”. Así que Cliff Arnal, el investigador de la Universidad de Cardiff al que se atribuye el “hallazgo” (las comillas son mías, no vienen en el texto), “se limitó a firmar la tontería que le propusieron desde la agencia”, según el blog. Lo que no dicen en la histórica bitácora (que fue la más leída en castellano durante años) es qué querían vender.

El fantasma de las navidades pasadas

La solidaridad que Bildu, no solo de Sortu, ha querido hacer pública con Mikel “Antza” Albisu, dirigente de ETA entre 1993 y 2004, es una muestra relevante de que en la gran coalición no conocen el país que pisan o de que, si lo conocen, les damos igual quienes lo pisamos junto a ellas y ellos. Porque Bildu no es solo el partido de Arkaitz Rodríguez, que posó junto a Otegi en Aiete, muy afectados ambos. Bildu es también Jon Inarritu, Oskar Matute, Eba Blanco y Carlos Garaikoetxea, que asiste a sus actos. Y Bildu estuvo con quien aplaudió a un jefe político de ETA en su paseíllo hasta el juzgado. Allá a quien se la cuelen.

El fantasma de las navidades presentes

La fantasmada, más que el fantasma, de las navidades presentes es la que ha hecho el PP, devolviendo al Congreso los PGE después de apoyar una enmienda que va contra su naturaleza en el Senado. Primero, ya es triste que vaya contra lo que defiendes la protección a lenguas y culturas de lo que ellos entienden que es su país. Lo segundo, han dejado claro quién es el tramposo en la partida y que van a intentar reventar la legislatura. Tercero, con la que está cayendo no es responsable, más bien al contrario, maniobrar para retrasar la aprobación de unos presupuestos que contienen los millones de Europa para la recuperación.

Los fantasmas de las navidades futuras

Las y los fantasmas de las navidades venideras serán los de Ciudadanos: algunas y algunos se integrarán en el PP; otras y otros, en alguna tertulia; y la mayoría tendrá que buscarse la vida fuera de la política porque de su partido solo quedará el recuerdo. Y este, únicamente durante un tiempo. Dice Arrimadas, a la que siempre señalamos como la que cerraría esa persiana, que “fue un error que Rivera regalara todo el poder al PP en 2019”. Lo cierto es que ni Rivera ni Arrimadas han tomado una sola decisión acertada desde que han tenido que hacerlo como abanderados, junto a Podemos, de una nueva política bastante estéril.

El fantasma de siempre

Me limito a copiar y pegar lo que comenta César Calderón sobre la noticia en El Mundo de los abucheos que ha recibido Donald Trump por ser un antivacunas de boquilla y jeringuilla: “Hasta Trump se ha vacunado, amiguitos. Primero dijo que no se iba a vacunar, se vacunó. Después dijo que no iba a ponerse la dosis de refuerzo, se la puso. Eso es el nacionalpopulismo”. Así de fácil: las y los antivacunas (y ahora los negacionistas de las medidas) han sido y son unos engañados. Y se la han colado los más histriónicos, los menos recomendables y a los que desde más lejos se veía venir buscando un beneficio propio.

Tenía que decirlo

Definitivamente hoy se acaban las clases en las ikastolas por este año y quienes tenemos hijas o hijos entramos en “modo vacaciones” incluso aunque tengamos que seguir trabajando o teletrabajando. Todas y todos sabemos lo difícil que es conciliar, por eso me he sorprendido esta semana con el absentismo escolar que C-5 ha descrito mucho mejor de lo que yo seré capaz de hacer: “Padres: ‘Uy, han confinado a la clase de mi hijo. A ver qué hacemos ahora con él en casa’. Mismos padres: ‘Uy, pues esta semana dejó al niño en casa no vaya a ser que los confinen y nos jodan las navidades’”. Pues eso.

«De la misma manera»

Bildu se ha enredado en su propia tela de araña: su negativa a “condenar” la agresión a un miembro del PP en Gasteiz y el argumento de que esta palabra sirve para “desgastar al adversario político” son dos elementos anacrónicos. A estas alturas, una agresión por motivos políticos es condenada o es justificada. Y donde se ubique cada uno es su responsabilidad. Por ejemplo, el papelón de Eba Blanco, de EA, defendiendo el argumentario tradicional de la izquierda abertzale, ha sido de los de recordar y deja muy claro cuál es el precio de pisar moqueta en Bildu, por si quedaba todavía alguna duda.

Parte del problema o parte de la solución

La negativa a “condenar” una agresión por motivos ideológicos, esto es, claramente fascista, ha neutralizado el trabajo de blanqueo que Bildu ha llevado a cabo durante años, ayudado por líderes políticos de partidos menores y la parte amnésica o ideologizada del periodismo. La izquierda abertzale ha demostrado que, cuando ha vuelto la violencia directa, ellos no se habían movido nunca de su sitio. Y social y políticamente esto tiene un coste. Hace bien Iñaki García Calvo, el agredido, la víctima de lo sucedido, en plantar cara: “Claro que volveré allí a tomar cervezas, no puedo permitir que la calle sea suya” (El Independiente).

¿Quién genera el conflicto “semántico”?

Paul Ríos está en lo cierto cuando tuitea: “Que una persona militante del PP no pueda pasear con libertad y seguridad me parece terrible. Y que la semántica impida que todos los partidos, a una, se posicionen en contra juntos, anacrónico”. Pero lo que tiene que quedar claro es que el conflicto “semántico” solo lo genera y lo sostiene Bildu. No podemos ser templados contra quien agrede ni contra quien justifica. Ya, no. Si algunos no han evolucionado es su problema (aunque lo suframos todos los demás). Identificar meridianamente a la víctima, al victimario y a quien le ampara es la única manera de avanzar. Ahora, sí.

Distinto partido, mismo avance

Cuando Casado “se rodea de aznaristas” (Vozpópuli) no decide regresar al pasado: decide airear que nunca se movió del cuarto más rancio de la sede del PP. Pues lo mismo en Gasteiz o en Euskadi: no hay un rancio-fact mayor vasco que el que protagoniza el viejo de la izquierda abertzale que justifica al joven agresor porque pegar un bofetón a un pepero tiene mucha gracia y que no exagere, que no le han limpiado el forro, como pasaba antes. Todos podemos visualizar la escena, el aspecto de ese nostálgico y hasta el olor, y todos nos damos cuenta de que estamos hablando del mundo viejuno, del pasado, del ayer.

Si hay que ir a Colón, se va

Si hablamos del pasado, de los nostálgicos y de lazos que deberían ser imposibles pero son jodidamente reales, tenemos que hablar también de este titular de República.com: “Casado asistirá a la plaza de Colón porque el impacto de los indultos será mayor que la foto con Abascal”. Por cierto, Arrimadas también se plantea repetir, se ve que no ha escarbado suficiente en su propio suelo. Esta es la España de hoy, la de la indiferencia al sufrimiento, la de la persecución política, la de los representantes que justifican lo indignante. Esta es, también, la Euskadi de hoy, que es la de ayer, por desgracia.