Por donde han venido

Me gusta ver turistas en Euskadi, me alegra ver a profesionales descubrir la ciudad después de un congreso, me enorgullece saber que han venido de instituciones lejanas o cercanas a conocer cómo hemos salido de la violencia y las sucesivas crisis económicas. Pero no soporto ni soporté que vengan a utilizarnos, a decirnos lo que nos pasa y qué tenemos que hacer, y a exhibirnos como aborígenes incivilizados. Así que, por mí, hoy Albert Rivera puede irse por donde ha venido y, a poder ser, con la mayor indiferencia de las y los Ugaotarras, pero seguro que hay alguno que hace justo lo que Rivera espera y desea.

Vox y los derechos de los otros

Ocupar el que tradicionalmente ha sido tu sitio en el Congreso es un derecho adquirido, y cobrar por usar una foto que has sacado, un derecho laboral, que es bastante más grave. Vox ha empezado la legislatura sentándose donde le correspondería al PSOE por cortesía parlamentaria, y Santiago Abascal, utilizando una foto de Dani Gago (fotógrafo de Podemos en el Congreso, para más retranca) sin pagarla que se sepa ni atribuirla (eso es más palpable). Un comienzo prometedor para ver lo que les importan los demás y que viene a confirmar eso de que a veces los ogros parecen ogros.

Algunos no se dejan tomar por tontos

El periodista madrileño Ícaro Moyano tiraba de sarcasmo para dejar claro que a él tampoco le gusta que otros le tomen por tonto: “Ya veréis el disgusto que se lleva Borja cuando se entere de quién gobierna en Andalucía”. Se refiere a Borja Sémper y al titular que el candidato a alcalde de Donostia dejaba en Eldiario.es: “Vox es un partido diametralmente opuesto a lo que representa el PP”. En efecto, el PP de Sémper es el mismo que alcanzó un acuerdo con Vox para gobernar en Andalucía, y el jefe de Sémper, Pablo Casado, hace solo unas semanas cerraba la campaña del PP ofreciendo ministerios a Vox.

El periodismo que iba a cambiar el periodismo

Miren, todos hacemos lo que podemos en este oficio: los medios luchan por seguir en antena o en las imprentas otro año, y los periodistas peleamos por mantener nuestros puestos de trabajo para seguir pagando hipotecas, cuentas en el Eroski y, de vez en cuando, unas cervezas. Y si hay que hablarles de Twitter otro día lo haremos. Pero, ¡líbrenme de directores como Pedro J. Ramírez que se pasaron meses asegurando que sus medios iban a revolucionar el periodismo y hoy informan de que hay Apps que convierten nuestros rostros en caras de perros y gatos! Que no pasa nada… Si no lo has dicho todo antes.

Así es

Josu Eguren tuiteaba hace un par de días con su habitual mala uva que “si una serie, libro o película no aguantan un spoiler es que son una puta mierda. Y ahí está ‘Psicosis’ como prueba eterna de esa afirmación”, y solo pude rendirme a la evidencia. Nunca he visto un capítulo de Juego de Tronos y ahora que conozco el final y, sobre todo, que todo se basaba en la expectativa de una sarracina maniquea en la que ganaran los buenos (así escrito promete poco), dudo de que empiece a hacerlo. Invertiré mi tiempo en cosas igual de mainstream pero disfrutando del camino, que es lo que siempre me ha gustado.

La importancia de votar bien

El periodista Alberto Rivera denunciaba en Twitter la contradicción de la diputada de Ciudadanos por A Coruña que celebraba San Isidro con una llamativa pasión por la ciudad. ¿Es legítimo? Claro, tanto como legal. ¿Es relevante? También. Porque, ¿cómo va a defender Marta Rivera la circunscripción por la que se presenta? Los partidos de la nueva política cogen lo peor de la más vieja, aplicando un reparto de puestos en el que se sirven de la representatividad en ver de servir (o por lo menos intentarlo) a las personas representadas. Si los partidos pasan serán los votantes los que elijan.

Y Lacalle pasa de ser diputado

El resultado del PP en las anteriores elecciones, que solo puede ser superado por el desastre que se avecina en las siguientes, ha obligado a Pablo Casado a mover sillas. Así, Daniel Lacalle, el economista ultraliberal que había obtenido un escaño, lo deja para que entre Marimar Blanco. La lectura que estamos obligados a hacer es la de una derrota política, pero tengo la impresión de que a Lacalle no le ha costado: ser diputado le tiene que parecer de pobres a él, que siempre se ha movido en el mundo de la consultoría y las operaciones hechas sin escrúpulos. Otra cosa hubiera sido ser ministro, claro.

Una vida de delincuente

Cuando anunciaron la detención de Josu “Ternera” Urrutikoetxea, una persona que había pasado su vida entre asesinos, en la cárcel o huido, me pregunté si realmente su vida le había merecido la pena. Según leemos en El Confidencial, parece que sí, por lo menos por momentos: rescatan el libro de Jesús Eguiguren en el que califica como “terrorista VIP” a Urrutikoetxea porque entendía de vinos y le gustaba la buena mesa. Salvo esos momentos de tranquilidad, se trataba de una persona distante y acostumbrada a la huida y a mantener el pulso por el control de ETA dentro y fuera de la cárcel.

Negociar con nacionalistas

Si negociar con terroristas no es un delito, y el propio Eguiguren puede corroborarlo, como otros miembros de diversos gobiernos españoles, hacerlo con nacionalistas lo es menos. Pero para Albert Rivera es algo parecido al pecado. Un pecado recurrente, además, ya que lo mismo le sirve para acusar a Pedro Sánchez que a Manuela Carmena. A Carmena, sí, que se presenta como candidata en el ayuntamiento de Madrid, Albert Rivera le acusa de negociar con nacionalistas. No solo lo dice, es que lo escriben en un tuit, lo dejan ahí para que comprobemos lo poco que les importa el ridículo.

Sí, nos retrata

“Que haya miles de personas movilizándose para cambiar la ficción en vez de la realidad es como una maravillosa descripción del siglo XXI”, tuitea con acierto Antonio Martínez Ron después de haber leído que miles de aficionados a la serie Juego de Tronos se han movilizado por medio de una recogida de firmas para que rehagan la octava temporada, que está siendo controvertida. No tengo yo mucha fe en esta mecánica de las firmas, y menos cuando se hace on-line, pero no puede haber una tontería mayor que pretender que otros cambien una ficción a tu gusto. Como sociedad idiotizada, sin duda, nos retrata.

La derechita victimista

Vox, que inventó eso de “la derechita cobarde” para referirse a PP y Ciudadanos, y diferenciarse de ellos, va a acabar siendo la derechita victimista, si no algo peor, cuando la Junta Electoral ratifique los datos de las elecciones que, con los argumentos más incongruentes, sus partidarios están poniendo en duda en las redes sociales digitales. Lo que están dejando claro también los de Vox es que tienen poca práctica en esto de votar y contar votos: trampas en los colegios electorales, interpretaciones ridículas de las cifras y quejas constantes por los resultados. ¿Esta era la “batalla” que anunciaron en Twitter?

La España vaciada vota y cuenta

Desde la cuenta en Twitter llamada Tanta han hecho esta curiosa comparativa: “Habéis oído eso de ‘¿qué barato es conseguir escaños en Euskadi?’. PNV: 394.627 (6 escaños). Bildu: 212.200 (4 escaños). Castilla y León, PP: 394.658 (10 escaños). Ciudadanos: 286.288 (8 escaños). ¿Dónde es más fácil? ¡Os manipulan como quieren!”. Por supuesto, tiene toda la razón, pero el problema no está en la ponderación del voto y que algunos como los de los castellanos valgan más que otros, sino en la manipulación que se da con esa realidad: sin ese reparto la “España vaciada” no tendría quien le hiciera caso.

Pero, ¿qué dices, Pablo?

El viraje que ha pegado Pablo Casado no le va a salvar del precipicio. Al contrario: un bandazo como el que intenta colocarnos, pasando de ofrecer ministerios a Vox a criticar las políticas de este partido con el que, además, mantiene un pacto de Gobierno en Andalucía, no se lo cree nadie. Y en política ser infiel a ti mismo se penaliza. ¿A quién vas a convencer de que eres una opción segura para el voto de nadie si ni siquiera te respetas a ti mismo? Por otro lado, ¿qué sería peor, mantenerse en esa pelea por ser la derecha más derecha o rectificar? Seguro que también hay un término medio para eso. Pero Casado no parece de pararse a pensar.

El voto de castigo

Terminamos ya la semana electoral hablando de una idea que hemos oído pronunciar menos que lo esperado: la del voto de castigo. La debacle del PP ha sido de tal magnitud que sus votantes no se han refugiado en otras opciones, es que han huido despavoridos ante un discurso rancio. Según el análisis de Enric Juliana en Twitter, solo en Catalunya ha habido algo parecido: “Han sido derrotados el 155 perpetuo y los independentistas partidarios del cuanto peor, mejor”. La lectura del hilo completo es interesante, pero la de esas dos líneas debería de ser obligatoria para que algunos se despierten de una vez.

El “cine” on-line

El esperado último capítulo de Juego de Tronos ha venido con decepción: no por lo argumental (o no solo por ello) sino por lo técnico. Iñaki Ortiz lo explica muy bien en dos tuits: “Las plataformas solucionarán la compresión del negro, pero el 8×03 destapó otro problema: en casa, es el usuario el responsable de la calidad de ‘la sala y la proyección’, y no es un profesional de ello. El capítulo de esta semana tenía más cine que la mayoría de los estrenos recientes pero ha quedado patente cuál es el lugar más apropiado para ver cine”. Parece que se nos ha olvidado que el cine no es solo la historia.

El PP se derrumba

El resumen que han hecho en El Plural de las encuestas de este largo fin de semana no puede ser más elocuente: “El PP rozaría la catastrófica cifra de los 80 escaños. PSOE y Ciudadanos podrían alcanzar una posible mayoría con 120 y 56 escaños respectivamente”. Pablo Casado empieza a parecer un muerto viviente, porque le están esperando los desplazados y los que, simplemente, no entienden en qué está convirtiendo su PP. Y a Sánchez y a Rivera se les está empezando a poner cara de negar todo lo que han dicho. La capacidad de sobrevivir del socialista y de decir una cosa y la contraria del naranja están fuera de toda duda.

Menos cazas de brujas y más votos

Anda circulando la enésima “lista de políticos y familiares en consejos de administración. Pueden haber estado en el pasado o encontrarse actualmente en ellos” por Internet, y aunque me repateen los casos más descarados de devoluciones de favores o búsqueda de influencias, menos me gusta esta caza de brujas de los “ciudadanos informados”. ¿Quién va a querer empezar una carrera política como concejal de su pueblo si sabe que ya no solos sus pasos sino los de su familia van a ser señalados, hagan lo que hagan y no importa cuándo lo hagan? Eso de quejarse sin pensar está bien en la adolescencia, pero madurar es más recomendable.

Fraude es esto

No nací ayer: por supuesto que a veces parece que algunas empresas (casualmente, siempre las mismas o de los mismos sectores) devuelven favores a algunos ministros. Y por supuesto que hay partidos que han operado mal, pero sobre eso hay que poner el acento: la condena al PSOE por el caso Filesa, los papeles de Bárcenas (que es el mayor escándalo político que hemos podido ver), la compra de puestos en las listas de Ciudadanos y, ahora, el modo en que Vox recaudaba dinero con cuentas corrientes a nombres de líderes de la organización y que han sido denunciadas por los propios contribuyentes a esa “hucha”, según La Marea.

La herencia de ETA

La herencia de ETA es un montón de familias desgarradas por la tragedia sin que nadie se lo pidiera a ETA. La herencia de ETA es un flaquísimo favor al nacionalismo vasco, del que se apropiaron para intentar imponer su fascismo. La herencia de ETA es una excusa sin caducidad para que los partidos españoles, especialmente los de derechas o extrema derecha, puedan hablar de los vascos, de libertades entendidas a su manera y de acoso. La herencia de ETA también es un problemón en la izquierda abertzale, que tiene que explicar a sus presos que, al final, todo termina en imitar al PNV hasta en el mitin de Benidorm.

¿Víctimas de su propio modelo?

Permítanme que deje de hablarles de política porque esto que he encontrado en Xataka es una de esas noticias que, al principio, parecen casi una anécdota pero que esconden una crisis latente: HBO ve cómo sus clientes abandonan la plataforma después del fin de cada temporada de su producto estrella, “Juego de Tronos”. Eso le obliga a invertir en nuevas producciones exitosas (que es carísimo por la cantidad de intentos fallidos que conlleva), y a nivel de modelo de negocio, invita a pensar en que la volatilidad de hábitos de consumo que han fomentado las plataformas… Puede devorar a estas mismas plataformas.

Cuando dejas por escrito lo que eres

¡Qué retraso llevo! Bueno, el de otros es aún peor. Me voy poniendo al día con temas que se colocan entre la risa y la tragedia. Risa porque Ernai firma carteles en los que utiliza la palabra española “Invernalia” en una pintada en inglés para referirse a Winterfell o Dragonstone (lo que es Gaztelugatxe en Juego de Tronos). Tragedia porque ese retraso que les lleva más o menos hasta la edad de piedra lo usan para amedrentar al turismo y hacer nacionalismo del peor.

“Locals Only”

En inglés precisamente pueden leer, en el principal diario de Belfast, que en el Este de la ciudad (zona mayoritariamente protestante y unionista) han aparecido pintadas en contra de la presencia de extranjeros: “Locals Only” dicen los intolerantes británicos, herederos de los colonizadores, en un discurso que se asemeja a otro más próximo. La intolerancia recorre el planeta pero siempre es reconocible por el tipo de colectivos que la ejercen y cómo lo hacen.

¿Y qué?

Vamos con otro cavernícola: José Manuel Soto es más reconocible en Twitter por ser una especie de bocachancla de derechas que por sus canciones. El andaluz lanzó recientemente un tuit bastante destacado, llamando a combatir cuerpo a cuerpo el yihadismo. Animado tal vez por la ola que generó, ahora critica que Alberto Garzón se haya casado como le ha dado la gana: de blanco (ella) y chaqué (él), y en un sitio caro. Si lo paga con su dinero, ¿qué tiene de malo?

Roures, el anfitrión de la izquierda

Ya, ya sé que Alberto Garzón es comunista. Oigan, ellos también tienen derecho a sus contradicciones. Miren por ejemplo a Jaume Roures, Oriol Junqueras y Pablo Iglesias: el primero, un millonario de izquierdas que manda a trabajadores al FOGASA y organiza cenas políticas en su casa. El segundo, uno de los líderes del nacionalismo catalán que se reúne a escondidas con uno de los líderes españoles. El tercero, que dijo que nunca acudiría a reservados.

De Cádiz a Arabia Saudí

Ayer traje a esta columna el post en Magnet sobre cómo las relaciones entre Arabia Saudí y el ISIS son menos probables que las seguras de la monarquía española con esa dictadura. Aún así, la ligazón entre ambas sigue siendo un recurso de argumentario de la izquierda (la de Iglesias, la de Junqueras y la de Roures), y sirve hasta para atacar a Bilbao y el Gobierno Vasco porque salen armas del puerto de Bizkaia. Pero, ¡vaya!, de Cádiz lo que salen son goletas para los saudíes armadas hasta los dientes.