La respuesta era Facebook

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He colaborado con Begoña Beristain en Onda Vasca durante seis años y medio. Primero por la tarde, después por la mañana. Primero en la pequeña emisora de la calle Cristo, que también tenía su encanto, más tarde en la más moderna de Aita Lojendio. Primero con una sección de tecnología y entrevistas, después con una tertulia sobre Internet y redes sociales, y finalmente con una versión radiofónica del Bogando por la red. Esta temporada, los cambios en la programación de la emisora y en la vital del que les escribe, ha hecho que, de inicio, no podamos continuar con nuestro idilio en los micrófonos. Mientras duró, en Navidad intentábamos montar un gran encuentro con todos los contertulios y colaboradores de ese año, y jugábamos a hacer predicciones en las que, a la pregunta de qué herramienta no acabará el año que iba a empezar, respondí en varias ocasiones: “Facebook”. Cansado de hacer el ridículo, acepté que “Facebook” era la respuesta a otra cuestión: la de Mark Zuckerberg es la red social con más penetración y capilaridad en Euskadi, en España y puede que en el mundo. Al final, dejé de buscar la piedra azul para tropezar con ella como un mal actor. Reconozco desde aquí que Igor San Román lo vio claro antes que muchos (incluido yo, claro): Facebook es “la gran red social” y cualquier trabajo de marketing on-line empieza por ahí.

Y por fin, les hablo de política: después del inútil 26-J nos sorprendimos con un reportaje en El Mundo sobre cómo en el PP explicaban la mejora de sus resultados, en parte, con un trabajo específico en Facebook firmado por una importante empresa estadounidense. Mucho más discretamente, el PSOE también realizó un trabajo en redes sociales digitales, sobre todo en Facebook, para alcanzar los nichos que disputaba con Podemos y asegurárselos.

Los nuevos partidos que apostaron por Twitter encontraron justo lo que ofrece Twitter: un fogonazo de fama y una caída lenta pero irremediable. Los viejos que apostaron por Facebook, los del bipartidismo, siguen apostados en la alternancia. En Euskadi los patrones son similares: Bildu apostó por Twitter cuando nació sumando a todos los que se veían fuera de la moqueta, y el PNV se mantuvo en Facebook y en el liderazgo del país.

Pero Arnaldo Otegi es toda una estrella en Facebook con más de 70.000 seguidores. Sin embargo, consigue impacto en los medios gracias a Twitter donde, curiosamente, solo tiene unos “pocos” más: 76.000. Que tenga una cifra similar en ambas redes es significativo (la izquierda tradicional, como la derecha tradicional, sí responde a los toques de corneta), y el porcentaje de seguidores de fuera de Euskadi, seguramente, sea el mayor junto con el de Alfonso Alonso. El del PP mantiene la página en Facebook que usaba como ministro (lo que explica sus 9.000 seguidores). Idoia Mendia tiene casi 5.000: muy buena cifra para ella. Iñigo Urkullu, con su Facebook de reciente creación por la campaña, 800 (casi 10.000 tiene en el oficial como lehendakari), y la meliflua Pili Zabala, menos de 700, a los que habla de Pablo Iglesias. Cada loco, con su tema.

El Gobierno de Podemos

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La iniciativa de Podemos Zaragoza de hacer público en su cuenta en Twitter el gobierno que ellos consideran más oportuno (Errejón, ministro de Interior; Bescansa, de Sanidad; Garzón, de Economía; César Luena, de Agricultura y Alimentación, etc.) es solo un fruto más del árbol que riega Pablo Iglesias: el del desprecio a todos los que no son ellos mismos; el de la injerencia, entrando en todas las casas (PSOE, IU); el de la soberbia de quien cree que ha inventado la democracia.

Cuando te “pasas” moviendo dinero

La hermana de Rita Barberá habría reconocido, según una grabación que recogen, entre otros, en Vozópuli: “Nos hemos pasado, mucha gente, nos hemos pasado”. Se refería, según las informaciones, a la gente involucrada en el blanqueo de dinero del PP valenciano. Asunción Barberá era la jefa del gabinete en el Ayuntamiento, pero no la única de la familia que, blanqueos aparte, pillaron “cacho”: su propia hija encontró trabajo en una empresa que recibió una adjudicación, y otro sobrino se llevaba contratos a dedo.

El iluminado del PP

Igor San Román describe en Facebook mejor que nadie el cambio de Marcos Benavent, de vividor del PP, a hippie denunciante: “Te tiras un lustro robando millones de euros de dinero público junto a todo el PP valenciano. Después, cuando te pillan, te haces un par de viajes al Amazonas y al Tibet, te fumas unos canutos y apareces en la puerta del juzgado disfrazado de hippie, diciendo que has purificado tu alma, que estás arrepentido y que vas ayudar a la Justicia desenmascarando a todos los miembros de la trama corrupta. Empiezas a caer gracioso por la pinta de ‘zumbao’ que llevas y porque vas a tumbar al PP, y como que no quiere la cosa, no devuelves los millones de euros que has robado, y quién sabe si te libras de la cárcel”.

Los dentistas son capitalistas

Hemos encontrado referencias sobre todo en la prensa latinoamericana de esta noticia que nos ha dejado estupefacto: “La ministra de Salud de Venezuela, Luisana Melo, justificó que la escasez de pasta dental en el país obedece a que ‘la gente se cepilla tres veces al día’ (…) ‘Todos tenemos que unirnos para combatir la crisis económica’. La ministra ha criticado la costumbre de cepillarse ‘tantas veces al día’ y atribuyó que esto forma parte de una ‘campaña de malintencionados y del capitalismo salvaje que empuja al consumismo extremo’ (…) ‘Por eso es que el pueblo hoy en día no consigue pasta dental’” (El Universo).

Tuenti: segundo aviso

Hace solo un par de semanas hablábamos del cierre de Fotolog y advertíamos del peligro de confiar en servicios de Internet todo nuestro repositorio de fotos. Hoy hablamos de Tuenti, el gran repositorio de fotos de una generación que dejará de ofrecer servicio por la economía de mercado entendida al modo de Telefónica. Pero no solo esa generación: somos varias las que estamos confiando todos nuestros recuerdos, fotografías, vídeos, documentos… a espacios virtuales y no reales.