18 de mayo: Cita en Elgeta

Hago un alto en mis relatos viajeros para proponeros acudir el 18 de mayo a la localidad gipuzkoana de Elgeta, cita obligada para los mendizales vascos para celebrar el centenario de la Federación Vasco-Navarra de Alpinismo. Ese día conmemoramos que, bajo la presidencia del tolosarra afincado en Bilbao Antxon Bandres Azcue, el día 18 de mayo de 1924 tuvo lugar en Elgeta la fundación de la Federación Vasco-Navarra de Alpinismo, promovida por las sociedades de montaña de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa.

Perteneciente a la comarca del Alto Deba, Elgeta se ubica en un promontorio situado en la frontera de Gipuzkoa con Bizkaia. Accedemos al centro urbano pasando bajo la Casa de la Diputación, de 1868, entrando en la coqueta Mendizaleen plaza, que recuerda que en ella se fundó en 1924 la Federación Vasco-Navarra de Alpinismo. En su principal edificio, el Ayuntamiento, hay varias placas conmemorativas. Tras él se asoma la monumental parroquia de Ntra Sra de la Asunción, del siglo XVI.

Precisamente la Mendizaleen plaza será escenario de los actos conmemorativos del Centenario de la Federación. Desde las 09:30 h habrá animación musical, aunque los actos oficiales no empezarán hasta las 10, dando la bienvenida a los asistentes los presidentes de Euskal Mendizale Federazioa, Zigor Egia y de la Federación Navarra de Deportes de Montaña y Escalada. Martín Montañés. En el acto se rendirá homenaje a los cinco clubes que persisten desde hace 100 años, Club Deportivo Bilbao, Bilbao Alpino Club, Baskonia de Basauri, Club Deportivo Eibar y el donostiarra Fortuna. Lo mismo se hará con los expresidentes que siguen vivos. Una comida popular en el Frontón, a las 14:30 h, cerrará los actos festivos.

El 18 de mayo se inaugurará en Elgeta uno de los éxitos de los actos del centenario, la exposición itinerante “Gailurretan izan gaitun. Nos queremos en las cimas”, dedicado a montañeras, alpinistas y escaladoras pioneras, 1924-2024. Las fotos que ilustran este párrafo corresponden a la exposición celebrada en mi pueblo, Leioa, del 19 de febrero al 9 de marzo pasado.

Para preparar los actos del Centenario, hace casi un par de años se creó una comisión formada por una quincena de personas del entorno federativo de los cuatro territorios, de la cual formo parte, celebrando la primera reunión en Gasteiz el 10 de junio de 2022. En la imagen las reuniones del Nafarroa Arena y la última, en Arrigorriaga. Se ha conseguido que Lotería Nacional sacara un décimo conmemorativo el pasado 11 de mayo, algo que también tiene previsto hacer la ONCE el 31 de octubre. Igualmente se llevó el testigo de la Korrika a su paso por Elgeta y se han celebrado tres emotivos actos en Gasteiz, Bilbao y Tolosa, en los que en total se entregaron más de 550 insignias de oro a personas que llevaban federadas al menos 40 años ininterrumpidos. Las imágenes corresponden a la entrega en el frontón del Club Deportivo de Bilbao.

Se ha contactado con todos los grandes equipos vascos cuyas secciones de montaña participaron en le Federación Vasco-Navarra de Alpinismo, pero al final el único que se ha enrollado ha sido el Athletic, que primero invitó a la comisión a una visita exclusiva del museo y del campo y luego concedió el saque de honor en el partido Athletic-Barça, tal como podéis ver en la foto en la que aparecen de izquierda a derecha Ricardo Hernani y Zigor Egia, vicepresidente y presidente de EMF y Martín Montañés y Karmele Biurrun, presidente y vicepresidenta de la FNDME.

Dentro de los actos del Centenario había dos actos eminentemente deportivos, siendo el primero de ellos el 16 de marzo, teniendo como objetivo subir a las cumbres más altas de cada territorio de Euskal Herria: Hiru Erregeen Mahia (Nafarroa), Orhi (Zuberoa), Aketegi (Gipuzkoa), Gorbeia (Araba y Bizkaia), Okabe (Behe Nafarroa) y Artzamendi (Lapurdi). Como podréis observar, la presencia más multitudinaria fue junto a la cruz de Gorbeia, suspendiéndose la ascensión a Hiru Erregeen Mahia por riesgo de avalanchas.

La segunda de estas actividades montañeras ha sido con diferencia la más multitudinaria de todas. Con el título “100 años 100 montes”, también en euskera y francés, se celebró los días 27 y 28 de abril, tomando parte montañeras y montañeros de 114 clubes, que ascendieron a 100 cumbres significativas de Euskal Herria. Quiero desde aquí felicitar a todos los asistentes a pero especialmente a Inés Menéndez (Nondik), que preparó un magnífico mapa con todas las cumbres y a Javier Fernández, de Tafalla, auténtico padre de la criatura, sin cuyo tesón e insistencia habría sido imposible realizar esta actividad.

Ya que estamos en Elgeta, si tienes tiempo y te apetece puedes ascender al monte Intxorta o acercarte a su entorno, haciendo un alto en el camino en Intxortako Atea, escultura diseñada por Juan José Aranguren en memoria de todos los gudaris que lucharon contra el fascismo en defensa de la República, ilustrado también con varios paneles explicativos. Muy cerca, en un idílico entorno, se encuentra Asentzio ermita. El desplazamiento merece realmente la pena.

Y llegó el 18 de mayo y así lo celebramos tras presentar la nueva placa conmemorativa del Centenario de la FVNA.

Escapada andaluza (y 5): Por el sudoeste de Cádiz

Continúo el relato de la escapada a Andalucía que dejaba la pasada semana en la Urbanización Novo Sancti Petri, tras recorrer Vejer de la Frontera y la ciudad de Cádiz. Desde el Hotel Iberostar Royal Andalus seguimos realizando varias excursiones. De esta forma, el día 16 de marzo lo dedicamos al municipio de Barbate, comenzando en un lugar que me gustó mucho, el faro de Trafalgar, de unos 24 metros de altura, construido en 1860 pero reformado en 1929. Hay que dejar el coche en el cruce de la carretera de acceso, caminando menos de 1 km para llegar al faro, junto al que existe una buena playa.

Desde el final de Caños de Meca parte una carretera que se dirige al puerto de Barbate y pasa por nuestro siguiente destino, el Sendero Torre del Tajo, que cuenta con un amplio aparcamiento al borde de la carretera. Un sombreado y balizado camino nos conduce tras unos 3 km de marcha a la Torre del Tajo, torre vigía del siglo XVI construida sobre un acantilado con una vista espectacular, dentro del Parque Natural de La Breña y Marismas de Barbate. Cometimos el error de regresar al coche por el Sendero del Acantilado, una aburrida pista sin nada de sombra, que desciende demasiado, teniendo que volver a subir durante 1 km por el carril bici.

Al fin llegamos al centro de Barbate, accediendo a él por su única playa urbana, la del Carmen, que cuenta con un buen paseo marítimo en el que luego comimos en el Bar Boquerón. También se encuentra en él un antiguo faro. Nos acercamos después hasta la iglesia de San Paulino y el Ayuntamiento, para concluir nuestro recorrido en un lugar que procuramos no dejar de visitar, el puerto pesquero, en cuya entrada se encuentra la estatua dedicada al marinero de Barbate. Oficina de Turismo: Paseo Marítimo, 5, 11160 Barbate. Info: https://www.turismobarbate.es/

Concluimos la jornada desplazándonos 14 km hasta otra localidad perteneciente al municipio de Barbate. Se trata de Zahara de los Atunes, importante destino turístico que cuenta con una afamada playa. Por lo demás no es una ciudad agraciada con monumentos, siendo la construcción más importante el conocido como Castillo de las Almadrabas y sus amplias murallas construidas a finales del siglo XV para proteger la almadraba, aunque no se conserva nada de su interior, así que os recomiendo un coqueto lugar para tomar un café, el Bar El Portón. Info: https://www.turismozahara.com/

El 17 de marzo pasamos la mañana en Chiclana, dedicando las dos primeras horas a recorrer parte del Parque Natural Bahía de Cádiz y, más en concreto, a caminar por el sendero Salina Carboneros, que discurre por las Marismas de Sancti Petri. Para localizar el punto de partida podéis poder en Google Maps la dirección siguiente: Santa María de las Mogarizas, 4. 11130 Chiclana. Aunque no era la época más adecuada para observar aves, vimos bastantes ejemplares de patos, vuelvepiedras, tringa nebularia, una garceta y unos flamencos bastante lejos. A modo de despedida vimos la estatua “Melkart: La colonización”

Aunque no entraba en nuestros planes, para hacer tiempo hasta la hora de comer subimos al casco urbano de Chiclana de la Frontera, donde nos topamos nada más llegar con la iglesia de San Juan Bautista. Construida entre 1773 y 1814 con aspecto catedralicio, es un buen ejemplo del estilo neoclásico en la provincia. Pasamos ante los azulejos de la Virgen de los Dolores y Jesús Nazareno y el grupo escultórico dedicado a Pedro Manuel Salado y nos dirigimos a un lugar que nos agradó, el Centro de interpretación del vino y la sal, ubicado en la plaza de las Bodegas, donde también se encuentra la Oficina de Turismo. Además alberga la Colección Marín de muñecas. Info: https://turismo.chiclana.es/

Tras la comida nos acercamos a descansar un rato al hotel y a media tarde nos desplazamos a Conil de la Frontera, distante 15 km por la carretera costera que nos permite hacer la primera parada en el faro del cabo Roche, antigua torre de vigilancia del siglo XVI, desde donde se observa el puerto de Conil. Nos acercamos a la cala del Aceite, abierta en un hermoso acantilado, llegando finalmente al coqueto centro histórico de Conil, donde llamó especialmente nuestra atención la iglesia de Ntra Sra de las Virtudes, la Puerta de la Villa, resto de la muralla que data del año 1502, el monumento al Maestro y el emblema de la población, la Torre de Guzmán, del siglo XIV. Info: https://turismoconil.es/

Dejamos para el último día, el 18 de marzo, el punto más alejado de esta escapada. Castellar de la Frontera, distante 114 km de nuestro hotel. Para llegar a él hay que pasar por el Parque Natural de los Alcornocales, el bosque más extenso de este árbol del Estado, que ocupa 167.767 hectáreas y abarca 18 municipios. Llegamos primero a la parte baja del municipio, el nuevo Castellar, construido en 1981 a 8 km del viejo. En torno a la plaza de Andalucía se ubica el Ayuntamiento y el monumento a la mujer. Subimos luego al viejo Castellar, que ocupa el interior de una preciosa y bien conservada fortaleza de los siglos XII a XV, con coquetas casas andalusíes encaladas. Desde lo alto se contempla el Peñón de Gibraltar y Marruecos. A propósito fuimos un lunes, pues resulta complicado el aparcamiento y, en lo alto, prácticamente imposible. Ha sido el lugar que más nos ha gustado de esta escapada.

Comimos en el nuevo Castellar y decidimos ir a tomar el café a otra hermosa población, Medina Sidonia, dejando el coche cerca de uno de sus rincones más hermosos, la muralla de la Fuente Salada y el arco por el que se entra en el antiguo recinto amurallado medieval. Nos acercamos a continuación a la iglesia de la Victoria, del siglo XVII, que no nos dejaron visitar pues estaban preparando los pasos de Semana Santa. Pasamos junto al monumento a Mariano Pardo de Figueroa y el convento de San Cristóbal, para luego acceder a la Plaza de España, a la que se asoman el Ayuntamiento y el bar en el que tomamos un café.

Una empinada cuesta nos condujo al Arco de Belén, de los siglos X al XIII, una de las tres antiguas puertas del recinto amurallado. Nada más pasar bajo él vimos en lo alto el castillo y nuestro principal destino en Medina Sidonia, la iglesia Santa María la Mayor la Coronada, templo gótico-renacentista del siglo XVI, con torre acabada en el siglo XVII. Lo más interesante de su interior es el retablo mayor, de estilo plateresco, así como una talla del Cristo del Perdón de 1679, realizada por Pedro Roldán, aunque también me agradó el coro. Oficina de Turismo: Plaza de Abastos, 11170 Medina Sidonia. Info: https://www.turismomedinasidonia.es/

Hemos pasado cinco noches en la Urbanización Novo Sancti Petri, en el Hotel Iberostar Royal Andalus, aunque prácticamente no hemos pisado la playa de La Barrosa, el gran arenal de Chiclana, de 8 km de longitud, pues no acostumbramos a ir a la playa, ya que tenemos la de Ereaga cerca de casa. Además todas las tardes se metía la bruma y tan solo un día tuvimos ocasión de ver la puesta de sol.

De esta forma concluyó la escapada andaluza.

Escapada andaluza (4): Vejer y Cádiz

Continúo el relato de la escapada a Andalucía que dejaba la pasada semana en Arcos de la Frontera. El 14 de marzo nos trasladamos al municipio de Chiclana de la Frontera y más en concreto a la Urbanización Novo Sancti Petri, donde se encuentra el Hotel Iberostar Royal Andalus ****, en el que pasamos 5 noches para desplazarnos a Cádiz y recorrer el sudoeste de esta provincia. Está ubicado a orillas de la famosa playa de La Barrosa, que prácticamente no pisamos. Cuenta con campo de golf propio y unas buenas instalaciones, aunque solo lo utilizamos para desayunar y cenar, aunque la perfección no existe, pues para llegar al coche teníamos que caminar por un sendero no acondicionado y, aunque estuvimos a 27 grados, todavía no habían conectado el aire acondicionado en las habitaciones. Más del 95% de la clientela eran jugadores de golf extranjeros.

No lo tenía previsto, pero atendiendo a lo sugerido por mi hermano y a que solo estaba a 33 km de nuestro hotel, decidimos ir a pasar la tarde a Vejer de la Frontera, acudiendo nada más llegar a la Oficina de Turismo, sita en la calle los Remedios, 2, junto a la que existe un gran aparcamiento. Atendiendo a lo que nos sugirieron, subimos la cuesta hasta el centro histórico, accediendo al interior del recinto amurallado por una de sus puertas, frente a la que se encuentra el monumento a la mujer vejeriega. Pasamos frente a la iglesia parroquial del Divino Salvador, abandonando el recinto por otra puerta para descender a la coqueta plaza de España, que cuenta con una fuente decorada con azulejos sevillanos. De regreso al coche pasamos junto a la iglesia de la Merced y contemplamos a lo lejos un molino de viento.

En medio del recorrido por Vejer y antes de tomar un vino, visitamos de forma apresurada, pues cerraban pronto, dos interesantes museos, comenzando por el de Costumbres y Tradiciones, ubicado en el antiguo convento de las Monjas Concepcionistas, en la calle Ramon y Cajal, en el que pudimos contemplar la forma de vida de los vejeriegos del siglo pasado mediante una colección de aperos y enseres relacionados con las labores del campo y antiguos oficios. Poco más adelante entramos en el Museo de Vejer, que ocupa la Casa Palacio Marqués de Tamarón, situada en la calle del mismo nombre Cuenta con 13 salas de variada temática, llamando especialmente nuestra atención la exposición temporal “Mujer todos somos una”, con magníficas fotografías de Francisco Magallón, en colaboración con ACNUR, la Agencia de la ONU para los refugiados, que retratan a mujeres en situación de discriminación. Nos ha gustado Vejer de la Frontera. Info: https://turismovejer.es/.

El 15 de marzo, por segunda vez visitamos la ciudad de Cádiz que, pese a su fama, nunca me ha atraído sobremanera. Como solo estaba a 38 km de nuestro hotel, decidimos pasar en ella todo el día, dejando el coche en el Parking Canalejas (Avda del Puerto, 1), a un paso del Ayuntamiento y de la histórica zona del Pópulo. Las estatuas de Blas de Lezo y de Moret, nos dieron la bienvenida y el acceso a la plaza de San Juan de Dios. Luego fuimos hacia la fachada costera, pasando junto a la Casa de Iberoamérica y más tarde regresamos por las Murallas de Puerta de Tierra, del siglo XVIII, frente a la que se encuentran los monumentos a San Servando y San Germán. Volvimos a la zona del Pópulo pasando sucesivamente bajo el arco de los Blanco, vestigio de una antigua puerta romana y el del Pópulo. Muy cerca se encuentra la Casa del Almirante, de finales del siglo XVII.

A continuación visitamos dos templos, comenzando en la iglesia de Santa Cruz o Catedral Vieja, el templo con más historia de la ciudad, erigida como catedral en 1263. Cuando la visitamos estaba muy frecuentada por personas que acudían a ver los pasos de la Semana Santa. A dos pasos se encuentra la actual Catedral, el monumento más visitado de la provincia, edificio de estilos barroco y neoclásico de los siglos XVIII-XIX. Destaca en ella la Torre del Reloj y, en su interior las 16 capillas, siendo la mejor la Capilla Mayor, que presenta un templete neoclásico de planta circular. Curiosa me pareció también la cripta, concluida en 1726.

En la misma plaza de la Catedral tenemos la iglesia de Santiago y enseguida llegamos a la de Santa María, en cuyo interior destaca el retablo mayor, realizado en 1765. Nuestro siguiente destino es la plaza de la Libertad, donde se encuentra un lugar que procuramos siempre visitar, el Mercado Central, inaugurado en 1838 y reabierto en 2009 tras una profunda remodelación. Es un mercado muy completo, aunque me gustó sobre todo la cantidad de puestos de pescado conque cuenta. En su entorno hay varios bares.

La última vez que estuvimos en Cádiz coincidimos con la final del concurso de chirigotas del carnaval aunque no conseguimos ver nada, así que en esta ocasión tuvimos la suerte de acercarnos a la Torre Tavira, encontrando en el edificio anexo la Casa del Carnaval, cuya existencia ignorábamos. Tras muchas vicisitudes se abrió al público el 4 de mayo de 2023, contando con ocho salas con bastantes modelos y fotografías de galardonados con la “Aguja de Oro” del concurso de agrupaciones carnavalescas que organiza Canal Sur.

Nos acaezcamos luego al Gran Teatro Falla, viendo también las estatuas dedicadas a A Cayetano del Toro y Simón Bolívar. Se ha echado la hora de comer, cosa que hacemos en una terraza de la zona. Dejamos para la tarde la fachada costera de la ciudad, pero la bruma se adueñó de ella, lo que hizo que casi no pudiéramos ver el Balneario de la Palma y los castillos de San Sebastián (siglo XVIII) y de Santa Catalina (siglo XVII), entre los que se encuentra la popular playa de La Caleta, tan cantada en las coplillas carnavalescas.

Nuestro recorrido está llegando a su final, pasando por dos coquetos espacios verdes, el parque Genovés, que data del siglo XVIII y está rodeado por las murallas de la antigua ciudad, y los jardines Carlos III, seleccionado por los lectores de The Guardian como uno de sus lugares favoritos de Europa, junto al que se encuentra la iglesia del Carmen. Fotografío la estatua de Carlos Edmundo de Ory y pasamos junto a la Casa de las 4 Torres (siglo XVIII), frente a la que se encuentra la estatua Francisco de Miranda. Enseguida llegamos a la plaza de España, presidida por el enorme monumento conmemorativo de la Constitución de 1812.

Estamos casi al lado del parking en el que hemos dejado el coche así que, avanzada la tarde, regresamos a nuestro hotel situado en la Urbanización Novo Sancti Petri. Todavía tenemos tres días por delante para recorrer otros lugares de la provincia de Cádiz, pero de ello espero hablar la próxima semana. La escapada continúa.

Escapada andaluza (3): Los pueblos blancos de Cádiz

Continúo el relato de la escapada a Andalucía que, tras recorrer Baeza y Úbeda, dejaba la pasada semana en la ciudad de Jaén. El 12 de marzo, tras visitar el Museo Íbero, nos desplazamos 278 km hasta nuestro siguiente destino, Arcos de la Frontera, punto de partida para recorrer el día siguiente los pueblos blancos de Cádiz, pasando muy cerca del que, en mi opinión, tiene una vista más hermosa de todos, Olvera, que ocupa el espacio central de este collage. De camino, nos detuvimos a tomar café en Algodonales, aparcando junto al coqueto parque en el que se sitúa la Fuente Alta. Desde este pueblo pude fotografiar, muy de lejos, otro de los destinos del día siguiente, Zahara de la Sierra.

Las dos siguientes noches nos alojamos en el Parador de Arcos de la Frontera, situado en la plaza del Cabildo, que se encuentra totalmente cerrada por las obras, teniendo enfrente de la entrada el castillo. Lo mejor de este Parador es su ubicación sobre el tajo del río Guadalete, así que tuvimos suerte con la habitación que nos asignaron, pues desde su amplia terraza disfrutamos de una imponente vista del tajo y de la iglesia de San Pedro. De su interior lo más coqueto es el patio andaluz.

Esta ubicación tiene premio pero también un importante inconveniente, pues en la zona no hay aparcamiento y el acceso es muy estrecho, tanto que muchos de los vehículos locales tienen roces en la carrocería, así que decidimos bajar el coche al Parking El Paseo, situado en el Paseo de Andalucía, que tiene un acuerdo con el Parador de 10 € por noche. No lo volvimos a subir al Parador pues está a tan solo 800 metros, así que regresamos caminando cuesta arriba por la calle Crorredera, donde se encuentra el Palacio Conde del Águila, de estilo gótico-mudéjar del siglo XV, hasta llegar anocheciendo a la Basílica Menor de Santa María de la Asunción, que visitamos el último día.

El 13 de marzo lo dedicamos a recorrer los pueblos blancos de la sierra de Cádiz, seleccionando cuatro de ellos, siendo el primero Ubrique, en el que más problemas tuvimos para aparcar. Famoso por sus bolsos de piel, tras acercarnos a la Oficina de Turismo (Moreno de Mora, 19), siguiendo los consejos de la persona que nos atendió recorrimos el centro histórico. Nos detuvimos en primer lugar en la plaza del Ayuntamiento, a la que se asoman este edificio, la Fuente de los Cuatro Caños (1727) y la parroquia de Ntra Sra de la O (1773). Casi al lado tenemos la ermita de San Pedro, actual salón de plenos y, muy cerca, la coqueta plaza de la Verdura. De interés son también la ermita de San Antonio, el templo más antiguo de Ubrique y el Peñón de la Becerra. Info: https://www.ubriqueturismo.es/

Nos encontramos en el Parque Natural de la Sierra de Grazalema, que cuenta con una superficie de 53.411 ha y está situado en el sector más occidental de la Serranía de Ronda. Es una zona muy lluviosa, pues este macizo hace de muralla a los vientos cargados de humedad procedentes del océano Atlántico. De hecho, la víspera de iniciar el viaje cayeron 180 litros en Grazalema. Lo más característico del parque es el pinsapar. Camino de Grazalema nos detuvimos a comprar queso payoyo, de cabra, en Villaluenga del Rosario. Más adelante, cuando nos desplazábamos a Zahara de la Sierra, vimos en plena carretera un grupo de cabra montés de la sierra de Cádiz, especie en la que el macho se diferencia de la hembra por su barba, tamaño y cornamenta. Pese a que paré el coche y bajé a tomar unas fotos, casi ni se inmutaron.

A poco más de 26 km de Ubrique la siguiente cita la tuvimos en Grazalema, “uno de los pueblos más bonitos de España”, que se encuentra en un hermoso emplazamiento a los pies de una pirámide rocosa. Nos dirigimos a la Oficina de Turismo, sita en la plaza de los Asomaderos, desde la que se tiene una buena vista y cuenta con un amplio aparcamiento. Al lado se encuentra la iglesia de Ntra Sra de la Encarnación y el grupo escultórico dedicado al Toro de Cuerda, cuya fiesta se celebrará este año el 22 de julio. Como ya conocíamos esta población, nos centramos en la plaza de España, donde se encuentran el Ayuntamiento, la antigua fuente y la iglesia de Ntra Sra de la Aurora, el monumento más notable de la localidad. Aprovechamos para comer en un restaurante de la plaza y a contemplar las fachadas adornadas con tiestos. Info: https://turismo.grazalema.es/

La siguiente cita la tuvimos a 16 km, en Zahara de la Sierra, que también es “uno de los pueblos más bonitos de España”. Tiene la ventaja de contar con un pequeño y barato aparcamiento subterráneo nada más entrar en su centro histórico, sobre el que se levanta airosa la Torre del Homenaje del castillo. La Oficina de Turismo se encuentra en el centro, en la plaza de Zahara, a la que también se asoma la iglesia de Santa María de la Mesa, concluida en 1755. Hay varios miradores con vistas al embalse. Antes nos detuvimos frente a San Juan de Letrán, pequeña iglesia construida en 1958. Info: https://www.zaharadelasierra.es/turismo-zahara.

El último pueblo seleccionado se encontraba a 29 km del anterior. Se trata de Olvera, declarado conjunto histórico-artístico en 1983. Hay que dejar el coche en la parte baja y subir caminando por una fuerte pendiente hasta la parte más alta del pueblo, donde se encuentra lo más interesante, la iglesia Arciprestal de Ntra Sra de la Encarnación, concluida en 1843 en estilo neoclásico, el castillo árabe del siglo XII y un curioso cementerio. Junto a su entrada, en la plaza de la Iglesia, está la Oficina de Turismo. Al abandonar Olvera tuvimos otra magnífica vista panorámica de su casco urbano. Info: https://www.turismolvera.com/es/. Avanzada  la tarde recorrimos los 67 km que nos separaban de Arcos de la Frontera.

Dejamos para el día siguiente, 14 de marzo, la visita de la parte alta del centro histórico de Arcos de la Frontera, comenzando callejeando para descubrir su sabor tradicional hasta la iglesia de San Pedro, edificio del siglo XVI, aunque su fachada es del XVIII. Muy cerca se encuentra la Casa-palacio del Mayorazgo, donde contemplamos la exposición “Cristo en mis pinceles” de Manolo Zapata. Dejamos para el final, antes de abandonar el Parador, la visita del monumento más importante, la Basílica de Santa María de la Asunción, edificio de los siglos XIV-XVIII, siendo la fachada principal una mezcla del final de estilos gótico y plateresco. Más moderna es la llamativa torre. El interior del templo resulta muy interesante, aunque me quedo con el Retablo Mayor, joya renacentista. Info: https://www.turismoarcos.es/.

Apuramos para dejar la habitación poco antes de las 12 del mediodía, pues nuestro siguiente destino se encontraba bastante próximo, a tan solo 88 km, en la Urbanización Novo Sancti Petri de Chiclana de la Frontera. Allí pasamos las siguientes cinco noches, pero de ello espero hablar la próxima semana. La escapada continúa.

Escapada andaluza (2): BAEZA y ÚBEDA

Continúo el relato de la escapada a Andalucía que dejaba la pasada semana en la ciudad de Jaén. El 11 de marzo nos desplazamos a los dos puntos destacados de interés en nuestro viaje a esta provincia, las localidades de Baeza y Úbeda, que desde el año 2003 forman parte de la selecta lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, por haberse renovado en el siglo XVI con importantes obras renacentistas.

La primera parada fue en Baeza, distante 48 km de Jaén, dejando el coche aparcado a unos pasos de la plaza del Pópulo, uno de los conjuntos más notables de esta ciudad, formado por las Antiguas Carnicerías (1547), la fuente de los Leones, la Casa del Pópulo, edificio es de estilo plateresco en el que se ubica la Oficina de Turismo y, adosado a ella, el Arco de Villalar y la Puerta de Jaén, resto de la antigua muralla, parte de la cual podemos ver tras cruzarla, en el paseo Antonio Machado, donde se levanta la estatua dedicada a Fernando III.

Nuestro paseo monumental continúa por la calle Conde de Romanotes que nos lleva hasta el edificio de la antigua Universidad, que cuenta con un elegante claustro. La siguiente cita la tenemos en la iglesia de Santa Cruz, de estilo románico tardío, que no es muy vistosa pero constituye uno de los símbolos de Baeza. Casi enfrente tenemos uno de los edificios más hermosos, el Palacio de Jabalquinto, que data de la segunda mitad del siglo XV. Enseguida llegamos a la plaza de Santa María, adornada por la fuente del mismo nombre, que conmemora la llegada del agua a la ciudad en 1564 y que presume de ser una de las más hermosas de Andalucía.

A la plaza de Santa María se asoma la Catedral de la Natividad de Nuestra Señora, de estilo renacentista. Seguimos caminando por las estrechas calles empedradas del antiguo recinto amurallado, que abandonamos al salir por la Puerta de Úbeda y su elegante torreón, que forman parte de la antigua muralla árabe construida en el siglo XII. Contemplando elegantes edificios caminamos ahora por la calle Obispo Narváez, que nos traslada a la plaza de España, donde se levanta la Torre de los Aliatares, una de las más importantes de la antigua muralla, aunque el reloj data del siglo XIX. Nos detenemos también ante un monumento dedicado a la Semana Santa.

En la calle San Pablo tenemos el Nuevo Casino, que ocupa el Palacio Sánchez construido a finales del siglo XV. Junto a su entrada se encuentra la escultura dedicada a Antonio Machado. Se ha echado la hora de comer y los hacemos en una de las terrazas de la plaza de la Constitución, a la que se asoma el Balcón del Concejo, edificado para tener un lugar privilegiado para ver los festejos se celebraban en la plaza del Mercado. Antes de comer fotografío la estatua dedicada a Gaspar Becerra, pintor y escultor local del siglo XVI y nos detenemos ante el elegante Ayuntamiento (s. XVI). Info: https://turismo.baeza.net/.

Tras la comida tan sólo tenemos que recorrer poco más de 12 km para llegar a nuestro siguiente destino, la ciudad de Úbeda, teniendo la suerte de que en pleno centro hay un aparcamiento subterráneo ubicado en la plaza de Andalucía, donde se encuentra la Oficina de Turismo y la elegante Torre del Reloj, resto de la muralla árabe al igual que otra cercana, que es un excelente mirador, aunque hasta el 31 de julio permanecerá cerrada debido a la anidación del cernícalo Primilla. La calle Juan Pasquau nos introduce en el casco antiguo, pasando ante notables edificios como el Hotel Palacio de Rambla y el Palacio de los Condes de Guadiana.

Pasamos junto al Palacio Vela de los Cobos (siglo XVI) y nos dirigimos al más notable conjunto monumental de Úbeda, formado por la Basílica de Santa María de los Reales Alcázares, la principal iglesia de la ciudad, el Palacio del Marqués de Mancera (siglos XVI-XVII), frente al que se encuentra la estatua de Andrés del Vandelvira, el actual Ayuntamiento cerrado por obras, que ocupa el Palacio Juan Vázquez de Molina o de las Cadenas (siglo XVI) y el Parador de Úbeda, el primer palacio convertido en Parador, que fue construido para residencia del capellán de la capilla de el Salvador.

Junto al Parador tenemos la “joya” de Úbeda, la Sacra Capilla Funeraria de El Salvador, declarada Monumento Histórico-Artístico en 1931. Diseñada en 1536, es la obra maestra de Diego de Siloé, aunque fue ejecutada por Andrés de Vandelvira, para ser el panteón de Francisco de los Cobos, secretario del Emperador Carlos V, quien comenzó la transformación urbanística de la ciudad. Abre de 09:30 a 14:00 y de 16:30 a 19:30 horas, costando la entrada 5 € (4,50 € los jubilados).

Muy cerca de esta iglesia tenemos un magnífico mirador para contemplar los olivares. Iniciamos el regreso al aparcamiento pasando por la iglesia de San Pablo, la segunda más antigua de Úbeda, que se cree que fue construida en la época visigoda. Pasamos frente a la Sinagoga del Agua y llegamos a otro resto de la muralla, junto a la que se encuentra la Torre Octogonal, de la época árabe. Junto a la plaza de Andalucía, a unos pasos tenemos la iglesia de la Santísima Trinidad, de los siglos XVII y XVIII, donde concluimos el paseo monumental. Info: https://www.turismodeubeda.com/.

Aunque Úbeda  me ha parecido más señorial, como casco antiguo me quedo con el de Baeza. Por delante tuvimos 67 km para llegar al Parador de Jaén y al día siguiente 278 km hasta el de Arcos de la Frontera, punto de partida para recorrer los pueblos blancos de Cádiz, pero de ello espero hablar la próxima semana. La escapada continúa.

Escapada andaluza (1): JAÉN

Del 10 al 20 de marzo realizamos la primera escapada del año, con más de 3.100 km de recorrido y como destino Andalucía. Las previsiones de tiempo eran horrorosas, tanto que estuvimos a punto de cancelar el viaje. Daban mucha lluvia, habiendo caído 180 litros en Grazalema, uno de los destinos previstos, el día antes de nuestra salida. Por el centro anunciaban nieve a 1200 metros y el puerto de Somosierra, por donde teníamos que pasar, se encuentra a 1440 metros de altitud. Sin embargo el tiempo nos respetó, pues llovió durante unos 150 km y la nieve solo la vimos en la cuneta al pasar el túnel del puerto. En los diez días restantes no volvió a llover e incluso pasamos algo de calor. En resumen, dos noches en Jaén, otras dos en Arcos de la Frontera, cinco en Novo Sancti Petri y, de regreso, una en Trujillo.

Como el viaje era largo, decidimos hacer un alto en el camino en el Parador de Jaén ****, tras recorrer 744 km desde Leioa (https://paradores.es/es/parador-de-jaen). Aunque Jaén no era una ciudad que me atraía sobremanera, fue un acierto pasar allí dos noches, pues el Parador está ubicado en lo alto del cerro de Santa Catalina, junto al castillo del mismo nombre. Además nos dieron una habitación superior con una terraza con amplias vistas sobre las montañas. La atención, la gastronomía y las instalaciones son de las que mejor he visto en la red de Paradores.

Dejamos para el último día la visita del castillo de Santa Catalina, que teníamos al lado, pues aunque la panorámica central con la que ilustro este apartado es de cuando llegamos, al poco tiempo empezó a llover. La entrada cuesta 3,50 € (mayores de 65 año: 1,50 €) y hay que sacarla en una máquina a la entrada. Nos agradó que la persona que nos atendió sabía unas cuantas palabras en euskera. En el siglo IX ya había en este lugar una alcazaba, aunque, tras la conquista, fue Fernando III quien en 1246 construyó el castillo cristiano que ahora vemos. Info: https://castillosantacatalina.es/.

El chaparrón que cayó al poco de nuestra llegada impidió que subiéramos a la cruz del castillo, de la que nos separaba tan solo unos 10 minutos de marcha, así que los dejamos para el día siguiente, tras regresar de Baeza y Úbeda, principal motivo de esta escala. La cruz fue levantada en 1950 por Eduardo Balguerías muy cerca del castillo. Es un lugar muy frecuentado por jienenses y visitantes pues desde ella se tiene una espectacular panorámica de los montes de Sierra Morena y Sierra Mágina, además de ser el único lugar desde el que se tiene una vista casi aérea de la Catedral.

El día siguiente a nuestra llegada, antes de desplazarnos a Baeza y Úbeda nos acercamos a ver el principal monumento de Jaén, la Santa Iglesia Catedral de la Asunción de la Virgen, ejemplo del esplendor de la diócesis de Jaén durante los siglos XVI-XVIII. Consagrada en 1660, su interior cuenta con estilos renacentista, barroco, churrigueresco y neoclásico. Uno de los lugares más interesantes es el neoclásico retablo del altar mayor, destacando también la sacristía, obra cumbre de Vandelvira, la sala capitular y la capilla de Santa Teresa. Antes de acceder a su interior vemos el Cristo de la Hermandad de la Buena Muerte. Horario: De lunes a viernes de 10:00 a 14:30 h. y de 16:30 a 20:30. Entrada: 7 € (jubilados: 6 €). Info: https://catedraldejaen.org/. Os recomiendo dejar el coche en el Parking San Francisco Centro, en la calle Joaquín Tenorio.

He comentado algunos de los lugares de interés del interior de la Catedral de Jaén, pero, en mi opinión, mención especial merece el coro, de estilo gótico tardío, que destaca por su belleza y sus 148 sitiales de madera de nogal, que lo convierten en uno de los más grandes de España, motivo por el que fue criticado cuando se concluyó en 1736. Os recomiendo también visitar el museo catedralicio, del que he seleccionado alguna de sus obras como la Piedad, de Pedro Machuca, la Santa Cena y los cuadros de la Santísima Virgen y de Esteban Gabriel Merino.

Nada más salir del Parking San Francisco Centro, nos detuvimos en el palacio de la Diputación, edificio ecléctico de finales del siglo XIX, que cuenta con un coqueto patio interior en el que destaca una fuente monumental procedente del antiguo convento de Santo Domingo de la Guardia de Jaén. Enfrente tenemos la parte trasera de la Catedral, con la iglesia del Sagrario y la estatua de Andrés de Vandelvira, reputado arquitecto y cantero renacentista. Frente a la Catedral tenemos el Palacio Episcopal, que conserva la fachada del siglo XV y el Ayuntamiento, que fotografié desde la Galería Alta de la Catedral.

La otra disculpa para pernoctar en Jaén fue conocer su proyecto más innovador, el Museo Íbero, edificio de más de 11.000 metros cuadrados inaugurado el 11 de diciembre de 2017. En un lateral se encuentra la escultura dedicada a los represaliados de la dictadura. Como los domingos por la tarde y lunes está cerrado, dejamos la visita para el martes, 12 de marzo, antes de marchar. El resto de los días abre de 9 a 21 h, siendo la entrada gratis. Está ubicado en el paseo de la Estación, teniendo enfrente el Parking Avenida. De las obras expuestas en la planta baja me quedo con la loba, el león íbero y la estela de la Diosa de la Puerta del Sol. De interés son también las obras del Taller de Cerámica 2023. Info: https://www.museosdeandalucia.es/web/museoibero.

Pese a las sucesivas promesas de los políticos, el Museo Íbero de Jaén continúa sin contar con una exposición permanente, fruto del traslado de objetos desde otros museos de Andalucía. Por este motivo la planta superior la ocupa la exposición temporal con la que se abrió, que lleva por título “La dama, el príncipe, el héroe, la diosa”, que resulta muy interesante y didáctica. Una pequeña pieza que llamó mi atención es “la caja de los guerreros”.

Tras una visita express a la capital jienense, pasamos a conocer el principal motivo de esta escala, las localidades de Baeza y Úbeda, que forman parte de la selecta lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, pero de ello espero hablar la próxima semana. La escapada continúa.

6 de abril: Cita en SEVILLA

Los Ahtleticzales tenemos una cita en Sevilla el próximo 6 de abril con motivo de la final de Copa Athletic-Mallorca. Soy consciente de que, debido a los elevadísimos precios de hoteles y aviones, mucha gente no pernoctará en Sevilla. Algunos lo harán en pueblos de alrededores pero, pensando que también habrá gente que aprovechará para pasar unos días en la capital andaluza, cuya visita merece realmente la pena, os propongo algunos lugares a visitar. Aunque el 19 de agosto sufrí las consecuencias del accidente en la AP-4 que costó la vida a 6 personas, no llegué a entrar en Sevilla, por lo que hace bastantes años que no me acerco a esta ciudad, tantos que no se había levantado la Torre Sevilla y estaban construyendo el Metropol Parasol, conocido popularmente como Setas de Sevilla. La primera de las dos jornadas que pasé en esta ciudad comencé recorriendo el Paseo de Catalina de Ribera, para luego pasar frente a la Real Fábrica de Tabacos, la primera de Europa (s. XVIII), actual. Universidad y el lujoso Hotel Alfonso XIII.

La siguiente cita la tuvimos en uno de los emblemas de Sevilla, la plaza de toros de la Maestranza, construida entre los siglos XVIII y XIX, cuyo interior no visitamos pues lo hicimos en un viaje anterior. Junto a ella se encuentra la estatua dedicada a Curro Romero. De allí nos dirigimos a la plaza Neva, presidida por monumento al rey Fernando III. En ella está la entrada principal del Ayuntamiento de Sevilla, edificio del siglo XVI, el primero de estilo plateresco realizado en España. Continuamos nuestro recorrido por la avenida Constitución.

Estamos en el entorno del principal monumento de Sevilla, la Catedral, cuya visita dejamos para el día siguiente, acercándonos en primer lugar al Palacio arzobispal, ubicado en la plaza Virgen de los Reyes del barrio Santa Cruz desde 1251. El entrono lo adornaban entonces una exposición de esculturas de Juan García Ripollés. De allí nos dirigimos hasta la puerta del León, que da acceso al Real Alcázar. Otro edificio de interés es la sede de Correos. Completamos la mañana en la plaza del Salvador, donde se en encuentran la iglesia del Salvador y la estatua de Martínez Montañés. Llama nuestra atención el edificio Ciudad de Londres, de José Espiau.

Concluimos la jornada visitando un lugar de sumo interés, el Palacio de Lebrija, ubicado en la concurrida calle Cuna, paralela a Sierpes. Data del siglo XVI y cuenta con un hermoso patio y preciosos azulejos, destacando ante todo la impresionante colección de mosaicos romanos, por lo que esta considerada la casa-palacio mejor pavimentada de Europa. Abre a diario de 10:00 a 14:30, siendo el precio de la entrada 12 €. Más Info en https://palaciodelebrija.com/. De allí nos desplazamos a la cercana iglesia de la Anunciación, situada en la calle Laraña, que guarda los pasos de la Hermandad del Valle, que hace estación de penitencia en la Semana Santa sevillana el Jueves Santo.

Iniciamos la segunda jornada en uno de los lugares más frecuentados de la capital hispalense, la plaza de España, situada junto al parque de María Luisa. Nos entretenemos buscando el espacio reservado a Bizkaia y nos acercamos al río Guadalquivir, contemplando enfrente el barrio de Triana, de visita obligada para ir a tomar algo. A un paso tenemos otro de los emblemas de Sevilla, la Torre del Oro, construida por lo almohades en el siglo XIII. Pasamos a continuación frente al barroco palacio de San Telmo, construido entre los siglos XVII y XVIII y actual sede de la presidencia de la Junta de Andalucía. La siguiente parada es ante el Archivo General de Indias.

Por fin acudimos a la cita más esperada, la Catedral de Sevilla, monumental edificio de estilo gótico aunque tiene partes de otros muchos estilos desde que se comenzó a construir en el siglo XV, tras demoler la antigua mezquita aljama de Sevilla. De ella solo se conserva el patio de los Naranjos (siglo XII) y el alminar, conocida hoy como la Giralda, esbelta torre de 104 metros de altura, del mismo estilo que la  mezquita Kutubia de Marrakech. Frente a la puerta del Príncipe existe una réplica del Giraldillo que corona la popular torre. La Catedral, el Real Alcázar y el Archivo General de Indias forman parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO. Abre de lunes a sábado de 11 a 17h y los domingos de 14:30 a 18 h. Precio: 13 € (7 los jubilados). Más Info en https://www.catedraldesevilla.es/.

En 1988 el Libro Guinness de los Récords certificó que la de Sevilla era la Catedral con mayor superficie del mundo, así que accedemos a su interior que es como un museo, dado las joyas que encierra. He recogido algunos ellos, como la capilla de San Hermenegildo, el sepulcro del cardenal Cervantes, la tumba de Cristóbal Colón, el órgano, la capilla de la Virgen de la Antigua, el patio del Cabildo, la Sacristía Mayor, el altar de Plata, la capilla de San Andrés con el Cristo de la Clemencia (1603), la escultura de Fernando III o el tesoro catedralicio. Mención especial merece el retablo de la capilla Mayor, considerado el mayor de la cristiandad. Su construcción se inició en el año 1482.

Continuamos nuestro periplo sevillano pasando ante las iglesias de la Santa Cruz (siglo XVIII) y San Nicolás de Bari, sede de la Hermandad de la Candelaria. Contemplamos el escaparate de una tienda de objetos para la Semana Santa y nos adentramos en la iglesia colegial del Divino Salvador, que ya vimos por fuera, que data de comienzos del siglo XVIII. Cuenta con hermosos retablos como el Mayor, el de la Capilla Santa o el de San Fernando y del Cristo de la Humildad y Paciencia. Vemos notables imágenes de las Santas Justa y Rufina (siglo XVI) y las Vírgenes de las Aguas del Rocío y la Macarena. La plaza del Salvador es un lugar muy animado al mediodía, así que aprovechamos para picar algo antes de trasladarnos a los Caños de Carmona, un acueducto romano, posteriormente reconstruido por los almohades, que abasteció de agua a Sevilla hasta 1912.

La tarde la dedicamos a visitar otro interesante lugar, la Casa de Pilatos, ubicada en la plaza del mismo nombre, que abre a diario de 9 a 18 horas, siendo el precio de entrada a la planta principal de 12 € y a la alta de 6 €. Construida en el último cuarto del siglo XV, fue posteriormente reformada contando con estilos gótico-mudéjar, renacimiento y romanticismo. Cuenta con hermoso patio, siendo escenario del rodaje de varías películas. Más Info en: http://www.fundacionmedinaceli.org/monumentos/pilatos/.

Nuestro recorrido pasa ante tres iglesias, las de San Pedro, San Marcos y Santa Marina. La tarde avanza cuando bordeamos la muralla almohade de la Macarena hasta la puerta del mismo nombre. Hemos querido despedirnos de Sevilla en el lugar más venerado de la ciudad, la Basílica de la Macarena, que abre a diario de 9 a 14 h y de 17 a 21 h. Su construcción es bastante reciente, pues data de mediados del siglo XX, pero tiene el gran interés de que el neobarroco retablo del altar mayor alberga la Virgen de la Esperanza Macarena, imagen anónima de finales del siglo XVII o principios del XVIII.

De todas formas, aunque lo siento por los seguidores del Mallorca, lo mejor sería que, 40 años después,  el Athletic volviera a ganar la Copa. En cualquier caso, ¡¡¡Aupa Athletic!!!

Hoy me quedo en Leioa

Antes de comenzar la nueva temporada viajera he decidido hacer un alto en el camino en mi pueblo, Leioa, situado cerca de Bilbao. El año pasado, entre viajes y escapadas, he estado fuera unos 77 días, alcanzando la cifra total de 111 países visitados, habiendo repetido bastantes de ellos. En estos viajes he conocido varios de los lugares culturales y naturales más extraordinarios del mundo pero, para vivir, me quedo con mi pueblo, Leioa, por nuestra forma de vida y porque desde las ventanas de mi casa puedo ver espectaculares amaneceres, la salida de la luna y algún que otro arco iris. A dos pasos de casa tengo hayas, robles, árboles floridos y hasta girasoles y viñedos. Caminando un poquito más puedo ver rebaños de vacas, ovejas y hasta burros. Ganando un poco de altitud, cuando nieva en nuestros montes puedo ver sus cumbres cubiertas del blanco elemento, la ría y los cruceros que atracan en Getxo.

Aunque ya he hablado de Leioa en alguna otra ocasión, en esta entrega me voy a centrar en los que más me gusta, los parques, porque pese a que el municipio ha crecido mucho, el Ayuntamiento presume de tener como seña de identidad la creación y mantenimiento de las zonas verdes. Os voy ha hablar de los que más frecuento en mis paseos matutinos, comenzando por el de Pinosolo, que lo recorre un paseo y un bidegorri, teniendo a su entrada la pista de skate. Cuenta con una hermosa rosaleda, un bosque en el que los jardineros han realizado la cabeza de un ser mitológico, Basajaun, el parque de los magnolios y un caserío restaurado que debió de ser la casa del guarda de los terrenos de la familia Aznar. Adosados al parque hay caseríos con ovejas y carneros.

Seguimos caminando por Pinosolo y, nada más cruzar la carretera, llegamos a “la joya de la corona”, el parque de Artatza. Perteneciente a la Diputación de Bizkaia es el parque urbano más extenso del municipio. Cuenta con una gran variedad de árboles, habiendo sido necesario talar algunos de ellos por seguridad, aunque se han repoblado con creces. Este parque formaba parte de los terrenos del Palacio de Artatza, que fue proyectado en 1914 por el arquitecto Manuel María Smith para el industrial Víctor Chávarri y Anduiza, siendo inaugurado cuatro años después. Desde 1989 el edificio es propiedad del Gobierno Vasco. Cuenta el parque con una pérgola, un pequeño parque infantil y un bar ubicado en la antigua casa del guarda.

Junto a la puerta de acceso al parque desde La Avanzada existe un paso subterráneo que nos lleva al barrio de Artatza. Accedemos entonces al paseo Landabarri, agradable zona peatonal que nos traslada a otro de mis lugares favoritos, Zarragabarrena parkea. Es un parque de barrio, mucho más pequeño pero coqueto y tranquilo, en el que algunos de sus árboles cambian de color según la época del año. Cuenta con un parque infantil, una mesa de ping pong y, desde hace poco, un WC público con lavado de bicicletas y un punto de alquiler de bicis eléctricas.

Llegados al final del parque anterior nos dirigimos a la calle Artatza, que cruzamos para acceder a una zona de nuevas edificaciones de baja altura, entrando en la calle Joaquin Achucarro. Dejamos el asfalto y accedemos a una nueva zona verde a la que siempre he llamado por el nombre del ilustre pianista, pero veo que un cartel situado en el parque infantil le denomina Altzagaondo parkea. Un camino en zigzag nos traslada a la parte superior de este pequeño pero coqueto parque, en la que el tronco de un árbol caído ha sido artísticamente pintado.

Cambiamos de zona para dirigirnos a otro de mis lugares favoritos, Mendibile parkea, otro de los coquetos parques de barrio, presidido por la escultura “Hostoa”, de Juanjo Novella, que simula una hoja de parra que tiene mucho con que ver con el notable edificio Mendibile Jauregia, palacio rural de los siglos XVII-XVIII, que ha sido muy bien restaurado para acoger la DO Bizkaiko Txakolina y un buen restaurante, estando rodeado de vistosas pinturas murales. El parque cuenta con hermosos jardines y sendos parques infantil y deportivo.

Me dirijo ahora al otro lado del municipio, para mostraros otro de los parques de barrio, Aldapa parkea, ubicado en Udondo en el triángulo que forman las calles Independentzia, Aldapabarrena y Aldapa. Particularmente me gusta el acceso desde esta calle, el más estrecho y en cuesta, por los diferentes colores y tonalidades que toman los árboles dependiendo de la época del año. Aldapa parkea cuenta con un pequeño parque infantil, tres mesas de ping pong y un Auditorio completamente remozado.

Me dirijo a continuación a la zona más alejada del municipio, al entorno de la UPV-EHU (Universidad del País Vasco), que cuenta con un amplio parque de 16 hectáreas de extensión (6 menos que la unión de los de Artatza y Pinosolo. Lástima que, cuando lo recorrí por última vez a mediados de febrero, lo vi bastante abandonado. En el acceso al Arboretum, nombre que recibe este parque, que es una especie de jardín botánico, se encuentra la escultura Denok Batera, de Íñigo Barona. Luego vamos encontrando el Anfiteatro, el Heliosciámetro y el grupo escultórico “Bosque de la Vida”. Desde la parte inferior del paque se puede ir al embalse de Lertutxe, también accesible desde el pinar que hay junto a la carretera Santsoena-Santimami. Parece ser que a este embalse no le queda mucha vida, pues este terreno quiere ser devuelto a la naturaleza.

Cuenta Leioa con otros parques más pequeños, paseos y zonas peatonales. Un rincón que me encanta es el paseo de Lekueder, que luego se ensancha para dar lugar a Ugarteondo parkea, que cuenta con un parque infantil cubierto y el tronco pintado de un árbol caído. También me agradan los paseos abiertos en la zona de Leioandi, donde también hay un parque infantil y que enlaza con Elexalde y, por la parte superior, casi con Bordeoena parkea. Otros pequeños parques son Aramaioena, en Artatza, Consejo de la Infancia, en Udondo y el del Horóscopo Celta en la subida a la Universidad. En el momento de escribir estas líneas se encontraba en construcción el parque Arriena en Elexalde, estando en proyecto Leioagoitia parkea. Me acabo de enterar de que acaban de finalizar el paseo y bidegorri que bordea la ría.

Aunque no sean parques al uso, concluyo esta entrega hablando de las ermitas y su entorno, comenzando con la de Andramari, enclavada en el barrio de Ondiz, magnífico mirador sobre la Ría de Bilbao y el macizo de Gorbeia. Al lado existe una zona arbolada de plátanos y mesas de picnic, lo mismo que sucede en la ermita de San Bartolomé, ubicada en el barrio del mismo nombre. Al lado hay también un centro cultural y un parque infantil. Aunque comparte terreno con Leioa, la tercera ermita, la de Santimami, se encuentra en el municipio de Erandio. Desde ella pudimos ver pasar el Tour de France.

Estas son las principales zonas verdes de mi pueblo, Leioa, del que disfruté mucho más durante la pandemia, cuando el confinamiento nos impedía salir del municipio.

DELFOS (Grecia), Patrimonio de la Humanidad

El último viaje a Grecia, que realizamos el pasado año, tuvo dos puntos fuertes, los Monasterios de Meteora y el yacimiento arqueológico de Delfos. Ambos forman parte de la selecta lista del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, este último desde 1987. El municipio de Delfos, Delphi en griego, cuenta con una población que ronda los 30.000 habitantes y su capital se encuentra a tan solo 185 km al noroeste de Atenas, la capital del país.

Para ver con tranquilidad el yacimiento arqueológico de Delfos, decidimos pasar dos noches en esta ciudad, optando por el sencillo pero bien situado Nidimos Hotel ***, que cuenta con aparcamiento, algo importante en Delfos. Aunque no tiene restaurante, dispone un coqueto lugar para los desayunos, que parece un pequeño museo. Además, desde la terraza de la habitación tuvimos excelentes vistas sobre la bahía de Itea y los montes nevados de Kalavrita. Camino del sitio arqueológico se encuentra la moderna estatua de Prometheus, de Pavlos Angelos Kougioumtzis.

El 18 de marzo fue el único día en el que no tuve que tocar el coche, pues nuestro destino, uno de los puntos fuertes del viaje, se encontraba a 950 metros del hotel. Como era temporada baja, la entrada conjunta para el yacimiento arqueológico y el museo nos costó tan sólo 6 €, la mitad del precio a partir de abril. Nada más entrar en el recinto arqueológico caminamos por la empedrada Vía Sacra, pasando por la Ágora romana y llegando en seguida a la primera construcción notable, el Tesoro de los Atenienses, construido hacia el año 490 aC, tras la batalla de Maratón, para guardar los tesoros  recuperados.

Según la mitología, Delfos era el centro del mundo antiguo para los griegos, conocido aquí como el omphalos u ombligo. Enseguida llegamos al lugar más interesante del recinto arqueológico, el Templo de Apolo, construido en el año 330 aC en estilo dórico, rodeado de columnas. Aquí se ubicaban el ónfalo y una estatua de Apolo, que luego vimos en el museo. Enfrente tenemos lo que queda de la Columna de las Serpientes, cuyo original se halla en Estambul, cosa que ignoraba, ya que fue trasladada a Constantinopla por Constantino I el Grande en el año 324.

Seguimos caminando cuesta arriba por la empedrada Vía Sacra rodeados de restos de otras construcciones e imponentes vistas. La siguiente cita la tenemos en el Teatro, el edificio más grande del recinto arqueológico, que fue totalmente reformado en el año 160 aC. Contaba entonces con 25 filas de butacas con capacidad para 4.500 espectadores. Merece la pena volver a detenerse en la parte superior del Teatro, pues desde allí se le puede ver completo, con el Templo de Apolo casi adosado a la parte inferior.

Fuera ya de lo que era ya el santuario, llegamos al punto más alto de nuestro recorrido, algo que a mediados de marzo y con bastante frío no supone esfuerzo, aunque dudo que suceda lo mismo con los calores del verano. Se trata de los restos del antiguo estadio, construido en la segunda mitad del siglo IV aC con un descomunal tamaño, pues tenía 178 metros de largo y una capacidad para 6.500 personas. De aquí regresamos al punto de partida para continuar la visita fuera del recinto,

Justo debajo del santuario que acabamos de visitar, en la misma acera que lo rodea nos detenemos ante la Fuente Castalia, en la que los peregrinos que se desplazaban a Delfos se purificaban antes de acceder al recinto. La verdad es que no tiene mucho interés. Cruzamos la carretera y a nuestros pies aparecen las ruinas del Gymnasium, que conserva escasos restos de la palestra, la cisterna, las termas y otros recintos. No nos llama mucho la atención, así que nos conformamos con observarlos desde el borde de la carretera.

La siguiente cita la tenemos un poco más adelante y ésta si que es de sumo interés, pues es uno de los lugares más hermosos de Delfos. Se trata del Templo de Atenea Pronaia que, con el almendro en flor situado a su lado, luce más todavía. Lo más interesante es su famoso tholos, templo de forma circular construido en el año 370 aC. Aunque se ignora cual fue su función, se sabe que estuvo rodeado por veinte columnas del orden dórico de las que solo se mantienen tres en pie.

Hacemos un alto en el camino para comer algo en la cafetería del Museo Arqueológico, que visitamos a continuación. Pese a ser un lugar muy concurrido, como casi todos los lugares cierra a las 15:30 h. El museo cuenta con 14 salas en las que en primer lugar contemplamos entre otras muchas cosas las estatuas de Cleobis y Bitón, atribuidos al escultor Polimedes de Argos (hacia el año 600 aC), la cabeza crisoelefantina del dios Apolo, de oro y marfil y la Esfinge de Naxos, esculpida en mármol por los habitantes de esa isla hacia el año 560 AC.

Continuamos la visita al Museo Arqueológico de Delfos, deteniéndonos principalmente en las esculturas que incluyo en la fila central. De izquierda a derecha aparecen Apolo, Antinoüs, joven griego de extraordinaria belleza, el Pancratista Agias, del siglo IV aC, Praxiteles, el Auriga de Delfos, conductor de carros del siglo V aC y Omphalos que, según la mitología, sería la piedra dejada por Zeus en el centro del mundo. Delfos era considerado en la antigüedad el ombligo del mundo.

En un viaje a Grecia os recomiendo visitar Delfos, tanto el sitio arqueológico como su más que notable museo.

La próxima semana espero volver a la periodicidad semanal.

RONDA (Málaga) y SETENIL DE LAS BODEGAS (Cádiz)

Cuando recorrimos el Caminito del Rey nos alojamos en El Chorro, así que un día decidimos desplazarnos unos 60 km hasta la población malagueña de Ronda, teniendo como objetivo descender al “Tajo”. Como ya habíamos estado con anterioridad, no nos planteemos visitar la ciudad al completo. Un buen lugar para dejar el coche es el parking de la plaza del Socorro, una de las más emblemáticas y coquetas de Ronda, pues en ella se encuentra el grupo escultórico de Hércules y los leones, obra de Nicomedes Díaz Piquero. A la plaza se asoma la parroquia de Nuestra Señora del Socorro. Cuando la visité también se encontraba aquí, la estatua de Blas Infante, padre de la patria andaluza, que ha sido reubicada.

En esta ciudad que supera los 33.000 habitantes, una visita obligada es su Plaza de Toros, declarada Bien de Interés de Cultural, cuya construcción finalizó en 1785, por lo que es una de las más antiguas de España. En uno de sus accesos encontramos las estatuas dedicadas a los toreros Cayetano Ordóñez y Antonio Ordóñez. Tampoco falta la dedicada al toro. Camino del cercano parque en el que se encuentra el Mirador de Ronda encontramos los monumentos dedicados a Orson Welles, Ernest Hemingway y la Glorieta del pintor Miki Haruta. En este entorno ha sido reubicada la estatua de Blas Infante.

Desde el Mirador de Ronda se tiene una vista espectacular del valle situado a los pies de la ciudad. Nuestros pasos se encaminan hacia la plaza de España, donde se encuentra el Parador de Tursmo, que cuenta con una espectacular ubicación sobre el Tajo, como pudimos comprobar tras cruzar el puente Nuevo. Enseguida encontramos el convento Santo Domingo, actual Palacio de Congresos, frente al que tenemos los soportales calle Armiñán. Caminamos luego por la calle Tenorio, en la que también hay un buen mirador.

Ronda se asienta sobre una meseta rocosa a 723 metros de altitud, dividida en dos por un cañón conocido como el Tajo de Ronda, por el que discurre el río Guadalevín un centenar de metros más abajo. Para pasar de un lado al otro utilizamos el puente Nuevo, emblema de la ciudad, que fue construido entre 1751 y 1793, con una altura de 98 metros. Primero contemplamos el Tajo desde la parte superior y luego descendemos para ver en toda su majestuosidad el puente y la cascada que se precipita sobre el río.

De regreso al coche, seguimos recorriendo el casco antiguo, en el que destaca el palacio de Mondragón, deteniéndonos ante  la iglesia de Ntra Sra de la Paz y las casas en la que vivió Federico Ferratosa y en la que murió el beato Diego José de Cádiz. Mención especial merece el Museo Lara, de arte y antigüedades, edificio del siglo XVIII ubicado en la antigua casa-palacio de los Condes de la Conquista de las Islas Batanes.

Como estamos a tan solo 19 km, decidimos pasar a la provincia de Cádiz para ir a comer a Setenil de las Bodegas, pueblo de algo más de 2.600 habitantes que forma parte de los pueblos más bonitos de España desde el año 2019. En 1985 fue declarado Conjunto Histórico-Artístico. Dejamos el coche aparcado a la entrada del pueblo y subimos caminando hasta un mirador desde el que contemplamos el conjunto urbano, teniendo como telón de fondo la Torre del Homenaje del castillo y la iglesia de la Encarnación.

Llegamos hasta ermita de Ntra Sra del Carmen y contemplamos desde lo alto el tajo formado por el río Trejo a su paso por la población. Al fondo vemos la calle Cuevas del Sol, en la que se encuentra buena parte de la hostelería. Setenil de las Bodegas forma parte de la hermosa la ruta de los pueblos blancos de la provincia de Cádiz.

Iniciamos el descenso caminando por la calle Cuevas de la Sombra, teniendo que pasar bajo una gran roca que, junto a las casas anexas, forma un túnel. Seguimos descendiendo hasta la parte baja para luego cruzar el río Trejo por un pequeño puente que nos da acceso a la zona más pintoresca de la población, la calle Cuevas del Sol, donde se ha aprovechado el tejo para construir las casas bajo las rocas, sin excavarlas. Es el lugar que aprovechamos para comer en uno de sus restaurantes.

Todavía no lo he comentado, pero la disculpa real para ir a Setenil de las Bodegas era comprar el típico queso Payoyo, pero no pudo ser pues pese a que lo vendían en varios sitios y la gran afluencia de visitantes, al mediodía estaban todos cerrados y nadie sabía a qué hora abrían. No pudo ser. Otra vez será.