Duro pero necesario

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A estas alturas ya sé que la mía, la de periodista, es una profesión nada corporativista. También sé que necesitamos que nos retraten con dureza de vez en cuando para que no olvidemos cuál es nuestro papel… Y nuestras condiciones. Jesús Cacho en Vozpópuli ha escrito lo que nos hacía falta leer: que estamos mal, que estamos vendidos, desprotegidos y con mucho compañeros que, con la excusa de la información, hacen negocio o servilismo. Es nuestra realidad, con la que tenemos que trabajar.

¿Y quién usa los medios?

El PP evidentemente siempre lo ha intentado, pero algunos de los de la nueva política se llevan muy bien con los mismos medios a los que señalan una y otra vez. En el marco de la “Operación Lezo”, Mauricio Casals, considerado “hombre fuerte” de Atresmedia, reconocía en 2015 que el apoyo expreso a Podemos desde LaSexta le iba muy bien a los primeros, al PP, para desgastar al PSOE. Así que, sí, hay periodistas que han hecho el caldo gordo a Podemos, a sabiendas o no, de quién era el otro beneficiado.

Ahora, a votar

Hoy se la juega Francia y se la juega Europa: Le Pen y Macron se disputan unos millones de votos y un resultado del que depende el futuro de todos. Algunos han sido inexcusablemente tibios, otros (de aquí cerca, los de los escraches) no se han pronunciado para que no se les vea el plumero, y otros no han negado que votarían a Le Pen, como Jorge Verstrynge. Melenchon, en Francia, tuvo que preguntar a sus bases, y estas tampoco fueron claramente antifascistas.

Ya pasó con Trump

El presidente de EE.UU. ha reconocido recientemente que el lobby armamentístico tiene un amigo en la Casa Blanca. Ahora, ¿dónde están los que decían que Trump y Hillary Clinton eran iguales e incluso que la ex primera dama era peor que el millonario? Que salgan. En serio: que den la cara de una vez. Porque la pobreza argumental y la debilidad del razonamiento son exactamente iguales que las que exhiben ahora los que aseguran que se pueden abstener ante una fascista.

El aceite de palma, ¿el nuevo enemigo efímero?

Mi impresión es que estamos ante una nueva moda, la de mirar las etiquetas de los productos en el supermercado para comprobar que llevan aceite de palma. En Magnet explican por qué es malo: porque el refinado tiene un 50% de grasas saturadas (el de oliva, un 14%). Que hay un aceite de palma bueno, el virgen, que no se usa en alimentación, generalmente. Y que el problema no es nunca solo de un ingrediente, sino de hábitos alimentarios y de la suma, por ejemplo, con otro enemigo anterior: el azúcar.

Pablo Iglesias, el más eficaz

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En la división entre el número de mentiras y los días que lleva como diputado, Pablo Iglesias es, sin duda, el más eficaz. No ha contado las más gordas (esto es patrimonio de un PP encubridor por sistema), pero sí ha contado más. Hasta cuando acusa, por ejemplo, a Aitor Esteban, miente al decir “me mandan un vídeo” como si no tuviera nada que ver. Mintió a Pedro Sánchez, miente cuando dice que su moción de censura es por “la gente”, miente porque cree que no nos damos cuenta.

Es un tuitazo

Otro que se cree más listos que usted es Ramón Espinar, aunque eso de menospreciar a los votantes, los suyos y los otros, es un mal generalizado de Podemos. Pero en Madrid se ha encontrado con un PP que maneja las redes sociales con envidiable soltura, y esta semana le han pillado “distraído” (por no decir “dormido”) en su escaño, le han sacado una foto y han añadido: “Hoy no se ha tomado la Coca-Cola”. Luego, en Podemos ha respondido enrabietados, pero el del PP es un tuitazo.

No son abertzales

No puede llamarse abertzale quien tira pintura roja y amarilla a una ikurriña. Igual es que justo en el ataque de Algorta ha estado el “internacionalista” que les toca por cuota, pero no tiene sentido alguno que alguien vaya a llamar español a otro y sea el que manche la Ikurriña. Tampoco tiene sentido responder a una negociación con un ataque a menos que hayas aprendido que ese es un modo de hacer política. Ahora, toca desaprender y, sobre todo, conocer lo que es el nacionalismo pacífico.

Retrátense

Estoy de acuerdo con Xabier Álvarez: este fin de semana les va a tocar a muchos retratarse, después de toda la campaña para la segunda vuelta de las presidenciales francesas, ha llegado la hora de tomar un decisión y dejar claro quién es antifascista (quien haga algo en contra del fascismo) y quién no lo es (quien no haga nada, quien crea que no es su problema, quien vote o anime a votar a Le Pen). Es así de sencillo, sin excusas, sin rodeos, sin tonterías. Se es antifascista o no se es.

Eskerrik asko, Gorka

Siempre me ha gustado Gorka Iraizoz y soy de los que cree que hemos tenido un porterazo estos años con el escudo del Athletic en el pecho. Así que me sumo a los agradecimientos que le dedica Iago Herrerín en Twitter y les lanzo la pregunta que han tuiteado desde la cuenta Basque Warriors: “¿Con un portero malo te puedes clasificar 7 veces para la UEL, 1 para la Champios, llegar a 2 finales de Copa, una de UEL y ganar una Supercopa?”. Eskerrik asko, Gorka.

Sin palabras

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Prefiero no escribir ningún calificativo sobre Mike y Heather Martin, el padre y la madre adoptiva de los niños que han sufrido las bromas pesadas del matrimonio con el único fin de grabar sus reacciones (llantos, ansiedad) en vídeo y subirlas a su canal de YouTube, DaddyOFive, con casi 765.000 suscriptores. Ahora, dos de sus hijos han vuelto con su madre biológica, pero han perdido la custodia de los cinco, y se muestran arrepentidos. A algunos Internet les atonta.

Hablando de nazis

Yo creo que muchos lo pensamos pero nadie lo ha plasmado en un tuit tan bien como el usuario @Serthand. Me refiero a los supuestos ataques que han denunciado asociaciones que, bajo la apariencia de la beneficencia, esconden a grupos nazis: “-¿Se considera nazi? –No, no… -Pero declara que ha sufrido ‘Terrorismo Antifascista’. -Correcto. -No se da cuenta, ¿no? -¿De qué?”. Bromeaba guardando el requiebro más cómico de alguien tan limitado que es incapaz de ver que en su denuncia se reconoce como fascista.

La moción de “la gente”

Lo denunciaba Gaspar Llamazares, el último diputado de IU al que merecía la pena ver en la tribuna: “Podemos se manifiesta en apoyo a la censura ‘casualmente’ el día antes de las primarias del PSOE”. Porque, ya saben, esta moción de censura es por “la gente”, no tiene ningún interés partidista ni busca menoscabar al PSOE aunque desde Podemos hayan llegado a proponer a Pedro Sánchez para encabezarla. Como dice Javi Vizcaíno: “Allá a quien le cuele”, pero mejor si no se ríen de “la gente”.

Se merece un aplauso

También en Twitter, el usuario @CharritoER tuvo un ojo de lince para cazar uno de los mejores diálogos carcelarios de este siglo. Ignacio González ahora pide ser excarcelado porque su hija se casa, pero en sus primeros días en la cárcel se ha dedicado a apuntarse a clases de petanca y resolver dudas como si puede acceder a Internet, si podía ver el Madrid-Barça o si el agua era potable, a lo que un funcionario respondió: “Es agua del canal de Isabel II”. Realmente, se merece un aplauso.

¿Estirando el chicle?

Dudé de si había que jalear o no el sonoro sopapo que un repartidor atizó a un youtuber que hacía bromas pesadas a ciudadanos. Celebré sin duda que el youtuber, Mrgranbomba perdiera el juicio y no tuviera que ser indemnizado por el sopapo. 30 € de multa al repartidor y a correr. Ahora me vuelven las dudas porque el famoso repartidor que respondió a aquel “caranchoa” reclama a Sergio Soler una parte de los beneficios obtenidos, ya que Soler acabó vendiendo su canal a Hawkers después de eliminar el contenido.

No, no hace falta un dibujo

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La portada de Charlie Hebdo esta semana en Francia no puede ser más explícita. El semanario satírico que sufrió un ataque terrorista con 12 muertos en la redacción es bastante contundente: sin caricaturas simplemente pregunta: “¿Es necesario realmente hacer un dibujo?”. Se refiere, claro, a la segunda vuelta de las elecciones francesas en las que será necesario votar a Macron, aunque no guste, para parar a Le Pen. Y quien se abstenga no estará oponiéndose al fascismo.

Cuando buscas en Google sin mucha atención

Eso es lo que le ha pasado a Íñigo Errejón esta semana: ha buscado en Google una imagen para acompañar un tuit, no ha estado muy atento, al parecer, y ha cometido un error de bulto. Un error que le afea con acierto Alfonso Serrano: “Aquí un teórico candidato a la Comunidad de Madrid que confunde el cuadro del “2 de Mayo” con el 23 de Mayo valenciano, ‘El Grito del Pallater’ de Sorolla”. En efecto, Errejón recordaba los fusilamientos con un cuadro de Sorolla en vez de usar el de Goya.

Boicot a los boicots

Por supuesto, el pasado martes vi el primer capítulo de “La casa de papel” en el que aparecía Itziar Ituño. La actriz fue motivo de una campaña de boicot a la serie porque Ituño tiene ideas políticas que algunos no comparten en España. Itxaso Atutxa recordaba en Instagram que tampoco ella comparte las ideas de la actriz, pero que defendía su derecho a expresarlas y, al mismo tiempo, trabajar con dignidad, sin que nadie promueva vetos por la moda (sí, “moda”) de indignarse en Internet.

¿Lo que diga el listo oficial?

Reconozco que cada vez llevo peor las lecciones imperiales que se empeñan en darnos las estrellas de Twitter. Y peor si, además, lo hacen desde el anonimato. El Teleoperador, con sus 17.700 seguidores se atrevía a señalar a un profesional como Julen Bergantiños, del que hablábamos ayer porque explicaba su punto de vista sobre la polémica de los “stagiers”. El tuitstar le calificaba como “un perro bien adiestrado y un obrero sin clase ni conciencia”. Qué fácil es insultar a cara tapada y por Internet.

488 mensajes falsos en 100 días

El Washington Post ha publicado en su web otra de esas virguerías que hacen en Internet los grandes medios estadounidenses: una infografía interactiva en la que se pueden leer los 488 mensajes falsos que ha lanzado Donald Trump solo en sus primeros 100 días como presidente. El que acusó a la prensa de crear “fake news” ha resultado ser un aspersor de mensajes sin base o afirmaciones sin sustento. Casi cinco al día… Y eso que había días que ni siquiera tuiteaba.

¿En serio?

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Me cuesta creer que tantos como se muestran sorprendidos en Twitter hayan descubierto esta semana que en las cocinas de los grandes chefs hay “stagiers” o, lo que es lo mismo: buenos cocineros que trabajan únicamente a cambio de comida y alojamiento para aprender y ascender. El desencadenante fue Jordi Cruz que, por otro lado, ejemplifica cómo hemos convertido a cocineros en estrellas de televisión y, en ocasiones, les hemos confundido hasta con filósofos.

Lo que dice un cocinero

Julen Bergantiños es un cocinero de la Mina, en Bilbao, que quiso explicar en Twitter en qué consiste eso de ser “stagier” y cómo es una práctica normalizada. También aporta un elemento clave: como clientes nos comportamos de un modo diferente a como tuiteros y defensores de los derechos universales. No digo que no se tenga que pagar a estos cocineros ni que una costumbre no pueda ser modificada. Digo que no podemos ser tan cínicos o selectivamente ignorantes.

Una mentira es una mentira

No podemos permitir que, por mucho que insista, quien sea acabe convirtiendo una mentira en una verdad solo con proponérselo y repetirla muchas veces. Me refiero al tuit de Mariano Rajoy, que miente deliberadamente cuando afirma sobre Catalunya: “El Gobierno de España no puede autorizar un referéndum contrario a la ley. La soberanía nacional reside en todo el pueblo español”. ¿Acaso votó él en el Brexit cuando se trataba de un asunto de soberanía europea?

Y una verdad, una verdad

Permítanme la perogrullada, pero del mismo modo que no podemos permitir que se extienda una mentira, debemos insistir en las verdades. Sobre todo, cuando sirven para descubrir o son molestas y, especialmente, cuando tienen ambas características. Pedro Sánchez tuiteaba sobre Pablo Iglesias: “Cuando pudo elegir entre un presidente socialista o Rajoy, eligió a Rajoy”. Y sí, algún día tendrá que explicar por qué decidió tirar todo por la borda cuando podía sacar a Rajoy de Moncloa.

Por cierto, Podemos se queda solo

No me gusta Yanis Varoufakis ni ese rol de tipo duro, de todo o nada, de macho que reparte credenciales de “la izquierda” y se guarda los pases VIP. Pero hasta Varoufakis, ídolo resistente de aquella época en la que Grecia marcaba un inicio, ha señalado en Twitter que es necesario votar a Macron en Francia para que no gane la extrema derecha de Le Pen. Y ha dejado todavía más solos a los de Podemos, que siguen sin decir claro que con el fascismo, no, de ninguna manera.