Claro que pasan estas cosas

Si algo hemos hecho por encima de nuestras posibilidades es empoderar a tontos. Y esta vez no hablo de Elon Musk (que lo haré): las y los activistas que han decidido que destrozar una pintura icónica de Van Gogh echando sopa de tomate sobre ella es una buena idea para llamar la atención sobre el uso de combustibles fósiles, evidentemente, son tontas y tontos. No hay que darle más vueltas. Tontas y tontos empoderados porque esta juventud de cristal, según los empoderadores, merece su oportunidad, maneja otro lenguaje, crea contenido y llama la atención mejor que los viejos, sabe lo que quiere y en nombre del ecologismo todo vale.

No noto la diferencia

Quien también me parece infantil aunque esté hablando de algo tan serio como el acoso y tenga la edad suficiente para ser padre es Pablo Iglesias. Su tuit, que rebosa odio hacia Ana Pastor (periodista sobrevalorada y crecida a partir de su propia estima), es injustificable. Tanto como lo que sufrieron Pablo Iglesias, Irene Montero y sus hijos e hija. Aunque el exvicepresidente está acostumbrado a mezclar cosas en sus argumentos este tuit le ha salido demasiado ecléctico: lo que sufrió su familia no le da patente de corso para llamar hipócrita a la periodista, que está siendo acosada por su parte en Twitter, porque Inda sale en LaSexta.

La estrategia de siempre

Pablo Iglesias señala a hipócritas en Twitter mientras en su programa de televisión on-line no es capaz de reconocer a quien repite la propaganda rusa palabra por palabra. Lo hace Sara Serrano en Público cuando habla de “un ataque masivo con armas de alta precisión y largo alcance contra blancos energéticos, militares y de comunicaciones ucranianos”, y se refiere a las decenas de víctimas civiles ucranianas de esta semana. También replica sin rubor los argumentos del terrorismo ucraniano contra Rusia y Bielorrusia para justificar más despliegue militar (del lado del Kremlin, por supuesto). Sí, esta mierda tenemos que leerla cada día.

La patria de Musk

Al final, sí, he acabado hablando de Elon Musk en esta columna sobre tontas, tontos, personas que mezclan cosas y otras que copian la propaganda rusa: al propietario de Tesla y futuro de Twitter no le ha gustado que un miembro del gobierno ucraniano le mandase a la mierda en la red social que va a adquirir y, como venganza, empezará a pasar la factura (al gobierno estadounidense) de su sistema de satélites, que utiliza Kiev para coordinar a sus tropas. Musk recibió la invitación para irse al guano después de sugerir que la guerra se acabaría si Ucrania cedía terreno a Rusia. Él, por si acaso, no va a ceder más sus dólares, que son su única patria.

Buena noticia

Me parece una buena noticia que “tan sólo una veintena de presos de ETA cumple ya condena fuera de Euskadi”. Y me parece también muy bien cómo la cuenta Mikel Segovia en El Independiente: repasando los asesinatos de los miembros de la banda que van a cumplir el resto de su condena donde les corresponde, cerca de sus familias. Segovia menciona los nombres y apellidos de las víctimas, muertas de forma injusta y a la manera fascista: quien pensaba diferente era el enemigo y era sentenciado sin juicio y por la ley de la fuerza (en este caso, balas y explosivos). No olvidemos quiénes vienen aunque celebremos que lo hagan.

No vamos a ceder

No podemos ceder ni un milímetro ante los hijos de puta. Tenemos que ser claros y directos, tanto como firmes. Así que con esa premisa y llegados a este punto de la invasión rusa sobre Ucrania y de venganzas del Kremlin contra población civil, solo puedo estar de acuerdo con este tuit de Ángel Villarino: “Tratar de destruir un puente estratégico por el que entran las tropas que invaden tu país no es terrorismo. Lanzar bombas en edificios residenciales y parques públicos donde solo hay civiles sí es terrorismo. Y poner las dos cosas en un mismo plano es fanatismo”.

Y detrás de esto, Putin

Vladímir Putin no solo es un dictador sanguinario con su propio pueblo y aquellos a los que considera inferiores y por eso asimila o aniquila. También es un gran desestabilizador que ha mostrado repetidamente una importante relación con la extrema derecha occidental, de EE.UU. a Hungría, que ha hecho un camino muy unido. Así que cuando vemos a Trump en su avión privado animar a Santiago Abascal, rodeado de firikis, posiblemente estemos viendo parte de la obra del Kremlin. Una obra financiada con nuestro dinero a cambio de gas y otros combustibles. El mundo interconectado también era para esto.

Igual de injustificable

Soy periodista. Solo puedo estar a favor de la libertad de expresión. Pero, sí, me parecería bien que empurasen a quienes cantaron “vamos a volver al 36” en el acto de Vox y, a poder ser, también a quien les contrató, les dio un micro y les cedió un público para su propaganda. Por desgracia, sabemos el suelo que pisamos y que Arturo Puente tiene mucha razón con su tuit: “Hay que reconocer que, en un país donde hay músicos condenados a prisión por sus letras, salir en un escenario a cantar ‘vamos a volver al 36’ sin ningún miedo demuestra un conocimiento muy preciso sobre las instituciones judiciales”.

Sí, están para que nos riamos

Miguel Gila nos animaba a que combatiéramos al fascismo con la risa. Y no se me ocurre mejor momento para empezar a hacerlo que el desfile de disfraces ridículos que Vox montó en el mismo acto en el que avisaron unos cantantes desconocidos: “Vamos a volver al 36”. La foto es perfecta para los chistes, la actitud seria de quienes portan los trajes resulta tronchante, pensar en que se vieron de esa guisa y siguieron pensando que era buena idea salir al escenario a reivindicar cualquier cosa de fachas con el terciopelo barato y las barbas que se caen solas es hilarante. Ojalá insistan en ese error.

Y Junts está fuera

Junts, como la CUP, Ciudadanos y Vox, se ha quedado fuera del Govern de la Generalitat. Lo ha hecho por decisión propia. Y al hacerlo, además, ha dado alas al posibilismo y al autonomismo que ahora lidera ERC, significativamente, el partido aliado de Bildu (que busca la misma combinación para la CAV de izquierda abertzale, alguien de la vieja escuela de EA, socialistas y de Podemos). ¿Es bueno para Junts? ¿Es bueno para Catalunya? ¿Es bueno para el independentismo? Desde luego, este es otro error más de ese espacio nacionalista catalán (importante y necesario) que no se identifica con ERC y menos con la CUP, ni quiere hacerlo.

Él sí lo sabe

Nadie sabe quién ha boicoteado el gaseoducto que ha hecho que se pierdan toneladas de gas y está provocando un desastre climatológico invisible pero grave. Pero Juan Carlos Monedero tiene el dedo índice para algo: “Todo apunta a que han sido los EE.UU. quienes han volado los gasoductos Nordstream 1 y 2. Biden lo advierte, su flota maniobra allí, un eurodiputado polaco lo celebra y el gas licuado gringo se beneficia. EE.UU. va a arruinar a una Europa cada vez más insignificante. Viva la OTAN”. Quien tuitea algo así y, además, con esa premura, o está intoxicado o es de los intoxicadores.

Fíate de Rusia

No sé quién ha boicoteado el gaseoducto, pero sí sé que los EE.UU. a quien señala Monedero fueron los únicos que vieron venir la invasión rusa sobre Ucrania, que Vladímir Putin nos amenaza y no es en absoluto fiable, y que “una red coordinada de cuentas rusas crea páginas webs que se hacen pasar por hasta 17 medios de comunicación para promover bulos sobre la guerra en Ucrania que después se amplían desde Facebook y Twitter” (EPE). La de la propaganda es una guerra que el Kremlin también libra, además de con esas webs, con prescriptores muy bien penetrados en los medios y las redes sociales de algunos países.

No es un retrato, es un selfie

Hay que tener cierta habilidad para hablar de la política catalana con el cariño que merece un pueblo que quiere que su voluntad nacional sea respetada en el mundo. El problema es precisamente ese: los partidos nacionalistas hoy parece que están más a otras cosas que a ser dignos de la ciudadanía a la que representan. Y no hablo de “apretar”, como decía Quim Torra, sino de estar a la altura del momento. Y Aragonès no lo está cuando destituye a su vicepresidente de Junts pero no disuelve su gobierno a la espera de que lo hagan las y los consellers de ese partido. Y así la insatisfacción y la desafección crecen, para alegría de España.

“Rigor”

Estoy más de acuerdo con quienes votaron en contra (en este caso, PSOE, PP y Vox) que con quienes se abren a debatir si hay que bajar la edad de voto en España (y por extensión, en Euskadi) a 16 años. Me parece que este es un debate inútil que, además, no toca ahora. También me parece que es un debate artificial y que quien lo agita lo hace más para señalar que buscando el fin: Pilar Garrido no dudó en meter en el saco del “no” al PNV. El propio Aitor Esteban le pidió en Twitter “rigor” porque su grupo se abstuvo: “Debe ser objeto de una profunda reflexión y de un gran pacto y ya hay una Subcomisión para la reforma de la LOREG”.

No lo entiendo pero vale

Voy a ver el Mundial aunque se juegue en Qatar. Me parece mal que los todopoderosos jeques y emires estén comprándose el mundo con nuestro dinero (a cambio de petróleo y gas) y me parece peor que se lo estemos vendiendo. Y mientras lo veo protestaré en esta columna y en mis redes sociales por todo lo que se ha hecho mal para que el Mundial acabe en un país gobernado por una dictadura familiar. Lo que no entiendo es el gesto de Hummel de borrar los logos de sus camisetas y dejar solo los colores de Dinamarca. Pero han golpeado primero y el resto de marcas y federaciones ahora tendrán que moverse. Y eso sí me parece bien.

Irresponsables

La “ofensiva” del PP contra el gobierno español “para bajar impuestos” (El Independiente) es una decisión pésima y una acción en todo punto reprobable: usar los recursos de una comunidad autónoma o un país, de su ciudadanía, en cualquier caso, para hacer populismo es despreciable. Un error. Pero no por ignorancia: es un error decidido, pensado, pasado por varios filtros y, finalmente, ejecutado. Y sus consecuencias pueden ser desastrosas más allá del momento político. Esa es la carta de presentación que Feijóo ha decidido jugar: bajar los impuestos, favorecer a quienes más tienen y perjudicar a la mayoría. Si gana con eso España tiene un problema terrible.

Contarlo bien

Lo que pretende hacer el PP en España tenemos que contarlo bien: una bajada de impuestos que beneficia a la minoría que más tiene y perjudica al resto es un argumento de campaña pésimo, y así debemos mostrarlo. Solo estoy siguiendo el breve tuit de Xavier Colás desde Moscú: “Lo que está pasando en este país es horrible. Lo único que podemos hacer es contarlo bien”. En efecto, no  podemos hacer otra cosa, no hay alternativa: tenemos que contar bien lo que sucede, llamar a las cosas por su nombre y señalar a esas webs intoxicadoras como tal sin pedir la opinión a sus responsables en platós de televisión.

Ahora, que se entienda

Muy mal lo cuentan, por ejemplo, en la cuenta en Twitter de Podemos en la que plasman su posición sobre los conflictos internacionales. Después de leer el hilo, que más bien es un galimatías, uno no sabe si la de los referéndums que quiere impulsar Rusia ante el avance de Ucrania es una buena noticia o una mala noticia. Por supuesto, no van más allá. Será que es difícil tener una opinión sobre el reclutamiento forzado de la población civil y una amenaza nuclear a todo el mundo. Si un canal de comunicación no comunica, ¿para qué sirve? Si una opinión no aporta, ¿para qué sirve? Si un partido no habla claro… Mejor me callo.

No es un caso aislado

Hablamos de contarlo bien y es Antonino Mora quien mejor lo hace con un hilo en Twitter en el que demuestra algo de memoria y mucha valentía para recordar no solo la violencia de un grupo numeroso de hinchas de del Atlético de Madrid, agravada con cánticos: “Vascos, hemos venido a acuchillaros y el resultado nos da igual” y “Aitor Zabaleta era de la ETA” son viejos y tristes conocidos, pero no son los únicos: el hijo de Mijatovic que falleció con 13 años, los extranjeros (el pasado fin de semana) e incluso jugadores propios, son objetivos de quienes “campan a sus anchas por todos los estadios de España con banderas y saludos nazis”.

Sí, es importante

Creo sinceramente que quien hizo la entrevista a Nico Williams se equivocó. Cualquier universitario de la misma edad y con el futuro económico resuelto habría dado respuestas muy parecidas. Y el pequeño de los Williams no es ningún referente, solo es un jugador más, no podemos pedirle cuentas ni que sea modélico. El “herritik sortu zinalako” es hoy una estrofa que tenía más sentido en otro tiempo. Un referente es Messi y a él sí podemos pedirle que no sea retorcido ni avaricioso. Pero lo es: el trabajo de El Mundo que nos ha permitido verlo sí es acertado porque nos da la medida de lo podrido que está un negocio que mueve tanto dinero.

Justifícame eso

La invasión rusa sobre Ucrania volvió a ser noticia la semana pasada por las derrotas del ejército ruso. Esta semana hablamos, como en un bucle infinito, de lo que nos preocupaba en febrero: “Putin anuncia la ‘movilización parcial’ de los rusos para la guerra de Ucrania y lanza una amenaza nuclear” (El Diario). Y ya que hablamos de esto me gustaría leer o escuchar a quienes han justificado durante todos estos meses al Kremlin, no sabemos si con sueldo o sin vergüenza, o ambas cosas. Me gustaría, insisto, conocer los argumentos que amparan la ampliación de la guerra, la insistencia en la conquista y la amenaza nuclear.

Pero desde allí

Quienes van a justificar la amenaza de Putin al mundo y el modo en el que va a mandar a su propio pueblo a intentar ejecutar una invasión, lo van a hacer desde la tranquilidad de sus mesas de trabajo, sus sofás o un plató de televisión (los medios tenemos también nuestra parte de culpa). Pero no lo van a hacer desde los escenarios que visita Luis de Vega, cámara en mano: “Los miembros de los servicios de emergencia de Ucrania no son profesionales forenses, ni médicos, ni criminalistas… Pero son los que, a menudo entre náuseas, excavan las tumbas y mueven los cuerpos de las fosas halladas en Izium”.

La muestra

Yo no alcanzo a escuchar el “imbécil” del que se queja Francisco Igea, pero Juan García-Gallardo tampoco lo niega cuando el de Ciudadanos se lo reprocha. Es más, el vicepresidente de la junta de Castilla y León se viene arriba y sigue insultando al parlamentario. García-Gallardo es la persona de Vox con mayor nivel dentro de un gobierno. Y eso es justo lo que hace: marcar el nivel. También sirve de muestra de lo que puede suceder si personajes como Abascal o Espinosa de los Monteros tocan poder. Sí, es lo que parece, es chulería fascista avalada por miles de votos desencantados a los que no se puede dar por perdidos.

Acojonante

No ha tardado casi nada el PSOE en salir y aclarar, por medio de otros ministros, que la idea de Escrivá de recentralizar la fiscalidad es una cosa solo suya. Las y los de Podemos han actuado, como siempre, como si estuvieran en otro gobierno. Pero no, Escrivá no es un verso suelto ni un verso libre, es uno más en el consejo de ministros más progre y con la mejor autopercepción de la historia democrática de España. No solo eso: retiene mucha responsabilidad y capacidad negociadora, y saca proyectos adelante que levantaron tanto revuelo inicial como el castigo, vía tasas, a las y los autónomos.

Esto, también

Creo que Alberto Garzón como ministro ha sido muy criticado pero no pasará a la historia como uno de los peores. Tampoco como uno de los mejores. La intrascendencia, no obstante, es un gran castigo para aquellos hombres que posaron frente al cartel de “Unidas”. Pero me centro: algunas cuestiones que le han tocado sí podrían pasar a la historia como grandes chorradas de la democracia. Como esta de Vox: “¿De qué modo tiene previsto el Gobierno respetar la decisión de aquellos niños y padres que libremente opten por no recibir formación en materia nutricional en los colegios?”.