Una nación mejor

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Escocia nos ha dado una gran lección. Su ciudadanía ha llevado con un civismo admirable un proceso tan importante como es la independencia del estado que les acoge. Los partidarios del “sí”, un 45% de los que votaron (a su vez, un 84%), han actuado, además, con una corrección extraordinaria. La página en Facebook de ‘Yes Scotland’, dejó ayer un mensaje claro, positivo y constructivo, como ha sido toda la campaña por la independencia: “Gracias a todos que han tomado parte en nuestro maravilloso debate con el ‘sí’ o con el ‘no’. Construyamos juntos a partir de mañana una nación mejor”.

Escocia por la unidad

Si los del “yes” han sabido jugar sus cartas hasta el último minuto e, incluso, después, con el partido terminado, como hemos visto, los partidarios del “no” han seguido con su cerrazón. El mensaje de que “Escocia ha votado por la unidad” es la demostración palpable de que incluso en el Reino Unido, un país que nos ha vuelto a dar una lección de democracia al resto, algunos no han entendido nada. Escocia se ha manifestado en contra de la uniformidad, quieren más competencias, más atribuciones, un estatus diferente y diferenciado. Dentro del Reino Unido, sí, pero no aplanados por él.

El otro gran vencedor

Todavía se tambaleará durante unos días, y tendrá que medir muy bien en qué consiste el autogobierno que va a conceder a Escocia. David Cameron también tendrá que cuidar qué reclamaciones pueden sobrevenirle de Irlanda y Gales, una vez iniciada la negociación con el norte, pero sin duda es el otro gran vencedor de este proceso. El primero, el pueblo escocés, que ha podido decidir. El segundo, el Prime Ministre británico que accedió y ganó este referéndum, y que ha impartido una lección de democracia magnífica.

Cerebros apelmazados

Miguel Ángel Rodríguez está convirtiéndose en un habitual de esta columna por méritos propios. Sus tweets ya hace tiempo que dejaron de resultar provocadores y entraron en el terreno de la estupidez supina. Su reacción a lo que ha sucedido en Escocia, por supuesto, ha sido absolutamente peregrina y muestra una falta de sensibilidad y lucidez preocupante. Calificar de “astracanada” un referéndum perfectamente democrático y cívico, y acusar de “pillar” algo a los independentistas que van a comenzar una negociación con Londres dice mucho, y nada bueno, de este vocero del PP.

No es lo mismo

Aitziber Ibaibarriaga intentaba justificar la denuncia que hacíamos ayer en esta misma columna de la utilización de la bandera escocesa por parte de Bildu en Bilbao señalando que en Gasteiz EAJ-PNV había hecho lo mismo. Pero no es cierto. Los nacionalistas de Gasteiz, como tantos otros, del PNV y de Bildu, habían sacado la bandera escocesa al balcón aún a riesgo de que se la quitaran para buscar la foto de la solidaridad. Los utilitaristas de Bildu en Bilbao la sacaron para buscar la foto de la victimización, como ya hicieran con la bandera palestina. Y la prueba es el tweet que únicamente sacó el partido de Ibaibarriaga.

«I Voted»

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Les escribo esta columna sin saber si ha ganado el “sí” o el “no” en Escocia. Y solo esa incertidumbre ya es emocionante. Seguramente lean estas líneas sabiendo qué resultado ha ganado, pero la emoción que vivimos ayer, conectados constantemente a Internet, a las redes sociales digitales, a los medios de allí y de aquí, no nos la quita nadie. Y a los escoceses, menos. Haya pasado lo que haya pasado, el mundo ha cambiado. Igual que a Cameron no le vale la postura tradicional del Reino Unido sobre Escocia, no le vale tampoco a Rajoy la que sostiene contra Euskadi y Catalunya. En Escocia también votaron ayer por nosotros.

Portadas y trending topics

Juan Antonio Giner publicó en Twitter a primera hora un montaje con las portadas de los principales periódicos británicos. Sin finalmente ha ganado el “sÍ” habrá que revisar la capacidad de influencia de los medios… o la capacidad de influencia de los medios británicos en la población escocesa. A lo largo de la mañana, Francesc Pujol nos enseñaba los trendign topics en Londres, Edimburgo y Glasgow, con evidentes variaciones entre el “no” claro en la capital del imperio, y las posibilidades del “sí” en el territorio en el que se votaba.

Del “no” al “sí”

Haya pasado lo que haya pasado, tenemos ciertas evidencias. La primera, que el referéndum era posible y necesario. La segunda, que el Reino Unido golea a España democracia. La tercera, que el órdago de Cameron le va a salir muy caro. La cuarta, la pésima campaña del “no” que hizo que hasta Andy Murray cambiara el sentido de su voto hacia el “sí” y lo anunciara a primera hora de la mañana en su Twitter. La acción del tenista pudo influir en miles de personas, e hizo que la emoción aumentara.

Escocia es el camino

Así se manifestó ayer el lehendakari en Facebook. En los mismos términos, prácticamente, que hace meses: el que hace Escocia es el camino porque es el único que tiene legitimidad. Nos guste o no, no es posible hacerlo sin el consentimiento de la capital del estado, y les guste o no, son los escoceses (y lo seremos los vascos y los catalanes cuando nos toque) los que deciden su futuro. Un camino que, como bien recordaba Iñigo Urkullu, termina en Europa. Estas son las enseñanzas que un hombre de estado saca de Escocia.

Trampas

Una vez más, Bildu Bilbao usó para sus propios intereses una bandera. Esta vez, la escocesa, que colocó en el mismo sitio que la de Palestina conociendo perfectamente el resultado: la prohibición de colocar enseñas en la fachada del ayuntamiento. Pero eso es lo que buscaban, precisamente: señalar al alcalde y hacer propaganda victimista. Escocia y su bandera, en realidad, era lo de menos. Les importaba y les delataba ese tweet acusador, tramposo, cansino. Esa instrumentalización de una bandera no es de nacionalistas.

Yes Scotland

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Hoy es el día. El día que llevábamos esperando muchos. Una nación europea, cercana, reconocible, con la que podemos identificarnos fácilmente, puede dar el segundo paso para convertirse en un estado. El primero ya lo dieron cuando adquirieron la población escocesa adquirió conciencia de que podía decidir su futuro. Y Cameron abrió la puerta cuando, con un sentido de la democracia admirable, permitió un referéndum para el que él ya tenía el voto contrario decidido. Desde entonces y hasta hoy, la campaña por un “yes” escocés que nos ha ilusionado a todos.

Better Together

Frente al “sí” y en contra de la ilusión de un pueblo se han situado los unionistas, parapetados tras un el lema “Better Together” (“mejor juntos”) que, con el paso de los meses, ha ido derivando en un sencillo “No, Thanks” (“no, gracias”). Una campaña negativa basada en disolver la esperanza y en aguar la fiesta. Una campaña hecha a cara de perro que no les ha funcionado, como es lógico. Porque ese “no” rancio, basado en un pasado imperialista compartido y el vigor de una libra que fluctúa como las demás monedas, no tiene venta. Poco a poco, el “no” olía más a naftalina y el “sí” a ventanas abiertas frente a los frescos prados escoceses.

Las diferentes batallas

La batalla política ha sido tan trascendente que ha traspasado las fronteras y nos ha contagiado un poco a todos, pero de maneras diferentes. Algunos se resfriaban y estornudaban, y otros nos levantábamos cada día con más energía. Son muchas las naciones, con o sin estado, desde las que miramos a Escocia, y las visiones se han trasladado a ese mar que no tiene puertas ni fronteras que es Internet. Aquí sí que el “yes” ha vencido claramente, lo dice Facebook y lo recoge hasta el ‘Financial Times’.

¿Y la BBC? ¿Y los otros medios?

La ‘BBC’ ha recibido muchas críticas por su posición contraria al “yes” pero, ¿qué quieren que les diga? La primera “B” de su acrónimo corresponde a “British”, y ante todo es una televisión pública del Reino Unido, por lo que le toca defender el Reino Unido que la sostiene. Más divertida me ha resultado la batalla de los medios españoles (y algunos vascos), que además de repetir los argumentos del “no”, han llegado a competir por qué medio era más unionista que los propios británicos. Más papistas que el Papa.

Eskerrik asko, Oier!

Es una de las maldiciones del periodismo: nuestros nombres pasan desapercibidos para los lectores hasta que metemos la pata. Entonces, sí, leen el nombre y el apellido. Precisamente por eso, si les digo que llevan ya un par de años leyendo las crónicas sobre Escocia de Oier Llinás, muchos de ustedes no se habrán dado cuenta… y no pasa nada. Pero así ha sido. Oier nos ha transmitido lo que pasa en Escocia, también en ‘Onda Vasca’ y por medio de Twitter más recientemente, con información de alcance y de contexto. Un gran trabajo conjugado con la posibilidad de vivir una oportunidad histórica.

Discreción para filtrar

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La polisemia de “discreción” nos permite exponer el perverso juego al que ha jugado el PP. Primero, quiere que el encuentro entre Rajoy y Urkullu sea discreto, seguramente, para evitarse la foto, y después lo filtra a discreción con una relevante carga de mentiras. Mentiras que usa como argumentos el PP vasco. De ahí la contundente respuesta de Urkullu en su blog: todo lo expuesto por el lehendakari a Rajoy es público, no planteó beneficios penitenciarios, y el Gobierno vasco seguirá trabajando con discreción, pero de la que viene de “discreto”, no de la que tiene que ver con la arbitrariedad de quien decide filtrar.

El alcalde se debe al pueblo

El talante democrático del PSE de Barakaldo siempre ha dejado mucho que desear, y pese a la marcha de Tontxu Rodríguez al Senado, nada ha mejorado. Sigue habiendo cortinas de humo (el BEC, la reunión con el lehendakari) para tapar problemas reales (el millón de euros que no se reclama a cierta empresa), y sigue habiendo falta de altura: “El alcalde no debe obediencia al pleno”, dicen los socialistas de Barakaldo que, al parecer, no se han enterado de que estamos en democracia y que el pleno representa a la ciudadanía del municipio. La esperpéntica secuencia la recoge Amaia del Campo en su blog.

Cameron quiere convencer

David Cameron no solo ha permitido que los escoceses decidan si quieren la independencia o no, también ha fijado una fecha y no ha entrado en los gilipollescos debates de si el futuro de Escocia lo debe decidir todo el Reino Unido. En ‘República.com’ recogen cómo se expresa al respecto: “Esta es una decisión que, de lleno y únicamente, tienen que hacer los que están en Escocia. Yo creo de manera apasionada que es de interés de ellos quedarse en el Reino Unido. De esa manera Escocia tiene el espacio para tomar decisiones, mientras tiene la seguridad que viene (acompañada) con el formar parte de algo más grande”.

Los extremos que se tocan

Que Ricardo Sáenz de Ynestrillas quiera ahora organizar un grupo revolucionario y autogestionado es la mejor muestra de que los extremos acaban tocándose. Así pasa, en este caso, con el izquierdo y el derecho. Pero de la pieza de ‘Público’ yo me quedo con la participación del ultraderechista en un homenaje a dos miembros del IRA. ¿Todo vale? ¿Ya nada importa? ¿La ideología, los principios y el conocimiento de la historia son cuestiones irrelevantes ahora? ¿O sencillamente lo siguen siéndolo para aquellos a los que nunca les importaron?

Google se revela contra Putin

¡Y hace bien! Fueron muchos los medios digitales, los agregadores de noticias como ‘Menéame’, y los usuarios de redes sociales digitales, los que aplaudieron la valentía del gigante de Internet para plantar cara a la homofobia. La sutil elección de los colores de la bandera multicolor y la sencilla frase que refería a los derechos universales, en las pantallas de casi todos los ordenadores del mundo, ayudaban a recordar que el cavernicolismo de Putin y algunos acólitos tiene que ser señalado. Los del buscador, esta vez, acertaron sin duda.