Un mundo hipercontrolado

“Hasta los cojones de que los trabajadores tengamos que estar evaluados y monitorizados 24/7 de acuerdo al capricho de cada usuario. Los conductores de Cabify no son más majos que los taxistas, es que están absolutamente acojonados por las estrellitas de tu valoración”, tuiteaba Alberto Elías, y tiene razón. Nos estamos acostumbrando a valorarlo todo y a que nos valoren, a obligar a quien atiende en un comercio o un bar a que esté dispuesto a lo que le pidas las 24 horas del día, a controlar y a que nos controlen, y a que eso tenga reflejo en nuestras alubias, sin que nos demos cuenta.

Son solo unos pocos

Y todo, además, está en muy pocas manos, muchas menos de las que pensamos. ¿Cuántos son los usuarios realmente activos en TrypAdvisor? ¿Cuántos votos negativos son necesarios en Cabify, Glovo o Airbnb para que un autónomo (o alguien que da las llaves de los pisos a los turistas a cambio de unos billetes del propietario) pierda su trabajo? ¿Cuántos tuiteros están moviendo el árbol a su antojo con la complicidad de los periodistas ignorantes… o interesados? El actor Manuel Burque se lo pregunta en alto en Twitter, precisamente, y alerta de un “retrato de convivencia social totalmente distorsionado”.

Y mal follados

Ojo a las respuestas de la sexóloga Adriana Royo en El Confidencial sobre Internet: “Hay casos de tres pajas con porno al día. Es consumo de adición. Debería hacerse un estudio de cómo afecta al sistema límbico o al hipotálamo ver tanto estímulo. El cerebro es plástico. Lo que nos metemos lo absorbemos. Tengo un montón de pacientes con una sexualidad que hay que desprogramar, no es suya, es de las películas, de lo que han visto”, “Tinder es súper agresivo, como un escaparate (…) activa la gula”, “aparenta que estamos conectados porque lo primero que hacemos es mirar el teléfono y ver los likes”.

Ser influencer es duro

Hace unos meses celebrábamos que Elrubius hiciera visible la ansiedad y el estrés que genera su trabajo, en el que es una estrella, en mi opinión, merecidamente: la sobreexposición de YouTube o Twitter y la presión por generar nuevos contenidos que enganchen a los espectadores le hacían sentirse mal. Y no importa lo bien pagado que estés, la realidad, como empiezan a admitir estos nuevos creadores de contenido, ahora en The Guardian, en un espacio absolutamente desregulado como es Internet, es que no existe ese trabajo superdivertido que, sin embargo, es el que quieren nuestros jóvenes.

Facebook retrocede

No doy por muerto a Facebook porque los que deciden su futuro ya han demostrado que son los mejores y porque siguen dando pasos para transformar, por enésima vez, la plataforma, ahora hacia un proveedor de contenidos regulado por el propio Facebook, pero es evidente que, cuando menos, está pasando un bache y reajustándose: en EE.UU., el 75% de los usuarios tomaron alguna medida después del escándalo de Cambridge Analytics. La más destacada, desinstalar la App: lo hizo el 44% de usuarios entre 18 y 29 años, seguramente también movidos por el desinterés.

Lo que es gratis

Mariano Gasparet se pregunta en El Español si sale caro o barato torturar en España. Lo que me sorprende es que salga gratis deslizar que merece la pena pagar la multa que establezca Estrasburgo por meter unas hostias a unos “etarras”. Como si la condena solo consistiera en abonar unos euros y no en proyectar una imagen internacional de país que se pasa por el forro los derechos humanos. Una vergüenza de opinión que, me temo, no es excepcional. España involuciona partiendo desde muy atrás.

Truhanes… con dinero público

Si no se hubieran enriquecido con dinero público resultaría hasta cómica esta sucesión por los juzgados de Madrid de mafiosos de quiero y no puedo en el PP: “Fiel a su pelo engominado, barba de cinco días y pitillo en mano, Paco llegó a la Audiencia Nacional pergeñando su venganza (…) ‘Se compró su silencio porque Granados es un tipo peligroso’, señala una importante fuente del PP de Madrid (…) Iría a por Nacho González, su principal enemigo dentro del PP y rival en luchas intestinas y espionajes cutres”.

Ningún político es insustituible

Al PDeCat le interesa que los acontecimientos se precipiten, que lo que tenga que pasar suceda ya, cuanto antes, por fin. Ojalá en el tiempo que pasa entre que yo escribo estas líneas y usted las lee se haya resuelto todo y Puigdemont haya dado un paso a un lado. Aunque sea enfadado como un mono en Bruselas, Lovaina o Waterloo. Pero Puigdemont no puede tener secuestrado más tiempo ni a su partido, ni al Parlamento ni al país al que dice amar. En política todos son peones. Como mucho, alfiles.

Catalunya no se merece esto

Fueron golpeados por ofrecer resistencia pacífica mientras pedían votar, los líderes de dos movimientos sociales están en prisión preventiva porque manifestantes rodeadon y desmantelaron un coche de la Guardia Civil vacío, España interviene el govern y el parlament e intenta trucar los resultados electorales… ¿Qué recibe a cambio este pueblo que todo lo ha hecho en paz? Ser tratado como si fuera criminal: “TVE atribuye a la ANC acciones ‘violentas’ en vez de ‘valientes’” en la traducción de un comunicado.

¿Quién influye a quién?

Llevamos varios meses oyendo hablar de la “audiencia social” y desde hace años se publica de vez en cuando alguna nueva investigación sobre cómo Internet modifica el modo de consumir televisión. Es evidente que ambos medios se afectan mutuamente, pero en Dircom Confidencial hemos visto un estudio con unas conclusiones interesantes y poco habituales: es el contenido que emite la televisión el que condiciona en mayor medida las búsquedas en Internet.