Sí, Internet nos ablanda la mente

La pieza en Magnet sobre cómo nos hemos radicalizado desde que se popularizó el Internet de banda ancha, el que hoy conocemos, está muy bien pero falla en la base: no se trata de que nos confrontemos con otras nuestras posiciones como usuarios, lectores y votantes, es que hay opciones políticas populistas e incluso fascistas que están aprovechando demasiado bien la polarización que ofrece la gran red. Sin Internet, ni Trump ni el Brexit serían hoy realidad y, por supuesto, la pandemia no podría ser utilizada como arma arrojadiza de oposiciones irresponsables y populacheras contra los gobiernos.

Y a algunos se la licua

Internet también es culpable de que mucha gente, muchísima, que no sabe hacer nada más que ponerse delante de una cámara con objetos o repitiendo bailes, sea tenida en cuenta. Bajo el paraguas de los influencers se cobijan quienes de verdad hacen crecer las ventas y quienes quieren hacerlo pero se conforman con las migajas. Estoy seguro de que estos últimos eran la mayoría o la totalidad de los 40 que fueron identificados por la policía en Marbella, por estar en una fiesta que duró todo el fin de semana en pleno confinamiento. ¿La excusa? Grabar un videoclip con Omar Montes. Las explicaciones, paupérrimas.

El Bitcoin no es para mí. Ni para ti

Tiene que atravesaros una pandemia mundial para que resurja el bitcoin. En El Blog Salmón intentan explicarlo con la intervención de Paypal o que quienes los “minan” cobran la mitad por cada bitcoin que consiguen. Pero el factor capital es que se han convertido en el refugio de especuladores: “Bitcoin es que no es una moneda, sino que se trata de un activo altamente especulativo. (…) Con este tipo de productos existe una significativa volatilidad de los precios, combinada con las dificultades inherentes de valorar el activo de forma fiable, coloca a los consumidores minoristas en un alto riesgo de sufrir pérdidas”.

Toma obsolescencia programada

“Apple pagará 113 millones de dólares por ralentizar iPhones viejos”. La multa es ridícula para una empresa que acaba de declarar 57.411 millones de beneficio en su último año fiscal. Pero también es la constatación de que la obsolescencia está programada hasta el punto de que si el teléfono no se rompe se ralentiza automáticamente. Pero, ¿por qué Apple lo hace si todos sabemos que podría ahorrarse el escarnio? Las sucesivas actualizaciones de las aplicaciones van inutilizando nuestros terminales. Tecnología punta y carísima que no necesitamos arruinada por innovaciones que no pedimos y por el propio fabricante.

Comprarse la Play es de pobres

Iba a cerrar esta columna hablando de los modelos de negocio de las principales empresas fabricantes de videoconsolas. Pero precisamente Sony ha provocado que me centre en el tema de los prescriptores o influencers: ¿de verdad Kiko Rivera va a hacer que se vendan más Play Station 5? De momento, de lo que estamos seguros es de que Sony le ha elegido para la promoción. Entiendo que Ibai Llanos o David Broncano formen parte de la campaña, pero, ¿Paquirrín? ¡Si tiene pinta de jugar con los dedos naranjas de comer ganchitos! ¿Cuál es el mensaje, que pagar por la Play es de pobres?

Injusto, sí. Arbitrario, no

El cierre de la hostelería en la CAV, Nafarroa o Catalunya es injusto porque pagan los hosteleros que han intentado comportarse por los clientes que no hemos sabido hacerlo. Pero no es arbitrario: la pandemia obliga a tomar este tipo de decisiones ante situaciones que, en ningún caso son comparables a las que se dan en transporte público o entorno laboral. Y quien siga empeñado en revolver el río para pescar más es quien merece el desprecio. Del mismo modo que quien pone como ejemplo la gestión de Ayuso se retrata a menos que sepa algo sobre dejar de usar PCR que el resto del mundo desconoce.

El business

Pablo Iglesias fue el látigo de la casta… Hasta que montó un partido y fue elegido eurodiputado. Desde entonces se ha empeñado en ser más de la casta que los de la vieja política: desde el nepotismo hasta el chalé, pasando por los libros y el lobbing, como describen en Vozpópuli, para ir colocando a Monedero como experto en políticas hasta en los EE.UU. de América. Monedero, fundador de Podemos y director de la fundación vinculada al partido puede hacer el camino que seguirán todos sus compañeros y camaradas según vayan bajándose del coche oficial.

En la otra orilla…

Mientras en Vozpópuli leemos que los de Iglesias han iniciado sus labores de colocación, “compra de contactos”, incluida, en Ctxt leemos que “la ilusión inicial que generó el IMV empieza a transformarse en decepción por la lentitud y las trabas administrativas. De las 837.333 solicitudes presentadas entre junio y octubre, solo se han aprobado y abonado el 1,5%”. Como el tema es serio y afecta a situaciones familiares desesperadas, me ahorraré las comparaciones odiosas. Solo pido que alguien explique, sin retórica marxista, cómo es posible que el Ingreso Mínimo Vital esté funcionando así en España.

El epílogo

La campaña estadounidense ha dado pie a tantos titulares y tantos tuits, la mayoría innecesarios, que hemos dejado pasar auténticas maravillas como la que han compilado en Magnet: el equipo de Trump se equivocó (para mí esta es la versión más plausible y, por lo tanto, la más probable) al reservar un espacio y en vez del hotel Four Seasons de Filadelfia, los abogados de Trump terminaron en el parking de la tienda de jardinería Four Seasons, en Filadelfia, que está junto a un sex-shop, para mayor diversión. La imagen y las justificaciones de quienes metieron la pata son un epílogo precioso.

La nueva era

Pero si hablamos de la Casa Blanca, mejor que lo hagamos de lo que viene: Adam Schultz sustituirá a Shealah Craighead como fotógrafo oficial del presidente. El puesto lo popularizó Pete Souza gracias a su habilidad, a la eclosión de las redes sociales en la segunda década del siglo, y a la fuerza de Barack Obama. Craighead ha pasado más desapercibida pero para los que somos “muy cafeteros” de la política, ha dejado algunos “frames” extraordinarios del mandato. De momento, de Schultz sabemos que usa cámaras Sony, igual que la fotógrafa de Trump, que se cambió a mitad de legislatura, según Photolari.

La letra pequeña

Creo que es necesario un control sobre Internet porque está claro que no podemos dejar en los contenidos en manos de las plataformas o redes sociales que andan rápidas para bloquear cuentas en las que aparece un pezón en una foto y lentas cuando se trata de frenar el fascismo. Pero lo que cuenta Miquel Roig es todavía más preocupante: la ley del gobierno para el control de los mensajes, también en digitales, otorga casi plenos poderes y, sobre todo, muy discrecionales a entes inconcretos o excesivamente politizados. Una vez más, asistimos al error de ver que legislan como si siempre fueran a estar en el gobierno.

Podemos es un portero con los ojos vendados

El interminable recuento en EE.UU. nos ha impedido traer a esta columna noticias como la del gol que ha metido Ciudadanos, sobre todo, a Podemos: “El Gobierno ha vetado hoy la tramitación de una enmienda de Cs que buscaba bajar el IVA de las mascarillas a solo 4%. Argumentan que costará mucho al Estado basándose en un cálculo de 50 millones de mascarillas por día. Del bolsillo de la clase media y trabajadora no dicen nada”. El tuit de Edmundo Bal hace un roto a Podemos que, en el gobierno, se muestra como un portero que se ha vendado los ojos: mucho aspaviento pero poca efectividad.

Hablemos de EE.UU.

Seguimos hablando del proceso electoral en EE.UU., un tema artificialmente agigantado: si el recuento hubiera sido en 24 horas, la distancia entre Biden y Trump era suficiente para detener las pretensiones y los exabruptos del segundo. También se hubieran ahorrado la peor imagen de todas, la de la violencia, la de las personas armadas que dicen defender su sistema pero no se dan cuenta de quién está erosionándolo realmente. Las que vemos son las consecuencias de ese populismo que más cerca aplica Vox y, mucho más cerca, el partido que justificó a los fascistas vascos con pistolas.

Y también del coronavirus

Hago un esfuerzo diario por limitar a un párrafo la presencia de las elecciones en EE.UU. o la pandemia, y siempre buscando una derivada porque para informar ya están mis compañeros. Lo mío es la espuma de la cerveza. Así que, si tengo que hablar de las consecuencias del coronavirus, lo haré sobre los influencers que ahora se suman a dar recomendaciones para evitar el contagio… Y se pasaron el verano pegados a otros infuencers y amigos como si fuesen jugadores del Athletic. En Magnet hablan de que les ha salido el tiro por la culata. Yo lo que creo a estas alturas es que nos ha faltado contundencia.

Seguimos haciendo cosas grandes

Durante la pandemia, especialmente lo ha hecho mal quien se comió la sopa de murciélago, quien se empeña en lanzar teorías conspirativas y quien se piensa que las normas solo son para los demás, pero todos hemos fallado, está claro. Pese a todo, los seres humanos seguimos haciendo cosas extraordinarias: esta semana que hoy termina se han cumplido “veinte años de ocupación permanente de la Estación Espacial Internacional”, como recordaban en Microsiervos. Dos décadas de colaboración para mantener vida humana fuera del planeta. Un hito que debe reconciliarnos en parte con nosotros mismos.

«El Burger King»

El título de la foto no es mío (y lo lamento, porque es brillante), es del popular tuitero Sr. Jimvill. Y lo clava: en la revista Paris Match hemos visto la foto de Juan Carlos I preparando una barbacoa junto al hijo de Corinna Larsen (antes conocida como Corinna zu Sayn-Wittgenstein), con la gorra hacia atrás, unas buenas ojeras, un bañador amarillo fosoforito, la camisa abierta y unos náuticos. Lo que viene a ser un tío enrollado que intenta ganarse al hijo de la mujer a la que se camela con un buen fajo de billetes saudíes en el bolsillo. Ojo, no seré yo el que le llame viejo verde. Vamos a dejarlo en campechano, lo que ha sido siempre.

No se pagó ni la contadora de billetes

Hace solo unos días que hablábamos de que, que la familia real careciera de propiedades tenía que entenderse como que nosotros les pagamos cada residencia y despacho. Las y los de todos, hermanas y madre de Felipe VI, incluidas, por supuesto. Ahora sabemos que entre 2009 y 2015 la Casa Real compró una contadora de billetes y tres cajas fuertes. O lo que es lo mismo: se lo compramos nosotros para que Juan Carlos I, entre barbacoa y barbacoa, contabilizara y guardara el dinero saudí que ni siquiera declaró. No es un detalle: es la muestra de la desvergüenza y de cómo el Jefe de Estado trataba a España.

Gol de Sánchez

No de Hugo, sino de Pedro: el presidente español ha marcado un gol a Isabel Díaz Ayuso e Ignacio Aguado, y de paso, al PP y a Ciudadanos, ofreciéndose para mediar en la gravísima crisis sanitaria madrileña y accediendo a hacerlo en la sede del gobierno de la Comunidad de Madrid. La foto de Sánchez entrando a las dependencias de Díaz Ayuso puede ser letal para la presidenta que se ve sobrepasada y necesitada de que el socialista ponga orden en su caos. Esa va a ser la foto. Y Sánchez tiene todo el derecho del mundo a rentabilizar su ayuda igual que el PP, irresponsablemente, ha intentado rentabilizar la pandemia.

Y gol de Hugo

Esta vez es Silva, y no Sánchez, el que remata: el actor ha pegado un corte merecido y certero a Santiago Abascal en Twitter. Uno no sabe si imaginarse al propio Hugo Silva o al personaje de Paccino respondiendo: “No me consta” a un tuit del de Vox mezclando El Ministerio del Tiempo, Stalin y el coronavirus. Una chorrada como un templo, propia del cuñado que solo le OK Diario, que obtuvo una respuesta a la altura en forma de compromiso contra el fascismo… Y las tonterías. Llevo tiempo advirtiendo de que Silva no está suficientemente valorado como actor y persona. Ahora estoy más seguro de ello.

Goool… De los de siempre

He empezado la columna hablando del patrón del Bribón, he usado símiles futbolísticos y ahora la termino juntando las dos cosas: el beneficio de algunos (unos pocos) que saben aprovecharse de la inflación que existe en el mundo del fútbol. Un 25% de cada traspaso va para los representantes, según leemos en Magnet. Y el célebre Jorge Mendes es el máximo exponente pero no el único de este modelo de negocio: la oficina de representación ahora es global y ofrece asesoría también de inversión del dinero al jugador o de imagen, además de gestionar todos los contratos deportivos o publicitarios.

No podemos obviarlo

Apenas he escrito sobre el llamado “Caso Dina” ni sobre las denuncias de Calvente que, rápidamente, el aparato mediático de Podemos intentó atajar con los argumentos de que se basan solo en rumores y de que el juez “va a pescar”. Pero no podemos obviarlo más: el que fuera abogado de la formación morada lleva muchos meses alertando de mala praxis, y hace solo unos días anunciaba en su cuenta en Twitter que “no estamos ante la Gürtel o Filesa. Mucho peor” (La Información). Hay que dar tiempo y contar los temas cuando haya algo, no a cada paso, pero ya han dado los suficientes para que no parezca bueno.

Mucho han tardado

En Twitter, Facebook, Instagram o YouTube hay muchos (demasiados, a todas luces) agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil, algunos incluso con cargos relevantes, que opinan sin tapujos con argumentos propios de la extrema derecha. La creación de Jusapol solo fue la materialización de esta corriente preocupante, porque esa gente forma parte de las fuerzas de seguridad del Estado que sostenemos vía impuestos, va armada y siente cierta impunidad. Algo que hay que corregir. Así que, bienvenida la suspensión de empleo y sueldo a Alejandro León Atienza, más conocido en YouTube por Jandro Lion, un ultra.

¿Y si no hay vacuna?

Creo que la habrá, y creo que será eficaz. Quiero decir que creo que la vacuna convertirá al coronavirus en una gripe, con su margen de decesos aceptable en una sociedad avanzada (ya veremos lo que pasa en países en vías de desarrollo). Pero no está mal, sobre todo para prever el año que, calculo, todavía nos espera, leer la pieza en Magnet sobre cómo deberíamos enfrentarnos al coronavirus si fuera un mal endémico y, al final, cambiase nuestro mundo radicalmente. De momento, estoy seguro de que va a cambiar nuestra organización del curso y de los horarios familiares, por lo menos, otro año entero.

¿Otro año de “tiktokers”?

Hacía tiempo que no traía a esta columna un tuit de Alberto Elías, que tiene la habilidad de resumir en un puñado de caracteres lo que pensamos muchos. Esta vez también lo ha clavado: “Estoy pasándolo mal por todos los influencers que han vivido mucho tiempo cómodos en su zona de confort con las fotos y ahora se están viendo obligados a intentar aparentar que saben bailar o son graciosos en vídeo para seguir subidos a la ola. La nueva reconversión industrial”. Y si siguen las medidas que limitan el movimiento y los posados exteriores, van a tener que seguir con sus tiktoks, donde muchos están claramente descolocados.

¿Y qué?

Leo en Público que “la campaña para retirar a Juan Carlos I el título de rey emérito supera las 50.000 firmas”, y pienso: ¿y qué? Esas recogidas digitales de identidades no sirven para nada. Bueno, para algo sí: quien las promueve puede engordar una base de datos. Y si lo hace sistemáticamente, como los portales dedicados a ello, puede empezar a perfilar e-mails por intereses de su propietaria o propietario. En resumen: utilizan el descontento e incluso las desgracias para obtener información que luego pueden comercializar si has aceptado sin leer (como hacemos todos) las condiciones adecuadas.