El cirio de Ángel Martín

Todavía no sé qué me parece el vídeo de Ángel Martín en el que alerta de una guerra entre mujeres y hombres y avisa del miedo que puede tener hoy un chico que quiere decir “me gustas” a una chica. Creo que, simplemente, dijo demasiadas cosas y no explicó ninguna. Lo que sí tengo claro es que la que le ha caído, especialmente en Twitter, donde difundió su vídeo, no es razonable. “Te dije que iba a ser un cirio”, se explica. Y no es razonable porque se trata de él, con toda su trayectoria, que parece irrelevante cuando toca linchamiento. Esa descontextualización, esas desconexiones a la carta solo favorecen a los malos.

¿Hay otra manera de hacerlo?

A José Luis Yzuel le sobró el sarcasmo: no tiene ni puñetera gracia llamar “media jornada” a una de doce horas. Yo trabajo esas horas y más durante las campañas y lo sé. Pero ni yo soy el único que las trabajo ni iba tan desencaminado Yzuel: ¿cómo han sacado adelante familias enteras sus locales de hostelería si no es de esa manera? Autónomas y autónomos que han trabajado del amanecer al cierre con el lunes libre. ¿Hay otra manera de hacerlo? Quienes claman porque en nuestras ciudades cierran bares o restaurantes de toda la vida para abrir franquicias, ¿cómo creen que se han sostenido? ¿Y por qué nadie coge esos negocios?

Qué mala noticia

Esta que leo en Bizkaia Gaur me parece una mala noticia: “La mitad de los empleos creados en Euskadi después la pandemia son del sector público”. Vuelvo a lo de antes: ¿quién demonios va a abrir un bar o un restaurante y echarle doce horas al día? ¿Quién va a abrir una mercería para que compremos un puñetero botón? ¿Quién va a abrir una agencia de comunicación para traer a los medios nuevas ideas? ¿A qué aspiramos vascas y los vascos, a vivir de lo público? ¿Y qué supone eso en un país tan envejecido? Y que quede claro: no me quejo de los puestos de la administración, solo alerto de un desequilibrio que debemos corregir para crecer más.

Lo que faltaba

Lo que nos faltaba en la cima de esta montaña de miserias es encontrarnos con un gurú económico diciendo gilipolleces: “Y, ¿cómo se pagará el mantenimiento de carreteras y autopistas? ¿Con los impuestos que todos pagamos aunque haya quienes nunca se desplacen por carretera? Absurdo: el mantenimiento deben pagarlo las y los usuarios”. Esto lo tuitea Santiago Niño Becerra, que cada vez que habla en un medio se hace el silencio, y explica muchas cosas: un plano de irrealidad en el que la gente niega jornadas larguísimas, se apunta a linchamientos arbitrarios y aspira a unas funciones que dictarán los sindicatos.

Más claro, imposible

Antonio Agredano vuelve a poner en palabras lo que pienso y no soy capaz de plasmar: “Me sorprende este moderno progresismo que pide que se callen todos menos los que aplauden o dan la razón”. Hay que hablar claro, contar las cosas como son y explicar la realidad para modificarla si es preciso de la manera que sea posible. Hay que evitar el ruido aunque sea de aplausos, como escribe Agredano. Y el “progresismo” tiene que dejar de comportarse como el hacedor de una utopía alcanzable si les votas, porque están generando marcos e ideas absolutamente insostenibles. Como hizo el capitalismo, pero de modo plenamente consciente.

Franco solo les dejó unas pocas perras

Aunque solo hubieran sido 100.000 pesetas en el banco y un piso en la calle Requena, toda la herencia de Franco a sus descendientes es la herencia de lo robado durante una dictadura y solo su devolución es lo que deberíamos contemplar. Por el contrario, tenemos que tragar, además, con que robó poco y, por extensión, que todo lo logrado por los Franco ha sido fruto de su esfuerzo. Para que se hagan una idea: la misma que firma la exclusiva del testamento en El Mundo es la que escribió junto a Francis Franco el libro “Cuando mi abuelo era persona”. Dos documentos que en pleno revival franquista dicen más que lo que cuentan.

Neoliberales, sí, pero de cuna

Incluso aunque me tragara que ese testamento es el real, es evidente que el fortunón del que disfrutan ahora los herederos directos del dictador tiene mucho que ver con las buenas relaciones que, ya en democracia, han mantenido con los grandes poderes. Pero los Franco de hoy son solo el epítome de esa clase social que todo lo consigue gracias a las buenas relaciones de sus mayores. Para todos ellos, una usuaria de Twitter proponía: “Un reality en el que a un grupo de niños de papá les pongan en una nueva ciudad sin contactos y con 500 € al mes y ver cómo con ‘esfuerzo’ se intentan hacer millonarios”.

No sueltan ni una rama

La unidad de España, de hecho, tiene mucho que ver con esa economía de clase muy alta que no suelta ni una rama y, si puede, se la roba al que tiene menos. Porque la unidad de España, al final, es una cuestión económica. No lo digo yo, sino Santiago Niño Becerra en RAC1: “Lo que está pasando con el procés a Catalunya es puramente económico. España quiere a Catalunya por simple interés”. ¿Se imaginan una España sin Catalunya ni Euskadi? ¿Quién sería el motor? ¿Valencia? ¿Cantabria? ¿Madrid? ¿Qué sería capaz de generar la capital de España sin robar vía dumping y politiqueos sedes sociales a otros?

Incoherencia para regalar

Esa España que solo sabe hablar de su unidad y a la que le tiemblan las piernas ante la perspectiva de que el estado de las autonomías pase a ser, por fin, una realidad, es al mismo tiempo la España que solicita la creación de selecciones dentro de los estados. ¡Y qué selecciones! “Es llamativo que la Federación Española de Rugby haya ‘provocado’ la creación de una selección regional extranjera. Este sábado jugó ante Occitania en Toulouse. España se quedó sin rivales para amistoso, y le propuso a Occitania ‘crear’ su selección, que no había jugado nunca”, tuiteaba el periodista deportivo Aitor Lagunas.

España es así

Ya hablaremos de las lecciones que tiene que dar Bilbao a los aficionados de la selección española que vengan a visitarnos durante la Eurocopa, pero hoy toca hablar de cómo es esa España deportiva: la reincorporación al mundo del fútbol de Luis Enrique Martínez es una buena noticia, pero cómo han tratado en la Federación al actual seleccionador, Robert Moreno, describe un modo de actuar y de ser. Luis Rubiales lleva en dos años tantos seleccionadores como Villar en más de veinte, y este bombero pirómano es el que va a presidir los partidos de España en San Mamés.