En medio de una pandemia

En el PP son coherentes: actúan con la misma desvergüenza que demuestran con sus palabras y los portavoces que Pablo Casado ha ido eligiendo y, en algunos casos, destituyendo. En medio de una pandemia, el tema que preocupa a Casado es este: “Hace 40 años los españoles eligieron democráticamente la monarquía parlamentaria como forma política del Estado. Y hace 6, las Cortes proclamaron como nuestro Rey, el de todos, a Felipe VI. Fue votada en el mismo referéndum que legitimó el Parlamento y el Gobierno”. Para ellos, esto no va de crisis y coronavirus, siempre va de la España que Francó dejo atada.

Sin vergüenza alguna

Pablo Casado habla mucho y no siempre bien. Esta columna, que solo es el reflejo de la actividad del PP durante los últimos días, podrá servir de ejemplo. Y a veces, una persona tan expuesta y con más confianza en sí mismo de la debida, resbala. No pasa nada: un par de titulares, unos cuantos tuis y mañana será otro día y hablaremos otra cosa. Pero en el PP apuestan por el disparate y por normalizar el exceso sin rubor: “A Felipe VI lo votamos los españoles, a Garzón y a Iglesias, no, ya que Sánchez prometió en campaña que no pactaría con ellos”, dijo Casado y puso por escrito el PP en Twitter.

Otro desastre

La muestra de que en el PP ya todo da igual no es solo que cometan errores (que puede pasar, y más a quien se arriesga a estar siempre delante de las cámaras) o intenten normalizarlos, es que insisten en ellos. Pablo Casado reclamaba para Canarias, en una reciente visita, un IVA reducido para el turismo en las islas. Una idea un tanto rara para un partido que presume de liderar las rebajas de impuestos (la ha anunciado Díaz Ayuso y las reclaman en el PP vasco), ya que en Canarias la aplicación de un IVA reducido supone subir el IVA porque en las islas “no existe”, como recuerda el periodista Carlos Sosa.

Y juego sucio

Si para hacer esas declaraciones está claro que hay que carecer de vergüenza, para prestarse a algunas fotos y acciones hay que haber guardado el pudor y el amor propio bajo una docena de llaves: Pablo Casado se ha reunido “con los embajadores de los 27 en España para mostrar su desconfianza en el Ejecutivo de Pedro Sánchez para gestionar loa 140.000 millones del fondo de recuperación” (Eldiario.es). Pero, ¿qué tipo de política es esta? ¿Qué demonios aporta al país, a la ciudadanía, directamente, que el líder de la oposición diga a los embajadores que no se fía de la gestión del gobierno?

Problemas en el paraíso fachilla

Pablo Casado sabe perfectamente que su única posibilidad de gobernar pasa por arreglarse con Vox y lo que quede de Ciudadanos. Les une la ideología y los vasos comunicantes: todo lo que pueda rebañar a esos dos partidos antes de unas elecciones supondrá más liderazgo para el PP, pero los socios (y los votos) son los mismos. Poco tiene que rascar por el centro. Pero tiene que tener cierto cuidado en no pisar demasiado la manguera a los más fachas: las críticas desde el PP a la moción de censura de Vox son justas (como las de cualquier demócrata) pero tienen que medirlas muy bien. Así andan Casado y los suyos.

Intolerable

Este tuit de Isabel Díaz Ayuso no solo es vergonzante, en medio de una pandemia y al inicio de una crisis económica devastadora resulta intolerable: “Todo mi apoyo a la policía, profesionales que siempre arriesgarán su seguridad en cumplimiento del deber y por todos los ciudadanos, empezando por los barrios más humildes. Estos altercados contra nuestras medidas sanitarias están apoyados políticamente al más alto nivel”. Y lo ilustraba con imágenes de agentes agredidos en Madrid. ¿De qué va? ¿Qué pretende? ¿Por qué no se deja de tuits y pulsos y se pone a hacer lo más básico contra el coronavirus?

Lo básico, sí

Cuando el 22 de septiembre el gobierno de la Comunidad de Madrid colocó dos dispensadores de gel hidroalcóholico para la puñetera foto también se sacó el selfie de la desvergüenza: no han hecho nada, ni lo más básico, contra la pandemia. Otro ejemplo: el hipódromo de Zarzuela se ha puesto tan de moda que hasta lo saca El País en su edición del sábado porque al ser considerado casa de apuestas y no espacio deportivo, la chavalada va a beber, jugar y juntarse. Un planazo para los más inconscientes y un retrato para los incompetentes: en la comunidad de Madrid no han tomado ni las medidas más sencillas y lógicas.

Sus prescriptores ya avisaban

El caos en la capital se veía venir: la máxima dirigente ya mostraba de qué pasta estaba hecha y de quién se rodeaba (eligió como jefe de gabinete a Miguel Ángel Rodríguez antes de la pandemia), y los prescriptores que defendían al gobierno de la comunidad y la capital también avisaban. Carmen Lomana tuiteba el fin de semana: “¡Hoy Madrid estaba como en sus mejores tiempos! ¡Restaurantes, tiendas, calles, terrazas llenas de gente de todos los lugares de España! ¡Gracias por venir! Gracias por arroparnos y no hacer caso a tanto panfleto vacío del Gobierno que quiere cargarse la Comunidad de Madrid”.

¿Y el jefe?

No creo que la ciudadanía de Madrid eligiera a Isabel Díaz Ayuso para gobernar Madrid, sino al PP. En la mayoría de las ocasiones son las siglas las que reciben los votos y la ciudadanía supone que los candidatos responderán a un perfil predecible. Pero la presidenta de la Comunidad es mucho más disruptiva de lo que esperábamos todos, incluido Pablo Casado, responsable de este error (como el de Cayetana Álvarez de Toledo o Dolors Montserrat). En vez de actuar, Casado hace declaraciones vía Twittter como presidente “wannabe” y da cortes tan constructivos tanto como: “Viva España, viva el Rey”.

El gran resumen

Jorge Matías ha resumido en Twitter la situación mucho mejor de lo que yo seré capaz: “Lo peor de todo lo de Madrid es que la actitud del gobierno de la CAM es meramente ideológica. No dan su brazo a torcer porque eso sería admitir que el proyecto ultraliberal iniciado hace más de 25 años es un puto fracaso de principio a fin”. En efecto: el PP ha gobernado con el viento a favor y sobre ríos de dinero que nacían de la capitalidad. Pero en cuanto las cosas se han puesto feas se han visto las costuras y la acumulación de desastres: rebajas en impuestos, gestión “a lo txoko”, y más privilegios a los privilegiados.

Javier Negre te pide dinero

En mi vida había visto a Javier Negre. Me bastaba con haberle leído en El Mundo y en Twitter para saber que es otro facha que va buscando la boca y que se ha venido arriba con Vox. Esta semana ha sido imposible no “disfrutar” de su vídeo quejándose de que la mayoría preferimos pagar cualquier otro servicio de entretenimiento que su canal en YouTube en el que junta a fachillas que van de estrellas del Twitter, y, después de verlo, creo que si Negre te convence es que tienes la autoestima muy baja. No pasa de ser un gañán agresivo con un único discurso para todo y con recursos económicos menguantes. Cada cosa, en su sitio.

Otro que se hace un Infanta Cristina

Ayer mismo contamos en la columna cómo Pablo Iglesias prefería presentarse engañado por Pedro Sánchez con lo de la fusión de dos bancos, uno de ellos rescatado con dinero público, como la Infanta Cristina, que no se enteraba de lo que firmaba. Hoy es Pablo Casado el que decide seguir la senda de la hija y hermana de reyes de España: cuando pasó lo de Bárcenas y sus sobres con dinero negro, supuestamente, él solo era un diputado por Ávila. Solo le ha faltado decir que estaba centrado en sus másteres o que era el único que no pilló cacho porque siempre ha sido el menos espabilado de la clase.

Y Cayetana, ¿qué opina de todo esto?

Al respecto, estoy deseando conocer la opinión de Cayetana Álvarez de Toledo. ¿Qué pensará ella, tan íntegra, tan inteligente, tan despierta, tan sagaz, de lo que no se enteró el diputado por Ávila, Pablo Casado? Espero verlo en su canal de YouTube. Y no es una ironía: la diputada del PP ha decidido abrir un espacio en esta web para hacer pública su opinión, por ejemplo, sobre que la han dejado fuera de los 44 diputados del PP más importantes que sí tendrán acceso al Congreso (que también marca restricciones). Así se ha inaugurado como “youtuber”. Todos menos Casado deseamos que continúe.

Pablo, ese no es el camino

Como ya he comentado en un párrafo de más arriba, Pablo Iglesias ha preferido esta semana quedar como si no se enterase de las cosas que dar pie a que pensemos que ha participado, aunque sea dejando hacer, de la fusión de un banco rescatado. Al mismo tiempo, el líder de Podemos ha querido dejar claro que, para chulo, su pirulo, y que discutió con Pedro Sánchez hasta el punto de que el presidente tuvo que pedirle perdón por no comunicarle la fuga de Juan Carlos I. Vaya, esto también se lo omitió. Pero este no es el camino: mostrar diferencias, ocultaciones y rendiciones no proyecta confianza.

Del otro lado, también

Pedro Sánchez entra al juego y, según El Independiente, reconoce que, en efecto, ocultó a su vicepresidente la fusión bancaria. El propio Iglesias ha contado cómo, anteriormente, le ocultó la salida abrupta de Juan Carlos I. Y ahora, ¿qué? Confiamos en un equipo de gobierno… Que no muestra que haya confianza entre sus integrantes. Durante el verano, Podemos filtró la oposición a Celaá en el mismísimo consejo de ministros. Y ante los PGE, amago de divorcio en las dos partes. Pero sabemos que se ponen de acuerdo para salvarse el trasero los unos a los otros para evitar comisiones y comparecencias incómodas en el Congreso.

Alucino

Hay cosas que no son opinables. Y punto. Ya lo avisó Umberto Eco: el problema empezó cuando los medios pusieron, pusimos, al mismo nivel a un experto y a cualquiera que pasaba por ahí. Y así hemos llegado a dar voz a los negacionistas de la pandemia con un tratamiento que, sin tapujos, está mal hecho. Un portavoz de estos escépticos no es un “médico” aunque él se presente así, es un “médico negacionista”. Eso es informar. El resto es hacerles el juego. Y para que quede claro: los líderes españoles de esta barbaridad son “profesor de yoga, un entrenador de fitness y un exdirigente de Vox” (InfoLibre).

¿Seguro que no tienen miedo?

No me creo que ninguno de los asistentes a esa manifestación de negacionistas en Madrid, sin mascarilla y gritando bien juntitos, tenga miedo después de saber que acudió un enfermo de Coronavirus que ahora está ingresado con neumonía y, al parecer, grave. Seguramente algunos aseguren que es una casualidad o parte del plan maquiavélico que mueve a la OMS y a todos los gobiernos del mundo, pero todos los locos tienen momentos de lucidez, y algunos se sorprenderán a sí mismos examinando en silencio si eso que notan es carraspera o tos y si perciben el sabor de las comidas. Tarde, amigos.

¿Quieres ser Ussía?

En resumen, es tan sencillo como esto: ¿quieres ser como Alfonso Ussía, un viejo de cualquier edad pasado de vueltas que porque sabe escribir se cree que sus opiniones son válidas aunque sean barbaridades, o quieres ser una persona normal y razonable? Quien elija lo primero, que vaya ensayando el argumentario con sus tuits: “Adelanto. Si quieren confinarme, en la cárcel, no en mi casa. Voy a fumar respetando a los no fumadores cuando me apetezca. Si solo se pueden manifestar grupos de diez personas, seré el undécimo. Harto de prohibiciones estalinistas”. Algunos estamos hartos de los que se tienen por listos.

Sí se puede… Intervenir

El injustificable acoso que están sufriendo Pablo Iglesias, Irene Montero y sus tres hijos pequeños tiene quien lo justifica, mezclando, además, churras con merinas: “Pues imaginen el dolor de unos padres cuyos hijos eran guardias civiles y les segaron la vida con una bomba lapa bajo el coche. O el sufrimiento de esos hijos que se quedaron sin sus padres. ¿A eso sí hay derecho?”. Esto lo tuitea Francisco G. Ruiz, que se presenta en Twitter como el “presidente de la Unión de Oficiales de la Guardia Civil. Asociación profesional de mandos del Cuerpo”. Esto es lo que hay. Pero también hay un gobierno que puede intervenir.

Fue Casado quien la lió

En el entremés veraniego que protagoniza Cayetana Álvarez de Toledo (entrevistada, relevada, protagonista de una rueda de prensa y, a partir de ahora, lo que surja) me sorprende el papel que le asignan los medios españoles a Pablo Casado, al que presentan como un político que tuvo que cargar con ella y ahora ha tomado una decisión difícil hacia el posibilismo. Ni por el forro. Pablo Casado la designó como portavoz sabiendo muy bien dónde posicionaba al partido, y si ahora se ha visto obligado a corregirse a sí mismo es porque eligió a una representante de su partido que le dejaba entre la derecha y la pared.

Absolutamente intolerable

Nada justifica el acoso que están sufriendo Pablo Iglesias, Irene Montero y sus tres hijos pequeños, tanto en su residencia habitual como durante las vacaciones. Su salida de Asturias “por motivos de seguridad” (esto es, porque habían hecho pública su situación y hasta les esperaban al entrar a un bar) es absolutamente intolerable. Los dos políticos tienen derecho a una vida privada y al descanso, como todos. Y los hooligans que participan y alimentan este acoso tienen que ser frenados en seco. Esto no es un escrache, que también me han resultado siempre criticables, esto es intolerable. Y punto.

Increíble

La capacidad de Juan Carlos I de hacer lo que le da la gana me parece increíble. Por supuesto, sé que es fruto de décadas de impunidad, de políticos, fuerzas de seguridad del Estado y de medios de comunicación tapándole los escándalos, pero sigo sin alcanzar a comprenderlo: ¿por qué? Y que no me vengan con que devolvió la democracia a España y luego la salvó durante el golpe de Estado del 81, que visto lo visto y leído lo leído, cada día cuela menos. Dos semanas después sabemos que el Rey Emérito está en Emiratos Árabes Unidos, una dictadura que ya ha sido generosa con él antes. Se ríe de su España.

Insalvable

Cada vez soy más escéptico en política: no creo en grandes giros ni en grandes tácticas a largo plazo. Y menos en la política española, que se caracteriza por el aquí y ahora, y por corregirse continuamente. Así que la decisión de Casado apartar a Cayetana Álvarez de Toledo de la portavocía, en mi opinión, no es más que eso: una corrección. No creo que suponga la apertura del PP para facilitar la vida al PSOE ni de lejos. Y después de esta corrección, vendrá otra, porque Álvarez de Toledo como diputada del PP pero relegada, mal; pero fuera de la bancada y con los brazos de Vox abiertos, puede ser todavía peor para Casado.

Imbéciles

Ayer me sorprendió pasar por delante de la concentración de negacionistas de la pandemia en Bilbao y encontrarme a más de 20 personas. Me sorprendió y me preocupó. También vi a ertzainas identificando a esos ciudadanos que, sin mascarilla, creen que desafían a alguien pero solo exhiben al tonto del pueblo. Espero que las multas lleguen y que no sean recurribles, y más en Madrid, donde convocantes y alborotadores como Miguel Bosé han generado este efecto llamada para escépticos radicalmente equivocados. Está claro que del confinamiento no hemos salido mejores y que algunos han salido muy mal. Sin eufemismos.

Inesperado

El vídeo de la fiesta multitudinaria en una piscina de Wuhan que lleva un par de días corriendo por las redes sociales me sorprendió tanto que, pese a encontrarlo en una fuente fiable como el Twitter de la agencia France-Presse, tuve que confirmar que era real, en Wuhan y actual. Y parece que sí lo es. La ciudad, epicentro de la pandemia mundial, ha recobrado la normalidad casi por completo y, aunque parezca una macrofiesta, algunos corresponsales en China han aclarado que el aforo sí estaba limitado. En cualquier caso, el mensaje es esperanzador: sí, se puede salir de la espiral de contagios… Pero con mano dura y conciencia social.