Escribo esta columna sin conocer los resultados electorales pero con ganas de ajustar ciertos tornillos que en campaña se han quedado sueltos y han hecho que cruja la estructura, por lo menos, mi estructura mental, pero creo que algunos casos van mucho más allá. Por ejemplo, hizo bien Iñaki López en responder a Isabel Díaz Ayuso: “Partido racista es su socio, Presidenta”, junto a la foto de un cartel de Vox en el que señalaba a menores extranjeros. La campaña del PP de Madrid en Euskadi fue tan arrojada como vergonzante, y los que más tendrían que sonrojarse por ella son los del PP, sí, pero en Euskadi.
Vergüencita de campaña
Antes incluso de la jornada de votación, en República avisaron: “El espejismo de que ganar las municipales anticipa una victoria en las generales”. Dio igual, los partidos españoles han seguido haciendo su campaña como si no nos jugáramos quién va a gestionar lo mucho que se hace en nuestros ayuntamientos. De las diputaciones generales ni hablo porque dudo de que sepan lo que son incluso muchos de los suyos en nuestro pequeño país. PSOE y PP, como si fuera una primera ronda de las Generales de diciembre. Y Podemos y Sumar, como si fuera el primer round de su particular combate (que pierden los de Belarra e Iglesias, claramente).
Sospechas
En ese combate que libran las izquierdas españolas, en el que Bildu es ganador absoluto en Euskadi, independientemente de los resultados que haya obtenido, hay un detalle que no puede pasar desapercibido: da igual lo que suceda, Yolanda Díaz no tiene la culpa. “Yolanda Díaz culpa a Hacienda de enturbiar el conflicto laboral con los inspectores de Trabajo”, titulan en Vozpópuli. Y en el subtítulo deslizan: “Fuentes de la negociación apuntan a motivos políticos en los nuevos acontecimientos”. Una posibilidad es que esas “fuentes” sean las del ministerio español de Trabajo. Sin culpa pero con intenciones.
“Un DJ del bakalao sonado de odio”
Así define Luis Miguel Fuentes su crónica en Vozpópuli de un acto de Podemos. “Lo que queda de las bases y la afición ya sólo son señores y señoras de Juan y Medio”. Dicho de otra manera, “aquel funcionariado de pelo rosa ya sólo es funcionariado de pelo cano”. Esa es la clac en “un partido avejentado y escacharrado” liderado por un maestro de ceremonias que “parece un DJ del bakalao sonado de odio”. “Iglesias nunca fue un político, es un mago, sigue siendo un mago y necesita su escenario”. Del texto, yo me quedo con esta conclusión: “Podemos ha terminado diluido en IU, no al revés”. Esta es su cruel verdad.
Contra al PNV por la mañana, cipayos por la tarde
“Un gobierno impositor, chulesco y sordo”. Así definían los sindicatos de la Ertzaintza, intentando evitar otro movimiento asindical, al vasco después de su última manifestación durante la campaña. “No van a tener Tour mientras no haya convenio”. Aseguraban, secuestrando algo que no les pertenece. El texto salió a mediodía, por la mañana habían bloqueado el tráfico y por la tarde les acusaron los de siempre de lo de siempre: “Las tropas de asalto del PNV”, tuiteaban sobre unas imágenes de un desalojo. ¿De verdad en el cuerpo nadie se da cuenta de lo que se están riendo quienes más lo desprecian y han despreciado siempre?