Pasados dos días de la asamblea puedo realizar una reflexión pausada de la misma, de la que concluyo como lo más destacable la tranquilidad con la que transcurrió, a pesar de lo cual sí quiero destacar algunos puntos.
En principio y como preocupante debo mencionar la asistencia. Que los compromisarios seamos casi 1200 y que sólo fueran 606 (o por lo menos esos fueron los que votaron), es un dato bastante negativo. El que no quiera ser que no sea, pero si eres, ¡qué menos que ir!. Esto hay que solucionarlo con la reforma de estatutos (quizá si se falta a una o dos asambleas sin motivo justificado se debería dejar de ser compromisario).
Los números fueron muy bien explicados por el contador Alberto Uribe-Echevarría, lo que hizo que pocas dudas quedasen. Quizá una de ellas sería el tema de cómo se ha amortizado el dinero que supuso la contratación de Javi Martínez del Osasuna para que todavían queden por amortizar casi dos millones. Pero supongo que a los que se les ocurrió la pregunta no se atrevieron a salir o pensaron que sería otro de los misterios de los criterios de contabilidad ¿?.
Javier Aldazabal también estuvo impecable en todas sus intervenciones, intentando en todas ellas dar respuesta a las dudas que los valientes compromisarios les plantearon. Muy aclaradoras fueron también las explicaciones sobre las obras en Lezama y las San Mamés Barria (tema de los plazos…) dadas por el vicepresidente del Athletic José Ángel Corres.
Sobre la participación del Presidente Josu Urrutia ya se me plantean más dudas. Si su tono fue distendido en algunos momentos (lo cual me gustó mucho), no entendí porque hizo dos referencias a que él puede dejar el cargo sin problemas, ¿se sintió amenazado por alguien? Tampoco entiendo su protagonismo a la hora de contestar algunas de las preguntas. Parecía que las decisiones las tomaba sólo él. Además habló otra vez y repetidamente de su pasado rojiblanco, que todos conocemos, pero que en algunas cuestiones no puede ser comparado con la actualidad, sobre todo cuando habla de renovaciones y el no pensar en el dinero. Su situación a la hora de renovar no era ni parecida a la de Llorente, porque no tenía ni su calidad, ni esas ofertas, ni parecidas. Y hablar de sentimientos y filosofía es muy bonito, pero cuando nos referimos a aficionados. Al hablar de profesionales y cuando el dinero está de por medio la filosofía no sé muy bien dónde queda. El que un jugador no renueve no es porque no tenga el sentimiento del Athletic arraigado (estoy segura de que Fernando lo tiene). Hay otro montón de cosas a tener en cuenta. No sólo la experiencia del presidente es la válida.
Por último (por no aburrir al personal), decir que comparada con anteriores asambleas, es un gustazo ver que desde la Junta se intentan contestar todas las preguntas de los compromisarios. (Otro día hablaré de la comunicación o, más bien, poca comunicación de la Directiva)