No, no se ha terminado

En Pekín hay un rebrote del coronavirus y en una ciudad del tamaño de un país están volviendo a confinarse en círculos concéntricos en torno a un mercado (otra vez, un mercado) que parece que es el nuevo foco. Esto no se ha acabado, al contrario: solo estamos en medio del problema, terminando de superar el primer golpe. Este virus, que es de los que mata, no se ha ido a ninguna parte. Al contrario: está donde surgió (allí) y está donde se expandió (aquí). Así que más nos vale cuidarnos, usar la puñetera mascarilla (que algunos parece que no lo entienden) y mantener las distancias. También con la familia.

Y sí, las y los profesores sí importan

No hacía falta que un grupo de directores de centros escolares declarasen que los profesores en Educación Infantil y Primaria son importantes. Igual que lo son los de cursos superiores y hasta la universidad: la educación a distancia improvisada, evidentemente, no está funcionando tan bien como la presencia de nuestras hijas e hijos en las aulas. Igual el confinamiento sirve para que demos valor a las y los sanitarios, la Ertzaintza, las y los profesores, las y los reponedores y cajeros, repartidores, hosteleros… Esos profesionales que nos han ayudado o a los que hemos echado tanto de menos.

El irrelevante fin de EA

Mikel Segovia ha hecho un práctico resumen para lectores de El Independiente de toda España de lo que supuso electoralmente la escisión del PNV y EA, y la situación actual de cada partido. La del partido de Ortuzar, sobradamente conocida. La de EA, ignota para quien no está metido en la arena política. ¿Qué en EA están dirimiendo en los juzgados quién será su nuevo secretario general? ¿Quién lo era hasta ahora? ¿Cuántos quedan en EA? Son las preguntas que se hacen hasta muchos afiliados del PNV que vivieron aquellos tortuosos días. Hoy, solo quedan restos de la obra de Garaikoetxea y los rebaña Sortu con satisfacción.

Iturgaiz no sabe ni dónde vive

Después de tanto tiempo yendo y viniendo a Bruselas, me temo que Carlos Iturgaiz tiene jet-lag permanente. Y eso que su propio partido le dio un respiro cuando estuvieron a punto de apartarle del europarlamento. Bueno, la cosa es que el candidato del PP a lehendakari no sabe muy bien dónde se encuentra: “Iturgaiz se reivindica como única alternativa al ‘frente popular de Bildu, ERC, UP y PSOE’” (El Confidencial). Ahí es nada. Iturgaiz contra todos y con todo lo que se le pase por la cabeza. Entiendo que el PP esté intentando no convertirse en la nada, pero igual no tienen bien detectado su propio problema.

Pues en España les va bien

Está bien, me rindo: el PP parece desnortado en Euskadi pero en España las encuestas respaldan su estrategia de enfrentamiento constante, tono agrio y cara de oler siempre un pedo. Por lo menos, en La Razón han decidido que el ánimo no puede decaer, y han publicado una encuesta en la que los de Casado y los de Sánchez empatarían a escaños si hubiese elecciones generales, aunque el PP quedaría todavía 200.000 votos por detrás. Me cuesta creerme este resultado tan bueno, pero sí parece que el PP va recuperando voto fugado a Ciudadanos y Vox, y que el PSOE tiene menos margen de crecimiento.

Nos lo hemos gastado todos

1.171 millones de euros. Eso es lo que lleva gastado el gobierno español solo en adquisiciones para combatir el coronavirus, según El Independiente. A esta cantidad habrá que sumar lo que gaste en los ERTE, bajas, ayudas a autónomos y otras prestaciones, y lo que invertirá para incentivar el consumo. Luego vendrán las vacunas y, mientras tanto, los tratamientos para quien siga contagiándose, evidentemente. El gobierno vasco también ha hecho su esfuerzo, por supuesto. Y como ellos, todos los gobiernos del mundo. Así que los de las críticas a la falta de recursos, por favor, que sigan buscando al culpable.

Las luchas, una a una

Ni me planteé que el gobierno vasco o el español dejaran de asistir a nuestros mayores en lo peor de la crisis sanitaria. Y ni me planteo una modificación en las pensiones que no sea para mejorarlas, incluso sabiendo el riesgo que corremos los que hoy somos trabajadores. Pero la reivindicación de los pensionistas, en otro momento valorable, puede que no toque justo ahora. Incluso Bruselas advierte: un país envejecido como el español (puede que el vasco en mayor medida) no puede seguir aumentando la presión a los trabajadores en favor de los pensionistas en este momento. Por lo menos, hay que planteárselo.

No se ha pasado nada

El avance fase a fase ha sido confundido, en cuanto el tiempo ha mejorado, con el derecho a la relajación máxima por parte de la ciudadanía. Puede que esté convirtiéndome en un viejo cascarrabias, no lo descarto, pero creo que las mascarillas y las distancias de seguridad son más necesarias que nunca porque ahora interactuamos entre nosotros. En La Información recogen el testimonio a una de las rastreadoras del virus: una persona que dé positivo hoy ha podido estar en una terraza ayer, domingo. Si todos han respetado las normas los contagios se habrán evitado. Es tan sencillo, y tan difícil al mismo tiempo, como eso.

Un ejemplo

Pongo otro ejemplo: si hoy dan positivo unos cuantos en el barrio de Salamanca de Madrid, ¿cuántos se habrán contagiado en las manifestaciones de la semana pasada? Esta es la pregunta más lógica, pero sobre ese colectivo sobrevuelan otras interrogantes más lisérgicas: ¿por qué se manifiestan ahora los que criticaron la manifestación del 8-M? Y la peor: ¿cómo pueden defender en este momento que el virus no existe y el confinamiento no es necesario quienes has estado dos meses quejándose de esa manifestación e incluso han acusado penalmente al gobierno por sus decisiones?

El chiringuito, a la mierda

No me ha dado tiempo a traer a la columna la tienda que ha promovido Alvise Pérez, exasesor de Ciudadanos y ahora en la órbita de Vox, porque ha decidido cerrarla temporalmente… Ante la amenaza de hacerlo definitivamente: a precios realmente buenos, los propietarios vendían merchandising contra Pedro Sánchez… Usando una foto de Carlos Spottorno, al que no habían pedido permiso ni le habían comprado la imagen para su explotación, como explican en Photolari. En España, el que no corre vuela, y si los pijos se quieren vestir para las manis, alguien tendrá que abrirles una tienda on-line. Vaya linces.

Midamos la legitimidad

La situación es dura: el confinamiento agrava los dramas familiares (mujeres obligadas a convivir todo el día y toda la noche con su maltratador, personas con problemas psicológicos recluidas en casa, etc.) y también los laborales. Pero no puede convertirse en carta blanca para todas las reivindicaciones: de pronto, conocemos al sindicato de inquilinos que prepara una huelga de pago para estos días que empieza el mes. ¿Quiénes son? ¿Distinguen entre VPO de alquiler o propietarios particulares que dependen del ingreso? ¿Debemos los medios darles espacio y legitimidad? ¿Quién para esta espiral?

Dejemos de hacer comparaciones

Si las cifras ofrecidas por la dictadura china siempre han generado dudas, cuando menos, ahora que se relajan las medidas, los números que vamos conociendo son terribles: la periodista Elieen Guo habla de entre 42.000 y 46.000 fallecidos solo en la ciudad de Wuhan. Cifra que se basa en el número de urnas y féretros que, una vez levantado el confinamiento de toda la ciudad, empiezan a contabilizarse. Igual si hubieran ofrecido esas cifras desde el principio el mundo se hubiera preparado mejor. No echo la culpa a nadie, pero tampoco creo que debamos seguir poniendo a China de ejemplo o referencia.

No les regalemos los argumentos

El fascismo populista, el de un lado y el de otro, mezcla cualquier tema de actualidad con sus intereses particulares. Y si en vez de un tema de actualidad encuentra un relato épico como el de los sanitarios durante estas jornadas, por supuesto, el fascismo populista lo muerde fuerte y no lo suelta. Así, en Twitter hemos encontrado decenas de cuentas que ahora aseguran haber “dado todo en urgencias” y, por ello, le “acaban de confirmar mi positivo en Covid”. Sí, son decenas (hay diferentes denuncias desde varias cuentas), sí, con exactamente el mismo texto y, sí, todo apunta a fascistas y populistas.

Veremos a los extremos unirse otra vez

Para lo que no ha usado ningún subterfugio Vox es para boicotear la aplicación del Gobierno español para intentar contener el coronavirus a la coreana: controlando a la población por medio de su móvil. Tengo la impresión de que Vox, con este movimiento (ha recomendado poner en modo avión los teléfonos), se ha anticipado a otros partidos, también de izquierdas, por supuesto, contrarios al control gubernamental, que hablan siempre de un “estado policial” y que buscan cualquier mierda descontextualizada para atacar a las fuerzas de seguridad. A ver cómo logran que no se les vea lo que les es común.

No dejemos de ser personas, por favor…

Hay una especie de convención durante este confinamiento de vestir con algo azul a niñas y niños que necesitan salir de casa por sus circunstancias diversas. Personalmente, no me molesta verles con algo azul porque me niego a verles “marcados”. Son circunstancias especiales para todos. Lo que me da pena es que sus amas y aitas hayan decidido hacerlo para que nadie se sienta molesto o, directamente, les insulte desde el balcón. No necesitamos a chivatos detrás de las cortinas ni a energúmenos de terraza. Necesitamos ser humanos para quedarnos en casa y comprender que si vemos a alguien en la calle será por algo.

Tan fuerte no era

Al final, el coronavirus en política lo ha metido Javier Ortega Smith. Podía haber sido cualquiera. Pero solo él y los de su partido son capaces de reaccionar de un modo tan mezquino. Santiago Abascal planteaba en Twitter una serie de preguntas ante un gobierno español al que califica de “irresponsable” por no haber controlado las fronteras. Pobre Javier, el más fuerte de Vox, el que hizo la mili, el tipo que dispara a muñecos, es el primero que se ha puesto enfermo. ¿Con quién ha estado? ¿Y los del mitin masivo de Vox en el que pedían medidas de control, qué van a hacer? ¿Cuántos abrazos dio?

¿Todo mal? No puede ser

Estamos ante una situación inédita: la primera epidemia mundial de un virus nuevo y nosotros, con WhatsApp. La enfermedad no es mortal para las personas sanas pero es grave, por eso y porque los hemos elegido para ello los gobiernos toman decisiones. Lo que no puede cundir es el pánico ni la indignación sistémica. Guillermo Rodríguez tuiteaba: “Si cancelas clases, mal. Si no cancelas clases, eres un irresponsable. Si cubres el coronavirus, mal. Si no lo cubres, mal. Si mandas un mensaje de serenidad, mal. Si mandas un mensaje de precaución máxima, peor. En definitiva: todo mal. Siempre todo mal”.

Qué poca vergüenza

Con la excusa del coronavirus el PP nos quiere meter su manual neoliberal. Y si para que cuele tienen que colgarlo en la cuenta en Twitter de Ana Pastor, médica de profesión, lo hacen. No se arrugan estos del PP. ¿Será porque más a la derecha hay otro partido que aplicaría las políticas liberales y neocón sin dudas y tienen miedo de perder el favor de los empresarios más ambiciosos? En su decálogo contra el coronavirus, el PP propone la rebaja o el retraso en el pago de impuestos y cotizaciones para incentivar la economía. También un plan de contingencia sanitaria. Es el punto 4. Por el qué dirán.

¿Cómo aciertas?

La comunicación de crisis es una disciplina jodida. Primero, porque eres experto en desastres y malas noticias, y eso no es nada estimulante. Después, porque no es cierto que haya una fórmula acertada. Fíjense en lo que pone de manifiesto César Calderón en Twitter: este consultor cree que más allá de los aciertos de Fernando Simón, es necesario que comparezca Sánchez de una vez. En Euskadi, el lehendakari y la consejera de Sanidad dan la cara… Y en algunas tertulias lo que oímos es que el Gobierno Vasco comunica mal. Acertar no es fácil, ser un contertulio y señalar al que toque en precampaña parece que sí.

Buenas medidas para ahora… Y siempre

Leo a Mikel Segovia en El Independiente que “San Sebastián” (sic) “obliga a cubrir los ‘pintxos’ por higiene ante el coronavirus”. Me parece una buena noticia. De hecho, creo que tenían que haber tomado la medida antes y que deberían mantenerla para siempre. Y no solo en Donostia: Bilbao, Gasteiz, Iruña… O cualquier municipio del sur me vale de ejemplo (las restricciones en el norte son mayores). La de lavarse más las manos también me parece buena idea. Y la de mantener ciertas distancias sin parecer descortés no es mala, en principio. Pero a ver cómo ensanchamos el metro, el topo y los autobuses.

Es el derecho de la ciudadanía

Ayer estuvo movido el debate sobre todo en Twitter porque el Gobierno Vasco anunció la necesidad de médicos que cubriesen las vacantes de los afectados por el coronavirus, y que tendría en cuenta el euskera. Algo totalmente lógico, porque no se trata del derecho del médico a ejercer en Osakidetza en euskera o castellano, sino del derecho de la ciudadanía a acudir a su médico en el sistema público (que paga) y explicarse en su lengua (que al médico nadie va por placer). Y quienes convierten el idioma en “casus belli” en este asunto solo lo hacen de un modo capcioso y por interés político.

Ciudadanos lo alimenta y otros engordan

Ciudadanos ha dado cebado debates que han hecho engordar políticamente a Vox. Y con Jusapol, el sindicato policial que promovió y cuyas formas ya vimos en el Parlamento Vasco, le ha pasado lo mismo: los más rancios y fachas con uniforme son ahora apoyados por los de Abascal. Y no exagero: diputados de la formación ultra les han mostrado su apoyo en la manifestación, y los nacionales y guardias civiles muestran su cara más radicalizada. En el vídeo que colgó la periodista Leire Torre en Twitter se les veía avanzar hacia el Congreso con una impunidad y virulencia nada tranquilizadora.

¿Contra qué se manifestaron?

En teoría, los agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil que se manifestaron ante el Congreso rompiendo el control policial (¿les aplicarán Ley Mordaza?), reclamaban la igualdad salarial. Vale, me parece legítimo. Pero, ¿a qué viene el acoso que por ejemplo denuncia Laura Borràs? Según la diputada del PDeCat, los agentes de Seguridad le increparon con expresiones como: “Catalanes de mierda” e “hija de puta ven aquí si te atreves”. Entonces, ¿contra qué se manifestaron realmente? Y sobre todo, ¿qué tipo de policías forman Jusapol? ¿Cuántos piensan como ellos? ¿A quién o qué defienden?

No han entendido nada

Para comprender un poco la naturaleza de la manifestación y los manifestantes hay pocas fotos mejores que la que tuitea Pasanospoco: varios manifestantes en un autobús con camisetas de Jusapol y la máscara de la película “V de Vendetta” que se ha popularizado como un símbolo de la lucha contra el sistema cuando es injusto. Para mí, cualquier manifestante que la porte tiene más de fantasma que de persona informada que protesta, pero cuando lo hace un policía, ya, es síntoma de un desconocimiento profundo. Como tuiteaba Pedro Vallín: los símbolos “también pertenecen a los que no los entienden”.

No puedes dar pie

Un gobierno no puede dar pie a que agitadores a de la extrema derecha como Cristian Campos puedan tuitear que “el PSOE acaba de filtrar a la SER el documento de 26 páginas que masacra, con argumentos jurídicos y hasta gramaticales, la ley del sí es sí de Irene Montero. Tenéis que leerlo. Es una humillación en toda regla a Montero, y dudo que sea involuntaria”. Además, tiene razón: huele a información trasladada para frenar las futuras veleidades de los de Podemos. Pero lo peor es que ha sucedido, que a una ministra le ha podido la urgencia de la fecha en un tema tan sensible como el dela violencia contra las mujeres.