«Que pidan perdón a los catalanes»

Es evidente que a Albert Rivera le va bien diciendo burradas. Así que seguirá haciéndolo. ¿Para qué cambiar cuando en España parece que están dispuestos a comprar políticamente cualquier barbaridad o enormes contradicciones? Como bien señala Jesús Barcos en Twitter, ahora asegura que los independentistas tienen que pedir perdón a los catalanes como condición para levantar el 155. Como si fueran de ETA, como si él fuera el portavoz de las víctimas.

Los que restan en Catalunya

Beatriz Talegón resta a la causa independentista catalana. Y como ella, los periodistas y políticos ávidos de atención que actúan como paracaidistas y rescatadores de catalanes que, si les dejan (si les deja Puigdemont), se sacan solos adelante, como han hecho siempre. Ahora, Talegón difunde un vídeo en YouTube de una indocumentada que asegura que Rajoy ha abusado de menores. Sin pruebas, ¿para qué? Y Talegón, ojo, es periodista. Qué poca vergüenza. Qué poco suma.

Se caen las caretas

Beppe Grillo fue la punta de lanza de una “nueva izquierda” que en otros países de Europa fue llegando después. En España, la figura del humorista metido a político era ensalzada por quienes le veían como un modelo para esa izquierda ascendente. Grillo no solo se ha mantenido: hoy lidera la política italiana. Pero aquí cambia la historia: acaba de unirse a la extrema derecha de su país para gobernar, los antiinmigración, como recordaba Ane Irazabal en Twitter.

No eran terroristas, estaban borrachos

Después del policía nacional de paisano agredido en Córdoba por ser policía y los siete guardia civiles fuera de servicio apaleados por cuarenta personas por ser guardia civiles en Algeciras, me reafirmo: el mensaje que recibimos en las comunidades vasca y navarra es que aquí una agresión a un agente de la autoridad sin uniforme es terrorismo. En España es una paliza o un linchamiento de narcotraficantes (ya serían trapicheadores) borrachos. Y con plena colaboración de los medios españoles.

Os la cuelan (II)

Ayer me quejaba por el modo en el que tantos colaboraban en el lavado de cara de Israel, vía Eurovisión, el mismo fin de semana en que ese estado bombardeaba Palestina. Hoy añado el tuit de Agustín Fernández Mallo: “Eurovisión, para soñarlo: pastiche de lo peor de todos los tiempos. Del refrito étnico-ruralista a la peor música disco, pasando por la música ligera de USA europeizada, balada rock acaramelada y -los más avezados- copian al peor Coldplay. Espejo de geopolítica europea”. Y concluye: “Israel ganando Eurovisión con una canción antibullyng es un chiste de los buenos”.

España, culpable

La conclusión de la exconsellera Clara Ponsatí en El Nacional es terrible: “No ha valido la pena hacer política”. Lo afirma con una orden de arresto internacional contra ella por intentar llevar a cabo el mandato democrático de la mayoría de catalanes que votaron a quienes anunciaron que llevarían a cabo un procés de independencia. Ese es el mensaje que traslada España al mundo: hacer política honesta y sin violencia en este estado no sirve de nada. Ya veremos qué hace el gobierno español con tanto cuervo.

¿Saben quién no está en prisión preventiva?

Sigo con El Nacional: mientras en Catalunya hay 25 dramas familiares, de momento, Luis Bárcenas disfrutará esta Semana Santa de su casa de un millón de euros en el Valle de Arán con permiso del juez, que hasta le ha levantado la obligación de acudir todos los lunes al juzgado para que el tesorero del PP pueda alargar su descanso. Lo más sangrante es que “en el sumario consta que pagó 120 mil € para reformarla y las facturas las habría sufragado el PP”. Y no pasa nada.

¿Por qué lo han hecho?

El exletrado del Tribunal Constitucional, Joaquín Urias, ha explicado en Twitter por qué el juez Llanera ha puesto en marcha la más terrible maquinaria judicial contra demócratas: “Para suspender de sus derechos políticos a una persona no condenada la ley exige dos condiciones: que se le impute un delito de rebelión y que esté en prisión provisional”. Es decir, lo que busca Llaneras es que estos representantes de la ciudadanía no puedan ejercer. Sí, son presos políticos.

Ciudadanos, a lo suyo

Decenas de miles de personas se movilizan en Catalunya porque consideran absolutamente injusto que los representantes que ellos mismos eligieron sean encarcelados por intentar cumplir su palabra, e Inés Arrimadas sale a decir que fueron muchos más los catalanes que se quedaron en casa. Josep Maria Mainat ironiza en Twitter: “Inesperada conclusión”, seguramente, para no decir lo que realmente opina, que la insensibilidad de Ciudadanos es ya algo más que indignante.

Todo vale para el convento

Jesús Barcos tuiteaba con acierto: “La euforia que muestra Vox es el retrato de la España que está quedando”. Al mismo tiempo, Rosa Díez, sublimaba la contradicción de los nacionalistas españoles y enlazaba las banderas española y alemana para dar las gracias a quienes habían detenido a Puigdemont. En su cabecera de Twitter podemos leer: “A veces basta con alzar una bandera para descubrir un ejército dispuesto a luchar”. Ojo, hoy el pensamiento de Vox y UPyD en España no es minoritario.