Ciudadanos, la versión española de Ciutadans, el partido de Albert Rivera que siendo más nacionalista español que PSOE y PP juntos en Catalunya ha acabado por arrinconar a ambos, es el nuevo peligro para el bipartidismo en España. Según ‘Vozpópuli’ y otros medios, el PP manejaría un sondeo en el que Ciutadans (como lo conocimos) sería el martillo que clavaría la cuña de Podemos: podría robar escaños al PP hasta que peligrase ser la primera fuerza, y al PSOE de tal manera que los de Pedro Sánchez obtendrían menos de cien diputados.
También en Catalunya
Sin embargo, Ciutadans se avendría en Catalunya con PSOE y PP para formar un frente antinacionalista: “PP, PSC y Ciudadanos comparten un objetivo común: evitar un gobierno independentista en Cataluña, lo forme CiU, ERC, o la lista unitaria y secesionista que propone Artur Mas. Para que no se llegue a dar ese escenario, los llamados partidos constitucionalistas han iniciado conversaciones informales para sellar un pacto post electoral (…) Han tomado como ejemplo la Euskadi gobernada por PSE y apoyada por el PP para frenar un gobierno por nacionalistas y abertzales” (‘El Confidencial Digital’).
Y Podemos irrita a su personal
Albert Rivera se presenta así como el gran estratega de la política española: sube peldaños sin que nadie se dé cuenta, lamina a UPyD, y es el que capitaliza el ascenso de Podemos al convertirse en la llave. Un Podemos cuya burbuja se deshincha por momentos. Así, en ‘El Semanal Digital’ han recogido las críticas de sus propios círculos a la invitación de la secretaría general a que éstos elijan el nombre de sus sedes. Pablo Iglesias y los suyos parecen alejarse cada vez más de las bases, enfadadas porque parecen que la democracia interna es solo para los elementos menores.
La sangría andaluza
Por desgracia, no me refiero a la bebida. En ‘Libertad Digital’ han sido despiadados explicando los últimos supuestos fraudes en Andalucía con el dinero de las ayudas para parados. Sindicatos, PSOE y Junta de Andalucía forman parte de lo que en este medio califican como “un ejemplo de corrupción socialista”: fondos de formación destinados a desayunos, caterings, hoteles, traslados de caballos y una mula, televisores, caramelos para una cabalgata de reyes, y hasta las facturas de “un paquete de Marlboro, una Coca Cola, un batido y unos snacks Matutano en distintas gasolineras”.
¿Y si pagan por las series?
Me sorprende el planteamiento de la pieza de ‘Estrella Digital’ sobre la piratería. “No es el fin”, sentencian refiriéndose al cierre de los portales de descarga gratuita (e ilegal, por eso están cerrados) de series. Y plantean alternativas igualmente gratuitas y fraudulentas, y también algunas de pago. Este tipo de planteamientos no hace ningún favor a Internet, ni a la prensa, ni a las industrias culturales: pagar por contenidos creativos es necesario. Punto. Porque nadie va a una tienda, aunque estemos en rebajas, y se lleva un pantalón sin pasar por caja.