Las mentiras del domingo

Pedro García Aguado, que tiró su carrera deportiva por el retrete y ahora es “coach” televisivo, lanzó un tuit dando la enhorabuena a los líderes políticos que asistieron a la marcha del domingo, e incluyó a Ana Oramas. Su tuit tuvo casi mil retuits o “me gusta”. La política de Coalición Canaria le respondió que ni ella ni nadie de su partido había asistido. El desmentido supera por poco las 100 reacciones. Así que la mentira corre más. Pero no solo eso: las respuestas a Oramas eran, en su mayoría, para criticar su ausencia y su falta de apoyo a la unidad de España del trifachito.

Y la falsa foto

Insisto e insistiré: aunque “solo” fueran 45.000 los asistentes a la llamada de Casado, Rivera y Abascal, ya me parecen muchísimos. Pero viendo las fotos de los periódicos, me parecen más. En Twitter (que no son “los periódicos”), sin embargo ha corrido un vídeo de una manifestación multitudinaria que, como avanzan en Maldito Bulo, es de otra fecha: incluso aparece un edificio que ya no existe bajo un cielo azul que no era el del domingo en Madrid. Para aclararlo definitivamente, hicieron un montaje con imágenes reales del domingo y las del vídeo difundido, que pertenece a otra concentración.

Falsedades, también sobre las start-ups

No conocía a Javier López Menacho hasta ayer, cuando leí la pieza en El Confidencial sobre su libro: “La farsa de las startups: la cara oculta del mito emprendedor”, que tampoco he leído. Pero en la entrevista en el digital confirma lo que muchos intuíamos sobre la burbuja del emprendimiento y las empresas de base tecnológica: “Engañaron a muchos ilusos para salir de las listas del paro y emprender (…) Cuando para tener éxito necesitas mucha formación, mucho dinero (…) El prototipo de emprendedor exitoso es el prototipo de nuevo rico (…) Las start-ups pagan poco y mal”.

Y las redes, en su justa medida

Al respecto, este tuit de Xabi Álvarez ha tenido poca repercusión, será porque cuenta la verdad en toda su crudeza: “‘Ahora las startu-ps están muy centradas en Instagram’. Claro, dile al CEO de una start-up con un producto de visión artificial para control de calidad de piezas industriales que Gestamp le va a cerrar un pedido si se centra en Instagram. Es que nos merecemos todo lo que nos pase”. Y sé de lo que habla: las redes sociales son un buen complemento para todas las marcas, siempre con una medida muy estudiada. Una cuenta en Instagram, por sí misma, no arregla nada y puede romper algo.

Las cartas mediáticas, boca arriba

El artículo de Edmun Lee en el New York Times, “Digital Media: What Went Wrong”, es una clase magistral de qué ha pasado y qué está pasando en el mundo de los medios de comunicación con la publicidad on-line. El artículo está escrito ante la noticia de que BuzzFeed, el icono de los nuevos medios on-line, tiene que despedir a trabajadores para cuadrar las cuentas. La tesis de Lee es que para hacer rentable la comunicación en Internet el modelo es clásico: inversión en producto de alta calidad (con periodistas) e investigación para hallar nuevos modelos de monetización (tomando decisiones).

No, no son cuatro gatos

Primero, porque sí parece que hubo más de 45.000 personas manifestándose el domingo tras la llamada de Casado, Rivera y Abascal. Segundo, porque que 45.000 ya son muchísimas personas dispuestas a hacer visible que el pacto de las tres derechas con apoyo expreso de los ultras es una opción política con respaldo. Así que la izquierda tuitera y el nacionalismo con cabeza (que pensamos que esto es cosa de españoles pero, no, nos va a afectar directa o indirectamente en las próximas elecciones) tendrán que ponerse las pilas en vez de ponerse condescendientes y soberbios en Twitter.

Va a acabar peor que Podemos

No me cabe duda de que el “trifachito” va a acabar peor incluso que Podemos, pero mientras tanto pueden hacer un daño terrible: una vuelta a las cavernas real en materia social (¿mantendrán el matrimonio entre personas del mismo sexo?), económica (en nombre del liberalismo), sanitaria (el aborto puede volver a ser criminalizado), de memoria histórica (como estamos viendo en Andalucía)… Con todo atado y bien atado, como dijo el referente de alguno, no importará que el pacto salte por los aires. De hecho, ya hay grietas, como el enfado de Rivera, que se vio en una foto con Abascal a su pesar.

El monstruo muerde a todos

Tampoco tengo duda de que, como en Italia, PP y Ciudadanos están pagando la fiesta pero los ligues se los llevará Vox. Casado y Rivera están alimentando a un monstruo que no van a poder domar, y parece que no lo saben o no quieren enterarse, que es todavía peor. De hecho, el monstruo ya muerde manos: ante el malestar de Rivera por la foto con Abascal (según el de Ciudadanos estaba pactado no hacerla), en Vox han querido dejar claro que los primeros en romper el pacto fueron los naranjas, portando en la manifestación “banderas bruselenses” en referencia a las europeas.

Son los votos, no es España

A estas alturas creo que todos lo tenemos claro: lo del domingo no fue por España, fue por los votos. Pero también espero que todos lo tengamos claro: esa manifestación, con más de 45.000 personas avalando un pacto de derechas que integra a un partido de extrema derecha, a Banon y a asociaciones fascistas, suma votos. Porque son muchos los que se quedaron en casa pero son bombardeados por medios colaboracionistas y discursos irresponsables vía tuit y grupo de WhatsApp, que están valorando como opción votar a esa suma de derechas ante la inacción de Podemos y los tumbos del PSOE.

Y si son en sentido contrario, ojo

Algunos en Twitter hicieron una lectura contraria con la que estoy bastante de acuerdo: también habrá quien, después de ver las fotos del domingo, tenga claro que irá a votar para detener a los cavernícolas. Y ese voto útil suele dar sorpresas, por ejemplo, en Euskadi. Ya hemos visto a Podemos ganar solo en la CAV en unas generales, y el desencanto con los morados puede suponer una oportunidad para el PSOE, objetivo de un extremismo que a los vascos siempre nos ha dado un miedo especial. Así que más vale a todos los partidos que estén espabilados, que la ola ya se dirige al puerto.

Es tu libertad, Albert

Albert Rivera ejerce su libertad de expresión cuando pasa por Altsasu y, sin bajarse del coche, saca una foto al cartel de la autopista para tuitear: “On the road. ¡Viva la Guardia Civil, viva la libertad!”. Es difícil ser más “cuñado” con tan pocas palabras. Y también es difícil ser más hiriente, porque lo que falta en Altsasu es libertad, la de una serie de jóvenes que cometieron un error, eso es innegable, pero lo están pagando tan caro como la justicia española quiere que lo paguen. Rivera lo sabe y por eso usa esa palabra, “libertad”, utilizando el sufrimiento ajeno en beneficio político propio.

Es una pandemia

Montxo Armendariz es de los que dignifica Twitter y justifica el tiempo que dedicamos a esta herramienta: “Tiene que ser un virus extraterrestre, me resisto a creer que tanta imbecilidad se esté extendiendo de forma exponencial por todo el planeta”, lamentaba ante la noticia de que la ministra de la Mujer del gobierno brasileño justificaba con una cita de la Biblia que le hubiesen cazado presumiendo de unos títulos académicos que no posee. Por lo menos sabemos que la imbecilidad se extiende por medio del populismo que se ha instalado también en Brasil. Sabemos dónde atacar.

Ni un zulo, ni un pisazo

Por desgracia, la clarividencia de Armendariz es una excepción en Twitter: lo normal es la batalla que te roba tiempo y no te lleva a ningún sitio. Por ejemplo, las horas de discusión que algunos han dedicado a afirmar que el piso de 68 metros de El Nega, el cantante de Los Chikos del Maíz, es un piso pequeño o uno de pijos. Él, por supuesto, aseguraba que era minúsculo, porque a proletario no le puede ganar nadie. Y muchos, lo contrario, que eso era un pisazo, mucho más grande que la media. Lo curioso es que los que ponían cierta mesura recibieron también su ración de desprecios.

La sociedad en la que vivimos

Cuando habla de Euskadi a Enric Juliana se le nota que mezcla deseo con realidad, pero cuando opina de cosas inconcretas o escribe sus crónicas de Catalunya merece la pena leerle. Su columna sobre el conflicto del taxi es estupenda porque le sirve para reflexionar sobre la sociedad española, pero también la catalana y la vasca: la digitalización de la indignación ha provocado que esta sea más violenta e injustificada ante un sistema cuyas garantías se ponen realmente en juego como si no importasen las consecuencias. Solo importa el postureo y los más indeseables son los que lo manejan mejor.

A mí sí me fastidia

He esperado varios días a propósito para poder trasladar con calma lo que pienso respecto al derby entre el Athletic y la Real: sí me fastidia (el fin de semana hubiera escrito que “me jode”) que los rojiblancos pierdan contra la Real más que contra otros equipos. Porque es nuestro derby y ese partido siempre hay que ganarlo, por definición. Si no, no sería un derby. Pero lo es, insisto. Así que bienvenida esa intensidad donostiarra y hasta ese punto de humillación que llevamos sufriendo esta semana en Bilbao si la temporada que viene nos ponemos las pilas en los dos partidos, para jugar y ganar.

Los nuevos políticos

Ya conocemos el drama de Podemos en Madrid, su núcleo duro. Pero todos los actores de la nueva política tienen problemas reales, incluso quienes se presentan a la reelección después de triunfar, según nos aseguran: “Carmena sustituirá a seis ediles críticos de su gobierno con independientes” y “Ciudadanos cambia a la mayoría de cabezas de lista para las autonómicas del 26-M”, leemos en Vozpópuli. Y en El Nacional ya llevan varias piezas sobre “Las bajas en el equipo de Colau: ¿purga o estampida?”. Se pueden poner como quieran, pero los partidos políticos importan y aportan.

Con estos opinadores…

Ya sé que Twitter no es representativo de nada ni de nadie: solo es una red social llena de personas con opiniones muy marcadas que quieren jugar a convencerse mientras buscan cinco minutos de fama. Pero ni con eso por delante entiendo los éxitos de personajes como Protestona o Paco Lobo, al que dedica un hilo el periodista Juanma del Álamo, que tampoco es el más recomendable del mundo. En este caso, Del Álamo acierta ridiculizando a este líder de opinión de la nueva izquierda, la nueva política y las mismas triquiñuelas de siempre para manipular a los cándidos.

El absurdo

Otro opinador que va de revolucionario pero en el rincón opuesto al de Paco Lobo es Cristian Campos, uno de los redactores principales de ese medio, El Español, que lo iba a cambiar todo según su fundador, Pedro J. Ramírez. Campos, liberal en lo económico, que es el nuevo eufemismo para no decir “entre la derecha y la pared”, reflexiona sobre lo “absurdo” que le resulta que en una ciudad tan moderna como Barcelona no vayan a operar Uber o Cabify. Como si ser el listo que cree que las normas y los impuestos solo están para los demás o ser un latiguero fueran algo innovador.

Jugar como toda la vida

Me quito el sombrero ante la industria del juego porque ha sabido sobreponerse a la piratería: el manejo de la integración de plataformas y la conexión con Internet es magistral. Les ha salvado y nos muestra el camino. Pero también se les ha ido de las manos: algunos juegos como el FIFA se han convertido en tragaperras digitales para muchos jóvenes sin prevención ante los riesgos de la ludopatía. El riesgo es tan alto que en Bélgica ya han prohibido este tipo de desarrollos, así que al FIFA jugarán “a la antigua”: ganando puntos por medio de su habilidad y no la tarjeta de crédito asociada.

Comer más caro que nunca

Markos Ramas escribe sin que le quemen las teclas. Por eso, entre otros motivos, se llevó el pasado noviembre el reconocimiento de DEIA como blogger vasco del año. Y su bitácora va sobre restaurantes, sobre todo, de chuletas. ¿Qué más necesitan saber para devorar su web? Les doy otro motivo (y vuelvo al principio): cuando toca ser duro lo es. Y en uno de sus últimos posts ataca donde nos duele, el bolsillo. “En los últimos tres años los restaurantes estrellados vascos han subido sus precios un 28,9%. (…) El precio medio del menú degustación en Euskadi ha pasado de costar 115,4€ en el año 2016 a 140,5€”.

¡Para lo que hemos quedado!

Es evidente que ETA en Euskadi nos ha trastocado, y que la mochila de responsabilidad y culpa nos pesa tanto que no nos ha permitido ver con claridad las piedras en el camino. Así, hemos cargado con políticos y pensadores insalvables que nos parecían casi paladines, y hemos sobrevalorado al enemigo de Euskadi al que ETA hacía listo, capaz, fuerte y hasta guapo. Por ejemplo, Jon Juaristi, que hoy es una voz autorizada para el PP de Madrid cuando afirma que el holocausto fue cosa de nazis y comunistas.

Los votantes son sagrados

Un ejemplo de personaje político agrandado por culpa de la acción de ETA es Fernando Savater, que se ha retratado llamando “tontos” a los cinco millones de votantes que tuvo Podemos en su mejor momento. En política es lícito señalar, criticar e intentar tumbar al líder que miente a la ciudadanía o al que le genera miedos innecesariamente para aprovecharse del temor, pero a los votantes se les respeta. A los de Podemos, a los de Vox y a los que tuvo UPyD. Y esta posición de salida marca lo que eres como político: si eres de los que se toma en serio a la ciudadanía y la democracia, o eres de los que no.

El fiscal del “tontopolla”

Jorge Bermúdez, fiscal de Criminalidad Informática de la Fiscalía General del Estado, ha llamado “tontopolla” a Jon Inarritu en Twitter después de que el senador vasco criticara que la justicia española haya despreciado a los observadores durante el juicio del procés. No hace falta explicar nada más para darnos cuenta de la gravedad del asunto. Pero lo haré: porque el insulto lo profirió Bermúdez desde su cuenta en Twitter en la que no aparecía su nombre. Solo cuando lo destapó Xabier Lapitz accedió a reconocer su identidad. Y estos letrados que insultan a cara tapada son los que administran la justicia española.

La evolución no es precarización, al contrario

Ciudadanos está ondeando la bandera liberal con mucho énfasis desde que ha pactado con Vox y PP. Será porque en cuestiones sociales y patrióticas los discursos del “trifachito” se confunden con una facilidad preocupante. En referencia a la huelga de taxistas, Rivera tuitea: “¿Se imaginan una huelga de propietarios de videoclubs para prohibir Netflix y YouTube? ¿O una de carteros para acabar con los emails? No tiene sentido ir contra la evolución, es ir contra el derecho a elegir de los ciudadanos”. Son precisamente los derechos de la ciudadanía los que salvamos cuando nos oponemos a la precarización de trabajadores.

Cómo habéis cambiado

Casi todos los que observamos la política desde muy cerca esperábamos que Podemos acabara mal, reduciéndose en su propio jugo ideológico, como IU, y con sus fundadores instalados en tertulias y programas de televisión. En lo que no nos poníamos de acuerdo era en cuánto tiempo empezaría el descalabro, y estoy seguro de que casi nadie apostaba por que en cinco años el castillo de naipes estaría ya desmoronándose: “Cuando vuelva Pablo Iglesias de la baja, en la sede están Echenique y dos globos con los ojos pintados”, tuiteaba con sorna Pepe Lee. Esto ya no hay quien lo arregle.