La altura de un político

Llevo años bastante seguro de que el político en ejercicio más sobrevalorado es Pablo Echenique, que no retira uno de sus últimos tuits aunque con él se haga un autorretrato muy poco favorecedor: reírse de que Ciudadanos pueda apoyar los primeros PGE en los que participa activamente Podemos muestra la talla política del número dos de Pablo Iglesias. Por mucha pugna política que mantengan, por mucho que él considere que son dos partidos antagónicos, un político que se tenga por tal no puede permitirse excesos innecesarios. Menos, en los tiempos que corren y en franca minoría.

¿En manos de quién estamos?

Lo de Pablo Echenique es una irresponsabilidad política, pero lo de Isabel Díaz Ayuso es mucho más grave porque su irresponsabilidad es social: afecta a la ciudadanía que le ha elegido para gestionar y que, por cierto, le paga. Los pulsos de Ayuso al gobierno central, haciendo la guerra por su cuenta y manejando a las y los madrileños como si fueran lemmings, y su ignorancia, resultado de su desprecio por todo y todos salvo Miguel Ángel Rodríguez, que le asesora o manipula, según el cronista, deberían de rozar lo delictivo. Espero que, por lo menos, todo esto les pase una factura política y electoral muy alta.

En la esquina contraria

No vamos ahora a ensalzar la figura política de Emmanuel Macron: es necesario tener memoria política y recordar su apuesta por medidas neoliberales o su empeño en mantener un estado centralista y una Europa elitista. Pero es cierto que ha dado en la misma semana dos señales positivas: primero, con su manera de hacer frente al fundamentalismo islámico. Y después, con su manera de hacer frente a la pandemia: tomando decisiones difíciles y explicándolas mirando a cámara, sin rodeos, incluso asumiendo que puede erosionar aún más su popularidad. Ayer en el Congreso, Sánchez abandonó el debate.

Sí, hay dignidad política

Junto a Macron y en la esquina contraria a Echenique y Díaz Ayuso, podemos encontrar también a David Sassoli. El presidente del Parlamento Europeo ha parado los pies a Hermann Tertsch, al que ha advertido de que “no permitirá que, bajo el amparo de la libertad de expresión, se pretenda ninguna glorificación de ninguna dictadura” (El Nacional). Sassoli también dejó clara la postura histórica: el golpe de estado franquista derrocó a un gobierno legítimo. Las bazofias que Tertsch pretende difundir desde su escaño no tendrán recorrido en Europa. Ahora solo falta que alguien lo impida en España.

Los premios, en vida

No pongo en duda que Michael Robinson se merecía un Premio Ondas ni entro a juzgar la decisión de quienes han querido homenajear a una voz tan entrañable con un galardón póstumo, pero en este tiempo en el que vivimos tan pegados a la muerte creo que dar un premio a una persona que ya no puede recogerlo, agradecerlo y emocionarse, no sirve para mucho. Los premios, en vida. Y si quienes los otorgan llegan tarde que propongan un brindis por quien se ha ido antes de tiempo. No, no apuesto por un frío “el vivo, al bollo”, sino por hacer el esfuerzo de reconocernos a tiempo el bien que nos hacemos.

Políticos y privilegiados

A ver con qué cara sale el ministro español de Sanidad o el de Justicia a hablarnos de toques de queda, estados de alarma y posibles confinamientos, perimetrales o no, después de que les hayan pillado en la fiesta de Pedro J. Ramírez para promocionar su digital, El Español, junto a otras 150 personas, muchas de ellas sin mascarilla. Políticos, empresarios y varios CEO con pelo de Taburete posaron para la foto, algunos muy apretaditos. Pero el tuit de Electomanía que levantó la liebre no es correcto: en la galería se ven políticos de PSOE, PP y Ciudadanos. Así que “casi todo el arco parlamentario” se quedó en casa. Que conste.

En el nombre de la izquierda…

Vamos con más indeseables: los que se declaran independentistas y de izquierdas en Catalunya pero solo son unos vándalos que buscan excusas para liberar su violencia y sociopatía. En Euskadi conocemos bien a su versión vasca: son los que aprovechan un mitin de Vox para destrozar el mobiliario urbano. Tontos del bote que, en el caso catalán, se han manifestado contra el toque de queda. Luego, habrá que oírles que en los puestos de trabajo o el transporte público es donde se dan contagios que no se cuentan. En el fondo, la suya fue una fiesta como la de Pedro J. pero a cargo de los impuestos de todos.

Que paguen los que más tienen… Pero de verdad

Desconozco si los ministros que acudieron a la party de Pedro J. se despertaron con resaca o no al día siguiente, pero sí lo hicieron con la noticia de que PSOE y Podemos han llegado a un acuerdo para presentar los PGE del Gobierno a los grupos en el Congreso. Digitales como Público repetían el titular: subida de impuestos a grandes fortunas y más inversión en Sanidad. ¿Quién puede estar en contra de esto? Yo, de saque, confío… Pero espero que, más allá del titular, no sea la clase media la que soporte la mayor parte de la subida impositiva, como siempre ha sucedido, vía IVA y tramos que funcionan solo en la teoría.

Hablando de gentuza con dinero…

El presidente del Málaga apartado por sus irregularidades en la gestión, el jeque catarí Abdullah ben Nasser Al Thani, utilizó su cuenta en Twitter para amenazar al presidente Emmanuel Macron: “Si no hay una disculpa oficial para todos los países musulmanes con respecto al discurso de racismo, incitación al odio, recomendaremos las acciones ofensivas del Mensajero de Dios, Así que soporta las consecuencias”. El dueño del Málaga respondía al francés, que durante el funeral y los homenajes a Samuel Paty había sido contundente con los integristas islámicos que le habían asesinado y quienes les justifican.

La derecha se reestructura

Hay un nuevo chiste recurrente en Twitter desde el pasado fin de semana, el de la falsa “avalancha” de nuevos afiliados a Vox… Que solo eran cinco personas en la foto más favorecida. Las exageraciones de la extrema derecha muestran su debilidad. Pero es cierto que el discurso de Pablo Casado ha movido a pequeña escala algunas piedrecitas en la derecha. No tengo duda de que la reubicación del PP también tiene que ver con el abandono de Patricia Reyes, que deja Ciudadanos, por fin, después de serlo todo con Rivera y no llegar a nada con Arrimadas después de perder su acta de diputada con la debacle electoral.

Una nueva realidad

Yo no voy a hacer planes para verano, ni para el próximo otoño (ni conciertos, ni grandes reuniones con familia o amigos), tampoco para la Semana Santa que viene. Creo que en el mejor de los casos, recuperaremos cierta normalidad en 2022, con dos ciclos anuales enteros superados, con más confinamientos cuando empiecen los repuntes y puede que con una primera vacuna. Creo que esto es lo que nos espera, sobre todo, atendiendo al anuncio de la OMS de que viene “una nueva realidad”. No vamos a volver pronto a la normalidad, y cuando los niños vuelvan a la ikastola no será porque el virus haya desaparecido.

Igual si lo dice Macron…

Llevo más de 30 días de confinamiento y teletrabajo (lo que significa: más de 30 días seguidos trabajando). En este tiempo no sé cuántas veces he escrito ya en esta columna, Twitter o WhatsApp que esta es una crisis sanitaria mundial para la que ningún gobierno estaba preparado. Tampoco ningún partido de la oposición. A ver si ahora que lo ha dicho Macron, con mucho más carisma que yo, alguien lo escucha: el francés, igual que todos los estados, está haciendo lo que puede, buscando el material sanitario que falta en todo el planeta y reaccionando sobre la marcha, que es la única manera.

El contexto importa. Y mucho

Lo que dice Macron tendríamos que repetirlo a diario los periodistas, en todas nuestras columnas, crónicas o noticias sobre el coronavirus, para ceder menos espacio a los bulos. Jorge Galindo también hace una aportación en Twitter: tenemos que dejar de usar las cifras sin contexto y sin sesgo. Si hay más positivos porque hay más tests hay que decirlo. Si las cifras mejoran o empeoran no hay que ocultarlo. Y todas las comparativas, todas, hay que hacerlas explicando que ninguna comunidad o estado está contando o testando igual a enfermos y fallecidos con o por coronavirus. El contexto es muy importante estos días.

No hay que dejar espacio a las conspiraciones

Si somos rigurosos, si no nos dejamos llevar por dar noticias alarmistas o por descubrir la última miseria provocada por el coronavirus, los periodistas estaremos haciendo mejor nuestro trabajo porque estaremos achicando el espacio a quienes crean y difunden bulos, y a los aficionados a las teorías conspiranóicas que, como apunta César Calderón en Twitter, parece que se han multiplicado. Primero fue que el virus había sido creado, ahora, que los gobiernos quieren muertos a los viejos para ahorrarse la pensión. Da igual la barbaridad, importa que los periodistas no estamos ayudando a pararlas.

Los que faltaban

Sí, los periodistas lo estamos haciendo mal. Pero algunos lo están haciendo peor, como los que buscan el cabreo de la gente. Y los que forman parte de la lista de periodistas que se muestran prescindibles por voluntad propia son los cortesanos: con la que está cayendo y cómo está actuando, hablar bien de la Casa Real española es hacer ciencia ficción o servilismo. Sugerir el 14 de abril que esta rancia institución tiene éxito en las redes sociales durante la crisis sanitaria que vivimos tendría que ser de juzgado de guardia. Insisto con pena: qué oportunidad está perdiendo el Periodismo de todo tipo para mostrase fiable.

Rivera, explícaselo a Verhofstadt y Macron, anda

Con los ayuntamientos ya en marcha desde ayer, las elecciones del 26 de mayo nos siguen dejando deberes pendientes, como la constitución del Parlamento Europeo, donde más de uno va a tener que dar explicaciones, porque en Bruselas la connivencia con la extrema derecha es una cuestión que no se discute o, por lo menos, no se discutía hasta ahora: Rivera puede marcar un hito si convence a Verhofstadt y a Macron de que su pacto con Vox es compatible con mantenerse en un grupo en el que estas ideas y estos pactos no tienen cabida. De momento, la prensa internacional machaca a PP y Ciudadanos.

Sí, es de agradecer

El hilo de Hodor en Twitter empieza explicando lo que supone para Ciudadanos su pacto con PP y Vox (sin la derivada europea, que tiene su tela, también), y acaba concluyendo que la nueva política no va, precisamente, de hacer las cosas mejor: nadie dijo que esa “novedad” no radicara en elevar las miserias particulares a cuestiones colectivas. “Así que agradeced a Ciudadanos su último servicio: os ha ayudado a terminar de perder la inocencia con la que nació la ola de ‘nuevos partidos’. Ya no esperéis ‘regeneración’. Son sólo unos contendientes más en la lucha por el poder: sólo han aclarado en qué bando juegan”.

Más “nueva política”

Los sindicalistas son paladines de la democracia: está mal meterse con ellos porque, claro, representan a los trabajadores, luchan por lo de todos y les debemos muchos avances. No niego todo esto, como tampoco deberían de negarnos que es difícil explicar que Mercedes Pérez Merino, delegada sindical en Coca-Cola durante 35 años y fichada por Podemos para el Congreso, gane cerca de 90.000 € al año en la multinacional y declare un plan de pensiones de con 177.000 eurazos, casi 100.000 más en su cuenta, y una casa en El Escorial por la que pidió una hipoteca de 400.000. Por el mismo precio te dice si eres “clase obrera”.

Moragas, quién te ha visto

Jorge Moragas es uno de esos personajes que es una pena que sean reales porque como protagonistas de una novela son perfectos: un hombre que resistió con Rajoy, le ayudó a llegar a lo más alto, a zafarse de la prensa y de los enemigos de fuera y los de dentro, y que lo dejó todo para irse de embajador en New York… Pero al que la moción de censura de Sánchez envía a Filipinas como diplomático, donde termina participando como jurado para elegir a la Miss de ese país, según leemos en El Confidencial, vestido con un esmoquin blanco y una pajarita negra, junto a cantantes, actrices y un jugador de baloncesto.

Ahora, ¡pónganse a trabajar!

“Ya se ha finiquitado del todo el Fondo de Reserva” de la Seguridad Social. Esa frase, colocada casi como una más en un ilustrativo post de Magnet, es la que debería de hacer saltar todas las alarmas y mover a los políticos españoles a encerrarse en torno a mesas de trabajo hasta que den con la solución al atolladero al que PSOE y PP, a relevos, nos han llevado. Pero después de que nos robaran el mes de abril a punta de campaña, Pedro Sánchez parece no tener prisa: primero, los ayuntamientos y las autonomías. Mientras tanto, los problemas siguen agravándose y la ciudadanía, ¿indolente?

Niñatos con dinero

Se llama Lolito Fernández, es youtuber, su canal está especializado en videojuegos (básicamente, se ven sus partidas), vive de ello y ha decidido mudarse a Andorra para pagar menos impuestos. El motivo ya es suficientemente reprobable, pero las explicaciones que ha dado son absolutamente criticables: con una lógica de niñato (“si no he acabado ni el instituto, ¿por qué tengo que pagar tantos impuestos?”) ha lanzado ese mensaje a sus más de tres millones de seguidores solo en YouTube antes de borrarlo. Ya no sé si no lo estamos explicando bien… O es que no quieren leerlo.

Y con la piel demasiado fina

Ya escribí en esta columna que me pareció bien que Macron recordara a un chaval que no era “Manu” (como él le llamó) y que la institución del presidente de Francia merece un respeto. Hoy recupero el tema sorprendido por la pieza en El Español sobre la periodista Camille Crosnier que “se dio cuenta inmediatamente de que ese fragmento iba a perseguir de por vida al adolescente, así que decidió buscarle para saber cómo se encontraba”. Dice Crosnier que por culpa de Macron el joven está sufriendo bullying. Digo yo que si les victimizamos un poco menos igual nos va mejor a todos.

Jefes de Estado para la foto

A diferencia de Lolito Fernández, seguiré pagando mis impuestos donde vivo. A diferencia del chaval que llama “Manu” al presidente francés, sigo valorando las instituciones. Precisamente porque lo hago creo que estoy en disposición de preguntarme si no es demasiado caro mantener y mandar a Felipe VI y Letizia Ortiz a sacarse una foto con Donald Trump y su mujer, Melania. Porque solo han ido a eso, a por la instantánea: no hemos oído ninguna crítica a la política inhumana contra la inmigración de personas latinoamericanas, para más pecado del jefe de Estado español.

La verdad

Seguimos con la exuberancia de la ignorancia, que está de moda, y ya saben que hay que andar con mucho cuidado porque el ignorante sufre si le señalan. De hecho, el problema para la actual izquierda es que ha dado alas a bocazas enormes capaces de justificar a Trump asegurando que Obama era igual de malo. Quien no sabe distinguir a un fascista de verdad tiene un problema. Pero el problema lo hacemos nuestro cuando perdemos el tiempo intentando explicarles la realidad y acabamos discutiendo. Efectivamente, ya es hora de pasar de los más tontos.

España es así

Y Euskadi, como no andemos con cuidado, también acabará “así”. Ya lo han visto: la tendencia actual es la de proteger al gilipollas, no sea que se sienta atacado porque alguien le diga que está equivocado. Y los medios tradicionales ayudamos a fortalecer esa percepción de que todo es malo salvo la ignorancia, a la que hay que proteger como a un cachorro de panda. En ese zoo brillan los de Telecinco: “En Inglaterra los análisis postpartido del Mundial los hacen Lineker, Drogba, Phil Neville, Rio Ferdinand, Fábregas, Lampard, Shearer, Alex Scott… En España: Kiko Matamoros, Joaquín Prat, Lecquio…”, tuiteaba Mr. Hooligan.