¡Y no lo retira!

Rosa Díez miente. Lo sabe. Se lo ha explicado hasta el alcalde al que ha señalado en su mentira. Pero no retira su tuit publicado el pasado 18 de agosto, en el que comentaba la noticia que ya trajimos a esta columna por su falsedad: “Alsasua organiza una jornada contra la Guardia Civil y la Policía y exige su expulsión” (Vozpópuli). La exconsejera vasca de Turismo con el PSE asegura: “Lo hace el Ayuntamiento de Alsasua, formado por Geroa Bai y Bildu”. A lo que Javier Ollo, alcalde de la localidad, responde: “El Ayuntamiento nunca ha organizado este acto y este año tampoco”. Pese a ello, Díez mantiene su tuit.

La grandeza de no hacer ruido

Muy enfadado tiene que estar Ignacio Aguado para hacer pública su baja en Ciudadanos sin dejarse nada en el tintero: “En el caso de que la refundación ‘fuera necesaria’, Aguado cree que ‘tendría que ser impulsada por una nueva Ejecutiva y no por la misma que lleva tres años encadenando un fracaso electoral tras otro’” (El Confidencial). Acusa a esa ejecutiva de haber emprendido “una huida hacia delante” y lamenta “la ausencia total de estrategia, el desgaste de la marca y la falta de un liderazgo”. Irte bien de los sitios, sin hacer ruido, es un arte que en Ciudadanos se les ha dado siempre regulinchi.

Correcto

“El ministro de Transporte francés, Clément Beaune, ha anunciado que Francia está estudiando limitar el uso de aviones privados por parte de particulares y empresas en distancias cortas o cuando existan alternativas ferroviarias”, leo en Nius, y casi me levanto y aplaudo al ordenador. Beaune plantea, además, que esta sea la norma en Europa, lo que ya casi me hace llorar de la emoción. No podemos permitir que los ricos contaminen lo que quieran mientras nosotros separamos latas, envases, papel y vidrio. Ni es justo, ni es motivador, ni realmente sirve para nada nuestra labor ante un jet privado.

¿China sí puede moverse?

No dejo de alucinar, a mis cuarenta y tantos, con cómo intentan tomarnos el pelo a todas y todos a diario: no hay manera de explicar el conflicto entre China y EE.UU. por Taiwán sin aclarar que China lo que quiere es que nadie le sustituya como proveedor. De la misma manera, no es posible explicar que el gigante asiático (aquí, tirando de lugar común) perdone “la deuda de 17 países africanos ante la mirada crítica de Estados Unidos” (Misiones Online) sin hablar de cómo la dictadura oriental intenta quedarse con las minas y sus recursos incluso empeorando las condiciones de vida de quienes las trabajan y los extraen.

Sí, nos rastrean

Esta es la típica noticia sobre algo que todo el mundo sabe pero que, por fin, se ha confirmado: por supuesto, las redes sociales rastrean nuestros movimientos fuera de ellas, por ejemplo, en el buscador de Google. “Una investigación desvela que esas plataformas (Instagram, Facebook y TikTok) incrustan código en los navegadores externos para seguir rastreando la actividad y comportamiento de sus usuarios” (EPE). Lo ha desvelado un “exempleado de Google y Twitter especialista en privacidad”. ¿Cómo funciona? Cuando seguimos un link dentro de una red social se abre un navegador dentro de la plataforma que recoge nuestros datos.

A sus textos me remito

Cuando saltó el ya conocido como “caso Larrión” esperé a una comunicación de la propia concejala o de su entorno político. Me creí su sufrimiento personal y pedí desde estas líneas que hasta los suyos la dejaran de poner como ejemplo ético (después de haber confesado posibles delitos) y, en definitiva, en paz. Pero no es posible pasar por alto el comunicado de Bildu, que por supuesto tiene que aclarar hasta el último extremo que una de sus representantes haya cometido delitos en el ejercicio de su cargo y, además, implicando a otra trabajadora y afiliada: tomar por tonta a la ciudadanía en política no es una opción.

Sí, es un problema político

Lo que ha llevado a Miren Larrion a cometer esos posibles delitos que ella misma describía en su nota puede quedar en el ámbito personal. Y su sufrimiento, hasta llegar a esos extremos, puede y debe ser comprendido por todos. Empezando por los suyos, insisto. Pero hay un plano político evidente en este asunto porque se trata de una política que sustrae la cartera a una compañera de partido y en otra institución, usa su DNI, abre una cuenta, ingresa dinero sin que nadie sepa para qué, la afectada retira después la denuncia y Bildu intenta echar tierra encima. Si alguien lo ha convertido en un caso político y han sido los de Bildu.

Y no, no vale la callada por respuesta

Con esos mimbres el cesto hay que mostrarlo para ver si está cerrado o lleno de agujeros. Bildu no puede dar la callada por respuesta y menos puede sacar el dedo a pasear y señalar a Ertzaintza (esa en la que ya había gente de Bildu y votantes de Bildu, según Otegi), otros partidos políticos o medios de comunicación. La responsabilidad sobre el caso es suya como partido de las afectadas. La responsabilidad sobre el vuelo que está cogiendo por su propia torpeza también es suya. La omertá puede funcionarles de puertas para adentro, pero eso no significa que puedan imponerla a todo un país.

Delincuencia organizada

A veces solo hace falta un tuit para definir todo lo que está mal. Este de El Confidencial es un ejemplo perfecto: “Gobierno y Casa del Rey han trasladado al letrado de Juan Carlos I que es preciso que el emérito realice todos ‘los esfuerzos posibles’ para reparar las infracciones tributarias que ha cometido”. Es decir: el poder ejecutivo y la jefatura de Estado conocen los delitos del anterior jefe de Estado en el ejercicio de su cargo pero no promueven su investigación ni juicio (al contrario, de hecho), y puede que ni repare por completo sus “infracciones” y que eso tampoco tenga consecuencias. Es alucinante.

La de toda la vida

La denuncia de Javier Ollo en Twitter no es una anécdota ni podemos tomarla como tal: el alcalde de Altsadu por Geroa Bai ha recibido “este mensaje privado a través de las redes sociales: ‘La Falange te vigila. Tenemos infiltrados en servicios antiterroristas de la Guardia Civil en Navarra y son camaradas de Falange. Te tenemos vigilado’”. Su respuesta ha sido la más digna: “Frente a ellos y contra ellos, convivencia”. Su nacionalismo vasco en Nafarroa y su integridad a la hora de defender a su pueblo incluso en los peores momentos de los últimos años pueden ser los motivos de la amenaza. Sus enemigos son los de todos.

«Una verdadera mierda»

El autor de la amenaza contra Javier Ollo, el alcalde de Altsasu, tiene el detalle de definir su propio texto al final del mismo: “Una verdadera mierda”. También deja rastro de quien lo escribe: “Un incitador a la violencia” y, por supuesto, “un impresentable”. Todos esos entrecomillados, junto a la amenaza de que a alguien se le pueden cruzar los cables y agredir a Ollo, por supuesto, el autor se los dirige al alcalde que, por su parte, apela a la convivencia como modo de hacer frente a este tipo de cobardes (ocultos en Internet) que entienden de ese modo tan particular (y tan general, al mismo tiempo) la democracia.

Quién lo hace diferente

No salgo de Altsasu aunque mire desde allí a León, donde dos agentes de la policía han recibido una paliza por intentar disolver una fiesta en la que no se guardaban las distancias de seguridad sanitaria. Aitor Martínez se pregunta en Twitter si no podríamos hablar de terrorismo en este caso como en el de Altsasu en 2016. Y le responden con otro tuit con imágenes del último “ospa eguna” de la localidad navarra. Es jodido pero es cierto: son los que convocan y celebran estas jornadas de intransigencia los que dan la razón a los justicieros de porra, toga, tuit y frase para el OK Diario en el Congreso de los Diputados.

Mirémonos

¿He intentado guardar al máximo las distancias de seguridad y las recomendaciones sanitarias este verano? Sí. ¿Habré cometido errores y me habré relajado en algunas ocasiones? Sí. ¿He llegado a casa cabreado algunos días porque he visto cuadrillas de más de diez personas en terrazas, a gilipollas con las mascarillas bajadas, y a amas y aitas demasiado despreocupados? Sí. Así que celebro los casi 30.000 “me gusta” de este tuit que representa lo que pienso: “El debate de ‘Yo no mandaré a mis hijos al cole’ en la terraza del bar, mientras los hijos juegan con 42 niños más en el parque de enfrente, es apasionante”.

Un error monumental

Hago el mismo diagnóstico que César Calderón sobre el supuesto “hackeo” de la cuenta del ministerio español de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, que dirige José Luis Ábalos. No parece que se trate de lo que describen como “un uso fraudulento para causar daño”, yo apostaría por un error de enormes dimensiones: la crítica escabrosa a Juanma Moreno publicada podría ser la que el community manager iba poner en su cuenta personal… Pero ha aparecido en la del ministerio. El propio Calderón propone la solución a este “ridículo”: “La cuenta del ministerio, en un móvil; la personal, en otro”.

Jon Rahm, ¿de qué planeta viniste?

El golf es mi plan de jubilación. Sin grandes pretensiones, solo quiero aprender a jugar, pasearme todo el día tirando del carrito y tener excusa para ponerme una gorra. Sin pantallas ni Internet. Solo la hierba, los palos y un único pensamiento: mejorar para mi propia satisfacción. Así que, sí, sigo el golf a media distancia, por eso, ayer, cuando abrí Twitter por primera vez, antes incluso de pasar por el baño, vi el increíble putt de Jon Rahm en su mano a mano contra el número uno del mundo, Dustin Johnson, y me alegré. La mejor manera de empezar el septiembre con más incertidumbres que recuerdo.

Gobernar para el pueblo

Esta semana es decisiva en política: los partidos tendrán que negociar lo grande pero también lo pequeño. En Euskadi, los territorios y los municipios. En España, desde el gobierno del Estado hasta los ayuntamientos pasando por algunas comunidades autónomas. Pero en algunos pueblos y ciudades ya saben quién será el alcalde, como en Altsasu, donde Javier Ollo ha logrado 10 concejales para GeroaBai y enfrente solo tendrá a los 3 de Bildu. La ciudadanía ha premiado la mesura frente al enfrentamiento y la utilización que han hecho muchos de su municipio. Esta es la política de verdad, estos es lo importante.

Es una democracia o no lo es

Seguimos con cosas importantes. Sobre el resultado de las elecciones en Catalunya y cómo unos pocos están decidiendo que candidatos elegibles y electos no puedan representar a sus electores, Iu Forn ha hecho las preguntas adecuadas en El Nacional: “¿Por qué usted y yo podemos votar por una persona y después a esta persona le impiden representarnos? ¿Tan poco valen nuestros votos? ¿Tan poco respeto merecemos? Nosotros y los candidatos. Y la gran pregunta: ¿llegará un día que quien subvierte repetidamente la legalidad tendrá que darnos explicaciones, pedirnos perdón y resarcir el daño provocado?”.

Colaboracionistas de nuestros tiempos

En esta época “líquida” y voluble que vivimos, un colaboracionista a veces es un simple tuitero o tuitera, como Rosa Díez: “Lo de los asquitos a Vox me sigue pareciendo pura hipocresía. Son de derechas, sí, pero no dan golpes de estado, ni queman contenedores ni llaman a levantamientos populares contra lo decidido en las urnas –como hicieron PSOE y Podemos– la noche de las elecciones andaluzas”. No sé cuántas pruebas necesitan algunos y algunas para darse cuenta de lo que es Vox. No sé, tampoco, si lo que pretenden algunas y algunos es que Vox les fiche y les posibilite dejar de ser simples tuiteras.

Igual no toca, pero…

Igual no toca que en una sentencia condenatoria al youtuber que dio galletas rellenas de pasta de dientes a un mendigo se entre en el fondo de la cuestión, pero lo cierto es que era una buena oportunidad. La jueza ha decidido que el youtuber ReSet no pueda usar esta plataforma durante los próximos cinco años, le condena a 15 meses de cárcel (que no cumplirá por ser no tener antecedentes… Hasta ahora) y a pagar 20.000 € por indemnización a su víctima. Pero ReSet puede usar Twitch, Twitter o Instagram, y la prisión y el dinero son intimidatorios, pero no definitivos para que otros youtubers dejen de deshumanizarnos.

Casi todo, sí

Antonio Cartier, al que todavía no conozco en persona pero que es uno de los tuiteros al que más tiempo llevo siguiendo, reflexionaba con acierto hace solo unos días: “¿No os pasa que estáis por aquí, leyendo tuits y lo único que os sale es un ‘pues qué pereza todo, no’?”. A mí sí me pasa. No con todos los contenidos, obviamente, porque les hablo cada día de lo que sucede en esta red social, pero sí con la mayoría de los tuits. Los temas empiezan a ser ya monótonos, y los berrinches, repetitivos, como las lapidaciones diarias y, sobre todo, las lecciones de lo que debemos opinar y conocer. Pero… Mañana, más.

Proporcionalidad

Pedir a la justicia española que sea justa es hoy como pedir un imposible. Así que a la justicia española tendremos que exigirle proporcionalidad, que ya sería un inmenso logro: con los indultos que hemos visto, con los homenajes a golpistas que dispararon en el Congreso, con las inviolabilidades que conocemos, con los cierres de investigaciones como la de Billy El Niño… Con las penas para quienes participaron en la pelea en el Koxka y no eran de la Guardia Civil o sus novias, con las medidas y condenas que piden para los presos políticos catalanes… ¡Cómo no va a ser multitudinaria la respuesta que vimos en Altsasu!

El PSOE tendrá que negociar

Las encuestas empiezan ya a marcar una tendencia: salvo sorpresa, el PSOE podría seguir gobernando siempre que tenga la habilidad negociadora suficiente con Podemos y con los partidos nacionalistas importantes. Los de Pablo Iglesias tendrán que decidir si quieren llevarnos otra vez a una repetición de las elecciones por egoísmo. ERC tendrá que dar por fin el paso al posibilismo, por su propio bien, para empezar. Y el PNV tendrá que tender una mano mientras con la otra muestra su habitual lista de reivindicaciones. La jugada está clara, lo que hay que hacer es dar fuerza a quienes puedan hacerla posible.

Pablo Iglesias descubre (al mundo) la paternidad

A Pablo Iglesias le vence su soberbia. Hasta cuando quiere parecer humilde peca: “‘Después de tres meses limpiando culos y cambiando pañales, estoy más preparado que antes para ser Presidente del Gobierno’. Pablo Iglesias, la política ‘en manos de la gente normal’”, tuitea con cierta retranca Borja Barba. Y con razón: el día que Pablo Iglesias se entere de que otros diputados antes que él han tenido hijos y han cambiado pañales, Podemos puede tener un problema. Si su líder entra en estado de shock y necesita recuperarse, pueden perder minutos de emisión televisiva que ellos consideran muy valiosos.

La España de Casado

En la España de Casado, ya lo sabemos, Getxo está en Gipuzkoa, y la lentitud del tren en Extremadura se soluciona limitando su recorrido a dos paradas: Mérida y Talavera (que ni siquiera está en Extremadura). En la España de Casado el aborto no es un derecho y los inmigrantes que cedan a sus hijos en adopción ganarán unos meses de estancia legal. En la España de Casado el rival a batir por el PP es Vox y no el PSOE. En la España de Casado todos los impuestos se pueden bajar y no importa tener conocimientos de tecnología, sino hablar de ella. El resto se hace solo. Qué peligrosa es la ignorancia.

Una historia de fútbol

La historia del debut de Jaime Mata en la selección española era la historia de esos futbolistas que se han currado cada escalón que han subido. Nadie lo ha descrito como Carlos Matallanas en As. Primero, porque explica muy bien ese fútbol de Tercera en el que coincidió con Mata. Pero también porque ha escrito las 798 palabras de ese artículo con las pupilas por culpa de la ELA que le tiene inmovilizado. Mata ha querido agradecer y poner en valor en Twitter el esfuerzo de Matallanas. Para quienes hemos leído el texto y los tuits, la historia del debut de Jaime Mata es la suma de dos grandes historias de superación y humanidad.