De Podemos… ¿A “puedo”?

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Según la crónica de El Independiente, Carolina Bescansa cometió un error que le ha costado la confianza de Pablo Iglesias y, por extensión, su continuidad en la cúpula de Podemos. Iglesias la incluía dentro de su equipo, pero ésta se desmarcó incluso con su propia propuesta para las elecciones internas con un “errejonisa”. Y esa decisión habría ido minando las confianzas mutuas hasta la salida de Carolina Bescansa que, cuidado con el matiz, parece que no abandona el Congreso.

De ambición a ambiciones

Juan Carlos Monedero dice esto de Íñigo Errejón: “Errejón lo que quiere es mandar y su ambición es desmesurada”, según el Twitter de Cuatro. Tiene su gracia que, precisamente, un personaje ambicioso como Monedero, soporte permanente de Pablo Iglesias, diga eso. Y tiene más gracia aún si recordamos que Monedero, preguntado en una ocasión anterior sobre Errejón, dijo que él no discutía con alumnos suyos. Podemos es una tragicomedia.

López, hoy

No puedo remediarlo: me hace gracia comprobar que en España, nada menos que diez años después, argumentan contra Patxi López lo mismo que poníamos sobre la mesa en Euskadi. De hecho, muchos de los que observan hoy su valía con cierto realismo, diez años antes nos llamaban de todo, y nada bonito, por hacerlo. López es conocido en Madrid como “el breve” y “el del palacete”, por su fugaz paso por la presidencia del Congreso. Y ahora es dibujado como un traidor y sin miramientos.

Trump, en estado puro

El pensamiento de Donald Trump puede convencer aún a una parte de los estadounidenses (una encuesta reciente hablaba hasta de un 49%), pero debe seguir escandalizándonos a quienes tenemos una cultura democrática europea, por suerte: en uno de sus últimos tuits, Trump justifica su política de exclusión de extranjeros por razón de origen criminalizando a países enteros. Y se queda tan ancho. Pero nosotros no podemos permanecer como si nada.

Casi todo es cuestión de la educación

Coincido plenamente con Jorge Campanillas en que “no hay mejor forma de protegerse de las ‘fake news’ que una ciudadanía crítica. Menos proteccionismo y más educación”. Así de sencillo… Y de difícil. Yo también creo que no necesitamos a Facebook, expertos, grupos, comisiones y algoritmos para decirnos qué noticia es sospechosa de ser falsa. Hace falta una ciudadanía informada y, sobre todo, sobran malintencionados que solo quieren intoxicarnos.