Entre quien agredió a un militante del PP y quien fue agredido al grito de “facha”, sin duda, el fascista es la persona agresora. Y como fascista que es, nos sobra. Fascista (o corta de luces), además, declarada, porque según la crónica del suceso, cuando le detuvieron empezó a gritar “gora ETA”. Del suceso saco tres conclusiones: quién es la fascista, que la actuación policial fue correcta y necesaria, y que quien fomentó esa tensión y abrazó a quien alentaba a gritos a ETA tiene un problema. Que Otegi rechace ahora la violencia directa está muy bien y lo aplaudo, hacer como si no fuera con los suyos es una tomadura de pelo.
El chulo de patio de colegio
Espero que la fiscalía del estado español actúe contra Luis “Alvise” Pérez, por fin, ahora que la amenazada ha sido directamente Dolores Redondo. El exjefe de gabinete de Toni Cantó, hoy tuitero de referencia de la extrema derecha, aseguraba a la fiscal general que contaba con 48 horas para presentar su dimisión. Muchos tuiteros reaccionaron ante este matonerismo de patio de colegio recordando las ocasiones en las que otros “tuiteros han acabado pisando juzgados por un chiste” o la detención de los ya famosos titiriteros del Alka-ETA. Con estos antecedentes, que personajes como Alvise sigan sin ser apercibidos es elocuente.
¿Dónde están?
La jueza que investiga las irregularidades en una serie de pruebas de la OPE de Osakidetza considera que no caben responsabilidades políticas en el asunto. La decisión judicial aliviará a Jon Darpón y su equipo, que fue señalado con evidente intención (que no responsabilidad, precisamente) política. ¿Y ahora, qué? No soy un ingenuo y no espero que ninguno de los que pidieron a cabeza del consejero vasco de Salud digan en público que se equivocaron. Hay que ver, un rey comisionista y huido tiene más dignidad que ellos. Pero sí espero que la sociedad tome nota del tipo de política que hacen unos y otros.
El primero de Iglesias
El primer artículo de Pablo Iglesias como columnista virtual en Ctxt me ha resultado bastante flojo: del vicepresidente que iba a asaltar los cielos y se sacrificó por su partido en Madrid me esperaba algo más que una descripción de hechos evidentes en su mayoría. Y sobre todo, me esperaba más sensibilidad: colocar una pistola alemana en la cabecera del texto (a modo de blog) para ilustrar una reflexión sobre un posible gobierno de PP y Vox resulta maniqueo, simplista y fácilmente manipulable. No discuto que lo que parece la extrema derecha lo sea ni que Casado esté dispuesto a abrazarla, cuestiono la capacidad atribuida a Iglesias.
El resultado
El primer gobierno de coalición en España no obtiene buenos resultados en “las encuestas”, ese género político: la caída de PSOE y Podemos, que se conformaban con mantenerse en ambos casos, es significativa, aunque un partido tradicional, de familias, como el socialista, siempre remonta en las campañas y a la hora de la verdad votar a un Vox ya sin careta y a quien le ríe las gracias va a resultar más duro que responder a una encuesta. Pero PSOE y Podemos tienen que tomar nota: su inacción ante las subidas de los suministros va a ser su condena política, y no habrá tuits suficientes para taparla.