Sí al TAV, sí a otros proyectos

Voy a aprovechar el sábado para dejar claro que esta de The Objective es una buena noticia: “Sánchez da un acelerón millonario al AVE vasco tras el pacto con el PNV y años de promesas”. Que el TAV llegue a Euskadi por fin, y conecte nuestras capitales con Madrid y París (y allí, con Europa) es una buena noticia. Igual que fue y es bueno el metro de Bilbao y lo será el de Donostia. Igual que fue y es bueno el Guggenheim y lo será el Guggenheim en Urdaibai, que servirá para regenerar terreno contaminado en un humedal y atraer turismo de calidad a una zona no industrial. Y todos sabemos quiénes (y cómo) estuvieron y están en contra.

Le han fastidiado una buena huelga

A Joseba Permach (de tipo duro en los 90 a tuitero graciosete en 2023) seguro que no le parece bien el TAV como no le parece bien que Alemania rescate con 7.500 millones a Siemens Energy y Gamesa. “Si tienen beneficios hay que ‘aliviarles’ fiscalmente. Si tienen pérdidas hay que ‘rescatarles’”, denuncia como si le fuera algo en ello. ¿Le va? Si Gamesa supera esta ola gracias al dinero público alemán, ¿qué pierde la izquierda abertzale? ¿A quién le va bien que se mantenga el empleo y una crisis fatídica se convierta en otra manejable? ¿A quién le va mal que esto suceda? ¿Y por qué? Y la última: ¿no es precisamente progresista intervenir?

Tiempo de prestidigitación

El tuit de Permach, como la ocultación manifiesta del acuerdo entre PSOE y Bildu para que Pedro Sánchez recibiese sus votos, evidencia que vivimos en un tiempo de prestidigitadoras y prestidigitadores que mueven una mano para que no veamos que con la otra intentan colocarnos un truco político. Lo hicieron Mertxe Aizpurua y Núñez Feijóo en el debate de investidura, intentando tapar al elefante que tienen en sus habitaciones. Al segundo le advirtió Aitor Esteban: “Algún día contaré lo que el PP nos llegó a ofrecer hace un par de meses”. Y eso es justo lo que necesitamos, que quienes ocultan algo lo hagan con temblor en las rodillas.

Política tabernaria

A la que no le tiembla ni la voz es a Isabel Díaz Ayuso, que colgó en Twitter los casi tres minutos de su intervención en la que, entre risas de los suyos, jugaba a reconocer que llamó “hijo de puta” a Pedro Sánchez en el Congreso. Lo que a cualquiera sonrojaría a ella espolea: con tono y relato tabernario, con total menosprecio a la asamblea de la comunidad de Madrid, con esa pose punky que rebaja la calidad de la democracia española, empobreció la política, que es de lo que vive y a lo que se debe. José Luis Martínez-Almeida, seguidista, añadió en Twitter un escueto “me too” con el que despreciaba todo lo que el lema y la lucha significaban.

Los modelos de estos agresores

Dedico mis últimas líneas sobre el debate de investidura al relato de estos hechos que hizo Niporwifi en Twitter: “Mientras estaba desayunando cerca del Congreso el diputado del PSOE Herminio Sancho ha sido increpado por un grupo de personas y le han lanzado un huevo en el bar. La policía le ha tenido que escoltar para salir de allí”. Esto es gravísimo e injustificable, como lo fue el “hijo de puta” de Díaz Ayuso, el peloteo de Martínez-Almeida o que Javier de Andrés avalara las algaradas callejeras promovidas por su partido y Vox. Y estos hechos tienen responsables aunque miren a otro lado.

Arantza Quiroga, suspenso en historia

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La presidenta del PP vasco no solo dijo esta barbaridad, también se atrevió a ponerla por escrito en Twitter: “La historia institucional del Pais vasco arranca en 1978 y el resto son quimeras y falsificaciomes de la historia”, faltas de ortografía, incluidas. Arantza Quiroga niega así la existencia del gobierno del lehendakari Aguirre, y por supuesto las instituciones forales cuya herencia, por cierto, ella asegura defender en la misma alocución. Menudo nivel.

Isabel San Sebastián, muy deficiente

Isabel San Sebastián, por su parte, merece un “muy deficiente” en sensibilidad y compañerismo. En el blog de ‘Moe de Triana’ recogen sus declaraciones: “Los periodistas españoles se meten en Siria porque saben que si les secuestran, el Estado paga”. Igual San Sebastián se piensa que el gran periodismo es el de sus tertulias o el de esta humilde columna. No: el periodismo de verdad se hace sobre el terreno y corriendo riesgos. Quien “paga” porque estemos informados es el periodista y su familia.

Podemos, insuficiente en participación

Que solo el 15% de quienes se dieron de alta hayan votado en las primarias de Podemos (‘La Voz Libre’) tiene varias lecturas. La primera, la obvia: que el sistema no funciona y que no se trata de afiliados (que pagan cuotas y se reúnen en batzokis, casas del pueblo o las sedes que correspondan). La segunda, que lo de votar desde casa y por Internet no garantiza éxito de participación alguno. Y la tercera bien podría ser que el interés por el partido desciende pese a tratarse de las elecciones generales.

Raúl Castro, “cero” en revolución

La revolución cubana cada vez se parece menos a sí misma. Raúl Castro, suponemos que con el visto bueno de su hermano dictador, ha abierto el puño de hierro a los intereses capitalistas extranjeros, empezando por EE.UU., y siguiendo por España, como aventuran en ‘El Confidencial Digital’: Seat, Sacyr, Roca y Gamesa quieren hacer negocio en este nuevo tiempo con necesidades en construcción, de energía y de movilidad. ¡Viva el capitalismo!

Bielsa, de diez, como siempre

Esta semana, Marcelo Bielsa ha cumplido 60 años, y en ‘La Información’ han recogido varias muestras de cariño de varios de sus ex equipos en redes sociales. No está el Athletic en la recopilación, pero no me cabe duda de que sí estamos los aficionados que recordamos a este genial entrenador como uno de los más grandes que han ocupado el banquillo de San Mamés. Un técnico que, como bien dicen en el digital, es recordado más por su trabajo que por sus resultados, y esa siempre es una carta de presentación sobresaliente.