Feminismo. O no

Hace unos días escribía sobre los despidos en Podemos y sobre que no era una cuestión de formas, pese a lo que pudiera parecer, sino de fondo. Y la audiencia provincial de Madrid parece que lo ratifica cuando “concluye que no hay pruebas contra el que fuera abogado del partido de los delitos por los que fue expulsado de la formación”. Ojo, que el delito es este: “Podemos se inventó un caso de acoso sexual y laboral para despedir a José Manuel Calvente”. La resolución judicial debería de hacer temblar la sede de Podemos y hasta el gobierno español, en el que hay una ministra de Igualdad del partido de Pablo.

Las cosas del comer

Cuando más sé de Pablo Iglesias menos fiable me parece. Y de Pedro Sánchez solo me fiaría porque sé que es un superviviente y que a su lado, en un naufragio, siempre aparecería un tablón al que agarrarse. Pero ahí están, dirigiendo un país porque la alternativa es aún peor. Entre ellos, el de la confianza también parece un tema delicado: “Sánchez premia a Montero y castiga a Iglesias en el plan de gestión de los fondos europeos”, titulan en La Política Online, donde también explican que la gestión de esos fondos se hará entre gobiernos… Y no en sede parlamentaria como pretenden los del “todo mal” en la CAV.

La pandemia es cosa de todas y todos

Una pandemia mundial nos afecta y nos responsabiliza a todos. Por eso es una pandemia. A todos: a los que mantenemos el trabajo, a los que lo pierden, a los que tienen que negociar condiciones, a los que tienen que tomar decisiones y a los que les da todo igual y solo quieren salir de fiesta. Pero creo que solo una minoría está siendo verdaderamente responsable ante la situación: “Dos de cada tres españoles reclaman medidas más duras”, titulan en La Información. Y donde pone “españoles” podemos leer con total tranquilidad “vascos” que, cuando las restricciones aumentan, también aumentan sus quejas.

Uno que es responsable

Joe Biden será un presidente de EE.UU. al uso: participará en guerras, tomará decisiones neoliberales, será duro con los inmigrantes latinoamericanos (que no sean venezolanos o cubanos) y, por supuesto, tendrá que afrontar tiroteos y enfrentamientos raciales. Y con todo mejorará el histrionismo de Trump. Antes de dormir en la Casa Blanca, Biden se ha puesto la vacuna contra el coronavirus afirmando que “no hay nada de qué preocuparse” (República.com). De momento, empieza haciendo lo que es necesario. En Euskadi, seguro, veremos una foto similar con Urkullu.

Tenemos que volver a ser nosotros mismos

“Si no se consigue la inmunidad de rebaño no será por falta de borregos”, tuitea C-5. La frase tiene su gracia pero también guarda una de esas verdades molestas: esta pandemia nos ha aborregado. Durante el confinamiento se nos llenó WhatsApp de mensajes que intentaban manipularnos, y desde el verano se nos ha llenado la televisión y el periódico de voces que nos infantilizan y tutelan. Lo peor es que muchos se han dejado y, en efecto, están aborregados, quejándose a la vez de la relajación y la dureza de las medidas y señalando a políticos por no hacerlo a sí mismos en la terraza del bar.

Podemos reconoce que se inventó un abuso sexual

He leído tres veces este párrafo en El Plural antes de trasladarlo a la columna pero, sí, es lo que pone, y parece gravísimo para lo desapercibido que está pasando: “José Manuel Calvente y Podemos han llegado a un acuerdo mediante el cual la formación reconoce el despido improcedente del que fuera su abogado. El letrado fue despedido en enero del partido que dirige Pablo Iglesias al ser acusado de acoso sexual hacia una trabajadora del equipo legal morado, Marta Flor Núñez. El abogado, por su parte, ha renunciado a pedir la nulidad del despido y recibirá una indemnización de Podemos”.

Pero el juego de tronos continúa

Mientras con una mano pagan una indemnización que se quisieron ahorrar con una falsa acusación de acoso sexual, con la otra, en Podemos, se dedican a disolver IU: según Vozpópuli, Alberto Garzón “irá al próximo congreso de enero de la mano de una lista repleta de personas que desde hace meses le están haciendo la vida imposible, pero como mal menor ante la posibilidad de una defenestración violenta y sin premio. A cambio, según las fuentes consultadas, los dirigentes de IU aliados a Iglesias evitan la explosión de información reservada y comprometedora”. Algunos tienen tiempo para todo.

Abascal sí tiene experiencia en “lo privado”

Todo el mundo conoce ya a estas alturas que Santiago Abascal fue, durante décadas, el niño mimado del PP: con buenos puestos y buenos sueldos hasta el último minuto antes de dar el salto a Vox. En ese tiempo en el que el partido de ultraderecha no tenía representación desconocemos quién le pagaba la nómina a un Abascal demasiado bien acostumbrado. La que es menos conocida es la historia de su experiencia en la empresa privada: en Emprendedores describen cómo se arruinó montando en Gasteiz una franquicia de Heineken que acabó “con unas pérdidas superiores a los 130.000 euros”. Un lince.

Y Ortega Smith, el historiador

Si hay algo que fastidia a la parroquia voxera es que se diga que sus historiadores de cabecera son unos revisionistas que no es que se enfrenten a consensos históricos, sino que se inventan peripecias alucinantes que quieren colocarnos a base de golpes en la mesa (y de colaboradores en Wikipedia, cuidado con ese riesgo). Para hacernos una idea vale este botón de muestra: Ortega Smith diciendo muy serio en el 24h que durante la dictadura franquista “había elecciones, lo que pasa es que siempre las ganaba el régimen”. Con esos fundamentos, esas lecturas y esa contundencia él solo se retrata y define.

No podía dejar de comentarlo

La innecesaria moción de censura que provocó y perdió Vox nos ha hecho perder mucho tiempo y mucha tinta. Una pena. Y ha hecho que se nos pasen temas más relevantes, como la actitud de Andrea Levy durante la Comisión de Cultura del ayuntamiento de Madrid, en la que ella es delegada. La del PP regaló minutos realmente bochornosos gritando desde su casa (era telemática en parte) a la oposición e incluso el presidente de la propia comisión, a la que faltó claramente al respeto. Un vídeo que tiene que perseguirle porque es la muestra de la prepotencia de su partido y su persona. Ella lo ha querido así.

No podemos obviarlo

Apenas he escrito sobre el llamado “Caso Dina” ni sobre las denuncias de Calvente que, rápidamente, el aparato mediático de Podemos intentó atajar con los argumentos de que se basan solo en rumores y de que el juez “va a pescar”. Pero no podemos obviarlo más: el que fuera abogado de la formación morada lleva muchos meses alertando de mala praxis, y hace solo unos días anunciaba en su cuenta en Twitter que “no estamos ante la Gürtel o Filesa. Mucho peor” (La Información). Hay que dar tiempo y contar los temas cuando haya algo, no a cada paso, pero ya han dado los suficientes para que no parezca bueno.

Mucho han tardado

En Twitter, Facebook, Instagram o YouTube hay muchos (demasiados, a todas luces) agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil, algunos incluso con cargos relevantes, que opinan sin tapujos con argumentos propios de la extrema derecha. La creación de Jusapol solo fue la materialización de esta corriente preocupante, porque esa gente forma parte de las fuerzas de seguridad del Estado que sostenemos vía impuestos, va armada y siente cierta impunidad. Algo que hay que corregir. Así que, bienvenida la suspensión de empleo y sueldo a Alejandro León Atienza, más conocido en YouTube por Jandro Lion, un ultra.

¿Y si no hay vacuna?

Creo que la habrá, y creo que será eficaz. Quiero decir que creo que la vacuna convertirá al coronavirus en una gripe, con su margen de decesos aceptable en una sociedad avanzada (ya veremos lo que pasa en países en vías de desarrollo). Pero no está mal, sobre todo para prever el año que, calculo, todavía nos espera, leer la pieza en Magnet sobre cómo deberíamos enfrentarnos al coronavirus si fuera un mal endémico y, al final, cambiase nuestro mundo radicalmente. De momento, estoy seguro de que va a cambiar nuestra organización del curso y de los horarios familiares, por lo menos, otro año entero.

¿Otro año de “tiktokers”?

Hacía tiempo que no traía a esta columna un tuit de Alberto Elías, que tiene la habilidad de resumir en un puñado de caracteres lo que pensamos muchos. Esta vez también lo ha clavado: “Estoy pasándolo mal por todos los influencers que han vivido mucho tiempo cómodos en su zona de confort con las fotos y ahora se están viendo obligados a intentar aparentar que saben bailar o son graciosos en vídeo para seguir subidos a la ola. La nueva reconversión industrial”. Y si siguen las medidas que limitan el movimiento y los posados exteriores, van a tener que seguir con sus tiktoks, donde muchos están claramente descolocados.

¿Y qué?

Leo en Público que “la campaña para retirar a Juan Carlos I el título de rey emérito supera las 50.000 firmas”, y pienso: ¿y qué? Esas recogidas digitales de identidades no sirven para nada. Bueno, para algo sí: quien las promueve puede engordar una base de datos. Y si lo hace sistemáticamente, como los portales dedicados a ello, puede empezar a perfilar e-mails por intereses de su propietaria o propietario. En resumen: utilizan el descontento e incluso las desgracias para obtener información que luego pueden comercializar si has aceptado sin leer (como hacemos todos) las condiciones adecuadas.

La extrema derecha sigue extendiendo bulos

El titular de la columna es universal y sirve para cualquier extrema derecha y cualquier tiempo. Pero en el caso concreto de la granada lanzada al centro de menores no acompañados de Hortaleza tienen el morro de estar propagando el bulo de que lo hizo un migrante expulsado. Para aclararnos nada mejor que ir a la web de Maldito Bulo, donde explican que el origen del bulo es una información de LaSexta que ya está rectificada. Lo que sabemos es que José María Benito, inspector de Policía y portavoz de la Unión Federal de Policía, admite los mensajes amenazantes y que no se ha identificado a quien lanzó esa granada.

Lo de Podemos se complica

Lo cierto es que lo de Podemos lo están complicando, como siempre, los de Podemos. A punto de entrar en el gobierno desplazan a varios de sus abogados y estos responden: “El motivo del cese de don José Manuel Calvente ha sido un despido disciplinario por hechos inventados y rotundamente falsos para justificar el cese, y el motivo de solicitar mi sustitución es la supuesta necesidad de ‘reorganizar los equipos’, pero la realidad de todos estos acuerdos es bien distinta”. Mónica Carmona se refiere a: “Irregularidades financieras, en materia laboral y de limpieza en la realización de las consultas y primarias del partido” (El Confidencial).

Lo de Greta Thunberg no mejora

En comunicación hay que tener mucho cuidado cuando toca elegir los iconos. Y el icono de Greta Thunberg, bien intencionado al principio porque ponía de manifiesto un interés por fin genuino por el medio ambiente en la generación llamada a sustituirnos, está acabando “regulín”. La presencia de la adolescente sueca y sus reclamaciones no generan simpatías, al contrario, y su modo de llamar la atención sobre lo que contaminan nuestros transportes suenan más a capricho que a necesidad cuando podemos hacer una videoconferencia con un móvil y una tarifa de datos sencilla.

Lo de los autónomos, tampoco

Pedir a Greta Thunberg que vuelva a estudiar o empiece a trabajar tiene tanto fundamento como si lo hiciéramos con Ansu Fati. Los problemas de los trabajadores no serán los suyos. Problemas que, en el caso de los autónomos, parecen especialmente graves: “La mitad de los trabajadores por cuenta propia trabaja, de media, 10 o más horas diariamente para sacar su negocio adelante, y casi el 40% lo hace todos los días de la semana; más de un 52% de los autónomos afirma que es difícil compaginar la vida laboral y la familiar y el 72,6% de los autónomos tiene miedo a pedirse una baja” (Pymes y Autónomos).

Todas y todos a Tiktok

Parece que Greta Thunberg no tiene cuenta en Tiktok, pero si la tuviera seguro que sería una de las estrellas de esta red social en la que se refugian millones de adolescentes de todo el mundo mientras se piensan si saltan a Instagram o YouTube. Pero Tiktok ya funciona como un ecosistema propio y restringido donde hay verdaderas estrellas de la creación audiovisual: han comprendido el modo de narrar de la herramienta y lo han aprovechado como los primeros youtubers o instagramers. En Xataka explican que estas figuras tienen entre 14 y 20 años, y que ya facturan. ¿Cuánto? ¡Ay, la gran pregunta!