Lanzo un mensaje para mis compañeros de profesión: encaremos la semana con el mismo optimismo que Dori Toribio al ver cómo en EE.UU. otro medio anuncia un aumento del consumo de sus contenidos, y no solo on-line. Esta sociedad hiperconectada demanda ser informada, por eso nos cuelan esas “fake news” a las que antes llamábamos, simplemente, mentiras. Démosle nosotros también la vuelta y ofrezcamos contenido de calidad para satisfacer esa necesidad.
Desvergüenza XXL
El PP eligió a Rafael Hernando como portavoz porque no le importa decir cualquier burrada. Ese iba a ser su estilo. Y estas son sus consecuencias: la semana pasada, preguntado por los casos de financiación irregular de su partido en Madrid y Valencia, Hernando respondió: “Yo soy diputado por Almería”. La aceptación velada de la corrupción ya es un escándalo en sí misma, pero en El Plural han dado en el clavo este fin de semana: Hernando puede posicionarse sobre los casos en los que está involucrado Gabriel Amat.
Su móvil puede estar fabricando criptomonedas
Es poco probable, pero sí está comprobado que webs importantes y terminales han sido infectados con un software que sirve para la constante programación de monedas virtuales. Este “minado” requiere de gran potencia de cálculo y piratas informáticos han descubierto cómo lograrlo gratis: con un malware que infecta generadores de webs y teléfonos móviles. El sistema, como todo lo que rodea a las criptomonedas, es complejo pero se lo explica de maravilla Carmen Jané en El Periódico.
Piratas del balón
En este mundo loco, loco, en el que algunos se han endeudado con dinero real para comprar monedas virtuales, y en el que el fútbol se come unos recursos valiosísimos como si nada, llegamos a la sublimación de la ida de olla con los 57 millones de euros que la empresa turca de electrodomésticos Beko va a pagar al FC Barcelona por anunciarse en los chándales del entrenamiento. El que les haya colocado esta acción de marketing es un crack del marketing al nivel de Neymar.
Hawkers, ¿en riesgo?
Lo que sube muy rápido baja muy rápido. Menos la factura de la luz. Pero en Hawkers parece que sí puede cumplirse el axioma: los pesos pesados van desentendiéndose de la empresa y, al mismo tiempo, se va filtrando que algunas cifras son preocupantes. Tanto que en El Confidencial vaticinan el fin de este imperio de gafas de sol baratas (yo tengo unas) que ha permitido a unos jóvenes empresarios de Elche vivir con ostentación ridícula durante unos pocos años.