¡Por supuesto que el dinero no se volatiliza!

La pérdida de valor de las criptomonedas ha supuesto que muchísimos inversores e inversoras hayan visto desaparecer su dinero. Pero este no se ha volatilizado: las infames cantidades de millones que han atrapado los creadores de estas virtualidades lo demuestran. Y lo cerca que está este sistema de la estafa es ya escandaloso: Santiago Fuentes, dueño de Arbistar 2.0, ha visto cómo en juez le ha embargado 50 millones de euros en sus cuentas y ha ordenado la venta de varios vehículos de alta gama para poder restituir lo guindado en “una de las mayores macroestafas por inversión en criptomonedas” (La Información).

Sí, puede pasar

Nos hemos acostumbrado a dar por hecho nuestro bienestar: tenemos servicios sociales y leyes que nos protegen. Nada nos puede ser arrebatado… A menos que vivas en Ucrania y Putin decida arrancártelo a misilazos, a menos que vivas en EE.UU. y los jueces decidan devolver a un país gigantesco a las cavernas de los derechos, o a menos que vivas en España y la judicatura, heredera en muchos casos de tiempos pretéritos, vía parental directa, dé por buenas las querellas que Vox o sindicatos y asociaciones de extrema derecha van poniendo. Lo que apuntan en El Siglo de Europa al respecto resulta inquiteante.

Tú pagas la factura, él se ahorra los viajes

Esto es muy sencillo: las y los clientes de Telefónica pagaban las facturas (por ejemplo, la de Movistar para ver los partidos del Athletic lejos de San Mamés) y Juan Carlos I se ahorraba una pasta en viajes en avión porque la empresa “prestó sus aviones privados al Rey emérito para sus viajes personales. Juan Carlos I se benefició de su relación de amistad con César Alierta para usar alguno de los cuatro ‘jets’ que la compañía de telecomunicaciones llegó a tener hasta 2019”. De esta manera se desplazaba el emérito cuando abdicó y decidió conocer en profundidad los mejores restaurantes de España y Euskadi, por ejemplo.

Economía de guerra en Rusia. Por fin

Cuatro meses y medio después, el parlamento ruso se ha visto obligado, por fin, a aprobar un paquete de medidas para una “economía de guerra”, según Reuters. El bloqueo económico para que el poder de Putin se tambalee ha tardado más de lo previsto en hacerse visible de un modo así de contundente, aunque tampoco podemos esperar que los medios rusos, controlados por el Kremlin, vayan a contarlo de una manera que invite al menoscabo de la figura de su gran líder y peor persona. Lo triste, sin duda, es que ese perjuicio económico, fruto de la situación generada únicamente por Vladímir Putin, va a afectar a millones de personas.

No en el Barça

Donde no van a aplicar una economía de guerra, ya lo ha dicho Joan Laporta, es en el FC Barcelona que, mágicamente, ha conseguido cientos de millones de euros para poder fichar y sanear parte de su deuda. Como si hablásemos de 500 euros leemos noticias sobre los 500 millones que han logrado reunir y que, con habilidad contable, la excusa del COVID y permisos especiales, parece que serán suficientes para hacer frente a la sangría de 800 y fichajes por valor de 200. ¿No salen las cuentas? A nadie le salen salvo al Barça y a quien tiene que repasar los números antes de echar el balón a rodar. Insisto: es magia.

Hay que tomárselo en serio

Los ejecutivos de DC han forzado la eliminación de una secuencia en una serie de dibujos animados para adultos (repito: para adultos) en la que Batman practicaba sexo oral a Catwoman. “Si Batman es de los que lame ahí abajo va a ser difícil vender sus muñecos”. Este fue el argumento de la empresa propietaria de los derechos, según Esther Miguel en Magnet. Y como ella yo también creo que hay que tomar este tema en serio: ¿Batman puede partir extremidades y matar (repito: matar) pero no puede comerle la cosita a quien le plazca? ¿Qué mierda de show-business hemos financiado? ¿El sexo está mal pero la violencia está bien?

No nos infantilicen, por favor

Puede tener algo de mérito haber convertido una información potencialmente negativa en una positiva. No es menos cierto que es más fácil que demos por buena la información si la marca que lo hace es Telefónica, que pone mucha tela en publicidad al año. Pero “lo cierto es que esto encaja en el plan de Telefónica de reducir sus costes”, según El Blog Salmón, donde, visto el éxito del argumento, se preguntan: “¿Estamos ante algo que se podría generalizar en otras empresas?”. La empresa se ahorra un pico y ataja un problema, el del regreso del teletrabajo. Y el empleado paga un precio que se ahorra la empresa.

El Bitcoin es negro

Se suele representar al Bitcoin con una especie de moneda dorada y brillante, sin manosear porque es virtual y nadie la toca. Pero por lo que publican en El Boletín, su color real podría ser el del negro carbón chino, vinculado directamente con la producción de las cadenas de código necesarias para generar esta moneda. La red de proveedores de esta fantasía “emite hoy unos 60 millones de toneladas de CO2, lo mismo que Grecia”. Pero también es tirando a negro que algunos proveedores estén relacionados con “blanqueo de dinero, la corrupción, el soborno, el fraude y la violación de la privacidad de los datos”.

Como el alma de algunos

No podía ser de otra manera: los nostálgicos del “todo es ETA” se sitúan ahora en torno a Vox. No es menos cierto que la última vez que lo habíamos oído fue cuando 35 conocidos miembros de la izquierda abertzale reconocieron que todo era ETA para pactar dos años de cárcel por cabeza y librarse de entrar en prisión. Hasta esta semana, en la que un concejal del partido de Abascal clamaba contra el presidente de la CEOE por no oponerse a los indultos: “Se pone del lado de los etarras”. Tanto han machacado los de aquí que los suyos son presos políticos como los de ERC y Junts que algunos hasta se lo han creído.

Esta me la guardo

Sin que sirva de precedente, me voy a guardar esta sentencia de Pedro Vallín en Twitter: “Un ‘constitucionalista’ es un catedrático de derecho constitucional, usted solo es facha”. Y me vale para los descerebrados de Vox que aplauden los eructos de Rocío Monasterio como para los que van de necesariamente hostiles en el PP vasco contra todos. Mientras algunos nos esforzábamos por ser políticamente correctos y por buscar términos inclusivos en los que la mayor cantidad de perfiles políticos pudieran sentirse cómodos, los populistas y fascistoides han aprovechado el hueco. Ya es hora de devolverles al margen del camino.

Debe de ser la nueva política

Reírse de un partido que ofrece su mano tendida para aprobar los presupuestos de un gobierno en el que tienes una vicepresidencia y cuatro ministerios, eso debe de ser la nueva política. Se ve que no solo no lo hemos captado hasta ahora sino que, cuando por fin la apreciamos con nitidez, no somos capaces de comprenderla. Yo, por lo menos, me declaro incapaz de seguir el razonamiento que expone Pablo Echenique en uno de sus últimos tuits, en el que intenta hacer un chiste a costa de Ciudadanos y de que Arrimadas siga intentando negociar. O yo no entiendo nada o no lo hace Echenique.

Sí, la pandemia cuesta mucho dinero

Tengo la sensación de que, en cualquier momento, alguien va a destapar un caos absoluto en la Comunidad de Madrid por la gestión de la pandemia. Y no es menos cierto que Díaz Ayuso ha usado la crisis para buscar todo tipo de titulares, pero no creo que sea justo este de El Boletín: “Telefónica e Indra se embolsan otros 789.000 euros del Gobierno de Ayuso para el rastreo”, porque las citadas son dos empresas capacitadas para el trabajo y porque la pandemia está siendo carísima para todos. Sin excepción. Tanto dice de quien lo hace buscar una excusa estúpida como buscar una acusación estúpida.

Y va Aznar, y dice…

“Tiene una cara de inútil que no puede con ella”, eso es lo que José María Aznar ha dicho de Pedro Sánchez en una entrevista a Expansión y que recogen digitales como InfoLibre. Después de ese titular me dan igual el resto de respuestas porque Aznar ha dejado claro que él no ha acudido a la conversación con el periodista dispuesto a hablar de España, del gobierno ni de política, él ha ido a jugar y a hacerse con el escaparate final a base de ocurrencias de sobremesa nocturna y botella de whisky abierta sobre el mantel. De su reputación gasta Aznar, pero también de la del PP y de la de España, esta vez.

Revolucionarios, sí, pero con colchón

Fui a un colegio concertado, estudié en una universidad pública, soy trabajador autónomo y tengo una casa (con hipoteca) y una furgoneta familiar. Ni soy pobre ni soy rico: soy clase media en Bizkaia de libro. Así que no puedo ir de obrero ni a comer a restaurantes de 50 € el cubierto cada día cuando no hay pandemia. Desde mi posición y aspiraciones ajustadas tengo claro lo que no soporto: a quienes van de pobres y a quienes van de revolucionarios cuando tienen un colchón bien mullido sobre el que caer si les va mal. Por fin, 40 años después, vemos a Alaska y Bosé, y a todos los que ellos representan, como son.

Guardiola, el City y el catalán

El nacionalismo necesita a más personas como Pep Guardiola: un número uno mundial en su trabajo y con una notoriedad a la altura. Una persona y un profesional, además, comprometido con aquello en lo que cree hasta tal punto que ha provocado (o impulsado, pero me da lo mismo) que el Manchester City ponga en marcha un canal de información en catalán en Twitter. Así nos hemos enterado de su renovación en un equipo con las más altas aspiraciones: ganar la mejor liga y la mejor competición continental. ¿Que no le dan bola en España por sus ideas? A él le da igual. Y a los que le seguimos, también.

Correcto

Los carroñeros no fallan, como Cake Minuesa. Al principio, la izquierda puso de moda el periodismo a lo Gonzo: lanzándose a preguntar a bocajarro, sin petición de entrevista, sin conversación previa. Una cámara y un micro encendidos, y un periodista “valiente”, solo hacía falta eso. Y el formato lo ha hecho suyo uno que trabaja para contentar a los ultras y asalta al lehendakari en la calle preguntándole por los dos trabajadores sepultados en Zaldibar. En un momento, Minuesa le dice que él representa a los españoles como Urkullu, a lo que el lehendakari contesta que se siente solo vasco. Correcto.

Pero, ¿qué tensión?

A la extrema derecha hay que ponerla en duda siempre. Es una obligación como demócrata. Así que, si Vox dice que no va a encontrar apoderados en Euskadi, donde no tiene ningún representante público, por el clima de tensión, lo primero que hay hacer es dudar: es por la tensión, ¿o es porque no tienen a nadie? Pero, ¿tienen votos en Euskadi? Sí, pero si uno repasa dónde los obtiene en esas aplicaciones que el año pasado se popularizaron, para conocer qué votan tus vecinos, suele coincidir con las zonas en las que hay casas-cuartel. Comprobarlo es fácil, pero replicar el discurso de los ultras es más fácil.

Parece razonable

Según Reuters, al final, las redes sociales tendrán la misma responsabilidad y estarán sujetas a las mismas normas para emitir contenidos que los medios audiovisuales. Por lo menos, en Europa. Así, la regulación que se aplica a estos (que será similar a la que se aplica a la prensa tradicional) valdrá también para esas redes que siempre se amparaban en que el contenido era de los usuarios, no de las plataformas. Sin embargo, los módulos de publicidad sí eran de ellas, claro. Parece bastante razonable que la vara de medir sea una que, no solo ya existe, sino que es el estándar que la ciudadanía reconoce como propio.

El fútbol, a la baja

Es un dineral infame y difícilmente recuperable, visto lo visto los años anteriores, pero los 975 millones de euros que ha pagado Telefónica por el fútbol español hasta 2024 “está por debajo de lo pagado en el contrato para las tres temporadas anteriores” (El Confidencial). La burbuja del fútbol se pincha: ya no hay más seres humanos a los que impactar, ya no se puede pagar más por ver el fútbol, hemos llegado a nuestro tope. Igual que no podemos pagar 100 € por una camiseta. Y no, no es cierto que se vea en China o en India masivamente, ni que allí paguen tanto como aquí por ver los partidos o por el merchandising.

Sí, somos ridículos

No, no hemos teletrabajado todavía. No tenemos ni idea de lo que es ni de si lo queremos. Así que empezar a elucubrar sobre las puertas que abre el teletrabajo es ridículo. Tan ridículo como el que haríamos los urbanitas, si finalmente se normaliza, retirándonos a pueblos a teletrabajar. Daniel Gascón ha reflexionado sobre ello en su novela, y me temo que todas las sátiras e ironías sobre el ridículo que haríamos se quedarán cortas. Pero volvamos al principio: probemos el teletrabajo primero en casa y llevemos el 5G a los pueblos. Pero por los que están, no por los que irían a teletrabajar.

Está bien… Si lo hacen bien

La noticia de que Facebook tendrá que eliminar en todo el mundo los contenidos que algún tribunal europeo le señale es buena… Si se ejecuta bien. Debería de ser una prioridad la eliminación de contenidos que inciten al odio o a la violencia. Y no pensemos solo en las campañas que monta la extrema derecha con impunidad: habrá millones de mensajes en esa red social que inciten al odio en pequeñas conversaciones en las que se ridiculiza a personas vulnerables. De hecho, Facebook debería de hacerlo “de oficio” y no veo por qué ha tenido que esperar a esta sentencia y a las que vengan.

No creas en los unicornios

Será que soy un antiguo pero no entiendo esta economía virtual en la que las empresas de base tecnológica recauden millones de dólares en diferentes rondas de financiación y acaben saliendo a bolsa mientras dilapidan muchísimo dinero creciendo sin parar… Y sin modelo de negocio. Por ejemplo: Wework, la aplicación que te permite alquilar espacios de trabajo cuya salida a bolsa se ha truncado de momento y eso que era un “unicornio” (una empresa que parece que va a regalar los millones). Lo cierto es que solo se ha enriquecido su creador, y mucho, adquiriendo inmuebles para alquilárselos a la App.

No hace falta que lo sean

El caso de Wework es especialmente llamativo por el dinero que había recaudado, lo que se esperaba de la empresa y el enriquecimiento de Adam Neumann, pero la realidad de muchas empresas no es el cuento de Silicon Valley: 21 Buttons, la App en la que las influencers muestran su ropa y reciben una comisión por cada venta que consiguen, ha anunciado decenas de despidos después de la fase de expansión, ahora que toca encontrar el modelo de negocio. Ya ven que volvemos a lo mismo: empresas que crecen sin saber cómo van a subsistir gracias a millones que, en plena crisis, se apuestan a lo virtual.

Que no da

Desde mi ignorancia en temas económicos empiezo a pensar que igual tiene algo que ver la crisis que hemos sufrido con que las inversiones se vayan a empresas sin modelo de negocio. Internet nos ha traído nuevos usos, nuevas costumbres, nuevos valores y nuevas inversiones. Todavía está por probar que algo haya sido para bien. La banda ancha y la oferta casi sin límite de contenidos de entretenimiento también mueven millones… Sin una rentabilidad clara: Vodafone ha perdido el fútbol y clientes pero Telefónica y Orange no se han disparado, según Vozpópuli. Esto no da más de sí.

Y YouTube hace de las suyas

El famoso algoritmo de YouTube va encadenando varias malas noticias. Primero, la certeza de que cada vez lleva a vídeos más oscuros: si solo sigues sus recomendaciones puedes acabar viendo contenido de extrema derecha o mutilaciones. No les exagero. Ahora, que el uso de etiquetas relacionadas con el movimiento LGTBI desactiva la posibilidad de monetizar dinero con ese vídeo. Me explico: un youtuber que quiera explicar su situación dentro del colectivo LGTBI no puede ganar dinero con ese clip ni con su canal (si la temática es exclusiva), mientras youtubers ultraconservadores sí pueden hacerlo.