Cuéntaselo a Iliana

Vladímir Putin declaró la guerra al mundo varios años antes de que invadiese Ucrania. Su largo trabajo de desestabilización en Occidente (amparando, como poco, a la creciente extrema derecha) culmina ahora con el inicio de su expansión militar. En todo este tiempo ha contado con opinadores que espero que hayan estado a sueldo cuando les ha tocado justificar esto que Almudena Ariza tuiteaba desde el terreno: “Iliana, 7 años, en el refugio que le protege de los ataques. El fuego de artillería es incesante en Bahkmut, junto a la línea del frente. ‘Cuando oye las explosiones, llora, y a veces se hace pipí encima’, me cuenta su madre”.

Tenemos que cambiar más

Hace 28 años Manu Bravo volvió de Sarajevo y publicó en La Nueva España una columna escalofriante con imágenes de la guerra que describía con palabras en vez de con sus fotos. Un niño decapitado, una mujer que había enloquecido por la guerra, abuelos que preguntan a periodistas europeos por qué occidente permitía lo que les estaba pasando, son solo unos personajes de los varios que describía en su columna. Una columna que el propio Bravo ha recuperado en Twitter asegurando que “hemos cambiado poco”. Creo que no es cierto: Europa está actuando aunque algunos siguen empeñados en mirar a otro lado.

El futuro es preocupante

Ser facha está de moda: les vemos en la televisión y, lo que es peor, las y los más jóvenes los ven en sus redes sociales. Quien busca desestabilizar nuestra civilización lo hace alentando a la extrema derecha y convirtiendo a lo que antes eran solo unos cabezas rapadas en prescriptores: “Lo guay ahora es ser facha”, alertan en El Confidencial. El fascismo está “legitimado por grupos de WhatsApp o Telegram que retroalimentan esas posturas extremas, que difunden bulos y generan unas informaciones que resulta difícil desmontar, incluso con datos”. “Están enfermos de competitividad y neoliberalismo”.

Hablando de neoliberalismo

La historia no absolverá a quienes han justificado a Vladímir Putin ni a quien ha pedido que no le agredamos, que le dejemos hacer, promover a la extrema derecha, avanzar militarmente y amenazarnos sin consecuencias. Pero tampoco la historia absolverá a periodistas y políticos que han ayudado a cebar los temas y generar los enfoques que mejor vienen a la fascistada, con acento ruso, italiano o de Amurrio. Fomentar la “competitividad y neoliberalismo” tiene un precio. Y es lo que hace el presidente andaluz cuando “pide al Gobierno mil millones de euros para combatir la sequía tras renunciar a 900 millones en impuestos propios” (El Diario).

Es una responsabilidad global

Nuestro futuro depende de nosotras y nosotros. Y quienes vivimos de la política, aunque sea de contarla, tenemos una gran responsabilidad. No podemos fomentar lo que fomenta el PP. Menos, lo que fomenta Vox. Pero tampoco podemos fomentar la frustración que han fomentado los partidos catalanes (por cierto, alguno tocado por El Gran Desestabilizador). Quien es elegido por la sociedad no puede crisparla, sino representarla. Quien ha dado pie a este titular de El Independiente o cambia o se aparta: “Queman la imagen de Aragonès junto a la bandera de España: ‘Cinco años de una gran estafa, políticos de mierda’”.

Ojalá sea cierto

Tenemos que afrontar este lunes con alegría porque Putin nos ha permitido pasar el fin de semana sin empezar una guerra nuclear. No estoy exagerando en absoluto ni estoy obsesionado con las contradicciones de ciertas izquierdas y la extrema derecha. Solo soy un optimista sin remedio (aunque pueda parecer todo lo contrario) y siempre deseo que alguien se caiga del guindo. Por eso comparto titulares como este de Público, porque me llenan de esperanza y no hay mejor manera de empezar la semana: “El reclutamiento forzoso sacude a los rusos ante la realidad de la guerra y abre una grieta sin fondo en el respaldo a Putin”.

También

No quito ni una coma a esto que tuitea Íñigo Sáenz de Ugarte: “Al fascismo se le para con una economía estable, con un Estado del Bienestar que funcione, con unos servicios públicos que atiendan a todos y con un sistema político que no prime el fanatismo. Con una sociedad que no crea que todo se ha ido a la mierda”. Pero sí añado que también se le gana con unos medios que no le compran los temas ni los enfoques al fascismo, y que no invitan a sus tertulias a fascistas o colaboracionistas que van de periodistas porque tienen una web llena de propaganda y mierdas varias.

Ese es su plan

Lo mejor de Internet es poder acceder a columnistas como Enrique Clemente que en La Voz de Galicia explicaba esto hace solo unos días: “¡Vivan las rebajas fiscales, pero que las paguen otros! No me parece razonable que aquellas comunidades que piden dinero a los demás para llegar a fin de mes bajen su recaudación, porque al final esos impuestos los pagan los ciudadanos de otras autonomías que no tienen ninguna responsabilidad. Esta frase no es mía, sino de Feijoo, en el 2017”. “Al tiempo que Moreno Bonilla anunciaba la supresión del impuesto del patrimonio, Bendodo pedía al Gobierno más fondos para Andalucía”.

¿Qué significa “responsables”?

Es cierto que pienso mal de la familia real española, igual de que cualquier otra familia real, con cada oportunidad que me dan de hacerlo. Pero no es menos cierto que la prensa española cubrió con un velo durante décadas la impunidad de Juan Carlos I cuando ejercía de Jefe de Estado. Por eso, si su heredero por cojones (en este caso, los de su padre) pide que los medios de comunicación sean “responsables” empiezo a pensar que quiere parte de esa discreción que disfrutó su predecesor. Por lo demás, cualquier cosa que tenga que decir Felipe VI de cualquier profesión (teniendo en cuenta que desconoce todas) me da bastante igual.

La cirugía ya es de quita y pon

“La moda ‘skinny’ ha vuelto. Y con ella una mina para la cirugía estética: las extracciones de implantes”. Con este sucinto titular en Magnet ponen negro sobre blanco lo que hasta ahora era solo una sensación: la cirugía ya es de quita y pon. Pasar por un quirófano se ha banalizado. Hemos perdido (o “han perdido”) el miedo a las operaciones y las prótesis. El futuro de la belleza eran los postoperatorios. Supongo que la cantidad de tatuajes llamativos que lucen muchas y muchos jóvenes (no soy ningún mojigato, lo que no soy ya es tan joven) también tiene que ver con la visión de que todo podrá borrarse si tienes el dinero suficiente.

Él sí lo sabe

Nadie sabe quién ha boicoteado el gaseoducto que ha hecho que se pierdan toneladas de gas y está provocando un desastre climatológico invisible pero grave. Pero Juan Carlos Monedero tiene el dedo índice para algo: “Todo apunta a que han sido los EE.UU. quienes han volado los gasoductos Nordstream 1 y 2. Biden lo advierte, su flota maniobra allí, un eurodiputado polaco lo celebra y el gas licuado gringo se beneficia. EE.UU. va a arruinar a una Europa cada vez más insignificante. Viva la OTAN”. Quien tuitea algo así y, además, con esa premura, o está intoxicado o es de los intoxicadores.

Fíate de Rusia

No sé quién ha boicoteado el gaseoducto, pero sí sé que los EE.UU. a quien señala Monedero fueron los únicos que vieron venir la invasión rusa sobre Ucrania, que Vladímir Putin nos amenaza y no es en absoluto fiable, y que “una red coordinada de cuentas rusas crea páginas webs que se hacen pasar por hasta 17 medios de comunicación para promover bulos sobre la guerra en Ucrania que después se amplían desde Facebook y Twitter” (EPE). La de la propaganda es una guerra que el Kremlin también libra, además de con esas webs, con prescriptores muy bien penetrados en los medios y las redes sociales de algunos países.

No es un retrato, es un selfie

Hay que tener cierta habilidad para hablar de la política catalana con el cariño que merece un pueblo que quiere que su voluntad nacional sea respetada en el mundo. El problema es precisamente ese: los partidos nacionalistas hoy parece que están más a otras cosas que a ser dignos de la ciudadanía a la que representan. Y no hablo de “apretar”, como decía Quim Torra, sino de estar a la altura del momento. Y Aragonès no lo está cuando destituye a su vicepresidente de Junts pero no disuelve su gobierno a la espera de que lo hagan las y los consellers de ese partido. Y así la insatisfacción y la desafección crecen, para alegría de España.

“Rigor”

Estoy más de acuerdo con quienes votaron en contra (en este caso, PSOE, PP y Vox) que con quienes se abren a debatir si hay que bajar la edad de voto en España (y por extensión, en Euskadi) a 16 años. Me parece que este es un debate inútil que, además, no toca ahora. También me parece que es un debate artificial y que quien lo agita lo hace más para señalar que buscando el fin: Pilar Garrido no dudó en meter en el saco del “no” al PNV. El propio Aitor Esteban le pidió en Twitter “rigor” porque su grupo se abstuvo: “Debe ser objeto de una profunda reflexión y de un gran pacto y ya hay una Subcomisión para la reforma de la LOREG”.

No lo entiendo pero vale

Voy a ver el Mundial aunque se juegue en Qatar. Me parece mal que los todopoderosos jeques y emires estén comprándose el mundo con nuestro dinero (a cambio de petróleo y gas) y me parece peor que se lo estemos vendiendo. Y mientras lo veo protestaré en esta columna y en mis redes sociales por todo lo que se ha hecho mal para que el Mundial acabe en un país gobernado por una dictadura familiar. Lo que no entiendo es el gesto de Hummel de borrar los logos de sus camisetas y dejar solo los colores de Dinamarca. Pero han golpeado primero y el resto de marcas y federaciones ahora tendrán que moverse. Y eso sí me parece bien.

Así es la guerra

Que un comisario ruso se encuentre en estado crítico después de haber sido disparado en una oficina de reclutamiento militar después de la orden de Vladímir Putin, y que el joven recluta (un civil) que ha disparado haya arruinado su vida es una tragedia. Una tragedia que es consecuencia directa de una invasión injusta a todas luces sobre un país que no inició ninguna agresión y una población a la que pillaron por sorpresa los bombardeos y la crueldad que hemos visto. La guerra es así: con disparos, con sangre y con vidas truncadas. Justificar a quien la inicia, la sostiene y la amplía es una bajeza moral y debería de tener consecuencias.

¿Os compra con esto?

Vladímir Putin lleva décadas intentando desestabilizar occidente. Para él, la guerra es de largo recorrido, es contra todos los países que no pueda controlar y es multinivel. Sí, creo que con el dinero que le hemos entregado a cambio de sus reservas naturales ha ido financiando todo tipo de acciones que ponían en duda valores tradicionales, y también creo que no es casual que Edward Snowden se refugiase en Rusia. Ahora, además, es ciudadano de ese país. Así lo han decretados las autoridades para jolgorio de quienes, consciente o inconscientemente, han participado en esa desestabilización que solo ha beneficiado a Putin y los oligarcas.

La democracia blandengue

Después de que Begoña Villacís tuiteara que “la derecha nostálgica gana las elecciones en Italia”, Rafa Cabeleira acotaba en la misma red: “Derecha nostálgica, fascismo riquiño… Elige tu propia aventura, claro que sí”. En uno de los principales periódicos españoles llamaron a la coalición de Meloni, Salvini y Berlusconi “derecha dura”. La derecha será dura pero el periodismo, por desgracia, esta vez ha sido blando. Y no solo eso: Félix Álvarez (Felisuco), del mismo partido que Villacís, ha sido más contundente en Twitter con las reacciones ante la victoria del fascismo que con el propio fascismo. La democracia blandengue es solo la suya.

¿De verdad no va a pasar nada?

España es un estado fallido. Y la culpa no es de los nacionalistas que queremos independizarnos, sino de quienes llevan la bandera rojigualda en la pulsera o de quienes hablan de patriotismo progresista. La culpa es de que no haya consecuencias después de que Alberto Reyero, el exconsejero de Políticas Sociales de la Comunidad de Madrid durante el confinamiento, dijese en la Cadena SER esto: “El simple hecho de estar en una residencia e ir en silla de ruedas te excluía para ir a un hospital, es algo gravísimo”. ¿De verdad nadie va a investigar esto a fondo? ¿De verdad no va a pasar nada?

En serio: dejaos de mierdas

La ultraderecha avanza en Europa, Rusia amenaza al mundo, en la capital de España han podido cometerse atrocidades durante la pandemia, la sociedad catalana está fracturada y el nacionalismo catalán, aún más… Y ERC, secundado por Podemos y Más País, quiere que debatamos sobre si los menores de 16 años tienen que poder votar porque tienen ya la edad legal para trabajar. ¿Y por qué no lo bajamos a 14? Total, si pueden abrirse una cuenta en Instagram para seguir a los líderes de esos partidos, ¿por qué no van a poder votar? Creo que hay más de una inflación negativa, y la inflación legislativa es una de ellas.

Vamos ganando

Hasta que el Kremlin empiece una guerra nuclear es evidente que vamos ganando: “Una Rusia debilitada por la guerra en Ucrania pierde pie en su esfera de influencia ante China” (El Confidencial). Y además Occidente (a quien ha declarado Putin la guerra) ha demostrado mucha habilidad dando la vuelta a la situación y convirtiendo a China en un factor desestabilizador para Rusia. No me cabe duda de que esta es una batalla que libran las y los ucranianos en el frente, y las y los grandes estrategas políticos y económicos del mundo desarrollado en la retaguardia. Y en medio, nosotros contra los colaboracionistas.

Abel, déjalo

El espectáculo de luces de Navidad en Vigo fue una mala idea desde el principio: el gasto ingente de energía para salir en el Telediario no compensaba y Vigo, desde luego, no se ha convertido en la ciudad a la que todos queremos viajar para hacer las compras navideñas. Pero Abel Caballero, del PSOE, sí se ha convertido en un político un poco friki y muy bien iluminado. Es lo malo de los errores, que si te empeñas en ponerles luz acaban brillando. Con el precio actual del kilowatio/hora aquella mala idea se ha convertido en un problema que Caballero sigue empeorando: “Suprimir el alumbrado navideño significaría que ganó Putin” (EPE).

“La okupación”

No sé si Begoña Villacís sabe lo que es “la okupación” pero sí nos ha dejado claro que le da igual que parezca que no tiene ni idea de lo que habla: desmantelar chabolas y ofrecer alternativas públicas de alojamiento es una gran noticia política. Enfocarla de una manera xenófoba (“mientras otros les abren las puertas”) y mezclarla con un tema de la agenda facha (“la okupación”) es una decisión que la política y su gabinete toman libremente para que el estado del bienestar (que es el que más favorece la convivencia y solo se alcanza con dinero público) quede arrinconado por el populismo y el oportunismo.

Otro ejemplo

La lucha contra ese populismo y ese fascismo incrustado en los mensajes no la libramos solo en Euskadi (donde reconocemos fácilmente a quienes justifican el asesinato selectivo), en Madrid o en Europa: “El Partido Republicano es un partido de psicópatas hijos de perra. Ayer el gobernador de Texas llenó un bus de inmigrantes sin documentos y los llevó a DC para dejarlos tirados y montar el número delante de la residencia de la vicepresidenta Harris”, tuiteaba hace unos días Diego Barros, profesor en una universidad estadounidense. Parece increíble, pero la redacción es fiel a los hechos. Esto ha sucedido porque hemos dejado crecer la mala hierba.

Yo digo “sí”

Estoy a favor de la propuesta de la ministra suiza de Medio Ambiente, Simonetta Sommaruga, que nos ha invitado a ducharnos “en pareja para reducir el gasto energético”. La idea no me parece, en absoluto, “controvertida” (La Vanguardia), sino un acierto. Porque hay que decir “sí” a la diversión, a jugar, a reír, a pasarlo bien y a empezar algo con lo que puedes terminar contento. Que hay mucha cabrona y mucho cabrón dispuesto a amargarte el día, aquí y en el Kremlin, y que la vida de pronto te suelta una hostia y para cuando quieres darte cuenta ya te ha soltado la segunda. Estamos aquí para pasarlo bien, que no se nos olvide.